Lorena y Martín encargan a Lorenzo la decoración y accesorios para su boda, pero tienen gustos muy particulares que serán difíciles de complacer al 100%. La pastelería no puede conseguir las semillas de amapola para el pastel encargado y ofrece uno de chocolate, mientras la pareja decide si aceptar un pastel mixto. También surgen problemas con el catering y la comida, lo que genera una pelea entre Lorena y Martín que rompe el compromiso, aunque Martín logra calmarla y retomarlo.