Los procesos ágiles enfatizan un enfoque iterativo y colaborativo, reduciendo la documentación a lo mínimo. Se caracterizan por entregas frecuentes de software funcional al cliente, permitiendo adaptarse rápidamente a los cambios. Algunos métodos ágiles populares son Extreme Programming, que se basa en valores como comunicación, simplicidad y retroalimentación, y SCRUM, que utiliza sprints cortos de 2-4 semanas para entregar versiones funcionales.