Un proceso productivo artesanal implica la producción a pequeña escala de bienes de manera manual, sin maquinaria sofisticada. Se caracteriza por utilizar materias primas y herramientas simples, así como una fuerza de trabajo intensiva, lo que resulta en una producción de bajo volumen pero con costos elevados debido a los detalles que requiere cada pieza. Algunos ejemplos de procesos artesanales son la alfarería, la carpintería, la orfebrería y la herrería.