El documento compara las plantas medicinales y la medicina de patente, señalando que ambos son medicamentos que tienen el objetivo de curar o aliviar molestias y que involucran un proceso de elaboración. La medicina de patente utiliza sustancias químicas y sus dosis deben controlarse debido a posibles efectos negativos, mientras que las plantas medicinales son remedios naturales, económicos y de fácil elaboración cuyas dosis no afectan negativamente al organismo.