El Protocolo de Montreal es un tratado internacional diseñado para proteger la capa de ozono mediante la reducción de sustancias que reaccionan con el ozono y son responsables de su agotamiento. El acuerdo fue negociado en 1987 y entró en vigor en 1989, revisándose posteriormente en varias ocasiones para mejorar sus objetivos. Si todos los países cumplen con el tratado, se cree que la capa de ozono podría recuperarse para 2050, siendo considerado como un ejemplo excepcional de cooperación internacional.