Este documento presenta los resultados de la investigación arqueológica realizada en el sitio de Pukara, ubicado en la cuenca norte del Lago Titicaca. En menos de 3 oraciones:
Estudia la secuencia más temprana encontrada en el sitio de Pukara a través de excavaciones realizadas entre 1975-1981 como parte del Proyecto Copesco. Analiza la cerámica doméstica para determinar la relevancia de la ocupación Qaluyu y si Pukara fue el centro regional durante el Formativo Medio en lugar
Aprender a investigar icfes módulo 3 recolección de la información
Pukará
1. FACULTAD DE LETRAS Y CIENCIAS HUMANAS
LA SECUENCIA MÁS TEMPRANA EN EL SITIO
DE PUKARA, CUENCA NORTE DEL LAGO
TITICACA
Tesis para optar el título de Licenciado
en Arqueología
que presenta el
bachiller
DAVID ERNESTO OSHIGE ADAMS
DR. PETER KAULICKE
Lima, 2010
2. Agradecimientos
Esta investigación no se habría dado sin la colaboración de un gran
número de personas a quienes debo tanto admiración como agradecimiento.
Mi asesor, el Dr. Peter Kaulicke ha sido fundamental para poder articular
todas mis ideas y darle sentido al texto. Sin la colaboración de Elías Mujica
no hubiese podido conocer muchas cosas tanto de las excavaciones en el sitio
como datos de la cuenca en general, su desprendimiento y ayuda
incondicional, han sido de mucha utilidad.
Los consejos del Dr. Idilio Santillana han sido motivadores desde épocas de
pregrado hasta la actualidad. En Puno, mis grandes amigos, Cecilia Chávez y
Edmundo de la Vega, me han apoyado en todo momento por lo que estoy
eternamente en deuda con ellos. En Pucará, tengo un amigo fuera de serie,
Honorato Ttaca, quien no sólo compartió su gran sabiduría sino que también
me permitió entrar en su hogar y conocer a su familia. En cuanto al INC-
Puno, debo agradecer las facilidades dadas por los directores Rolando Paredes
y Carlos Landa.
También quiero agradecer a Liz Klarich por haberme ayudado tanto y ser fuente de
ánimo permanente y a mi amigo Hugo Ikehara quien me alentó durante esta
3. investigación. A mi mamá, Norma, por guiarme espiritualmente, a mi papá Fernando por
haberme dado valores, disciplina y amor por el trabajo. Rosa Marcelina y José Jiro han
sido muy importantes por su apoyo en todos los aspectos y Juergen Golte ha sido un
colaborador permanente. Finalmente quiero agradecer a todas las personas que directa e
indirectamente ayudaron en esta investigación y a Bárbara por su locura y genialidad
inacabable.
4. Índice...………………………………………………………………………………1
Introducción……………………………………………………………………….5
Capítulo 1
La cuenca del Lago Titicaca…………………………………………………..8
1.1.- Descripción geográfica………………………………………………………..8
1.2.- La cronología…………………………………………………………………..12
1.3.- El proceso cultural durante el Formativo…………………………………17
Capítulo 2
La investigación arqueológica en el sitio de Pukara………………….20
2.1.- Descripción general del sitio………………………………………………...20
2.1.1.- Ubicación, tamaño y organización espacial……………………..20
2.1.2.- Descripción del área monumental………………………………..24
2.2.- Antecedentes de investigación………………………………………………32
2.2.1.- Excavaciones y reconocimientos…………………………………..32
2.2.2.- Estudios de la cerámica…………………………………………….35
Capítulo 3
El Proyecto Copesco……………………………………………………………..41
3.1.- Objetivos………………………………………………………………………..42
3.2.- Metodología…………………………………………………………………….43
3.2.1.- Sectorización…………………………………………………………44
3.2.2.- Secuencia y estrategia de excavación……………………………48
3.3.- Las excavaciones………………………………………………………………49
3.3.1.- Temporada 1975-1976……………………………………………...49
3.3.2.- Temporada 1977-1978………………………………………………49
3.3.3.- Temporada 1979-1980………………………………………………50
3.3.4.- Temporada 1981……………………………………………………..54
3.4- La estratigrafía………………………………………………………………….54
3.4.1.- Descripción de capas, Sector BB Cuadrícula N2-3 E17-
18……………………………………………………………………………….58
1
5. 3.4.2.- Descripción de capas, Sector BB Eje Norte 4 (Cuadrícula N4-5
E17-18 y N4-5 E19-20………………………………………………………..61
3.4.3.- Descripción de capas, Sector BB Cuadrícula N6-7 E23-24…….66
3.5.- Secuencia general del sitio y fases de ocupación…………………………..70
3.5.1.- Fase I. Ocupación inicial del sitio………………………………….70
3.5.2.- Fase II. Época transicional pre Pukara.......................................71
3.5.3.- Fase III. Transición pre Pukara a Pukara………………………..71
3.5.4.- Fase IV. Época Pukara Clásico o Medio…………………………..73
3.5.5.- Fase V. Abandono del sitio y colapso de Pukara………………...74
3.5.6.- Fase VI. Reocupaciones tardías…………………………………….75
Capítulo 4
El material cerámico……………………………………………………………...78
4.1.- La clasificación morfofuncional………………………………………………78
4.1.1.- Descripción de las categorías formales……………………………79
4.1.1.1.- Vasijas abiertas…………………………………………….79
4.1.1.1.1.-Platos……………………………………………….79
4.1.1.1.2.- Cuencos……………………………………………80
4.1.1.1.3.- Tazones……………………………………………81
4.1.1.2.- Vasijas cerradas……………………………………………88
4.1.1.2.1.-Ollas sin cuello……………………………………88
4.1.1.2.2.- Ollas con cuello…………………………………..89
4.1.1.2.3.- Cántaros…………………………………………..91
4.1.2.- Descripción de las variaciones formales en la secuencia………97
4.2.- Decoración……………………………………………………………………….99
4.2.1.- Técnicas decorativas………………………………………………..100
4.2.1.1.- Pintura……………………………………………………..100
4.2.1.2.- Incisiones…………………………………………………..100
4.2.1.3.- Aplicaciones………………………………………………..101
4.2.2.- Categorías decorativas……………………………………………..101
4.2.2.1.- Decoración interna………………………………………..101
4.2.2.1.1.- Pintura…………………………………………...101
4.2.2.1.2.- Incisiones………………………………………...102
4.2.2.1.3.- Pintura e incisiones…………………………….103
2
6. 4.2.2.2.- Decoración externa…………………………………….…104
4.2.2.2.1.- Pintura…………………………………………...104
4.2.2.2.2.- Incisiones………………………………………...105
4.2.2.2.3.- Pintura e incisiones…………………………….107
4.2.2.2.4.- Aplicaciones e incisiones………………………108
4.2.2.2.5.- Pintura, incisiones y aplicaciones……………109
4.2.2.3.- Decoración interna y externa…………………………...109
4.2.2.3.1.- Pintura…………………………………………………...109
4.2.2.3.2.- Pintura, incisiones y aplicaciones……………110
4.2.3.- Correlación de las categorías formales y las decorativas……..111
4.3.- Consideraciones estilísticas de los diseños decorativos…………………112
4.4.- Tecnología………………………………………………………………………117
4.4.1.- Análisis de pasta……………………………………………………119
4.4.2.- Conjuntos de pastas………………………………………………..122
4.4.2.1.- Conjunto 1A……………………………………………….123
4.4.2.2.- Conjunto 1B……………………………………………….123
4.4.2.3.- Conjunto 1C……………………………………………….123
4.4.2.4.- Conjunto 1D……………………………………………….123
4.4.2.5.- Conjunto 1E……………………………………………….123
4.4.2.6.- Conjunto 1F……………………………………………….124
4.4.2.7.- Conjunto 1G……………………………………………….124
4.4.2.8.- Conjunto 2A……………………………………………….124
4.4.2.9.- Conjunto 2B……………………………………………….124
4.4.2.10.- Conjunto 3A.……………………………………………..125
4.4.2.11.- Conjunto 3B………………………………………………125
4.4.2.12.- Conjunto 4………………………………………………..125
4.4.2.13.- Conjunto 5A……………………………………………...125
4.4.2.14.- Conjunto 5B………………………………………………126
4.4.2.15.- Conjunto 5C………………………………………………126
4.4.3.- Alfares………………………………………………………………...128
4.4.3.1.- Alfar A………………………………………………………128
4.4.3.2.- Alfar B………………………………………………………129
4.4.3.3.- Alfar C………………………………………………………130
4.4.3.4.- Alfar D……………………………………………………...131
4.4.3.5.- Alfar E………………………………………………………132
4.4.3.6.- Alfar F………………………………………………………133
4.4.3.7.- Alfar G……………………………………………………...134
3
7. 4.4.3.8.- Alfar H……………………………………………………...135
4.5.- La secuencia cerámica más temprana en el sitio………………………...137
Capítulo 5
La cuenca norte durante el Formativo Medio…………………………...146
Conclusiones e interpretaciones…………………………………………….151
Bibliografía…………………………………………………………………………153
Anexos.
4
8. Introducción
El periodo Formativo en la cuenca del Lago Titicaca (aprox. 2000 a.C.-
450 d.C.), ha recibido en los últimos años mucha atención por parte de los
investigadores debido a que es una de las pocas zonas donde se produjo de
manera autónoma el proceso de complejización social que finalizó en la
creación del estado temprano (Bandy 2001; Beck 2001; Hastorf 2005; Janusek
2001, 2004, 2005; Klarich 2002, 2003, 2005a y b; Plourde y Stanish 2006;
Stanish 2001, 2003; entre otros). Este proceso correspondería a acciones de
grupos de individuos dentro de grupos más grandes con el afán de acumular
riqueza, poder y prestigio que se dan en un contexto social donde otros
intentan de mantener su autonomía individual (Stanish 2001:195).
El sitio de Pukara 1 es famoso por su importancia en el proceso de
complejización social en la cuenca del lago Titicaca y por su extraordinaria
cultura material como vasijas de cerámica y escultura lítica.
Lamentablemente no ha recibido la atención necesaria para conocer más de
su historia como sí ha tenido su par en la cuenca sur del lago, Tiwanaku.
Además, casi todas las investigaciones realizadas, tanto excavaciones como
reconocimientos de superficie y análisis ceramológicos y estilísticos se han
ocupado del periodo Pukara Clásico o Medio, época cuando alcanzó su
1
Pukara es el nombre del sitio arqueológico y del sistema político mientras que Pucará se llama tanto el pueblo
moderno como el río que pasa cerca de este.
5
9. máximo esplendor como entidad política (aprox. 200 a.C.-100 d.C.) (Ver Tabla
2 en Klarich 2005b: 198).
Sin embargo, se conoce de la existencia de una pirámide anterior a la que se
ve en la actualidad que representa la primera construcción monumental en el
sitio y la cual está asociada a los estilos Qaluyu primero y Cusipata después
(Mujica 1987, Wheeler y Mujica 1981). Este hecho, junto con el resultado de
nuevas investigaciones acerca de Qaluyu, las cuales han determinado que
existen sitios en otras partes de la cuenca norte que serían más importantes
que el sitio epónimo (vg. Cachichupa en el valle de Huancané-Putina)
(Plourde 2006, Plourde y Stanish 2008), hacen que se imponga un estudio
acerca de la naturaleza de la presencia Qaluyu y otros estilos o tradiciones
cerámicas tempranas en Pukara.
Es por este motivo que el objetivo principal de mi investigación fue
determinar las características de la cerámica más antigua del sitio con
énfasis en la no decorada, también denominada llana o burda. Esto debido a
que si bien es importante estudiar con fines comparativos la cerámica
decorada, creemos que se subestima el potencial informativo de las vasijas de
carácter supuestamente doméstico como ollas y cántaros.
6
10. Nuestra meta es determinar a) la relevancia de la ocupación Qaluyu en el
sitio de Pukara, b) si esta se logra definir por medio del análisis de la
cerámica y c) si fue Pukara y no el sitio epónimo el centro regional del valle
durante el Formativo Medio (aprox. 1300-500 a.C.). Antes de entrar en la
discusión de esta temática, se debe presentar el medioambiente, la cronología
y el proceso cultural que se produjo durante el Periodo Formativo en esta
área.
7
11. Capítulo 1
La cuenca del Lago Titicaca.
1.1.- Descripción geográfica.
La cuenca del Titicaca está situada entre dos cadenas montañosas, la
Cordillera Real y la Cordillera Blanca abarcando unos 8,500 km²
aproximadamente aunque toda la cuenca hidrológica cubre alrededor de
50,000 km² (Stanish 2003:34) (Figura 1). Además, se caracteriza por grandes
depósitos lacustres y fluviales y por una topografía de relieve moderado con
una elevación en promedio de 4,000 m.s.n.m. que llegan hasta los 6,000 en los
picos de las montañas que rodean la cuenca (Wheeler y Mujica 1981: 3).
Esta elevación causa las condiciones climáticas difíciles. Winterhalder y
Thomas (1978:20) estiman que en los Andes, en general, la temperatura
media anual disminuye 0.5° C por cada 100 metros de elevación pero
mencionan, usando la información de Baker, et.al (1968), que en el altiplano
se registra una baja de 0.8° C por cada 100 metros. La temperatura media
anual llega a 8° C, combinado con una alta variación diurna/nocturna que
afectan los procesos fisiológicos de plantas y de actividades de los animales
(Winterhalder y Thomas 1978:23).
8
12. Figura 1. Mapa de la cuenca hidrológica del Lago Titicaca (Tomado de Stanish 2003: Map. 3.2).
Charles Stanish (2001:196) proporciona una buena descripción de las
condiciones geográficas y productivas de la cuenca. Esta se encuentra ubicada
en la parte fría altiplánica de los Andes y se puede dividir en dos zonas
ecológicas generales: la suni y la puna. La suni (entre 3,800 y 4000 m.s.n.m.)
incluye los márgenes del lago y las zonas a pocos kilómetros de sus orillas y
representa el límite superior de agricultura, la cual se puede practicar en la
modalidad de secano como con el uso de campos elevados o camellones. La
9
13. puna (entre 4000 y 4800 m.s.n.m.) es la zona para pastar grandes rebaños de
camélidos los cuales proveen de carne y lana y sirven como medio de
transporte.
El mismo autor (2003:36-40), ofrece una tipología de 12 zonas geográficas,
basada en características topográficas, uso de la tierra, altitud y vegetación:
1. Pastizales bajos (low grassland pampas): Planicies con una cobertura
de pasto grueso que se localizan en la suni y usualmente cerca del lago.
Estas planicies son los lugares más importantes donde se desarrolló la
agricultura de campos elevados.
2. Pastizales altos (high grassland pampas): Estas pampas se encuentran
en la puna lejos de los bordes del lago con cobertura de pastos bajos y
son secas a menos que haya fuentes de agua cercanas. Son las
principales áreas para el pastoreo de animales.
3. Bofedales (bofedales): Son pequeñas áreas de tierra pantanosa donde
crecen pastos y se encuentran tanto en la suni como en la puna.
4. Pampas desérticas (desert pampas): Se caracterizan por tener
agrupamiento de pastos esporádicamente en un suelo arenoso. Las
actividades económicas se restringen a las áreas donde hay qochas o
donde exista algún manantial que baje de los cerros. Se encuentran en
el sur de la cuenca donde caen menos lluvias.
10
14. 5. Ambientes riberinos (riverine environments): Son lugares muy
productivos aledaños a los ríos. Existen relictos de campos elevados en
casi todos los ríos de la cuenca sobre todo en los ríos Ilave,
Desaguadero, Arapa, Illpa, Koani y Tiwanaku y en la pampa de
Pomata.
6. Cerros aterrazados (terraced hills): Estas representan los lugares
habitables más grandes de la cuenca. Producen una gran variedad de
cosechas sobre todo tubérculos y granos pero las terrazas fueron
usadas también para la construcción de viviendas.
7. Laderas de cerros sin aterrazar (nonterraced hills): La mayor parte de
la cuenca está rodeada de cerros sin aterrizar debido sobre todo a la
muy pronunciada pendiente pero también a la erosión, mala radiación
solar, mala calidad de suelos y la distancia con el agua. Estas zonas
son usadas para el pastoreo actualmente al igual que en el pasado.
8. Bolsones de valles (valley pockets): Son las áreas agrícolas más
importantes y donde se cosecha uno de los productos más apreciados, el
maíz, aunque también crecen otras plantas. Se encuentran en las
zonas de cerros aterrazados, protegidos de los vientos helados, con
fuentes de agua cercanas y además, orientados naturalmente para
capturar la energía solar.
9. Islas (islands): Existen varias islas grandes y docenas de más
pequeñas. La Isla del Sol, Taquile, Amantaní, Pariti, Paco entre otras,
11
15. 10. Orillas (littorals): El borde del lago es el área más ocupada hoy así
como en el pasado. Se pueden obtener recursos lacustres como pescado,
totoras y otros productos. En la antigüedad, varias zonas en las orillas
fueron usadas como puertos para el intercambio de bienes y el
movimiento de gente.
11. Yungas (yungas): Son las áreas bajas periféricas que se encuentran
hacia el este y el oeste de la cuenca donde hay mejores condiciones
climáticas para la producción de alimentos como coca, maíz, madera,
alucinógenos, entre otros.
12. Totorales (reed beds): Representan un recurso lacustre muy
importante ya que la totora es la mayor planta industrial usada para
los techos de las casas y la construcción de paredes y botes. Además,
las raíces son comestibles.
1.2.- La cronología.
Para la cuenca del Lago Titicaca, se han aplicado diversos tipos de
esquemas cronológicos. Por un lado está la secuencia de John H. Rowe usada
por diversos autores tales como Sergio Chávez (1992), Richard Burger, et.al.
12
16. (2000), Lee Steadman (1995), entre otros. Por otro lado, Lumbreras y Amat
(1968) proponen un modelo evolutivo para la parte norte y oeste de la cuenca.
Esta secuencia empieza con los cazadores-recolectores sin fechados
concluyentes pero probablemente anterior al 800 a.C., época cuando aparece
la cerámica Qaluyu.
Luego se definen las culturas agro-alfareras tempranas como: Qaluyu
(aproximadamente entre 800 y 500 a.C.), Pucara (200 a.C.-200 d.C.) seguidos
por un hiato cultural entre el 200 o 300 y 700 d.C. Después se inicia el
Periodo de Integración Regional (Tiwanaku, con fechados que oscilarían entre
el 900 y el 1300 d.C.), el Periodo Expansivo Altiplánico (sin fechados pero
posterior a Tiwanaku y anterior a la presencia Inca) y finalmente el Periodo
Colonial Incaico.
Este modelo fue reformulado por el mismo Lumbreras (1974) que mezcla
elementos de modelos evolutivos con los de carácter histórico. Así por ejemplo
propone que la secuencia es de la siguiente manera: Lítico, Arcaico,
Formativo, Desarrollos Regionales, el Imperio Wari, Estados Regionales y el
Imperio Inca. Stanish (2003:88-89) desarrolla un nuevo esquema cronológico
que llama “sistema cronológico dual” mediante el cual combina, en líneas
generales, el modelo evolutivo de Lumbreras con cronologías históricas
13
17. locales de diferentes áreas de la cuenca del Titicaca (v.g. la región de Juli, el
área Tiwanaku, etc.) (Figura 2).
Su secuencia cronológica general se divide en ocho periodos: Arcaico Tardío
(aprox. 5000-2000 a.C.), Formativo Temprano (2000-1300 a.C.), Formativo
Medio (1300-500 a.C.), Formativo Tardío (500 a.C.-400 d.C.), Tiwanaku
Expansivo (400-1100 d.C.), Altiplano (1100-1450 d.C.), Inca Expansivo (1450-
1532 d.C.) y Colonial Español Temprano (1532-1700 d.C.). Si bien esta
secuencia cultural suele ser aceptada por los investigadores dedicados al
área, existen variaciones y traslapes, entendidas como desarrollos diferentes
en la cuenca ya que algunas zonas pueden mostrar ciertos cambios mientras
que otras, aún poseen características anteriores (Kaulicke 2001:503).
En la cuenca sur del Titicaca, se perciben algunas variaciones. Los últimos
cuadros publicados, muestran coherencia entre ellos y, en estos casos,
también se mezclan elementos cronológicos evolutivos con los datos
históricos. En esta parte de la cuenca existe la ventaja de manejar más
información por contar con más investigaciones por lo que su secuencia está
mejor fundamentada con base en mayor cantidad de fechados
radiocarbónicos.
14
18. Figura 2. Cuadro cronológico de la cuenca del Lago Titicaca (Compilado de Hastorf 2008,
Janusek 2003, Klarich 2005a y Stanish 2003).
15
19. Según la información más reciente (ver Figura 8.2 en Bandy 2006:211; Figura
2 en Janusek 2004:125; Tabla 28.1 en Hastorf 2008:546), la secuencia se
inicia con el periodo Formativo Temprano (1500-800 a.C.) que se subdivide en
Formativo Temprano 1 y 2 correspondiendo a las fases Chiripa Temprano y
Medio respectivamente. Luego está el periodo Formativo Medio (800-200 a.C.)
que corresponde a la fase Chiripa Tardío subdividida en Chiripa Tardío 1
(800-500 a.C.) y Chiripa Tardío 2 (500-200 a.C.). El siguiente periodo es el
Formativo Tardío (200 a.C-500 d.C.) que se subdivide en Formativo Tardío 1
o Tiwanaku I- Qalasasaya (200 a.C-300 d.C.) y Formativo Tardío 2 o
Tiwanaku III- Qeya (300-500 d.C.).
Sigue el periodo Horizonte Medio (500-1100 d.C.) que corresponde a las fases
Tiwanaku IV-V; el periodo Altiplano (1100-1450 d.C.) que comprende la fase
del señorío Pacajes Temprano y finalmente el Horizonte Tardío (1450-1540
d.C.) correspondiente a la fase Pacajes-Inka. Lo que queda claro luego de
comparar las diferentes secuencias cronológicas es que, a pesar de algunas
diferencias en los fechados, el proceso cultural de complejización de la
sociedad es compartido en toda la cuenca intrínsecamente relacionada.
16
20. 1.3.- El proceso cultural durante el Formativo.
A pesar que son imprescindibles mayores investigaciones en la cuenca,
con la información recuperada, se puede reconstruir la secuencia de eventos
económicos, políticos y religiosos que forman parte del proceso de
complejización social en la cuenca en general. El Formativo Temprano, está
caracterizado por pequeñas comunidades dispersas asentadas en lugares de
mayor aporte de diversos recursos como los lacustres, fluviales, agrícolas y
silvestres. Se produce cerámica pero, al parecer, sólo destinada al
almacenamiento, cocción y consumo de alimentos (Stanish 2003:2).
Durante el Formativo Medio surgen, por primera vez, élites con la capacidad
de movilizar trabajo más allá del nivel de una unidad doméstica (Stanish
2003:110) y aparecen los sitios con arquitectura corporativa (representados
por montículos y patios hundidos), cerámica fina, estelas y la explotación de
campos elevados o camellones (Stanish 2001:191; 2003:2-3; Kaulicke
2001:503). Es una época de competencia por recursos y seguidores entre
varios sistemas políticos; por el norte aparece Qaluyu, al sur Chiripa, al este
Titimani y al oeste Sillumocco, Ckackachipata y Huajje (Stanish 2001:201,
fig.4; 2003:3-4). Aparece también la Tradición Religiosa Yaya-Mama, la cual
fue definida como tal por Karen Mohr-Chávez y Sergio Chávez (1975).
17
21. Se caracteriza por centros ceremoniales con zonas de almacenamiento,
escultura lítica con imágenes sobrenaturales, parafernalia ritual como
trompetas de cerámica e incensarios y una iconografía sobrenatural que
incluye cabezas con apéndices y ojos divididos verticalmente (Mohr-Chávez
1988:17). Está entendida como una ideología panregional con una iconografía
especial que se complementa con el uso de trompetas e incensarios como una
estrategia de las élites (Stanish 2003:4; Kaulicke 2001:503). Es destacable
también que en esta época, los contactos con la cuenca cusqueña del
Vilcanota se hacen más evidentes (Kaulicke 2001:503; Zapata 1998:331-332).
La transición hacia el Formativo Tardío o Superior está marcada por la
adopción de jerarquías políticas y sociales así como económicas. Se
desarrollan entonces, por primera vez, sociedades estratificadas complejas
(Stanish 2003:137). Los dos casos más importantes son Pukara en el norte y
Tiwanaku en el sur pero se sugiere la existencia de varias otras entidades
políticas menores que se mantienen autónomas o semi-autónomas (Stanish:
op.cit.). Es un tiempo de complejización y crecimiento en toda la cuenca no
sólo de población sino también de prácticas rituales y alianzas políticas
(Hastorf 2005:94).
En las palabras de Hastorf (2008:545) “… el Periodo Formativo está definido
como el tiempo cuando los humanos empezaron a marcar su medio ambiente
18
22. creando asentamientos más permanentes a la par que domesticaron plantas y
animales. El Periodo Formativo vio la creación de una serie de entidades
políticas cargadas ritualmente y basadas intensamente en actividades agro-
pastorales” (traducción nuestra). Es importante presentar, como veremos en
el siguiente capítulo, las características generales así como la historia de las
investigaciones en el sitio de Pukara.
19
23. Capítulo 2
La investigación arqueológica en el sitio de Pukara.
2.1.- Descripción general del sitio.
2.1.1.- Ubicación, tamaño y organización espacial.
El sitio de Pukara se ubica en el distrito del mismo nombre, provincia
de Lampa, departamento y región de Puno, a unos 80 kms. al noroeste del
Lago Titicaca, en el Km. 106 de la Carretera Puno-Cusco. Se encuentra a 15°
2´ 50´´ Latitud Sur y a 70° 19´ 10´´ Longitud Oeste del Meridiano de
Greenwich y a una elevación aproximada de 3,910 m.s.n.m (Paredes 1985:6).
Se encuentra en el valle del río Ayaviri-Pucará, el cual nace al norte de La
Raya, en el límite de los departamentos de Puno y Cusco y tiene un recorrido
aproximado de 150km. en dirección noroeste-sureste y es un importante
afluente del río Azángaro por su margen derecha (Peñaherrera del Águila
1986:182) (Figura 3).
En cuanto al tamaño del sitio, no hay consenso debido a la aplicación de
diferentes metodologías de medición, la vegetación y la alteración continua de
la superficie por parte de los pobladores actuales del pueblo de Pucará que
dificultan la identificación de restos culturales de carácter no monumental.
20
24. Figura 3. Mapa mostrando la ubicación de Pukara y los sitios Formativos más importantes
de la cuenca del Lago Titicaca (Tomado de Stanish 2003: Map. 6.1).
Según Erickson (1988:12), el sitio mide aproximadamente 4 km² con
plataformas piramidales y templos con patios semisubterráneos y incluyendo
los montículos asociados cerca al río al este (Stanish 2003:142; Klarich
2005a:56). Mujica (1979:186; 1991:278; 1996:19) plantea un tamaño similar
(4-6 km²) tomando en cuenta la zona monumental, las zonas cercanas al río y
21
25. la parte norte hasta el río Qaluyu (Wheeler y Mujica 1981:Fig.10; Klarich
2005a:56). Para Chávez (1992:48), el sitio cubriría una extensión de 1000 x
1500 m., es decir 1.5 km² midiendo por el norte hasta el Área I de la
excavación de Kidder, por el sur hasta los límites del pueblo actual, por el
oeste hasta el Peñón y por el este hasta las terrazas aluviales cercanas al río
(Figura 4).
Asimismo Stanish (2003:142-143), sugiere que el sitio alcanzó una extensión
de 2 km² al tomar en cuenta únicamente el núcleo arquitectónico central y los
alrededores con materiales en superficie pero no los montículos al este debido
a que hay zonas sin ocupación entre estos y el centro. Sobre la base de las
últimas investigaciones realizadas en el sitio, el estimado actual del área
alcanza por lo menos un km² (Klarich 2005b:186). Sólo excavaciones en las
zonas periféricas pueden definir con más exactitud el tamaño real del sitio.
A pesar de la escasez de datos confirmados, el sitio de Pukara presenta
diferencias en cuanto a su organización espacial que permite postular
diversas áreas funcionales. Kidder (1943:5) menciona que la arquitectura del
sitio está compuesta tanto por estructuras de mala manufactura visibles en
los desmontes cerca al río y en la pampa al sur del pueblo actual como de
elaborados templos hundidos en la ladera aterrazada (Qalasaya).
22
26. Figura 4. Mapa y foto aérea mostrando el área monumental del sitio y las áreas de
excavación de Kidder en 1939 (Tomado de Klarich 2005a: Figura 4).
23
27. Por otro lado, según Mujica (1979:186-187; 1991:278-280; 1996:19-20), el sitio
tiene dos aspectos arquitectónicos: El sector monumental con al menos seis
pirámides truncas (la Qalasaya al oeste, una al norte, dos al este cerca al río,
la de la Lagunita al sur y una en la cumbre del cerro Pucaorqo) y las zonas de
vivienda de manufactura rústica hechas con piedras de río y campo unidas
con mortero de barro. Debido a la densidad de los basurales, entendidos como
desechos de alimentos y cerámica, tallas en hueso y líticos, entre otros
artefactos, se deduce una ocupación permanente, identificada ya por Franco
Inojosa (1940:129) quien deduce una “densísima población” a orillas de río
debido a la extensión de los basurales.
El sitio, por lo tanto, como menciona Klarich (2005a:57), tiene dos áreas
generales: una céntrica, de características monumentales con el complejo de
la Qalasaya, las pirámides de los alrededores y la pampa central y otra
periférica cerca al río donde se ubican las construcciones domésticas y los
extensos basurales.
2.1.2.- Descripción del área monumental.
La pirámide más impresionante que ha recibido mayor atención por
parte de los investigadores es la llamada Qalasaya. Esta es una construcción
monumental que mide 315m. de largo en dirección norte-sur, 300m. en
24
28. dirección este-oeste y 32m. de altura (Mujica 1996:20). Está compuesta por
plataformas artificiales que le dan el aspecto de pirámide escalonada trunca y
sólo tiene frontis este y sur ya que está empotrada en los cerros que sirven
como límites (Calvario al oeste y Pucaorqo al norte). En la cima de la
pirámide, existen tres recintos muy probablemente ceremoniales alineados en
el eje norte-sur que miran al este (Mujica 1991:280-281) (Figura 5).
Figura 5. Vista del frontis de la pirámide Qalasaya desde el noreste con el Peñón detrás
(Foto tomada por el autor).
Estos recintos han sido los que más llamaron la atención debido a su parecido
con las construcciones en Chiripa, cuenca sur del Lago Titicaca. De los tres, el
25
29. más estudiado hasta la fecha ha sido el central o Templo Blanco y Rojo,
excavado íntegramente en 1939 por Kidder que involucra un área
aproximada de 1796.5m² (Chávez 1992:78). Este tiene forma de herraje y está
compuesto por una plaza cuadrangular delimitada por un muro de lajas
blancas. Alrededor de la plaza y a un nivel más alto, hay una plataforma
enmarcada por muros hechos con piedras rojas que forman pequeños cuartos
(Mujica 1991:282).
Kidder (1939:343-344) señala que en total mide 50 por 40 m. mientras que la
plaza hundida tiene 15m² de extensión y 1.5 m. de profundidad (Figura 6). En
los cuatro costados de la plaza hundida se observan cámaras con nichos en las
paredes que servían para entierros y colocación de objetos como astas de
venado, huesos de cuy, vasijas llanas y algunos adornos delgados de oro y
plata. Chávez (1992:80) añade que, en la cámara este, se encontró también un
hacha de piedra; todas estas asociaciones serían indicios que estamos frente a
contextos funerarios de personas importantes, quizás jefes de linajes o de
élites. Estas asociaciones culturales corresponden a la fase Pukara Clásico, es
decir en el apogeo del sitio durante la última parte del Periodo Formativo
Tardío.
26
30. Figura 6. Vista desde el suroeste del recinto ceremonial con patio hundido en la cima de la
Qalasaya excavado por Kidder (Foto tomada por el autor).
El proyecto dirigido por Mujica y Nakandakari también realizó excavaciones
en este patio hundido llamado por ellos Sector BB. Como veremos más
adelante, en éstas, se llegó hasta la roca madre y lo más importante es que se
tiene toda la secuencia de ocupación de esta zona. A pesar que las áreas de
excavación no fueron muy amplias, se logró conocer que por debajo de la
pirámide que se ve actualmente y que pertenece a las fases Pukara Medio y
Tardío, existe otra más antigua que tiene forma y una técnica constructiva
diferente que corresponde a un periodo o fase anterior llamado Cusipata que
está fechado tentativamente entre 600 y 250 a.C. (Mujica 1996:21).
27
31. En cuanto al frontis este de la pirámide, llama la atención que no se trata de
una pared única sino conformada por juegos de plataformas con diversas
características que forman tres bloques o sectores asociados a los recintos
ceremoniales ya descritos (Figura 7). Además, existe en la parte más baja de
la pirámide una gran plataforma de 160m. de largo por 60m. de ancho y una
escalera central que une esta parte con la cima de la pirámide (Mujica
1991:281). La zona monumental del sitio comprende otras estructuras, menos
conocidas por falta de investigación, que evidencian complejidad y una gran
labor corporativa.
Figura 7. Vista desde del este del frontis de la Qalasaya y de la escalera central (Foto
tomada por el autor).
28
32. Otra estructura excavada por Kidder en 1939 (1940:343), es el Área IV que
está ubicada en la pampa central también y fue escogida por tener un
monolito parcialmente expuesto ya que no había muchas evidencias
arquitectónicas, sólo un montículo bajo. En las excavaciones se descubrió que
la estructura medía aproximadamente 30 x 40m. y estaba conformada por un
recinto de tres lados con algunos cuartos pequeños. Kidder señala que el
monolito debió haber caído de una posición alta o que fue depositado
horizontalmente y que se encontró por debajo y alrededor de este, mandíbulas
humanas y fragmentos de cráneo.
Chávez (1992:62) menciona que las piedras usadas en la construcción de la
estructura del Área IV son en su mayoría sin trabajar aunque se hallaron
algunas piedras talladas así como piedras pequeñas y adobes. En su
interpretación toda esta estructura está compuesta hacia el oeste de una
plataforma rectangular baja pero larga y sin techar, un montículo bajo al sur
y un área abierta sin plataforma al este. La última estructura excavada en el
sector monumental es la llamada Área V o “Enclosure 4” por Kidder. Se
encuentra en una terraza baja de la Qalasaya (Figura 8) al noreste de los
patios hundidos sobre la pampa central e inmediatamente al oeste del
montículo norte (Klarich 2005a:58).
29
33. Figura 8. Vista desde el suroeste de la gran plataforma al pie de la Qalasaya y donde se
encuentra el “Enclosure 4” excavado por Kidder (Foto tomada por el autor).
Chávez (1992:74-78) informa que Kidder hizo una excavación de prueba en la
parte norte y aunque lamentablemente los materiales se encuentran
mezclados, la importancia de esta estructura es clara. Chávez asimismo
menciona que este sería el templo más grande del sitio midiendo 73 x 65m. y
que existen muchas semejanzas en cuanto a la construcción con los patios
hundidos de la cima de la Qalasaya. En cuanto a las estructuras que no han
sido excavadas, Stanish (2003:143) señala que frente a la pirámide Qalasaya,
en la pampa, hay una serie de montículos que muy probablemente tienen
30
34. patios hundidos y directamente al sur de esta área, hay al menos tres
montículos con patios hundidos asociados a áreas habitacionales.
Además menciona que hay evidencias que los patios fueron usados para
festines competitivos a gran escala y que estas fiestas, ceremonias y otros
ritos eran una estrategia de las élites para hacer alianzas. Kaulicke
(2001:504) añade que el sitio pudo haber albergado a varias élites, las cuales
construyeron arquitectura corporativa sobre la base de patrones de
construcción de los sitios primarios regionales junto con especialistas que
habrían llevado al sitio desde sus lugares de origen.
En 2006 Klarich dirigió un proyecto de mapeo digital del sitio, el cual
comprobó para esta zona del sitio de la existencia de varios montículos con
patios hundidos en la cima. Sin embargo, lamentablemente no pudieron hacer
recorridos totalmente debido a que estos terrenos tienen diferentes dueños y
para demarcar los límites de sus propiedades, han construido muros de
piedra que obstaculizaron la labor. Lo que sí se pudo comprobar por
materiales diagnósticos encontrados en superficie, es que el Montículo de la
Lagunita corresponde al periodo Pukara Clásico o Medio (ver Fig.10 en
Klarich 2005b:194).
31
35. Klarich (2005a:59) añade que tanto este montículo como el Montículo Norte,
serían los límites del área monumental del sitio. Y que en cuanto a este
último, a pesar de no haber sido excavado arqueológicamente, gracias a
remociones modernas, se lograron observar bloques de piedra, una posible
entrada al oeste y cerámica Formativa.
2.2.- Antecedentes de investigación.
2.2.1.- Excavaciones y reconocimientos.
Fue Luis Valcárcel siendo Director del Museo Nacional el que primero
se interesó en el sitio de Pukara debido a su escultura lítica. El lo visitó en
1925 y luego en 1934 y 1935 (Franquemont 1986:1; Kidder 1940:341) y señala
que el sitio es otro gran centro de la cultura del altiplano (Valcárcel 1935:1).
Luego, Julio C. Tello escribe acerca del sitio en 1929 aunque recién lo visitó
en 1935; su interés también se centró en las representaciones de la
litoescultura ya que él lo consideraba como manifestación de la dispersión
Chavín (Franquemont 1986:1; Paredes 1985:13).
En 1937, Alfred Kidder II hace una prospección de una amplia zona de Perú y
Bolivia y señala a Pukara como un sitio que tiene relación tanto con
Tiahuanaco como con Chiripa. Y además le parece el lugar más prometedor
para excavaciones inmediatas que vio en el Perú (Kidder 1938:9). Por esta
32
36. razón, regresa en 1939 y entre enero y julio efectúa las primeras excavaciones
en el sitio con la cooperación del Museo Nacional de Lima y de José María
Franco Inojosa del Instituto Arqueológico del Cusco (Kidder 1940:341; Franco
Inojosa 1940:129). Es importante la observación de éste último quien
menciona que el sitio no es una fortaleza como lo indica la toponimia siendo
más bien un centro sagrado de gran importancia (Franco Inojosa 1940:135).
Kidder excavó en seis áreas: I, II y III cerca de las riberas del río Pucara; IV
en la pampa central; y V y VI en las terrazas y la plataforma central de la
Qalasaya (Klarich 2005a:50). Estas excavaciones fueron parte de los
Proyectos de Investigación en América Latina del Instituto de Investigaciones
Andinas. Luego, entre junio y septiembre de 1941 regresó al área con el afán
de buscar sitios tempranos en Puno y la escultura de las culturas tempranas
de la hoya del lago Titicaca con apoyo de Rowe durante agosto (Kidder 1943:
prefacio, p.v; Rowe 1942:66). Hizo un recorrido importante, desde Ilave por el
sur hasta Conima por el noreste y los valles de Azángaro y Pucará por el
norte (Kidder 1943:37).
En 1949, Manuel Chávez Ballón de la Universidad Nacional San Antonio
Abad del Cusco hizo excavaciones en el sitio por encargo de Tello y aunque no
publicó el informe, se conoce por información de los pobladores que excavó
cerca al montículo de la Lagunita, en el extremo sur de la pampa central
33
37. (Klarich 2005a:52). En 1955, Kidder volvió a Pukara y junto con Chávez
Ballón hicieron dos pequeñas excavaciones cerca al sitio. En éstas, se recogió
muestras de carbón para realizar fechados y también cerámica que ellos
llamaron Qaluyu (Kidder 1956a:29, Kidder 1956b:7-8). Es importante señalar
que a esta cerámica nueva, la relacionan con Chavín y Chanapata (Paredes
1985:15). En 1964, Máximo Neira Avendaño y Jorge Flores Ochoa condujeron
excavaciones de prueba en esta zona aunque tampoco se publicaron los
resultados (Klarich 2005:53).
El segundo proyecto con excavaciones extensivas se llevó a cabo entre 1975 y
1980. Primero con el Primer Curso de Métodos y Técnicas en Arqueología
Andina dirigido por Luis Lumbreras (Lumbreras y Amat 1968:76-77). Luego
con el Plan Copesco dirigido por Elías Mujica y Ernesto Nakandakari entre
1975 y 1978, por Jorge Ismodes, Percy Paz y Percy Bonnett entre 1979 y 1980
(Wheeler y Mujica 1981:24) y por Jorge Ismodes en 1981. Se hicieron varias
excavaciones en el área de la plaza hundida y también una reconstrucción de
las terrazas y escalinatas de la Qalasaya. Es de este proyecto de donde
proviene el material de estudio de esta tesis.
Finalmente, en el 2000 Elizabeth Klarich realizó una prospección geofísica y
recolección de superficie en la pampa central, luego en el 2001, hizo
excavaciones en la misma zona, cerca al Área IV de Kidder sobre la base de
34
38. los resultados de la prospección geofísica. En estas excavaciones encontró
evidencias de un cambio en el uso de la pampa central que pasó de ser un
lugar público abierto a una serie de espacios privados y semiprivados donde
artesanos o individuos locales que hacían rituales de pequeña escala y
actividades domésticas. La autora (2005b:202) plantea que durante la
ocupación Pukara Inicial, la Qalasaya y la pampa fueron elementos
complementarios mientras que en las siguientes ocupaciones (Pukara Medio o
Clásico y Pukara Tardío), el barrio central se diferenció entre los espacios
mundanos (la pampa) y los monumentales cada vez más esotéricos
(Qalasaya).
2.2.2.- Estudios de la cerámica.
El primero en realizar investigaciones estilísticas y tecnológicas de la
cerámica del sitio fue Edward Franquemont (1986) quien analizó la cerámica
proveniente de las excavaciones de Kidder y trató de plantear una cronología
para la cerámica de Pukara buscando diferencias en la pasta, forma y
decoración de las vasijas y correlacionándolas con los datos de las
excavaciones. A pesar que no tenía evidencias claras de estratigrafía ya que
dichos materiales provenían de contextos mezclados, identificó 3 unidades
estilísticas en orden cronológico: Cusipata, Pucara Pampa y Pucara Río.
35
39. Para poder construir la secuencia, tuvo que comparar las características de
las distintas unidades estilísticas con otros estilos de la región, los cuales
tenían ya una antigüedad asignada. Así, “amarró” el inicio de la secuencia, es
decir, el estilo Cusipata con el estilo Qaluyu, el cual se conocía que era más
temprano que Pukara mediante fechados radiocarbónicos.
Franquemont se basó en primer lugar en las anotaciones estratigráficas de
Kidder pero más importante fue la semejanza que percibió entre Qaluyu y
Cusipata en cuanto al uso del pigmento marrón y la forma de los cuencos. Los
datos estratigráficos provenientes de las excavaciones del grupo de la
Universidad Nacional del Cusco liderado por Máximo Neira en la zona de
Huayapata confirmaron la sospecha de Franquemont que Qaluyu y Cusipata
eran cercanos temporalmente.
En estas excavaciones, en los niveles más profundos, se encontró cerámica de
pasta marrón que tenía alguna semejanza con la cerámica de estilo
Chanapata del Cusco identificada por Rowe (Rowe 1955:142; ver Bauer
1999:115) y que a su vez, se relacionaba estilísticamente con la cerámica
Qaluyu. El estilo Qaluyu fue definido por John Rowe sobre la base de
fragmentos de superficie del sitio epónimo. Luego Lumbreras y Amat
(1968:78-79) contribuyen con la definición de variantes dentro de este estilo.
Por encima de esta cerámica de pasta marrón, se encontró cerámica Pukara
36
40. decorada con diseños geométricos y encima de esta, había niveles con
cerámica Pukara decorada con diseños naturalísticos (que corresponden a lo
que Franquemont llamó Pucara Pampa y Pucara Río respectivamente).
Pero Franquemont también comparó cada fase de su secuencia con fases
previamente establecidas en otras regiones y que a su criterio, estaban
emparentadas estilísticamente. Así, menciona que hay relaciones entre
Cusipata y Qalasasaya de la cuenca sur del Lago Titicaca así como con
Ocucaje 8; Pucara Pampa con Ocucaje 9 y Pucara Río con Ocucaje 10 / Nasca
1 de la costa sur del Perú. Además, hizo una tipología formal de los
materiales y los clasificó en 7 formas generales, 5 de las cuales fueron
subdivididas (1986:4-8; Klarich 2005a:196).
La primera categoría corresponde a los Tazones abiertos con sus variantes A,
B, C y la Vasija de Base Anular (o de base pedestal). La segunda categoría,
las Vasijas con cuello con sus variantes A, B, C y D divididos así según forma,
diámetro y presencia de decoración incluyendo aquí ollas y cántaros. La
tercera categoría son los Tubos de cerámica, los cuales siempre están
decorados con iconografía incisa compleja. La cuarta categoría corresponde a
keros o vasos altos (beakers) mientras que en la quinta categoría se
encuentran los tazones altos de paredes convexas (incurved bowls y
tumblers). Las vasijas en forma de caja son la sexta categoría y la sétima
37
41. corresponde a un conjunto de fragmentos inubicables en las demás categorías
y denominados “otros artefactos cerámicos”.
El siguiente estudio publicado acerca de la cerámica del sitio es el de John
Rowe y Catherine Brandel (1971) quienes presentan un catálogo con dibujos y
fotos de cerámica entera y fragmentada con decoración Pukara para facilitar
estudios comparativos. Ellos usaron para esto la colección del Museo Nacional
de Antropología, Arqueología e Historia en Lima, algunas vasijas del Museo
Arqueológico del Cusco y 2 fragmentos provenientes de una recolección de
superficie hecha en 1966.
Luego, Mujica (1987) hace un análisis de la cerámica Cusipata usando datos
de sus excavaciones en la pirámide Qalasaya y complementándolos con los
materiales de las excavaciones de Kidder en el Area IV. El confirma la
cronología de Franquemont y la refina proponiendo nuevas subdivisiones
tomando en cuenta características de la pasta, forma y decoración de la
cerámica. Mujica propone una tipología con 5 tipos de cerámica Cusipata:
Cusipata Inciso; Cusipata Pintado, el cual a su vez se divide en Crema sobre
Marrón y Crema sobre Negro; Cusipata Engobe Rojo y Cusipata Mica Llano.
38
42. En su análisis formal encuentra dos formas de vasija típicas aunque no
incluyó la cerámica llana donde menciona que es posible que se reconozcan
más formas. Por un lado están las vasijas abiertas representadas únicamente
por cuencos y por otro, las vasijas cerradas donde hay ollas y cántaros
pequeños. Los cuencos tienen lados divergentes y ligeramente acampanados
con un reborde pronunciado en el labio al exterior y un marcado bisel al
interior mientras que en el caso de las ollas, la forma más conocida tiene
cuello corto con o sin reborde.
Existe una correlación entre forma y decoración ya que el tipo Cusipata
Pintado se da sólo en cuencos mientras que el Cusipata Inciso así como el
Cusipata Engobe Rojo pueden darse tanto en cuencos como en vasijas
cerradas. Mujica relaciona sus tipos con los de Franquemont y llega a la
conclusión de que lo que él llama Cusipata Pintado y Cusipata Inciso
vendrían a ser lo que Franquemont denominó Cusipata y Pucara Pampa
respectivamente.
Mujica reafirma que Cusipata sería una fase intermedia entre Qaluyu y
Pukara, así como se confirma la continuidad cultural entre Cusipata y
Pukara ya que se usan las mismas fuentes de arcilla y mismos temperantes
siendo la única diferencia que la cerámica Pukara está mejor cocida.
Finalmente, Sergio Chávez (1992) publica como Tesis Doctoral el análisis más
39
43. completo estilístico y tecnológico de la cerámica proveniente de las
excavaciones de Kidder en 1939. El objetivo descriptivo principal de su
estudio es conocer la naturaleza de las formas, técnicas, temas, motivos,
diseños y elementos así como descubrir las reglas del estilo decorativo Pukara
(1992:18). En cuanto a su tipología formal la cerámica está dividida en 2
grandes categorías, las vasijas de acceso restringido y las de acceso no
restringido que corresponden básicamente a tazones y cántaros (jars)
respectivamente.
Estas categorías principales se subdividieron en muy grandes (oversized),
grandes, medianos, pequeños, efigies y miniaturas. Asimismo, las formas
restringidas como las no restringidas fueron clasificadas en 11 grupos cada
una. La identificación de estos 22 grupos se realizó sobre la base del análisis
de atributos como formas de borde y labio, forma y grosor de las paredes,
altura de las vasijas, entre otros, así como también de la técnica de
manufactura (1992:509). Antes de discutir sobre el análisis realizado de la
cerámica, debemos presentar los detalles de las excavaciones y contextos de
los cuales proviene el material en cuestión.
40
44. Capítulo 3
El Proyecto Copesco 2 .
Los materiales analizados en la presente tesis provienen de las
excavaciones realizadas en el sitio de Pukara como parte del Sub-proyecto
Puesta en Valor de Monumentos del Plan Copesco (Comisión Especial para
Supervigilar el Plan Turístico Cultural PERU-UNESCO) mediante la Unidad
Especial Ejecutora del Instituto Nacional de Cultura (INC). Este Plan fue
concebido como un proyecto de desarrollo regional para la zona sur del país
(Cusco y Puno). En este, se trabajó en la restauración y puesta de valor de
monumentos históricos así como en obras de equipamiento e infraestructura
turística. Por esta razón y dado que el proyecto era multidisciplinario contó
con la colaboración de arqueólogos, antropólogos y arquitectos.
En el caso de Pukara, el proyecto se inició en agosto de 1975 y culminó en
setiembre de 1981. La intervención arqueológica fue dirigida por Elías Mujica
y Ernesto Nakandakari en el periodo 1975-1978; por Jorge Ismodes, Percy
Paz y Percy Bonnet en el periodo 1979-1980 (Wheeler y Mujica 1981:24) y por
Jorge Ismodes en 1981.
2
Toda la información acerca del proyecto ha sido extraída del Informe Final de Ejecución de Obra, Sitio
Arqueológico de Pucará-Puno, 1982 presentado al Instituto Nacional de Cultura por la Unidad Especial
Ejecutora del Sub-Proyecto Puesta en Valor de Monumentos del Plan Copesco. Dicho Informe así como los
dibujos de perfil y de planta de las excavaciones fueron gentilmente compartidos por Elías Mujica.
41
45. 3.1.- Objetivos.
El proyecto en el sitio tenía como objetivo principal recuperar la mayor
cantidad de material cultural posible, la consolidación de estructuras en
deterioro y la puesta en valor de las mismas. Por estos motivos fue especial
ya que no se reducía únicamente a la puesta en valor del sitio sino que
también estaba dirigido mediante excavaciones arqueológicas a la obtención
de información acerca del sitio, del área donde se encuentra y la relación
existente entre esta y otra áreas de la región.
Cabe destacar que para conocer mejor la idea general del proyecto en Pukara
dentro de los planes originales, se encontraba la restauración de la iglesia del
pueblo, Iglesia de Santa Isabel del siglo XVIII (objetivo que no se cumplió por
falta de fondos) y la construcción de un Museo de Sitio. Sin embargo, a pesar
de que el proyecto no tenía como finalidad únicamente la puesta en valor del
monumento, las excavaciones arqueológicas muchas veces estaban sujetas a
los requerimientos de la restauración. Es por esta razón que, por lo general,
fueron restringidas y no siempre tuvieron las medidas que hubiesen sido más
útiles para la exploración netamente científica.
42
46. Así los objetivos de la intervención en el sitio se pueden resumir en los
siguientes puntos:
1.- Definir la secuencia ocupacional y confirmar que fue un desarrollo largo
que se produjo in situ. Se buscaba identificar tanto los antecedentes como
posibles fases dentro de la época Pukara.
2.- Determinar en los sectores de los templos en forma de herraje con patio
hundido; tipos de relleno, posibles drenajes, posibles estructuras, estabilidad
de suelos y posibles pisos originales.
3.- Establecer en los sectores de las terrazas del frontis de la pirámide
principal; posibles pisos originales, cimientos de muros, otras estructuras, etc.
3.2.- Metodología.
El proyecto tuvo tres etapas de investigación:
a) Labores de campo que incluyeron prospecciones, recopilación de datos
etnohistóricos, análisis arquitectónico, registro fotográfico y las excavaciones.
43
47. b) Análisis en gabinete donde se buscó documentación histórica, se hizo una
clasificación ceramográfica y se procesaron fichas, cuadernos de campo,
dibujos y fotografías.
c) Trabajos de laboratorio donde se hizo análisis de suelos, de material
botánico y lítico.
Gracias a la observación detenida en las prospecciones superficiales, se logró
una aproximación al conocimiento de la configuración, distribución, y plan
arquitectónico de la pirámide principal. Esto fue básico para la zonificación
del sitio y para la posterior designación de las unidades de excavación.
Además, mediante la recolección de material cultural, se logró distinguir la
presencia de estilos cerámicos pertenecientes a épocas diversas como Pukara,
Collao, Inca y Colonial incluso. Luego, en cuanto a las excavaciones, se aplicó
el sistema de coordenadas cartesianas con orientación cardinal y la unidad
básica fue de 2 x 2 metros, la cual pudo aumentar o disminuir en tamaño
según las necesidades y la intervención se realizó mediante la remoción de
capas naturales.
3.2.1.- Sectorización.
El sitio ha sido dividido en 13 sectores, ordenados mediante letras
alfabéticamente (de la A a la M) como se explica a continuación:
44
48. Sector A: En la ribera del río, lugar conocido como Huaqsapata; son
construcciones escalonadas truncas.
Sector B: Pirámide principal o Qalasaya.
Sectores C y H: El primero ubicado en Huaqsapata y el segundo al
norte de la Lagunita. Son estructuras rectangulares de posible función
administrativa.
Sector D: Ubicado en la pampa del pueblo actual y constituido por
desechos domésticos asociados a abundante material cultural y
estructuras simples (posibles viviendas).
Sector E: Estructuras escalonadas ubicadas al este del Qalasaya y
asociadas a ésta.
Sector F: Ubicado en la pampa entre los sectores H y E y corresponde a
estructuras cerradas de función desconocida; fueron excavadas por
Kidder.
Sector I: Estructura escalonada asociada a la lagunita.
Sector J: Conjunto de andenes en la base del Peñón.
Sector L: Muros de contención en la ladera este del Puca Orqo.
Sector M: Estructuras escalonadas en la cima del Puca Orqo.
La sectorización se basó en elementos y/o espacios arquitectónicos
determinados por el uso y función y también en unidades. La Pirámide
principal o Qalasaya (sector B), se ha subdividido a su vez con el fin de definir
45
49. mejor los recintos y espacios a trabajar con una nomenclatura coherente. Así,
la sectorización responde a ejes constructivos combinando en la delimitación
de sectores, estructuras o espacios que determinan fácilmente las unidades.
El sector BA, se encuentra al norte; el sector BB al centro y el sector BC al
sur y están delimitados por los recintos o templos (en U) en la cima de la
pirámide central. Los sectores BE, BF y BG se encuentran de forma paralela
a los anteriores pero hacia el frontis de la pirámide. Constan de plataformas
largas y angostas y ahí se ubican los muros de contención de las plataformas
y las escaleras. Cada sector tiene espacios más pequeños llamados sub-
secciones.
46
50. Figura 9. Plano mostrando la sectorización de la Qalasaya. Los sectores BA, BB y BC
corresponden a los recintos con patio hundido mientras que los sectores BE, BF, BG y BH son
el conjunto de plataformas que conforman el frontis de la pirámide. Se muestran en color
oscuro las áreas de excavación del Plan Copesco donde se halló el material que fue analizado
en este trabajo (Adaptado de Klarich 2005b: 198, Fig.13).
Estos reciben su propia nomenclatura donde se trata de delimitar su
composición arquitectónica (las plataformas son P y seguidos de números
arábigos donde 1 es la plataforma de más abajo). En cuanto a los espacios
abiertos ubicados al oeste de las estructuras en U, también se les ha
considerado como subsecciones pero en la nomenclatura se usa apóstrofes
(v.g. BA´, BA´´, etc.).
47
51. 3.2.2.- Secuencia y estrategia de excavación.
Durante la temporada 1975-1976, en líneas generales se determinó
casi la totalidad de los muros de contención de las plataformas y se dio pautas
para el posterior trabajo de consolidación, mejor conocimiento del conjunto
arquitectónico y arqueológico y se permitió ajustar métodos de excavación y
trabajos de campo. Se hicieron excavaciones en los sectores BC, BF, BG, BC y
BE logrando los mejores resultados en los tres primeros.
En la temporada 1977-1978 las investigaciones se centraron en el sector BB,
más específicamente en el llamado “Templo blanco y rojo” excavado por
Alfred Kidder II como ya lo hemos señalado. Se hicieron excavaciones para
recuperar material cultural y determinar elementos arquitectónicos dañados.
En la temporada 1979-1980, se enfatizó el trabajo en los sectores BF y BG
donde se hicieron excavaciones con el fin de conocer las ocupaciones finales de
las plataformas, definir niveles de restitución de pisos y el tratamiento
posterior de éstas. En estos sectores se hizo hallazgos sorprendentes de
estructuras anteriores a la que se ven en la actualidad.
En la última temporada, la correspondiente a 1981, se hicieron excavaciones
en la escalera central, el mantenimiento de las intervenciones anteriores así
48
52. como el arreglo de estructuras en los sectores que componen el frontis de la
pirámide principal.
3.3. Las excavaciones.
3.3.1.- Temporada 1975-1976.
En el sector BC se eligieron contextos donde había mayor cantidad de
elementos arquitectónicos poniendo énfasis en el llamado “Templo sur”, el
cual se encuentra en la última plataforma de la pirámide. Aquí se hallaron
las lajas que conformaban los niveles medio e inferior del templo y
estructuras Incas de una ocupación posterior mientras que en los sectores BF
y BG las labores fueron orientadas a las plataformas que conforman el frontis
de la pirámide con la intención de recuperar material cultural, consolidación
de estructuras en mal estado y la puesta en valor de éstas. La mayor parte de
los materiales analizados en el presente trabajo provienen de estas
excavaciones en el patio hundido del sector BB.
3.3.2.- Temporada 1977-1978.
Las excavaciones en el “Templo Blanco y Rojo” fueron orientadas a la
ubicación de elementos arquitectónicos dañados; el análisis de su estado; la
asociación de estos elementos con otros y la recuperación de las lajas de
49
53. piedra que sirven como contención del nivel hundido. Así fue posible
determinar posibles niveles de ocupación del templo sobre los cuales restituir
nuevos pisos para cuidar los primeros.
Durante las excavaciones en el patio hundido se llegó hasta el talud natural
sobre el cual se hizo la edificación encontrándose estructuras pre-Pukara
Clásico o Medio y se ubicaron los drenajes, los cuales pasan por debajo de los
muros y plataformas adyacentes a la construcción. Finalmente en la parte
norte del Sector BB se encontró un gran piso de lajas de piedra el cual al
parecer conecta ese sector con el Sector BA y sobre el cual se ha encontrado
evidencias de ocupación de los periodos Collao, Inca y Colonial.
3.3.3.-Temporada 1979-1980.
En esta temporada se hizo los hallazgos más importantes del sitio. En
las plataformas 2 y 3 de los sectores BF y BG, se encontraron muros que
corresponderían a una pirámide anterior, la cual tiene distinta orientación y
manufactura a la que se ve en superficie (Figuras 10 y 11). Asimismo, en la
terraza 1 del sector BG se halló un recinto que se encuentra por debajo de las
construcciones Pukara Clásico o Medio. Se llega a esta edificación por una
escalera de piedras labradas y el acceso se hace a través de una puerta de
doble jamba que se encuentra en el muro Este.
50
54. Dicho recinto tiene medidas de 3.25m. de largo por 1.40m. de ancho con una
altura promedio de 1.65m (Figura 12A). Además se encontró seis hornacinas,
una en los muros norte y sur y dos en los muros este y oeste (Figura 12C).
Cabe destacarse que las del muro oeste fueron las únicas que se encontraron
selladas con barro y que en el interior había esculturas líticas pintadas de
colores. Una es una cabeza humana (Figura 12B) y la otra una figura
antropomorfa.
51
55. Figura 10. Dibujo de perfil del Eje Norte 44 del Sector BF mostrando detalle de la
Plataforma 3 (Redibujado del documento del Proyecto Copesco).
Figura 11. Dibujo de perfil del Eje Norte 42 del Sector BG mostrando detalle de la
Plataforma 3 (Redibujado del documento del Proyecto Copesco).
52
56. Figura 12. Fotos del recinto asociado a la pirámide más antigua del sitio (A, B y C) y del
monolito hallado in situ en una plataforma inmediatamente encima de dicho recinto
(Adaptado de Klarich 2005b: 199, Fig.14).
Por otro lado, en la parte sur del Sector BG, se trabajó en la liberación de
escombros y puesta en valor de la gran escalera central de la pirámide.
Finalmente en esta temporada también se intervino mediante prospecciones
y excavaciones en la estructura del periodo Colonial ubicada en la plataforma
superior de la pirámide. En estos trabajos se conocieron enlucidos de barro y
cal, restos de adobes y pisos y una poza de piedra.
53
57. 3.3.4.- Temporada 1981.
Esta temporada fue la más corta y a pesar que se hizo trabajos
arqueológicos en el frontis de la pirámide principal, estos estuvieron abocados
sobre todo al mantenimiento de las intervenciones anteriores, la mayor parte
del tiempo del proyecto se usó en la construcción del Museo de sitio.
3.4.- La estratigrafía.
Con respecto a este tema, debemos lamentar el hecho que no hemos podido
conseguir algunos datos de las excavaciones. Así, en el caso de los dibujos de
perfil de los sectores BF y BG (Figuras 13 y 14), no tenemos datos de las
capas sino que se muestran los cortes en ejes de las plataformas con detalles
en algunas de estas. En cuanto al sector BB, si bien las capas no están
descritas detalladamente y no obtuvimos todos los perfiles, es de utilidad la
información recuperada. En la Figura 15 podemos apreciar una vista de
planta de este sector, la cuadriculación y la ubicación de los perfiles que se
detallarán más adelante.
54
58. Figura 13. Dibujo de perfil del Eje Norte 42 del Sector BF (Redibujado del documento del
Proyecto Copesco).
55
59. Figura 14. Dibujo de perfil del Eje Norte 42 del Sector BG (Redibujado del documento del
Proyecto Copesco).
56
60. Figura 15. Dibujo de planta del Sector BB con la ubicación de las cuadrículas y los perfiles
citados en el texto (Redibujado del documento del Proyecto Copesco).
57
61. 3.4.1.- Descripción de capas, Sector BB Cuadrícula N2-3 E17-18
(Figura 16).
2A: Tierra negra. No se analizaron fragmentos de este nivel por pertenecer al
periodo Pukara Medio/Clásico.
3B: Tierra roja con gravilla. No se analizaron fragmentos de este nivel por
pertenecer al periodo Pukara Medio/Clásico.
4C: Tierra blanca. No se analizaron fragmentos de este nivel por pertenecer
al periodo Pukara Medio/Clásico.
5D: Tierra roja. Se encontró un tazón grande de paredes divergentes rectas y
borde aplanado inclinado.
6D: Tierra negra. Se encontró un cuenco pequeño de paredes divergentes y
borde redondeado; un cántaro grande de cuello ligeramente cóncavo
divergente y borde redondeado engrosado externo; una olla con cuello
mediano de paredes ligeramente cóncavas verticales y borde biselado; una
olla sin cuello de paredes muy inclinadas y borde engrosado interno
redondeado y un tazón grande de paredes divergentes rectas y borde
aplanado inclinado.
58
62. 7DE: No se halló descripción de la capa. Se encontró una olla con cuello
mediano y de paredes ligeramente cóncavas verticales y borde engrosado
externo; una olla con cuello mediano y de paredes ligeramente cóncavas
convergentes y borde engrosado externo; dos tazones medianos de paredes
divergentes rectas y borde redondeado; un cántaro mediano de cuello
ligeramente cóncavo vertical y borde biselado y un cántaro pequeño de cuello
ligeramente cóncavo divergente y borde engrosado externo redondeado.
8DE: Tierra negra. Se encontró un tazón mediano de paredes divergentes
rectas y borde aplanado inclinado.
9E: Tierra roja con grava. No se encontró bordes identificables con alguna
forma.
10E: Tierra amarilla arenosa. No se encontró bordes identificables con alguna
forma.
11F: Tierra negra arenosa. No se encontró bordes identificables con alguna
forma.
X: Lentes rojos. No se encontró bordes identificables a alguna forma.
59
63. Y: Tierra negra arenosa. No se encontró bordes identificables a alguna forma.
Figura 16. Dibujo del perfil oeste de la Cuadrícula N2-3 E17-18 del Sector BB (Redibujado
del documento del Proyecto Copesco).
60
64. 3.4.2.- Descripción de capas, Sector BB Eje Norte 4 (Cuadrículas N4-5
E17-18 y N4-5 E19-20) (Figura 17).
4C: No se halló descripción de la capa. Se encontró un tazón grande de
paredes divergentes rectas y borde engrosado externo.
6C: Tierra roja con rayas negras y blancas semi compacta. No se encontró
bordes identificables con alguna forma.
6D: Tierra roja con gravilla compacta. Se encontró una olla sin cuello de
paredes ligeramente inclinadas y borde redondeado; un tazón pequeño de
paredes divergentes rectas y borde redondeado; un tazón pequeño de paredes
verticales convexas y borde redondeado; un tazón mediano de paredes
divergentes rectas y borde redondeado; un tazón mediano de paredes
divergentes convexas y borde engrosado externo; un tazón mediano de
paredes divergentes rectas y borde aplanado horizontal y dos tazones grandes
de paredes divergentes rectas y bordes redondeados.
7D: Tierra negra con rayas rojas y gravilla. Se encontró un plato mediano con
borde engrosado externo; una olla con cuello corto vertical y borde engrosado
externo; una olla con cuello mediano ligeramente cóncavo convergente y
borde redondeado; un cántaro grande de cuello ligeramente cóncavo
divergente y borde aplanado horizontal engrosado externo; un tazón mediano
61
65. de paredes verticales rectas y borde aplanado horizontal y un tazón grande de
paredes divergentes rectas y borde ligeramente redondeado.
8D: Tierra negra con rayas blancas arenosa. Se encontró un cántaro pequeño
de cuello cóncavo divergente y borde engrosado externo redondeado; un
cántaro mediano de cuello cóncavo divergente y borde engrosado externo
redondeado; un cántaro grande de cuello ligeramente cóncavo divergente y
borde aplanado horizontal engrosado externo y un tazón mediano de paredes
divergentes rectas y borde redondeado.
8DE: No se halló descripción de la capa. Se encontró un cántaro mediano de
cuello ligeramente cóncavo divergente y borde redondeado y un cántaro
grande de cuello cóncavo divergente y borde aplanado inclinado engrosado
externo.
9E: Tierra roja con gravilla arcillosa compacta. Se encontró una olla sin cuello
de paredes inclinadas y borde redondeado puntiagudo.
10E: Tierra roja intercalada con tierra negra arenosa y blanca. Se encontró
un tazón mediano de paredes divergentes rectas y borde redondeado y un
tazón grande de paredes divergentes rectas y borde ligeramente redondeado.
62
66. 11F: Tierra mitad roja con gravilla y mitad blanca arenosa. Se encontró una
olla con cuello mediano ligeramente cóncavo vertical y borde redondeado.
12G: Tierra negra con rayas amarillas arenosas. Se encontró una olla con
cuello corto vertical y borde aplanado horizontal.
13H: Tierra roja con gravilla arcillosa con rayas negras arenosas. No se
encontró bordes identificables con alguna forma.
14H: Tierra gris arenosa suave. Se encontró un tazón grande de paredes
verticales rectas y borde redondeado.
15I: Tierra negra arenosa compacta. No se encontró bordes identificables con
alguna forma.
16I: No se halló descripción de la capa. Se encontró una olla sin cuello de
paredes inclinadas y borde rectangular alargado; un cántaro grande de cuello
ligeramente cóncavo vertical y borde engrosado externo y un tazón mediano
de paredes divergentes rectas y borde aplanado inclinado.
63
67. 17I: No se halló descripción de la capa. Se encontró un tazón mediano de
paredes divergentes rectas y borde engrosado externo y un tazón mediano de
paredes divergentes cóncavas y borde redondeado.
18I: No se halló descripción de la capa. Se encontró un plato pequeño de borde
redondeado; un tazón pequeño de paredes divergentes convexas y borde
redondeado; un tazón mediano de paredes verticales rectas y borde
ligeramente redondeado; un tazón grande de paredes verticales rectas y borde
aplanado horizontal y un tazón grande de paredes divergentes convexas y
borde redondeado.
19I: No se halló descripción de la capa. Se encontró una olla sin cuello de
paredes ligeramente inclinadas y borde aplanado inclinado y un tazón grande
de paredes divergentes rectas y borde engrosado externo.
20I: No se halló descripción de la capa. Se encontró un tazón mediano de
paredes divergentes rectas y borde redondeado.
23I: No se halló descripción de la capa. Se encontró dos ollas sin cuello de
paredes ligeramente inclinadas y borde engrosado interior y exterior y una
olla sin cuello de paredes ligeramente inclinadas y borde aplanado inclinado.
64
68. Figura 17. Dibujo de perfil del Eje Norte 4 del Sector BB (Redibujado del documento del
Proyecto Copesco).
65
69. 3.4.3.- Descripción de capas, Sector BB Cuadrícula N6-7 E23-24
(Figura 18).
4C: Tierra blanca arenosa semi compacta. Se encontró un cántaro grande de
cuello ligeramente cóncavo divergente y borde engrosado externo redondeado.
6C: Tierra roja con rayas negras y blancas semi compacta. No se encontró
bordes identificables con alguna forma.
5D: Tierra roja con gravilla compacta. Se encontró un cántaro mediano de
cuello ligeramente cóncavo divergente y borde engrosado externo puntiagudo.
6D: No existe descripción de la capa. Se encontró un cuenco grande de
paredes divergentes y borde redondeado; un tazón mediano de paredes
divergentes rectas y borde redondeado; un tazón mediano de paredes
divergentes rectas y borde aplanado inclinado; un tazón grande de paredes
verticales convexas y borde engrosado interno y externo y un tazón grande de
paredes divergentes rectas y borde aplanado inclinado.
7D: Tierra negra con rayas rojas y gravilla. Se encontró un cuenco pequeño de
paredes divergentes y borde redondeado.
66
70. 8D: Tierra negra con rayas blancas arenosa. No se encontró bordes
identificables con alguna forma.
9E: Tierra roja con gravilla arcillosa compacta. No se encontró bordes
identificables con alguna forma.
10E: Tierra roja intercalada con tierra negra arenosa y blanca. No se
encontró bordes identificables con alguna forma.
11F: Tierra mitad roja con gravilla y mitad blanca arenosa. Se encontró un
plato mediano con borde engrosado externo.
12G: Tierra negra con rayas amarillas arenosas. Se encontró una olla sin
cuello de paredes inclinadas y borde redondeado alargado y una olla sin
cuello de paredes ligeramente inclinadas y borde aplanado horizontal.
13H: Tierra roja con gravilla arcillosa con rayas negras arenosas. No se
encontraron bordes identificables con alguna forma.
14H: Tierra gris arenosa suave. No se encontraron bordes identificables con
alguna forma.
67
71. 15I: Tierra negra arenosa compacta. Se encontró un cántaro pequeño de
cuello ligeramente cóncavo divergente y borde redondeado; dos ollas sin cuello
de paredes ligeramente inclinadas y borde redondeado y un tazón pequeño de
paredes divergentes rectas y borde engrosado externo.
16I: No existe descripción de la capa. Se encontró un plato grande de borde
redondeado.
17I: No existe descripción de la capa. Se encontró un cuenco grande de
paredes divergentes y borde redondeado; un cántaro pequeño de cuello
ligeramente cóncavo divergente y borde aplanado inclinado alargado; una olla
sin cuello de paredes muy inclinadas y borde engrosado interno redondeado;
una olla sin cuello de paredes ligeramente inclinadas y borde engrosado
externo; un plato mediano de borde redondeado; un tazón grande de paredes
verticales convexas y borde redondeado y un tazón grande de paredes
divergentes rectas y borde engrosado externo.
18J: No existe descripción de la capa. Se encontró un tazón grande de paredes
divergentes convexas y borde redondeado. En este nivel, se detuvo la
excavación por producirse una filtración de agua.
68
72. Figura 18. Dibujo de perfil del Eje Este 22 del Sector BB con la cuadrícula N6-7 E23-24
(Redibujado del documento del Proyecto Copesco).
69
73. 3.5.- Secuencia general del sitio y fases de ocupación.
La primera secuencia completa de la historia ocupacional del sitio fue
propuesta por Wheeler y Mujica (1981) en un reporte a la National Science
Foundation (NSF). En esta, se proponen seis épocas, desde tiempos pre-
Pukara hasta la ocupación Colonial. Esta secuencia ha sido enriquecida con
los datos del “Informe Final de Ejecución de Obra, Sitio Arqueológico de
Pucará-Puno, 1982”.
3.5.1.- Fase I. Ocupación inicial del sitio.
Esta fase corresponde a la primera ocupación del sitio cuyas evidencias
fueron hallados en tres zonas. Primero sobre roca madre, en las capas I y J de
la plaza hundida del Sector BB asociadas a un muro pobremente construido y
huesos animales; luego en la plataforma 3 del Sector BG y finalmente en el
Sector BF en el primer tramo de la escalinata de la Plataforma 1 y en la
esquina suroeste de la Plataforma 4, también sobre la capa estéril.
Ya que estos niveles se consideran como pre Qaluyu y dado que existen
algunos fechados para Qaluyu (Mohr-Chávez: 1977) que lo ubican entre 1400
y 800 a.C., se sugiere que la primera ocupación del sitio se encontraría
aproximadamente cerca del año 1400 a.C. aunque dejan en claro que su
70
74. entendimiento para estos niveles, no es el mejor debido a la falta de datos
(Wheeler y Mujica 1981:26).
3.5.2.- Fase II. Época transicional pre Pukara.
Esta ha sido identificada en las capas F, G y H de la plaza hundida del
Sector BB con asociación a un muro bien hecho de 0.60m. de altura, el cual al
parecer sirvió como contención de una plataforma por lo que se toma como el
inicio de la arquitectura no doméstica del sitio. En esta época, se iniciarían
las interrelaciones con otros lugares dentro y fuera de la cuenca ya que se
menciona contactos con el valle del Vilcanota y la cuenca sur del Titicaca.
Además, se propone un nuevo estilo local altiplánico que llaman Zeta y está
definido como una cerámica de pasta roja con decoración incisa curvilínea
(Wheeler y Mujica 1981:26-29).
3.5.3.- Fase III. Transición pre Pukara a Pukara.
Esta época ha sido situada entre 850 y 200 a.C. sobre la base de
cronología relativa de cerámica. Las evidencias de esta época fueron halladas
en las capas C, D y E de la plaza hundida en el Sector BB, en las plataformas
2, 3 y 4 del Sector BF y en el atrio del Sector BG (Wheeler y Mujica 1981:29).
Lo más importante para este periodo fue el hallazgo de una pirámide
escalonada de cinco niveles que precede a la que vemos en la actualidad.
71
75. Thomas Lynch (1981:204) agrega que esta pirámide anterior estaría fechada
quizás entre el 800 y el 200 a.C. y que lo más importante de este hallazgo es
que se descubrió que existe continuidad entre las dos etapas culturales.
En las excavaciones se encontraron cuatro de los muros de contención de las
plataformas y al parecer existe un quinto nivel por lo que se deduce que la
primera pirámide tenía la misma altura que la segunda aunque era más
pequeña. Los muros tienen un ancho aproximado en la base de 3.40m. y en la
cabeza de 2.90m. con una altura de 4 metros. En cuanto a la cerámica, este
periodo es particular puesto que se dan a conocer tres nuevos estilos o
tradiciones alfareras con diversos orígenes y que estarían hablando de
contactos cada vez más fuertes con otros lugares y con zonas más alejadas
también.
Wheeler y Mujica (1981:34-40) señalan a Pukara Inicial (llamado
originalmente Pucara Río por Franquemont en 1967) como un estilo indígena
altiplánico ya que tendría como antecedente el estilo Zeta ya descrito y sería
asimismo, antecedente directo del estilo Pukara Clásico. El siguiente estilo
es el Cusipata, el cual ya había sido definido como tal por Franquemont
(1986) pero con base en las excavaciones de Kidder en la pampa central (Área
IV) y no con materiales del Qalasaya. Wheeler y Mujica (1981:34) mencionan
que dicho estilo es parecido a la cerámica pintada Qaluyu pero que no podría
72
76. considerársele de tradición altiplánica y que más bien tendría sus orígenes en
el valle del Vilcanota al norte debido a su semejanza con la tradición
Marcavalle.
El tercer estilo mencionado para este periodo de transición es el llamado
Ramis, el cual es definido como una cerámica de pasta negra, mal hecha, con
mala cocción y decorada con diseños incisos geométricos, los cuales fueron
rellenados con pintura roja brillante y verde clara post-cocción. Por sus
características se propone que es una cerámica originaria de las tierras bajas
amazónicas del oriente (Wheeler y Mujica 1981:40).
3.5.4.- Fase IV. Época Pukara Clásico o Medio.
La Época IV corresponde al tiempo donde se entierra ritualmente la
pirámide anterior y se da un proceso de renovación y agrandamiento del
templo, así como la construcción de tres plazas hundidas en la cima del
Qalasaya. La segunda pirámide se construyó de la siguiente manera (ver
Figuras 6 y 7): 1) Se levantaron muros rústicos paralelos a los muros de
contención de las plataformas; 2) Se rellenó el espacio intermedio con arcilla
de río; 3) Se construyeron nuevos muros de contención adyacentes a los
muros rústicos, los cuales sostienen también un relleno compuesto de piedras
73
77. grandes en la base y pequeñas en la parte superior y 4) Se niveló el piso de la
nueva plataforma.
Los autores lamentan, sin embargo, la escasa cantidad de cerámica que
pudieron recoger de esta época debido al trabajo previo de Kidder en 1939
(Wheeler y Mujica 1981:40-43). Es de este periodo que tenemos la mayor
cantidad de fechados, Klarich (2005a:241) presenta 15 fechados C14 de sus
excavaciones en la pampa central del sitio, los cuales tienen un rango de
entre 360 a.C. y 240 d.C. y 11 de ellos se encuentran entre 180 a.C. y 120 d.C.
3.5.5.- Fase V. Abandono del sitio y colapso de Pukara.
La Época V es la denominada ocupación Pukara Decadente y abandono
del sitio, proceso que al parecer se desarrolló de forma pacífica y rápida. Las
evidencias fueron halladas en la cima de la pirámide, en la zona entre las dos
plazas hundidas que están hacia el norte (BB y BA) donde se descubrieron
una serie de patios sin techo donde se habría producido actividad doméstica.
Asociada a los restos de fauna se encontró cerámica que mantiene
características Pukara pero con nuevas formas y de manufactura menos
elaborada.
74
78. 3.5.6.- Fase VI. Reocupaciones tardías.
Esta fase corresponde a las reocupaciones tardías del sitio. La primera
se produjo mucho tiempo después del colapso de la entidad política Pukara y
es uno de los enigmas para la cuenca norte del Lago Titicaca puesto que aún
no se han encontrado ocupaciones pertenecientes al Horizonte Medio. La
primera reocupación se realizó por los Collas alrededor del 1250 d.C., quienes
usan con más intensidad las laderas al pie del Peñón aunque también hay
evidencias de ocupación doméstica y cistas intrusivas en las plataformas del
Qalasaya.
Los Incas reocupan el sitio aproximadamente en el 1471 d.C. gracias a las
acciones de Tupac Yupanqui quien vence en batalla a los Collas que se habían
sublevado. Las remodelaciones Inca se encuentran en dos lugares: En el
límite de los sectores BF, BE y BH donde construyen una escalinata
mediante una combinación de peldaños y rampas y en las plataformas 4 y 5
del Sector BG donde edifican un muro con hornacinas trapezoidales.
Finalmente, la evidencia del periodo Colonial se encuentra en los sectores BA
y BC. En el primero de ellos, se encontró nueve casas de planta rectangular
dispuestas una al lado de la otra y separadas por un pasadizo de 1 metro de
ancho. En el segundo sector también se encontró nueve casas aunque de
75
79. manufactura más rústica y aglutinadas sin ningún orden. Asimismo en el
límite con el Sector BB, se encuentra una gran estructura que funcionó como
iglesia cristiana, la cual fue construida con muros de barro con base de piedra
y en una de sus paredes, se encontraron siete hornacinas, algunas de las
cuales conservan restos de pintura.
Esta cronología fue reformulada luego por Mujica. La secuencia cronológica
de los estilos cerámicos para la cuenca norte sería de la siguiente manera (ver
Figura 1 en Mujica 1988:79): Qaluyu (1400-800 a.C); Cusipata (800-500 a.C.);
Pukara Inicial (500-200 a.C.); Pukara Medio (200 a.C-100 d.C.) y finalmente
Pukara Tardío (100-380 d.C.). En cuanto a la secuencia en el sitio de Pukara,
Mujica (1987:28) menciona que en las capas más antiguas, hay cerámica mal
definida pero se ha identificado cuencos bajos de lados rectos y divergentes
con incisiones delgadas y ollas sin cuello.
Así él propone que la cerámica Qaluyu, es introducida tardíamente en la
secuencia más temprana del sitio ya que se encuentra en niveles por encima
de los que contienen esta cerámica descrita aunque asociada a otros estilos
cerámicos que tampoco se conocen bien. Por encima de estos niveles, hay
otros con materiales Qaluyu y Cusipata mezclados, luego Cusipata solo y
después Cusipata asociado a una cerámica similar a Pukara que vendría a
ser la fase más temprana del estilo Pukara (Mujica 1987:25; 1988:87).
76
80. Finalmente, por encima de esto y sobre el nivel de arcilla roja ya mencionada,
se encuentran los materiales Pukara Clásico o Medio.
77
81. Capítulo 4
El material cerámico.
4.1.- La clasificación morfofuncional.
Decidimos realizar esta clasificación en lugar de buscar tipos ya que
normalmente, las tipologías se basan únicamente en ciertos atributos
formales o estilísticos. De acuerdo con Lumbreras (1987:3), sostenemos que
tiene que haber una relación entre la forma de la vasija y la función que ésta
debió cumplir. Esto quiere decir que la vasija debe tener ciertas
características en forma y estructura física para que sirvan eficientemente
en la función para la cual ha sido elaborada.
El primer paso es según Lumbreras (op.cit.) y Orton, Tyers y Vince (1993:78),
clasificar la cerámica diagnóstica haciendo dos grandes grupos que
corresponden a la clase de las vasijas. Las dos grandes clases que tenemos
son las vasijas abiertas y las vasijas cerradas. Luego se debe ubicar dentro
cada clase las diferentes categorías (i.e. tazón), sus variantes (i.e. de paredes
verticales) y finalmente los atributos específicos (i.e. labio redondeado).
En el análisis morfofuncional se han registrado platos, cuencos y tazones
como vasijas abiertas y ollas sin cuello, ollas con cuello y cántaros como
vasijas cerradas. El total de fragmentos analizados fue de 4582 sin embargo
78
82. la mayoría de estos son muy pequeños como para ser identificados como parte
de alguna forma de vasija específica. Por este motivo, los resultados del
análisis se encuentran basados en el número de bordes con un tamaño
mínimo de 5% para que sean representativos. El total de vasijas identificadas
fue de 299.
4.1.1.- Descripción de las categorías formales.
4.1.1.1.- Vasijas abiertas (N=150, 50.16% del total).
Son vasijas de acceso no restringido cuya función está asociada al
consumo de alimentos sólidos y líquidos y el ancho máximo se encuentra en
la boca. Se reconocieron las siguientes formas (Figura 19):
4.1.1.1.1.- Platos (P) (N=5, 1.67% del total).
Son vasijas de base plana, de paredes muy inclinadas y muy cortas. A
pesar que la cantidad de ejemplares es muy limitada y por lo tanto no es
representativa, debemos resaltar que la manufactura es consistente. La
superficie interior fue alisada y la exterior bruñida y ambas fueron engobadas
aunque no presentan decoración. Se encontraron muy pocos ejemplares sin
embargo fueron clasificados según el tamaño de la vasija y la forma del labio
en las siguientes categorías (Figura 20 y Tabla 1):
79
83. a) Platos pequeños con labio redondeado (P1) (Lámina 01, Fig.1).
b) Platos medianos con labio engrosado externo (P2) (Lámina 01, Fig.2).
c) Platos grandes con labio redondeado (P3) (Lámina 01, Fig.3).
4.1.1.1.2.- Cuencos (C) (N=8, 2.67% del total).
Son vasijas de paredes convexas y base redondeada donde el diámetro
máximo se puede encontrar en el borde o en el cuerpo. La superficie interior
generalmente estuvo alisada o bruñida mientras que la exterior presenta
alisados y pulidos aunque en la mayoría de casos no, no se pudo determinar
el acabado debido a la erosión. Ambas superficies fueron engobadas y no
presentan decoración. En este caso se encontraron pocos especímenes aunque
fueron clasificados según el tamaño de la vasija, la forma de las paredes y la
forma del labio en las siguientes categorías (Figura 21 y Tabla 2):
a) Cuencos pequeños (Diámetro de entre 7 y 10cms.) (C1).
De paredes verticales y labio redondeado (C1A) (Lámina 02, Fig.1).
De paredes divergentes y labio redondeado (C1B) (Lámina 02, Fig.2).
b) Cuencos medianos (Diámetro de entre 11 y 15cms.) (C2).
De paredes divergentes y labio aplanado horizontal (C2A1) (Lámina
02, Fig.3).
80
84. De paredes divergentes y labio aplanado inclinado (C2A2) (Lámina 03,
Fig.1).
c) Cuencos grandes (Diámetro de entre 16 y 20cms.) (C3).
De paredes verticales y labio redondeado (C3A) (Lámina 03, Fig.2).
De paredes divergentes y labio redondeado (C3B) (Lámina 03, Fig.3).
4.1.1.1.3.- Tazones (T) (N=136, 45.48% del total).
Son vasijas de base plana donde el diámetro máximo se encuentra en
el borde. Las superficies interiores estuvieron generalmente alisadas o
pulidas. Este alisado interno se realizó mayormente con algún tipo de tela
debido a las marcas aunque en muchos casos se habría utilizado un objeto de
punta roma, una coronta de choclo o simplemente la mano.
Las superficies exteriores fueron generalmente pulidas o bruñidas. En los
casos pulidos, las superficies interiores también estuvieron pulidas mientras
que en los casos bruñidos, estas estuvieron sobre todo alisadas. Ambas
superficies estuvieron engobadas y casi no se presentan decoraciones. En este
punto debemos mencionar que cuando la decoración se encuentra en la
superficie interna, no lo está en la externa y a su vez, cuando se presenta en
la externa, no hay decoración en la interna.
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