Los cables submarinos de fibra óptica son el método principal para transmitir datos a largas distancias entre continentes. Estos cables, que contienen filamentos de vidrio o plástico por los que pasan haces de luz, transportan la mayor parte del tráfico de Internet a través de los océanos a velocidades mucho mayores que las comunicaciones vía satélite. Actualmente hay más de 300 cables submarinos que conectan los servidores de todo el mundo a través de los lechos marinos.