El documento describe cómo la Iglesia continúa la misión de Jesús de construir el Reino de Dios a través del anuncio, la celebración, la comunión y el servicio. La Iglesia actúa como sal, luz y levadura del mundo al servir y consagrar a los demás como una comunidad de hermanos que ejerce un sacerdocio santo. Los cristianos cumplen esta tarea personal y comunitariamente preocupándose por los más desposeídos.