Una persona le pide a Dios que le dé una ilusión para superar su desilusión y que Dios sea su vocación y razón de amar. La persona siente que Dios ha llenado su alma de esperanza y razón para seguir adelante aunque el camino es largo, aunque seguir a Dios no es fácil y implica renunciar a todo y tener miedo si Dios no está en su camino.