1. Religión de la Antigua Grecia 1
Religión de la Antigua Grecia
La Religión de la Antigua Grecia abarca la colección de las creencias y rituales practicados en Antigua Grecia en la
forma de prácticas cultuales, homólogas de la mitología griega. En el mundo griego, la práctica religiosa variaba lo
suficiente como para poder hablar de religiones griegas. Las prácticas cultuales de los helenos se extendían más allá
de la Grecia continental, a las islas y las costas de Jonia (en Asia Menor), a la Magna Grecia (Sicilia e Italia del sur),
y a las colonias griegas dispersas por el Mediterráneo occidental, como Massilia. Ejemplos griegos moderados son el
culto y las creencias etruscas y la religión romana.
Hay una creencia entre los eruditos de que la primera religión griega provino de, o estuvo muy influenciada por el
chamanismo de las estepas de Asia Central hasta la colonia griega de Olbia (en Escitia), en la orilla norte del Mar
Negro, y de allí a Grecia.[1]
Introducción
La sociedad griega antigua era radicalmente diferente de la nuestra. Nuestra palabra «religión» no existía en griego
antiguo. Los conceptos que nos sirven para describir los fenómenos religiosos contemporáneos no están adaptados
para el análisis de lo que era para los griegos lo divino.[2]
En la religión de Grecia antigua, lo esencial de las creencias y de los ritos se estructuró en el momento en el cual
nació, en la Época Arcaica (siglos VIII- VI a. C.), una forma de organización política particular: la polis, que tuvo
por consecuencia el redescubrimiento y la difusión de la escritura (h. 800-700 a. C.).[2]
A partir de la Época Arcaica, aparecieron los caracteres dominantes de la religión griega: un politeísmo de nuevas
divinidades, de dioses antropomórficos provistos de atributos (rayo, tridente, arco y flechas, égidas, etc.), gozando de
poderes pletóricos, teniendo sectores de intervención, modos de acciones propias, y dotadas de mitos. Pero cada una
de estas divinidades no existe más que por los lazos que las unen con el sistema divino global.[2]
Los griegos eran politeístas: rendían culto a varias divinidades. Honraban principalmente a los dioses (theoi) y a los
héroes. Cada uno de ellos podía ser invocado bajo diversos aspectos en función del lugar, del culto y de la función
que cumplía. Estos dioses dotados de poderes sobrenaturales, bajo el mismo nombre, podían presentar una
multiplicidad de aspectos. Los epítetos cultuales (las epíclesis), señalaban su naturaleza y su ámbito de intervención.
Existía, por ejemplo, Zeus Kéraunos (tonante), Polieo (guardián del orden político, de la polis), Horkios (garante de
los juramentos y de los pactos), Ktésios (protector de la propiedad), Herkeios (guardián del cercado, del redil),
Xenios (protector de los huéspedes y de los extranjeros). Las otras figuras del panteón griego seguían también este
esquema[2]
Cosmogonía
Para los griegos, los dioses no estaban en el exterior del mundo, ellos no habían creado el universo ni a los hombres,
pero se habían creado a sí mismos. No habían existido siempre; no eran eternos, sin principio ni fin, sino sólo
inmortales (nacimiento sin muerte). Esta inmortalidad se traducía en un estilo de vida particular. Se alimentaban con
ambrosía (sustancia deliciosa, nueve veces más dulce que la miel, se decía), de néctar y del humo de los sacrificios.
En sus venas no corría la sangre, sino otro líquido: el ichor. Estaban sometidos al destino e intervenían
constantemente en los asuntos humanos. Nacidos unos de los otros y muy numerosos, los dioses formaban una
familia, una sociedad, fuertemente jerarquizada.[2]
El nombre de la mayoría de las divinidades aparece en las tablillas de la civilización micénica, después en los textos
de Homero y de Hesíodo. Su sitio y su función estaban ya en parte establecidos. Parece que el panteón griego estaba
ya constituido en el siglo VIII a. C. A finales de este siglo, Hesíodo, un poeta beocio, en su Teogonía, presenta una
ordenación de los ritos y de los mitos relativos al nacimiento del mundo divino. Redacta una historia de la sucesión
de las generaciones divinas que al término de los múltiples conflictos por la soberanía desemboca en la colocación
2. Religión de la Antigua Grecia 2
de los dioses del Olimpo alrededor de la figura de Zeus.
Se trataba, en primer lugar, de hacer nacer el mundo (kosmos) a partir de tres poderes: Caos ("el vacío que ocupa un
hueco"), Gea (la Tierra) y Eros ("la renovación"), quienes dieron, cada uno, nacimiento a otros poderes de manera
independiente. De la unión de Gea y de Urano nacieron los Titanes (el más joven de los cuales era Crono), los tres
Cíclopes y los tres Hecatónquiros (los de cien manos). De los hijos de Gea y de Urano que engendraron poderes
divinos, Cronos castró a su padre, luego reinó con Rea sobre los otros dioses. Para que ninguno de sus hijos fuera
rey, tras nacer se los tragó. Nacido de él, Zeus escapó a sus intenciones. Una vez que creció, obligó a Crono a
vomitar a sus hijos, lo destronó y lo incitó, con la generación de sus hermanos, los Olímpicos, a un combate contra
los Titanes. En adelante, los dioses se organizaron esencialmente en torno a Zeus, soberano del Olimpo (del cielo, de
la región etérea donde viven los dioses), quien repartió el mundo con sus hermanos: a Hades, el inframundo y a
Poseidón, el mar. Repartió entre los Olímpicos todos los honores (timai) e inauguró un reinado de paz y de justicia.[2]
Los relatos míticos, como los de Hesíodo, explican las prácticas cultuales (sacrificios, fiestas y competiciones) y los
ritos que acompañaban la vida social y política. Justifican las reglas fundamentales que rigen la colectividad, las
vuelven inteligibles a los hombres y aseguran su perennidad.[2]
La piedad griega: una religión sin dogmas y sin instituciones
En la sociedad griega, la religión estaba completamente imbricada en todos los dominios de la vida (familiar, pública
y social). La oposición entre lo "profano" y lo "sagrado", los límites que establecemos entre lo "laico" y lo
"religioso" son inciertos, incluso no pertinentes. Los gestos, los comportamientos, las ceremonias de la vida familiar,
social y política comportan casi siempre un aspecto religioso.[2]
La religión griega no se apoya en ninguna revelación. La ciudad griega no conocía ni instituciones que dirigieran la
religión, ni dogma. Las conductas religiosas, piedad (eusébeia: respeto de las obligaciones hacia los dioses), e
impiedad (asébeia: ausencia de respeto a las creencias y a los rituales comunes de los habitantes de una ciudad), no
tenían un carácter definido y rígido. La piedad parece haber sido el sentimiento que tenía el grupo o el individuo, de
ciertas obligaciones.[2]
Las obligaciones de la comunidad concernían, en primer lugar, al respeto a la tradición ancestral. Las del individuo
eran multiformes. La participación en los cultos de la ciudad, la abundancia de las ofrendas en los santuarios, la
devoción hacia la muerte de los parientes y las divinidades protectoras de la familia, la generosidad para permitir que
los rituales se desarrollaran en las mejores condiciones, son ejemplos de manifestación de la piedad.[2]
En cambio, era considerado, generalmente, como impío todo lo que iba en contra de la tradición, en materia de
religión, toda innovación: la introducción en la ciudad de dioses que no eran oficialmente aceptados, las
concepciones que ponían en entredicho las creencias tradicionales, la modificación de ritos ancestrales. Incluso,
cualquier atentado contra la integridad del patrimonio divino (el robo en detrimento de un templo, la mutilación o el
cultivo de árboles sagrados), toda profanación, imitación o falsificación de una ceremonia religiosa, las violencias
cometidas contra los sacerdotes de un culto eran actos impíos.[2]
La piedad no era la expresión de un sentimiento de relación íntima con una divinidad; no era tampoco sólo la
observación escrupulosa y estricta de los ritos prescritos. Ser piadoso era creer en la eficacia del sistema de
representaciones establecidas por la ciudad para organizar las relaciones entre los hombres y los dioses, y también
participar en ellas activamente.[2]
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Las fuentes
La religión griega no existía como tal. Es necesario, para conocerla, apoyarse en un conjunto importante de fuentes,
que son principalmente de orden literario, epigráfico y arqueológico. Por muy ricas e interesantes que sean, todas
esas fuentes no son realmente pertinentes más que consideradas juntas.
Principales nociones
Distinta de la mitología, la religión se apoya en una piedad marcada por respeto a los ritos y un gran apego a la
pureza material.
El culto
El culto se organiza alrededor de las oraciones, de las ofrendas y de los sacrificios y, en Atenas, a partir de Clístenes,
alrededor del teatro.
Los oráculos
Los oráculos griegos constituyen un aspecto fundamental de la religión y de la cultura griegas. El oráculo es la
respuesta dada por un dios al que se le ha consultado una cuestión personal, concerniente generalmente al futuro.
Tales oráculos no pueden ser recibidos más que de ciertos dioses, en los lugares precisos, sobre sujetos determinados
y con respeto a unos ritos rigurosamente respetados. El principal dios adivino es Apolo, cuyo oráculo estaba en
Delfos.
Referencias
[1] E. R. Dodds, Los griegos y lo irracional. Madrid: Alianza Editorial, 2000. ISBN 978-84-206-6734-8
[2] Según la 'Encyclopédie des Religions de Gerhard J. Bellinger. ISBN 2-253-13111-3
Bibliografía
• Hesíodo (1997). Obras y fragmentos: Teogonía. Trabajos y días. Escudo. Fragmentos. Certamen. Madrid:
Editorial Gredos. ISBN 978-84-249-3517-7.
• Encyclopédie des Religions de Gerhard J. Bellinger
• La ciudad antigua de Fustel de Coulanges.
Enlaces externos
• Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Religión de la Antigua Grecia. Commons
• Museo viviente de la Antigüedad (http://www.ac-versailles.fr/pedagogi/anti/musee0.htm), parte de « Religión
(http://www.ac-versailles.fr/pedagogi/anti/reli0.htm)», sitio pedagógico de la Academia de Versalles, muy
completo y que desarrolla aspectos que aquí no son mencionados. (en francés)
• Presentación de las religiones antiguas (http://www.mediterranees.net/civilisation/religions/index.html)
• Andrew Lang, Un lado desantendido de la religión griega (http://www.psychanalyse-paris.com/
806-Un-cote-neglige-de-la-religion.html), (en francés). Études traditionnistes, vol. VI, traducido por Henry
Carnoy, Édition J. Maisonneuve, Paris, 1890, p. 46-56.
• La constitución de la religión cívica en la Atenas arcaica (http://www.ucm.es/BUCM/revistas/ccr/11354712/
articulos/ILUR0505110261A.PDF)
4. Fuentes y contribuyentes del artículo 4
Fuentes y contribuyentes del artículo
Religión de la Antigua Grecia Fuente: http://es.wikipedia.org/w/index.php?oldid=53989288 Contribuyentes: AchedDamiman, Airunp, Andreasmperu, Bethan 182, BlackBeast, BuenaGente,
Camilo, Carmin, Copydays, Diegusjaimes, Dodo, Dorieo, Edmenb, Eduardosalg, Egaida, El Moska, Er Komandante, Erud, Foundling, Grillitus, Gsrdzl, Guille, Gusgus, Humberto, Igna, Isha,
Jkbw, Kordas, Lasneyx, Laura Fiorucci, Lmsilva, Lucien leGrey, Luckas Blade, Manwë, Mariana maldonado rodriguez, Matdrodes, Maxisi, Netito777, Perico Baranda, Petronas, Pólux, Raulshc,
Ruy Pugliesi, Smrolando, Super braulio, Tano4595, Tirithel, Tomatejc, Vitamine, Xabier, Xavigivax, Xeneizejaja, Xqno, Yrithinnd, 190 ediciones anónimas
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