La responsabilidad implica asumir las consecuencias de las propias decisiones libres y rendir cuentas ante normas o personas. Para ser responsable, una persona debe tomar decisiones conscientes y aceptar las consecuencias de sus actos. Una persona puede ser responsable ante Dios, ante sí misma a través de su conciencia, y ante otros como en el ámbito legal, familiar o laboral.