La responsabilidad implica cumplir con las obligaciones asumidas y aceptar las consecuencias de los actos realizados libremente. Ser responsable significa tomar el control de la propia vida de forma madura e inteligente, comprometiéndose activamente con los valores pero sin someterse a influencias externas. La responsabilidad produce madurez personal al responder positivamente a los valores y cumplir con el deber, haciéndose más reflexivo y ponderado en pensamientos y acciones.