La rebelión de Túpac Amaru II entre 1780 y 1783 fue un levantamiento anticolonial y antifeudal de las masas indígenas en Perú contra la dominación española y la explotación de los indígenas. La rebelión se extendió a otras regiones de América del Sur como el Virreinato del Río de la Plata y Nueva Granada. Aunque la rebelión fue finalmente derrotada, representó la lucha revolucionaria más grande de los indígenas contra la opresión colonial en esa época.