El documento describe a Dios como un pastor que cuida, protege y guía a su pueblo. La Biblia usa la analogía de Dios como el Gran Pastor para mostrar Su gran cuidado y naturaleza apacible hacia los israelitas. Aunque Dios siempre quiso tener una relación de pastor con Su pueblo, ellos se rebelaron contra Su voluntad perfecta. Jesucristo cargó con el pecado de la humanidad como el Cordero de Dios.