Yahwéh es omnipresente, lo que significa que está presente en todas partes al mismo tiempo. A diferencia de los seres humanos y ángeles que solo pueden estar en un lugar a la vez, Dios puede estar en el cielo y la tierra, y en todos los lugares, al mismo tiempo. La Biblia afirma que los ojos de Dios contemplan toda la tierra y que no hay lugar donde uno pueda escapar de su presencia.