La familia se mudó a una nueva casa y días después escucharon ruidos en la habitación de la hija menor, quien golpeaba la pared con un juguete diciendo que alguien le pedía ayuda. Más tarde, la niña golpeó la misma pared con un martillo y el padre descubrió que la pared era de concreto a pesar de ser una casa de madera. Al romper la pared, encontraron los restos esqueléticos de una niña desaparecida años atrás en el barrio.