Dos vecinos comenzaron una serie de venganzas cada vez más graves por un malentendido sobre un papel que se cayó. Después de que ambos resultaron heridos por una bomba, compartieron una habitación en el hospital y eventualmente hablaron, dándose cuenta de que todo había sido un malentendido. Aprendieron a ser amigos y a reconstruir sus casas juntos.
Una presentación que cuenta de forma muy sencilla características fundamentales de las abejas. Realizada especialmente para niños de nivel inicial, de 5 años de edad.
La mecánica del corazón, de Mathias Malzieu, nos narra la vida de Jack, un joven escocés que nació en Edimburgo el día más frío de la historia, hijo de una prostituta. Nace con el corazón defectuoso y, para salvarlo, la extraña doctora Madeleine le coloca un reloj de madera sonoro y molesto al que tendrá que dar cuerda todas las mañanas de su vida y le causará todo tipo de inconvenientes. La prótesis funciona y Jack sobrevive, pero debe acatar ciertas reglas:
Uno: No toques las agujas.
Dos: Domina tu cólera.
Tres: No te enamores nunca.
Dos monstruos enfrentados por ver la misma realidad desde perspectivas opuestas llegan a entenderse tras hacer desaparecer en una riña la montaña que los divide, y les impide ver las cosas de la misma forma.
Había una vez, un chico que tenía el pelo color blanco, pero blanco-blanquísimo, como la nieve, como la crema, como el algodón. Nació un día de sol brillante. Los papás estaban tan contentos que no dejaban de sonreír, y a todos les comentaban emocionados, lo hermoso que era su bebé.
Una presentación que cuenta de forma muy sencilla características fundamentales de las abejas. Realizada especialmente para niños de nivel inicial, de 5 años de edad.
La mecánica del corazón, de Mathias Malzieu, nos narra la vida de Jack, un joven escocés que nació en Edimburgo el día más frío de la historia, hijo de una prostituta. Nace con el corazón defectuoso y, para salvarlo, la extraña doctora Madeleine le coloca un reloj de madera sonoro y molesto al que tendrá que dar cuerda todas las mañanas de su vida y le causará todo tipo de inconvenientes. La prótesis funciona y Jack sobrevive, pero debe acatar ciertas reglas:
Uno: No toques las agujas.
Dos: Domina tu cólera.
Tres: No te enamores nunca.
Dos monstruos enfrentados por ver la misma realidad desde perspectivas opuestas llegan a entenderse tras hacer desaparecer en una riña la montaña que los divide, y les impide ver las cosas de la misma forma.
Había una vez, un chico que tenía el pelo color blanco, pero blanco-blanquísimo, como la nieve, como la crema, como el algodón. Nació un día de sol brillante. Los papás estaban tan contentos que no dejaban de sonreír, y a todos les comentaban emocionados, lo hermoso que era su bebé.
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Los muros paramétricos son una herramienta poderosa en el diseño arquitectónico que ofrece diversas ventajas, tanto en el proceso creativo como en la ejecución del proyecto.
Los atletas olímpicos de la antigüedad participaban en los juegos movidos por el afán de
gloria, pero sobre todo por las suculentas recompensas que obtendrían si ganaban..
Es una presentación desde el punto de vista histórico, escultórico y pictórico, gracias a la
cual podemos apreciar a través del tiempo como el arte ha contribuido a la historia de
los olímpicos.
1. LOS DOS VECINOS
Había una vez un hombre que salió de su casa para ir al trabajo, y justo al pasar por delante de
la puerta de su vecino, sin darse cuenta se le cayó un papel importante, su vecino que miraba
por la ventana en ese momento vio caer el papel y pensó:
Que descarado el vecino va y tira el papel para ensuciar mi puerta, lo hace con disimulo
descaradamente.
Pero en vez de decirle algo, planeó su venganza, y por la noche vació su papelera en la puerta
de aquel vecino, este estaba mirando por la ventana y cuando fue a recoger los papeles, encontró
el papel tan importante que se le había perdido y que le generó un problema muy grande ese
día, el papel estaba roto en mil pedazos y pensó que su vecino no solo se lo había robado, sino
que además lo había roto y tirado en la puerta de su casa. Pero no quiso decirle nada y se puso
a preparar su venganza, esa noche llamó a una granja para traer cien cerdos y cien patos y pidió
que los llevaran a la dirección de su vecino, quien al día siguiente tuvo un gran problema al tratar
de liberarse de los animales y sus malos olores. Pero este como estaba seguro que esto se lo
hacía su vecino, en cuanto se deshizo de los animales empezó a planear su venganza.
Y así uno y otro siguieron fastidiándose mutuamente y cada vez peor, y de aquel sencillo
problema llegaron a estrellar el carro en la puerta del vecino, lanzar una lluvia de piedras contra
los cristales, disparar un cañón y finalmente una bomba que acabo con la casa de ellos y de
otros vecinos, heridos de muerte ambos terminaron en el hospital y pasaron una buena
temporada compartiendo habitación, al principio no se dirigían palabra alguna, pero después de
mucho tiempo y cansados del silencio, cierto día comenzaron a hablar, fueron hablando hasta
que cierto día se atrevieron a hablar del incidente del papel. Entonces se dieron cuenta que todo
había sido un mal entendido y de qué si la primera vez hubieran dialogado claramente y en lugar
de juzgar a su vecino, se habrían dado cuenta que todo fue casualidad así fue que lograron
entender la situación y terminar siendo buenos amigos, lo que les sirvió de gran ayuda para sanar
heridas y poder salir del hospital a cumplir otra tarea CONSTRUIR NUEVAMENTE SU CASA.
Cómo actúo cuando otra persona me
ofende______________________________________________________________________
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ME GUSTA COMO SOY
Había una vez, un chico que tenía pelo de color blanco pero blanco blanquísimo, como la nieve,
como la crema, como el algodón. Nació un día de sol, brillante, los papas estaban tan contentos
que no dejaban de sonreír, y a todos les comentaban, lo hermoso que era su bebe.
Cuando salieron del hospital los rayos del sol iluminaron su cabeza de Ezequiel y la mamá le dijo
al papa, mira- parece un angelito, si es él bebe más lindo del mundo contestó radiante el papá.
Así creció Ezequiel, contento, querido y orgulloso de su pelo blanco, blanquísimo.
Vivió en el campo hasta que tuvo cinco años, allí se crio juagando con los animales, alimentando
las gallinas y los pollitos, hasta que aprendió a montar caballo, que el papá le regalo, lo bautizo
petiso, y se convirtió en su mejor amigo. Una noche llena de estrellas, Ezequiel escucho hablar
a sus padres en la galería a la entrada de su casa. Se acercó despacito por que los noto
preocupados, al verlo los papás le dijeron que era muy tarde y debía ir a dormir, Ezequiel queda
tan intrigado que se queda detrás de la puerta para escuchar la conversación ¡que sorpresa se
llevó! Los papás estaban hablando de mudarse ¿mudarse? ¡Si! Ir a vivir a otra casa, nada más
2. y nada menos, que a la ciudad, y todo porque Ezequiel tenía que empezar a ir a la escuela, por
que donde Vivian no había ni una cerca.
¡Qué alegría! Conocer la ciudad, tener nuevos amigos, eso sí que parecía divertido. Así fue que
juntaron sus cosas y se mudaron a una linda casita en la ciudad que quedaba muy cerquita de
una hermosa escuela con sus paredes pintadas con los dibujos que habían hecho los chicos
junto con sus maestras. Ezequiel estaba tan entusiasmado que no podía quedarse quieto.
Fue con su mama a comprar los útiles escolares, él eligió todos con la marca de su cuadro
favorito. Esa noche casi no pudo dormir, de tan entusiasmado que estaba. Entonces llegó el día
tan esperado, ¡el primer día de clase! Ezequiel se levantó muy temprano, contento y nervioso.
Se ducho, se lavó sus dientes y se peinó su blanco – blanquísimo pelo blanco.
Ese pelo que era su marca especial, ese pelo que su mamá acariciaba todas las noches antes
de que se durmiera, su hermoso pelo de nieve como le decía su papá. Llegó a la escuela junto
a sus papás, lo besaron a la entrada, y Ezequiel, con paso decidido, se acercó al patio a la fila
de primer grado. Allí se empezó a sentir raro, todos los chicos lo miraban, no solo los de su grado,
de todas las demás grandes y pequeños, Ezequiel no lograba entender porqué, pero quería que
lo tragara la tierra, de pronto un chico se acercó y le dijo: ¿Por qué tienes el pelo así?
Ezequiel no contestó, no sabía que decir, y pensaba ¿lindo como la nieve?, ante su silencio todos
lo miraron, algunos empezaron a reírse, otros le gritaban cabeza de azúcar.