El documento discute cómo ser libre requiere pensar por uno mismo en lugar de seguir a la masa. Argumenta que al pertenecer a la masa y hacer lo que otros hacen, uno renuncia a su propia libertad. Afirma que solo aquellos con cultura y educación pueden ser verdaderamente libres, ya que son menos propensos a ser manipulados o engañados.

1. El otro día, escuchando la banda sonora del nuevo juego de Sonic (no el de wii, sino el otro, y sí, soy un friki), escuché una frase que me hizo pensar.<br />Decía ‘La única manera de ser libre es romper el molde’. Increíblemente, tras la una frase de una simple canción (y de un videojuego, nada menos), se esconde una verdad enorme.<br />Según lo veo yo, aquel que pertenece a la masa, precisamente por pertenecer a ella, no es libre. Uno sólo es libre cuando elige por sí mismo, cuando tiene conocimiento de lo que hace y el por qué de lo que hace. ¿No habéis oído muchas veces esa frase materna que reza ‘Si tu amigo se tira de una ventana, tú también lo haces?’.<br />Al pertenecer a la masa, te estás negando tu propia libertad. Escuchas lo que la masa escucha, lees lo que la masa lee, vas como un borrego a los sitios donde la gente va. Eso no es ser libre. De acuerdo, puedes hacer todo lo que he dicho anteriormente, pero sólo eres libre si lo haces porque te gusta. Si actúas como un borrego, dejaste la libertad escondida para un momento en el que le puedas dar mejor uso.<br />Si se piensa detenidamente en ello, se descubre que sólo las personas con cultura pueden ser libres. Cuando tu cultura y tu educación dejan que desear, eres una víctima en potencia. Alguien a quien zarandear, a quien engañar, a quien manipular. La gente con cultura también puede ser manipulable, pero al menos se lo ponemos más difícil.<br />No sé dónde leí aquello de ‘La lectura te hace libre’, y ahora me doy cuenta de que no era sólo un vulgar anuncio.<br />