El salmo describe la relación entre Dios y el creyente como una de un pastor cuidando de su rebaño. Afirma que Dios guía al creyente por el camino correcto, le da consuelo y fortaleza interior, y aunque haya pruebas, no hay nada que temer porque Dios siempre estará presente de manera fiel. Con Dios, el creyente tendrá esperanza, bendición y seguridad para siempre.