San Ezequiel Moreno Díaz nació en 1848 en España y se unió a la orden agustina a los 16 años. Sirvió como misionero en Colombia donde predicó incansablemente y atendió a los enfermos. Regresó a España debido a un cáncer terminal el cual soportó con paz y resignación hasta su muerte. Ha sido canonizado por la Iglesia Católica y se le atribuyen varios milagros.
2. Biografía
hijo de Buzí, de linaje sacerdotal, fue llevado cautivo a
Babilonia junto con el rey Jeconías de Judá (597 a. C.) e
internado en Tel-Abib a orillas del río Cobar. Cinco años
después, a los treinta de su edad (cf. 1, 1), Dios lo llamó al
cargo de profeta, que ejerció entre los desterrados durante
22 años, es decir, hasta el año 570 a. C. hijo de Buzí, de linaje
sacerdotal, fue llevado cautivo a Babilonia junto con el rey
Jeconías de Judá (597 a. C.) e internado en Tel-Abib a orillas
del río Cobar. Cinco años después, a los treinta de su edad
(cf. 1, 1), Dios lo llamó al cargo de profeta, que ejerció entre
los desterrados durante 22 años, es decir, hasta el año 570 a.
C.
3. Recientemente se ha celebrado los 100 años de la muerte de
san Ezequiel Moreno Díaz, un «obispo molesto», como lo ha
titulado don José María Iraburu, un santo polémico por la
claridad y contundencia de sus pastorales.
A orillas del Ebro, en Alfaro, pequeña ciudad agrícola de la
Rioja (España), el modesto sastre Félix Moreno y su
mujer, Josefa Díaz, tuvieron seis hijos, cuatro mujeres y dos
varones. Ezequiel, el segundo varón y cuarto de los
hermanos, nació el 9 de abril de 1848. Era un niño
inteligente, sumamente responsable, sereno y constante.
Asistió a la escuela con regularidad. Le encantaba jugar con
sus compañeros al tejo y a la pelota. Pero en las fiestas del
pueblo se privaba de las vaquillas para acompañar a un niño
enfermo, despuntaba ya su inmensa caridad. Aficionado al
canto, tenía una excelente voz y se acompañaba bien con la
guitarra.
4.
Cuentan que siendo Ezequiel muy pequeño le preguntaron
en el convento qué iba a ser de mayor. « i Fraile! », contestó. «
¡Tú, fraile! ¡Tan calandrijo!». Pero él, sin inmutarse solucionó el
problema. “Me pondré un sombrero de copa para ser más
alto”. El 21 de septiembre de 1864, a sus 16 años, ingresa en el
noviciado para aprender a ser agustino recoleto, como lo era
su hermano Eustaquio, buen violinista, por cierto. Acababa de
morir su padre y la familia había quedado en situación
económica muy precaria; pero la madre lo ofrendó
generosamente. Un año después, Ezequiel profesa y hace
voto de ir como misionero a Filipinas.
5. Oración
Te damos gracias, Padre y Señor nuestro, porque has querido
darnos en San Ezequiel Moreno un acabado modelo de
fidelidad al Evangelio, un perfecto y ardiente operario de su
viña y un Pastor según el Corazón de tu Hijo. Te pedimos, por
su intercesión, nos concedas vivir con alegría nuestro
testimonio cristiano e imitar, sobre todo, su ardiente amor a Ti
y su plena disponibilidad al servicio de la Iglesia y de los
hombres. Amén.
6. Milagros
Carmela Jurado, hallándose en estado casi agónico con
cáncer en la garganta y el paladar, se curó repentinamente
en la noche del 11 de febrero de 1947, por intercesión del
obispo Ezequiel Moreno. Este hecho portentoso sirvió para la
beatificación
Buesaco, Nariño, Colombia: María de Jesús Ñáñez, operada
de cáncer en la pierna derecha y con metástasis en el seno
izquierdo, se curó también milagrosamente en la noche del 18
de julio de 1986, por intercesión de san Ezequiel. La
aprobación de este nuevo milagro dio paso a la
canonización.
Pasto, Colombia: Carmela Jurado, hallándose en estado casi
agónico con cáncer en la garganta y el paladar, se curó
repentinamente en la noche del 11 de febrero de 1947, por
intercesión del obispo Ezequiel Moreno. Este hecho portentoso
sirvió para la beatificación.
7. Obras
Formador de misioneros
En 1885 es nombrado prior del noviciado de Monteagudo (Navarra).
Son tres años de profundo influjo espiritual en los jóvenes. Cuidó
mucho de la vida litúrgica, del rezo coral de las Horas, de la vida
comunitaria aspecto esencial de la religiosidad agustiniana . Las
epidemias del cólera y de viruelas extreman su atención y delicadeza
con los enfermos. Predica en los alrededores, participa en novenas...
Su gran amor a los pobres se califica de <casi exagerado». Hasta
quinientas raciones logra dar dos veces al día a los pobres, gracias en
buena parte a las privaciones de sus frailes.
En un mundo nuevo
En agosto de 1888 una nueva llamada: se necesitan voluntarios para
Colombia. «Hace tiempo que me parece que el Señor me llama para
esta misión». Con siete compañeros, en los primeros días de
1889, llegaba el padre Ezequiel a Bogotá. Le esperaba una labor
ardua. Vive en la capital de la república cinco años de intensísima
actividad, que brota del manantial fecundo de su vida espiritual, sin
otras miras que los intereses de Cristo (Fl 2,21).
Predica, confiesa, atiende a enfermos incansablemente. Austero e
intachable, adquiere fama de predicador lleno de piedad y de
unción.
8. Muerte
Enfermedad y muerte
Quien se asome al interior de la vida de San Ezequiel descubrirá de inmediato un
paisaje poblado de esencias humanas y divinas. Su intensa actividad provenía de
manantial fecundo, fluía de una vida de oración continua. Su identificación con
Cristo, su Señor, había llegado a lo más radical, pudiendo exclamar, arrebatado, que
no podía gloriarse sino de la cruz de Cristo. <<Yo quiero sufrir en Tu compañía, con Tu
divina gracia>>. Yo me compadezco de tus agonías, y te las agradezco con toda mi
alma y te amo, Jesús mío, te amo con todo mi corazón... Yo, Amado de mi alma,
para imitarte, abrazo con el más tierno afecto los dolores, las enfermedades, la
pobreza y las humillaciones, y las considero como hermosas partecitas de tu Cruz».
A mediados de 1905 se siente cansado, con una llaga sangrante en el paladar que
no se cierra, aunque intenta llevar una vida normal de trabajo. En octubre el
diagnóstico es claro: es cáncer y hay que operar. Me he puesto en manos de Dios. Él
hará su santa voluntad. Hay que descansar en lo que Èl quiera hacer. ¡Qué
consolador es todo esto!», exclama. Se le pide venir a España. En Madrid es operado
urgentemente. Es una operación muy dolorosa, que soporta con paz absoluta. De vez
en cuando exclama: <<Bendito sea Dios. Dios mío, dame resignación para sufrir por
Ti>>. En la clínica decían: «Es un santo».
El 29 de marzo, es operado de nuevo. Todo resultó inútil. Ahora su decisión es clara:
<<Me voy a morir a los pies de mi Madre la Virgen de¡ Camino». En Monteagudo elige
una celda austera, con una pequeña tribuna que le permite ver el sagrario y el
camarín de la Virgen. Los dolores son atroces, pero no se le observa un acto de
impaciencia ni pierde su dulzura habitual. Y a las ocho y media del 19 de agosto, a los
58 años, descansa en el Señor.