Sócrates creía en el arte de ayudar a dar a luz las ideas de otros a través de la ironía y la refutación para revelar la verdad. Las fuentes describen a Sócrates de diferentes maneras, ya sea como grosero o ensalzado como maestro. Antes de beber veneno para cumplir con su sentencia de muerte, Sócrates bromeó que era mejor bañarse primero para no causar molestias a las mujeres que lavarían su cuerpo.