En la tradición judeo-cristiana, el diluvio es narrado en el Génesis, donde se cuenta cómo Noé construyó un arca en la que salvó a su familia y también tomó siete parejas de animales limpios y una pareja de animales no limpios, macho y hembra de cada especie ( Génesis 7:2), siendo los únicos sobrevivientes en todo el mundo.