La crisis económica en España ha dejado a muchos sin trabajo, incluidos españoles que solían trabajar en la recolección de aceitunas. Ahora, inmigrantes africanos y españoles compiten por los pocos puestos disponibles en la temporada de recolección. Sin embargo, las autoridades advierten que no hay suficientes puestos de trabajo y alientan a los inmigrantes a regresar a sus ciudades de origen, ya que no pueden mantenerlos indefinidamente en albergues temporales.
2. Cuando se habla de la crisis económica en
el primer mundo, son las imágenes de todos
los que han estudiado pero sin trabajo
esperando encontrar un trabajo, pero lo
peor de toda la crisis financiera la
están viviendo, Como siempre los de abajo.
En España, la recolección de la aceituna-
-- trabajo que solían realizar los
inmigrantes africanos hoy en día lo están
realizando los Españoles los cuales se
han quedado sin trabajo por la crisis que
esta sufriendo el país. Y las personas que
no tienen papeles están quedaron a
merced de la caridad, pero cuesta poco
trasladarse a otro país de migración
masiva como es El salvador.
3. Nunca un partido de liga de futbol sala
del municipio anda luz de Úbeda había
tenido tanto publico. cientos de
aficionados pueblan esos polideportivos
pero no para el espectáculo si no para
esperar que para que termine el
encuentro y ducharse y después ir
acomodándose en los vestuarios y
acomodarse para pasar la noche,es la
sexta noche noche que algunas noches se
quedan ahí
4. El porqué de lo que está sucediendo este
año se puede encontrar muy cerca de este
polideportivo. Está escrito con lapicero
en una hoja pegada en la puerta de un
bar. Los españoles que avían renunciado
tiempo atrás a este trabajo hoy en día
esta volviendo para ver si todavía esta
ese trabajo la mayoría de personas eran
trabajadores de
constructoras, formarán esta
temporada muchas de las cuadrillas que
hasta finales de enero recogerán el
fruto de más de 60 millones de olivos en la
provincia.
5. La escena del polideportivo sucede al
final de la tarde del domingo 30 de
noviembre, tras un día que amaneció
nevado en Úbeda, un pueblo de 34,347
habitantes. Los inmigrantes han vuelto
al pabellón tras echar varias horas
que no han servido para nada en la
estación de autobuses, el tradicional
punto de encuentro entre capataces y
jornaleros, y de recibir la comida
diaria que la ONG católica Caritas
reparte en el comedor.
6. Todo esto sucede al tiempo que siguen
llegando inmigrantes a Úbeda
procedentes de todos los puntos de
España tras finalizar su labor en la
construcción o en otras campañas
agrícolas. No tienen ni idea de que allí no
hay trabajo para ellos. Seguramente no
oyeron en la radio una campaña de la
Junta de Andalucía, el gobierno
regional, que advierte desde hace
semanas de que no hay plazas libres en la
recolección de aceituna.
7. Mientras siguen el fútbol, Ben, de 31 años,
cuenta que él fue jugador profesional en
un equipo angoleño “con mucho dinero”.
“tenía incluso un avión privado”, asegura.
Una lesión de rodilla a los 22 años le
apartó del deporte y, con el tiempo, le
obligó a dejar en el Congo a su mujer y a
su hijo para buscarse la vida en España.
Ha trabajado en el campo, la
construcción, grandes almacenes,
fábricas... Lleva cuatro años sin ver a su
familia. Solo habla con ellos por
teléfono, cuando tiene dinero para el
locutorio.
8. Tras el partido, un balón ha quedado suelto en
la pista. Un par de malíes comienzan a pasarse
la pelota. Llegan dos más. Bajan a la cancha
tres marroquíes. En cinco minutos se ha
organizado un partido de fútbol: Malí contra
Marruecos. Se forman varios equipos que
también quieren jugar y esperan su turno en la
banda. Los voluntarios de Protección Civil que
están en el pabellón para atender a los
inmigrantes median para organizar: siguiente
equipo. La grada ahora sí presta atención al
fútbol. Cantan los goles, gritan, aplauden. La
selección de Malí gana seis partidos seguidos
9. En la puerta, uno de los marroquíes que
han ido a buscar trabajo de temporero
organiza todo. Lleva media vida en
España y habla muy bien castellano. Se
pone duro cuando alguien quiere colarse
y cierra la puerta si una avalancha
intenta entrar antes de que haya sillas
vacías. Todo ello con la ayuda de dos
policías locales y del jefe de Protección
Civil.
10. Esa mañana, una reunión en la capital de
Jaén entre los 20 ayuntamientos con
albergues (con capacidad para 800
plazas) y la delegada de Agricultura de
la Junta de Andalucía había concluido
que estaban desbordados. El Gobierno
regional planteó la necesidad de abrir
más albergues en próximas temporadas.
Pero para la actual, se ofrecía a
sufragar gastos de tiquetes de autobús
para que los inmigrantes regresen a las
ciudades de procedencia. que duerman
11. Acuerdan repartir una hoja en
árabe, francés y castellano que les
reitera a los inmigrantes que no hay
trabajo y que es mejor que se
marchen, que no hay medios para
mantener mucho tiempo las instalaciones
deportivas abiertas para
12. Estos folletos se repartieron en la
cola del comedor el martes 2 de
diciembre. Seguían llegando inmigrantes:
un autobús procedente de Valencia esa
misma madrugada, por ejemplo. Pero
también aumentan las colas en la Cruz
Roja para coger un tiquete hacia otra
ciudad. El miércoles comenzó a bajar la
afluencia al pabellón, que no había
parado de crecer hasta entonces. Pero
todavía quedaban muchos aspirantes a
bracero apurando por si alguien los
necesita a última hora.
13. Después de la comida, ya no tiene sentido
volver a la estación de autobuses. La fila
de inmigrantes con sus maletas se
encamina de nuevo al polideportivo. Un día
más, han vuelto sin jefe.