Los obispos de la Iglesia Católica en Paraguay se preparan para realizar su visita Ad Limina Apostolorum al Papa en Roma. La carta explica que esta visita permite a los obispos fortalecer su unión con el Papa y el Colegio Episcopal, así como compartir las preocupaciones y esperanzas de su Iglesia particular y de la Iglesia universal. Los obispos piden las oraciones de los fieles mientras realizan este importante deber pastoral y religioso.
Sobre la visita Ad Limina Apostolorum. 9 de setiembre de 1979
1. Carta Pastoral
Sobre la visita Ad Limina Apostolorum
A nuestros Prebíteros y Diáconos
A los hombres y mujeres de vida consagrada
A los cristianos laicos de nuestras Iglesias
A todos los hombres y mujeres de buena volutad
Ha llegado la hora de emprender viaje a Roma. Consideramos
necesario dirigirnos a nuestros colaboradores fieles de todo el país
con un doble objetivo. Ante todo para informar sobre visita al Papa y
a la Tumba de los Apóstoles.
También para compartir el ánimo y la esperanza con que emprendemos la
marcha.
1. LA VISITA AD LIMINA APOSTOLORUM
El Concilio Ecuménico Vaticano II enseña que "los Obispos han
sucedido, por institución divina, a los Apóstoles como pastores de la
Iglesia, de modo que quien los escucha, escucha a Cristo, y quien los
desprecia, deprecia a Cristo y a quien le envió". Es así como Cristo
Nuestro Señor continua realizando la obra de la salvación y apacentando
a su pueblo. Unido el Obispo al Sumo Pontífice y al Colegio Episcopal,
al ejercer el ministerio apostólico en una Iglesia particular, tiene
conciencia de contribuir eficazmente al bien de toda la Iglesia universal.
Hay pues una doble responsabilidad en el Obispo. Puesto al frente de
una Iglesia particular, ejerce su ministerio episcopal sobre la porción
del Pueblo de Dios que le ha sido confiado. Como miembro del
Colegio Episcopal y como legítimo sucesor de los Apóstoles, debe
tener viva solicitud por la Iglesia universal.
En algunas circunstancias aparece más claramente esta doble
responsabilidad. El Concilio Ecuménico o el Sínodo de los Obispos
son los mejores ejemplos que podemos citar. Es en esta misma linea
y a la luz de estos principios que podemos comprender la importancia
de la Visita Ad Limina.
No se trata sólo de la presentanción de Informe sobre las actividades
y problemas de las diócesis encomendada a cada Obispo o de una
formalidad burocrática. Es la feliz acasión de "ver a Pedro", como
diría San Pablo, para entablar con él un diálogo fraterno acerca de los
problemas de la Iglesia particular y de la Iglesia universal. El Señor
ecomendó a Pedro "confirmar a sus hermanos". De modo que al
2. mismo tiempo los obispos contribuyen al gobierno de la Iglesia
Universal y son ayudados por el Supremo Pastor. Esto es lo enseñado
y vivido por la Iglesia a lo largo de los siglos. Esto es lo que también
ha recogido el ordenamiento jurídico de la Iglesia. Nosotros esperamos
que se cumplan las palabras de Sixto V: "Confortados con las palabras
paternales del Sumo Pontífice, queremos volver más alegres e
instruidos al gobierno de nuestras Iglesias"
La Visita Ad Limina es, pues, un sagrado deber y tiene un sentido
religioso y pastoral. Ha sido preparado diligentemente, por medio de
la relación enviada con anterioridad. Incluye la piadosa peregrinación
a la Tumba de los Apóstoles. Cada uno de nosotros tendrá la
oportunidad de ser recibido por el Papa en audiencia privada. Y toda
la Conferencia Episcopal Paraguaya tendrá también una audiencia
colectiva para compartir inquietudes y esperanzas y recibir la
bendición y las orientaciones del Sumo Pontífice.
Creemos que esta información puede ayudar a ustedes a comprender
el valor que tiene nuestra visita a la Ciudad Eterna.
2. NUESTRO ÁNIMO Y ESPERANZA
Fácil es comprender el ánimo con que nos disponemos a cumplir esta
resposabilidad que nace de nuestro oficio pastoral. La misma
conciencia que nos mueve en el gobierno de nuestras Iglesias locales
nos impulsa a realizar la visita Ad Limina. Buscamos el mayor bien
de la porción del Pueblo de Dios que no nos fuera confiada. Buscamos
también el mejor cumplimiento de la voluntad de Dios. Nos alienta
la esperanza de ofrecer nuestro modesto servicio a la Iglesia universal
y de ser confrontados y alentados por el Santo Padre.
Cada uno de Ustedes estará presente en nuestro recuerdo y en nuestras
oraciones. Con particular afecto recordaremos a quienes mayores
esperanzas depositan en la Iglesia: los pobres, los desvalidos, los
afligidos. No dejaremos de rezar por las grandes necesidades de
nuestra Patria y de la Iglesia. Confiamos muy sinceramente que
seremos acompañados por los buenos deseos y por las oraciones de todos
Ustedes.
En la tradición de la Iglesia existe la costumbre de acompañar con la
oración al Obispo ausente. Pedimos a nuestros Sacerdotes y fieles
que en todas las Misas se rece alguna de las Oraciones que el Misal
romano tiene por el Obispo.
Desde ya agradecemos esta expresión de caridad y de espíritu eclesial.
3. NUESTRO SALUDO DE DESPEDIDA
La Iglesia latinoamericana ha vivido este año el gran acontecimiento
de la Conferencia de Puebla. La Iglesia en el Paraguay ha celebrado
3. el cincuentenario de la Provincia Eclesiástica y está poniendo en
marcha el nuevo Plan de Pastoral Orgánica. Más que nunca sentimos
la necesidad de presentarnos al Santo Padre. Juan Pablo II ha ganado
la confianza y el afecto de todos en pocos meses del Pontificado.
Con alegría, con mucha fe, con cristiana esperanza, los Obispos del
Paraguay partimos hacia Roma.
Les pedimos a todos que nos encomienden al Señor y a la Santísima
Virgen para que este viaje sea de gran provecho a la Iglesia.
Creemos necesario que esta Carta sea leída y comentada en todas las
Misas del domingo siguiente a su recepción.
Con afecto paternal les bendecimos en el nombre del Padre, y del
Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Asunción, 9 setiembre de 1979
Por mandato de la Asamblea Plenaria
+ Jorge Livieres Banks
Obispo Titular de Utimmira
Secretario General de la CEP