El proceso de socialización comienza en el útero y continúa durante toda la vida, permitiendo que las personas adquieran las costumbres y formas de comportamiento de su cultura a través de la interacción con otros. Los principales agentes de socialización son la familia, la escuela y los grupos de pares, cada uno enseñando al individuo como funcionar en la sociedad en diferentes etapas de su desarrollo. El proceso de socialización no termina sino que acompaña al individuo a lo largo de toda su vida.