Este documento argumenta que no deberíamos juzgar a los demás o poner barreras entre nosotros basados en características superficiales. Todos somos seres humanos iguales por dentro, independientemente de nuestra apariencia, origen o creencias. En situaciones de emergencia, quien nos ayuda no se fija en estas diferencias. Deberíamos apreciar nuestra humanidad compartida en lugar de dividirnos.