El documento describe cómo Dios moldea a los creyentes como alfarero moldea el barro, quebrantando partes que no sirven y reformándolos a su imagen. Aunque el proceso puede doler, Dios insiste con amor y paciencia hasta lograr su propósito en nuestras vidas y transformarnos en vasos de honor. Nos invita a dejarnos guiar por su Espíritu Santo para terminar la obra comenzada en nosotros.