Los superordenadores tienen una capacidad de cálculo muy superior y se usan para fines específicos como predecir el clima, simular explosiones nucleares o modelar proteínas. La nanotecnología aplica la ciencia a una escala nanométrica y se usa en envases de alimentos, administración de fármacos y terapias contra el cáncer y otras enfermedades. Estas tecnologías avanzadas tienen un gran impacto social y prometen mejorar la salud, la agricultura y la energía en el futuro.