En 2025, habrá más de 100 zetabytes de información disponible y una conectividad casi total, lo que cambiará fundamentalmente las formas de trabajar y relacionarse de las personas. Los pacientes podrán monitorear su salud desde casa e imprimir medicamentos personalizados, ya no habrá oficinas ni horarios fijos debido a la movilidad y colaboración, y las casas contarán con electrodomésticos inteligentes que ayudarán a optimizar el consumo y la vida diaria.