Un fuerte terremoto en la provincia china de Qinghai dejó más de 600 muertos y 9,000 heridos. El sismo destruyó cientos de casas y edificios e interrumpió las comunicaciones en la región. Las autoridades chinas declararon emergencia nuclear luego de detectar partículas radiactivas procedentes de los reactores dañados en Fukushima, Japón, tras el terremoto. Esto provocó pánico en China y la venta masiva de sal yodada.