El documento argumenta a favor de prohibir el uso de animales salvajes en los circos. Primero, señala que los animales sufren cautiverio y maltrato, y que el público generalmente no es consciente de esto. Luego detalla algunas de las prácticas de entrenamiento y condiciones inhumanas a las que son sometidos los animales. Finalmente, concluye que la prohibición establece un importante precedente de protección animal y que mantener animales en cautiverio no tiene valor educativo.