Programa de Planejamento e Gestão de Carreira Fase 1CTC CONSULTING
Existem muitos conceitos de Planejamento e Gestão da Carreira, alguns mais conhecidos e antigos, como alianças estratégicas, parcerias, aglomerados e o principal deles, networking.
Planejar e Gerenciar a carreira corretamente requer tomada decisões adequadas em tempo hábil e resolução de problemas relativos à vida pessoal e profissional de maneira organizada. Processo esse que envolve constantes embates entre desejos e possibilidades, custos e benefícios.
Para efetivar um plano de carreira eficaz, é preciso tomar como ponto de partida a auto avaliação e o autoconhecimento para, a partir daí, desenvolver os objetivos de carreira e efetuar o plano de ação para a realização destes objetivos.
Entendemos por planejamento de carreiras uma sucessão de níveis de capacitação e diversificação contínua. A soma e o desenvolvimento de novos conhecimentos e habilidades possibilitando a capacitação do profissional para atender a requisitos cada vez mais complexos do mercado ou organização, aumentando sua versatilidade, desempenho e qualificação.
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Orestes
Orestes es hijo de Agamenón. Su leyenda ha revolucionado,
sobrecargándose de episodios, al mismo tiempo que la de su
hermana Ifigenia. Sin embargo, los rasgos fundamentales de la misma
aparecen ya fijados en los poemas Homéricos, donde Orestes
aparece como un vengador de su padre ( a pesar de que el poeta
parece ignorar la inmolación de Clitemestra por su hijo).
Con los trágicos, especialmente con Esquilo, Orestes pasa a ser una
figura en primer plano.
El primer episodio de la vida de Orestes se sitúa, en la leyenda
troyana, después de la primera expedición, la que llego a Misia, al
reino de Telefo, éste que había sido herido por Aquiles, solo podía ser
curado por la lanza del héroe. Se traslado entonces a Aulide, donde el
ejército griego, se había concentrado por segunda vez, fue detenido
por los espías y tratado como espía, para salvarse, apoderándose del
pequeño Orestes, el menor de los hijos de Agamenón, amenazando
con matarlo si era maltratado. De este modo, logro ser escuchado, y,
finalmente curado (v. ).
Los trágicos, particularmente Urispides, gustan de presentar a
Orestes niño, en, Aulide, donde fue con Clitemestra e Ifigenia, en el
momento en que esta es sacrificada por Ártemis.
Cuando el regreso de Agamenón y su asesinato por Egisto y
Clitemestra, Orestes escapa a la matanza gracias a su hermana
Electra, que lo lleva en secreto al palacio de Estrofio, en Fócide. Este
lo crio junto a su hijo Pílades, así nacería la amistad legendaria que
unió a Pílades y Orestes. Asistían otras versiones acerca de cómo
había sido salvado Orestes: a veces se atribuía el merito a su nodriza;
otras a su preceptor, o, en modo más general, aun viejo criado de la
familia. Estrofio era el tío político del niño, pues estaba casado con
Anaxibia, hermana de Agamenón. Habitando en la ciudad de Cirra, no
lejos de Delfos.
Llegado a la edad viril, Orestes recibió de Apolo la orden de vengar la
muerte de su padre, matando a Egisto y Clitemestra.
Con Sófoques, empero Electra que se supone siguió en contacto con
su hermano, y es la que pide que se vengue a Agamenón. Oretes,
antes de realizar este acto, fue a consultar a Apolo. Entonces el dios
le contesto que esta venganza le estaba permitida, así fue que
Orestes, acompañado de Pílades, se traslado a Argos, a la tumba de
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Agamenón, donde consagro a su padre un bucle de su cabello. Al
cabo de poco, Electra acude a la tumba y reconoce el rizo de su
hermano. Este medio de reconocimiento, que figura en la versión
seguida por Esquilo, pareció inverosímil a Eurípides, que se vale de la
intervención de un anciano, también Sófocles, que utiliza para ello
una sortija que había pertenecido a Agamenón y que Orestes muestra
a su hermana.
Para realizar su venganza, Orestes se hace pasar por un viajero
procedente de Fócide, camino de Argos con la misión, encomendada
por Estrofio, de anunciar la muerte de Orestes y preguntar si las
cenizas del muerto debía ser transportada a Argos o quedar en Cirra.
Clitemestra, libre ya del temor de ver castigados sus crímenes, se
entrega a manifestaciones de alegría enviando a buscar a Egisto, que
se hallaba ausente. Al llegar éste a palacio, cae muerto bajo los
golpes de Orestes. Clitemestra, al oír los gritos del moribundo, acude,
encontrándose ante su hijo con la espada desnuda. Le duplica que la
perdona, le muestra su seno, que lo ha amantado, Orestes está a
punto de ceder, cuando Pílades le recuerda la orden de Apolo y el
carácter sagrado de la venganza. Entonces le da muerte. En
Euríspides, Orestes mata a Egisto mientras éste se encuentra
ofreciendo el sacrificio a las ninfas del jardín. Se da a conocer a los
guardas de Egisto, que quieren castigar al asesino, pero no se
atreven aponer la mano encima al hijo de Agamenón.
Pronto la locura acometió a Orestes, como ocurría con la mayoría de
homicidas. Pero, además, como asesino de su propia madre, es
perseguido por las Erinias, que empiezan a acosarlo desde el mismo
momento de los funerales de Clitemestra. Cuenta Esquilo que,
obedeciendo la orden de Apolo, Orestes busco asilo en Delfos, en el
Ónfalo –pequeña loma que señala el “centro del mundo” en el
santuario del dios.
Apolo santifico y purifico este lugar. Otros muchos santuarios de
Grecia se vanagloriaban de poseer el lugar donde Orestes había sido
purificado, la piedra donde se había sentado -por ejemplo, en
Megalópolis, Arcadia-. Sin embargo, esta purificación no lo libro de
las Erinias; su liberación exigía un juicio en toda regla, juicio que se
celebró en Atenas, en el lugar en que mas tarde debía reunirse el
Areópago, del cual esta vista fue, simbólicamente la primera
sentencia. Las tradiciones discrepan en lo que respecta a la persona
que lo acuso. Unas veces son las propias Erinas quienes lo emplazan
ante el tribunal ateniense; otras, es Tindáreo padre de Clitesmestra; o,
Erígone hija de Egisto y Clitemestra en vez de Tindáreo que, según
se dice, había muerto en esta época, los mitógrafos antiguos
designaba a veces a Perileo, primo de Clitemestra.
La mitad de los jueces se pronuncio por la condena, la otra mitad, por
la absolución. Por lo tanto, fue absuelto, pues Atenea, que presidia el
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tribunal, unió su voto a los segundos. En agradecimiento, Orestes le
erigió un altar en la colina del Areópago.
Se atribuye al paso de Orestes por Atenas el origen de “día de las
jarras” durante la fiesta atenienses de las Antesterias.
El rey Demofonte (según otros, Paladión II) que reinaba en Atenas, vio
con gran disgusto la llegada de Orestes. Por la mancha que había
contraído al matar a su madre, no queriéndole permitir participar en la
fiesta ni entrar en el templo, pero tampoco deseaba tratarle de manera
ofensiva. Entonces ideo mandar cerrar el templo y servir en el
exterior, sobre mesas separadas, una jarra de vino a cada uno de los
asistentes. Esta costumbre dio origen a la fiesta de las jarras.
Existía otra tradición, puramente argiva, que no situaba el juicio de
Orestes en Atenas, sino en Argolide. Según esta tradición, Éax y
Tindáreo, habían mandado comparecer a Prestes ante el pueblo de
Argos, el cual lo condenó a muerte, dejando a su elección el género
de la ejecución. Mientras que el pueblo de micenas lo había
condenado solo al destierro. Pero la versión de Esquilo es, con
mucho, la versión más difundida.
Una vez absuelto, Orestes pregunto a Apolo que debía hacer, la Pitia
le respondió que se curara por completo la locura si iba a Táuride a
buscar la estatua Ártemis. Aquí se desarrolla el nuevo episodio de la
leyenda de Orestes: sus aventuras con Pílades y el retorno de
Ifigenia. Este mito ha sido tratado por Euríspides, en su Ifigenia en
Táuride.
A llegar a Táuride, Orestes y Pílades fueron apresador por sus
habitantes, quienes tenían la costumbre de apoderarse de todos los
extranjeros para sacrificarlos a su diosa. Conducidos en presencia de
Toante, rey del país, son levados luego a Ifigenia, que es la
sacerdotisa de la divinidad. Ifigemia los desata, y los interroga acerca
de su patria no tardando en reconocerlos. Entonces Orestes le
explica el motivo de su viaje a Táuride y la orden recibida de Apolo,
Ifigenia (v. )que custodiaba la estatua decide ayudarle a
apoderarse de la estatua de Ártemis y escaparse con él. Para poder
llevar el roba a cabo, convence al rey Toante de que ella no puede
sacrificar al extranjero, obligado a abandonar su patria por haber
dado muerte a su madre, sin antes haber purificado en las aguas del
mar tanto la víctima como la estatua. Toante se deja persuadir, e
Ifligenia se encamina a la orilla con Orestes y Pílades, a poca
distancia del navío de su hermano. Alejando a los guardas escitas
con el pretexto de mantener secreto los ritos de la purificación, se
embarca con Orestes , Pílades y la estatua.
Sin embargo, Poseidón arroja el barco a la costa, Toante está a punto
de apoderarse de el, cuando Atenea, apareciéndosele, le ordena
abandonar la persecución. Orestes y los suyos llegan a Ática , donde
erigen un templo a Ártemis.
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La última parte de la leyenda de Orestes se refiere a su asentamiento
en Argólide y su matrimonio. Siendo todavía niño, su padre lo había
prometido con su prima Hermíone, hija de Menelao y Helena. Ero en
Troya, Menelao había retirado su palabra y había prometido a
Hermíone con Neoptólemo.
A su regreso a Táuride, Orestes se traslado a casa de Hemíone,
mientras Neoptólemo estaba en Delfos, donde había ido a consultar
el oráculo y la rapto. Se contaba también que había matado a
Neoptólemo en Delfos, por consejo de Hermíone. Con este objeto
había provocado un motín, durante el cual cayó su rival.
Con Hermione , Orestes tuvo un hijo llamado Tisámeno. Reino en
Argos y sucedió a Cilarabes, que había muerto sin hijos. También en
Esparta, como sucesor de Menelao. Poco antes de su muerte, una
epidemia asolo el país. Fue consultado el oráculo, y este declaro que
la plaga cesaría si se construían las ciudades destruidas durante la
guerra de Troya, tributándose a los dioses de estas estas ciudades
los honores de los que habían sido privados. Por eso, Orestes envió
colonias al Asia Menor, con la misión de reedificar dichas ciudades.
Orestes murió a edad muy avanzada –noventa años, según se dice-,
después de setenta de reinado. Se enseñaba su tumba en tegea,
donde se le atribuía honores divinos.
En Roma se contaba que Orestes había muerto en Aricia –uno de los
lugares donde se pretendía volver a encontrar el culto de Ártemis
Táurica-, y que sus huesos habían sido trasladados a Roma, y
enterrados bajo el templo de Saturno.
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