Las tormentas solares son explosiones violentas en la atmósfera del Sol que liberan una gran cantidad de energía. Pueden afectar satélites, comunicaciones y sistemas eléctricos en la Tierra. Existen tres etapas: la erupción solar, la tormenta de radiación y la eyección de masa coronal, siendo esta última la más peligrosa. La tormenta solar de 1859 fue particularmente potente y causó fallas en los sistemas telegráficos en Norteamérica y Europa.