3. 1.1 Objetivos
Nuestros propósitos analíticos son de dos órdenes, dife-
rentes pero complementarios, determinados ambos por la
disponibilidad de fuentes de información.
De acuerdo al primero, buscamos establecer los_cambios
que se operan en la estructura social argentina siguiendo una
periodización definida por los modelos de acumulación domi-
nantes dentro del lapso 1945-1983. Se trata aquí de un_á
perspectiva diacrónica que co.nsiste ef1~Qm.P.E.félr el pªrfll d_~la_
estnJtturá··encúatro mo-mentos puntuales, tratando de explicar
loscambioS-detectados en función de la naturaleza de cada
esfrafegia de desarrollo. El cumplimiento de este objetivó
~~iupuso compatibilizar todas las fuentes de información
disponibles para el período global de observación, lo
que, obviamente, implicó usar menos y peores datos que
los que pudieron utilizarse para cumplir con el segundo obje-
tivo.
Este último consiste en describir la estructura de clases en
el momento puntual correspondiente al final del lapso de estu-
dio, de manera más detallada que en el estudio comparativo,
tratando a la vez de incorporar el análisis de las condiciones de
vida de las clases y segmentos de clase identificados.
En ambos casos, el análisis se centra en el total del país
como unidad geográfica de observación aunque, cuando ello
fue factible, tratamos de analizar someramente las disparidades
regionales.
1.2 Los conceptos en el nivel abstracto
La conceptualización de este estudio reconoce filiación en
laJeoría de los modos, formas o comunidades de producciónJY
su articulación en formaciones sociales»~-soci~dade"sconcrefa.s.
Por otra parte, entendemos que la Argentina que transltá nues"
tro período de observación es una sociedad concreta caracteri-
zada por la articulación del modo de producción capitalista
4. a) por un lado, el salario directo, o sea la parte del salario total
destinada principalmente a sufragar la reconstitución de la
fuerza de trabajo activa;
b) por otro lado, el salario indirecto, o sea la parte del salario
total esencialmente destinada a sufragar el costo del
mantenimiento en inactividad yel reemplazo generacional
de los trabajadores.
Desde otro punto de vista, el salario directo designa la parte
de la remuneración de la fuerza de trabajo que, bajo la forma
monetaria, es pagada directamente por el capitalista al asala-
riado como corolario de la relación contractual que los une. El
salario indirecto, por el contrario, no deriva de dicha relación
contractuat sino que es redistribuido a nivel social pororganismos
socializados (fundamentalmente, instituciones de Estado). Este
último hecho se visualiza mejor si se recuerda que el salario
indirecto comprende: a) la fracción de las prestaciones sociales
(seguros de enfermedad, accidentes de trabajo, invalidez, ma-
ternidad, desempleo, vejez, muerte; asignaciones familiares)
que es percibida por los asalariados capitalistas; b) la fracción
del valor de los seNicios colectivos que es utilizada por dichos
trabajadores y sus familias en forma gratuita (viviendas socia-
les, escuelas, hospitales, hogares de ancianos, etc.). De donde
se desprende que el salario indirecto, si bien puede tomar en
algunos casos una forma monetaria (caso de las asignaciones
familiares), reviste por lo general la farma material de seNicios
y equipamientos que, por su índole colectiva, necesitan ser
gestionados en el nivel de las instituciones de Estado.
De acuerdo a lo antedicho, puede afirmarse que, en el
sistema capitalista, la fuerza de trabajo es pagada según su valor
en la medida en que el trabajador reciba, además de una
remuneración por la venta de su fuerza de trabajo inmediata, una
remuneración que asegure su mantenimiento atítulo vitalicio y la
creación de un sustituto, es decir, en la medida en que, por una
u otra vía, el trabajador reciba el monto del salario directo y del
salario indirecto. Ahora bien, sí se admite que el salario directo es
pagado íntegramente por el capital (ya que sin asegurar la
reconstitución de la fuerza de trabajo activa peligraría el normal
32
desenvolvimient.o d.~ los procesos de trabajo), se concluye que el
grado de aprop1ac1on del excedente social en cada situación
concreta está determinado por la magnitud del salario indirecto
que '.~s capital.ist~s son capaces de trasladar a formas de pro-
ducc1on no cap1tahstas que les están subordinadas o, pordistintas
vías (por ejemplo, el sistema tributario), a Jos propios trabajado-
res._ Cuando esto o~urre, la exacción del excedente por parte del
capital alcanza no solo a los asalariados capitalistas, sino también
a los agentes insertos en los modos de producción dominados.
. Re~om~~do el hilo de la exposición, digq.rnos que, cuando
fa 1nvest1gac1on se sitúa en la óptica de las unidades familiare-
debe c~nsiderarse el conjunto de comportamientos (socialrnent~
determinados, es decir, específicos a cada clase social) através
d~ f?s. cuales .10~ agentes sociales aseguran su reproducción
b1olog.1ca yopt1rrnzan sus condiciones materiales y no materiales
de ~~1stenc1a .(lo que se designa con el término "estrategias
famrflar_es de vida"). en la medida en que dichos comportamien-
tos estan estrechamente asociados con los tres componentes
del costo de la fuerza de trabajo.
Aunque no podamos aquí desarrollar en detalle estas
cuestiones, es fácilmente comprensible que, para ambas ópti-
~as, es fundamental el.conocimiento de la dinámica demográ-
fica .de cada clase ~ocral. Es la razón (entre otras) por la que
dedicarnos un capitulo entero al análisis de los fenómenos
poblacionales durante nuestro período de observación
visualizándolos como "parámetros demográficos" (Capítulo 3)'.
1.3 Las fuentes de información6
Las principales fuentes disponibles para el estudio de la
estructura social durante nuestro lapso de obseNación son:
6
La ~roblemática de la producción de datos para e! estudio de !as
clases sociales en las sociedades capitalistas es analizada en Torrado
(1977) y Torrado (1978, 356-369).
5. a) los censos nacionales de población de 1947, 1960, 1970 Y
1980;
b) los censos industriales de 1947, 1954, 1964, 1974 Y1985;
c) los censos agropecuarios de 1947 y 1969
7
•
Los censos de población recogen datos acerca de los
siguiente atributos individuales (llamados "económicos" u "ocu-
pacíonales"):
a)
b)
c)
d)
e)
f)
Condición de actividad: carácter de "activo" o "no activo"
del individuo según que pertenezca o no a la PEA; .
Ocupación: naturaleza concreta del trabajo o tarea reali-
zados;
Categoría de ocupación: posición según el orí.gen. de la
renta (ganancia; salario; renta por intercambio simple;
renta de autosubsistencia);
Rama de actividad: esfera de la economía a la que perte-
nece el establecimiento dentro del cual la persona ejerce
su empleo, definida en función del tipo de bien o servicio
producido; , .
Sector de actividad: inserción en el sector pubhco o en el
sector privado de producción económica;
Tamaño del establecimiento: número de personas ocupa-
das dentro del establecimiento en el cual la persona ejerce
su empleo (clasificación dicotómica).
Cabe destacar que mientras el censo de 1980 relevó ~atos
acerca de estas seis variables, los censos precedentes solo lo
hicieron para las cuatro primeras.
Por su parte, los censos económicos, industriales, co-
merciales y agropecuarios recogen información referida a las
"unidades de producción", acerca de variables tales como la
7 En el momento de redactarse este texto (julio de 1991) no
habían terminado de procesarse los datos del Censo Comercial de
1985 ni los del Censo Agropecuario de 1988.
34
organización jurídica de las mismas, el número de ocupados, el
volumen y valor de la producción, etc.
Si bien el tipo de datos que proporcionan los censos
económicos es más adecuado para la operacionalización de
algunos de nuestros conceptos teóricos, su cobertura poblacional
es bastante más reducida que la de los censos demográficos.
En efecto, en esta última fuente se enumera a todas las per-
sonas activas, mientras que los relevamíentos económicos sólo
alcanzan a aquellas que trabajan en unidades de producción de
un tamaño suficientemente grande como para ser "visibles" al
operativo censal. Por otra parte, sólo el censo de población
enumera a las personas inactivas dentro de la familia a la que
pertenecen, un dato crucial para nuestros propósitos analíticos.
Estas son las principales razones por las cuales elegimos
los censos de población como fuente básica de datos, usando
los censos económicos para complementar o precisar algunos
aspectos del análisis cuando ello fue factible. De igual forma
utilizamos las encuestas de hogares (de empleo, de consumo,
etc.) existentes para nuestro período de observación.
1.4 Los conceptos en el nivel empírico
Como dijéramos, definimos teóricamente a las clases
sociales como subconjuntos de agentes que ocupan una posi-
ción social análoga en el proceso de producción económica.
La operacíonalización de este concepto en base a la
información disponible es, desde luego, un punto clave para
evaluar la validez y pertinencia de nuestro análisis. Es por ello
que hemos querido dedicarle a esta cuestión una atención
acorde con su importancia, consagrándole un Anexo
Metodológico en el que se especifican todos sus aspectos.
En este punto, nos limitaremos a reproducir el sistema
clasificatorio de las clases sociales finalmente utilizado, remi-
tiendo al lector interesado en los detalles de su construcción a
dicho Anexo.
Para aquellos lectores con menorcuriosidad metodológica,
100,~
6. bastará con señalar que la operacionalización del concepto de
clase social se basa en la construcción del nomenclador de la
variable Condición Socio-Ocupacional (CSO) a partir de los
atributos económicos descriptos en el Punto 1.3, supra. Así, la
significación operativa de dichos atributos puede resumirse
corno sigue: la "Condición de Actividad" permite delimitar el
conjunto dentro del cual se establecen las diferencias signifi-
cativas según la CSO. La "Ocupación" y la "Categoría de
Ocupación'', consideradas simultáneamente en forma cruzada,
por su parte, constituyen el principal indicador de ta relación que
mantienen, en el proceso de trabajo, los agentes con los medios
de producción y los agentes entre sí, es decir, de la relación de
producción que define el lugar de cada agente. La clasificación
cruzada de la "Rama de Actividad" y del "Sector de Actividad"
apunta a diferenciar horizontalmente el conjunto de cada clase
social, o sea, a delimitar fracciones de clases. Por último, ta
diferenciación vertical de las clases sociales, o sea, la distinción
de capas, se realiza fundamentalmente a través del "Tamaño
del Establecimiento" y de los niveles de calificación de los
trabajadores que se infieren de la variable "Ocupación".
El clasificadorde lasclases y estratos sociales discriminados
(así como el correspondiente a la Rama de Actividad, variable
según la cual puede desagregarse cada clase y estrato) se
presenta en los Diagramas 1.1 y 1 En todos los casos se
indica la sigla con que cada segmento de clase es identificado
en los cuadros y tabulados estadísticos o en el propio texto.
1.5 El período de estudio
El criterio con que acotamos nuestro período de observación
ha sido exclusivamente teórico. efecto, el año 1945 marca la
irrupción del peronismo en la vida política nacional, en tanto que
1983 es el comienzo de una nueva etapa signada por el
resurgimiento del radicalismo como alternativa de poder real.
Durante las casi cuatro décadas que transcurren entre ambas
fechas, se suceden en et poderdistintos bloques de dominación,
36
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8. país. por ello que las periodizaciones establecidas irrefle-
xivamente en función de la disponibilidad de datos suelen
obstaculizar más que ayudar a la interpretación de los hechos
históricos.
Como se verá más adelante, las fuentes disponibles para
realizar ~sta investigación no cubren exactamente ni los límites
de nuestro período de observación global, ni los límites de los
subperíodos que son discernibles con criterios teóricos (es
decir, socio-políticos).
Nuestra solución metodológica a este problema consistió
en respetar siempre la periodización teórica y en utilizar todas
las fuentes disponibles, señalando en cada caso cuándo las
mismas acotan convenientemente los lapsos deseados, cuán-
do no lo hacen, y, en este último caso, qué problemas analítico-
interpretativos se derivan de este hecho.
Es cierto que este procedimiento tiene la dificultad de
"diluir" un tanto el efecto del ciclo económico o de los
condicionantes externos sobre los fenórnenos investigados.
Pero aun así, es preferible a la opción de investigar períodos
definidos por el calendario (por ejemplo, las décadas) en los que
lo que se diluye es el efecto de los condicionantes socio·
políticos.
1.6 Los universos de análisis
Otro aspecto que es indispensable explicitar es el de los
criterios teórico-metodológicos utilizados para delimitar los uni-
versos de análisis, es decir, cómo se define el conjunto de
individuos que será diferenciado internamente desde el punto
de vista de su pertenencia de clase. Para aclarar esta cuestión
es conveniente partir de una somera descripción de los datos
que constituyen la base empírica del estudio.
La utilización de fuentes tales como los censos de pobla-
ción o las encuestas de hogares permite que, dentro de una
determinada jurisdicción geográfica, puedan delimitarse los
universos poblacionales que se indican en el Diagrama 1.3.
40
Diagrama 1. 3
Universos de análisis
Unidad de
Observación
Clase de hogar
Condición de actividad
del jefe del hogar
-
De Jefe Activo
Hogares '-•
(a)
De Jefe Inactivo
Hogares Institucionales
Hogares Población
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[f :;:::: :::::;:; ;<:::
a) Excluye los empleados domésticos que cohabitan con sus empleadores.
Fuente: CFI (1988)
De acuerdo a este Diagrama, los universos de análisis se
delimitan en base al tipo de Unidad de observación de la fuente
(Hogar, Persona o Persona Activa). la Clase de hogar (Particu-
lar, Institucional} y la Condición de actividad del jefe de hogar
9. (Activo o Inactivo), todo ello de acuerdo a las definiciones que se
indican seguidamente.
HOGARES
HOGARES PARTICULARES: persona sola o grupo de
personas, emparentadas o no emparentadas entre sí, que se
asocian para proveer a sus necesidades alimenticias o de otra
índole vital.
HOGAR DE ,JEFE ACTIVO: hogar particular cuyo
jefe, en el momento del censo, pertenece a la PEA por
su condición de ocupado o de desocupado que ha
trabajado antes.
HOGAR DE ,JEFE INACTIVO: hogar particular cuyo
jefe, en el momento del censo, no pertenece a la PEA,
por ser jubilado o pensionado, estudiante, rentista,
ama de casa, etc.
HOGARES INSTITUCIONALES: conjunto de personas
que comparten un mismo local de habitación y están unidas por
un objetivo público o interés personal común (hospitales,
cuarteles, internados escolares, conventos, prisiones, etc.).
PERSONAS (POBLACION TOTAL)
POBLACION EN HOGARES PARTICULARES: personas
que residen en hogares particulares.
42
POBLACION EN HOGARES DE JEFE ACTIVO:
personas que residen en hogares de jefe activo.
POBLACION EN HOGARES DE ,JEFE INACTIVO:
personas que residen en hogares de jefe inactivo.
POBLACION EN HOGARES INSTITUCIONALES: perso-
nas que residen en hogares institucionales.
PERSONAS ECONOMICAMENTE ACTIVAS
Son aquellas que pertenecen a la POBLACION ECONO-
MICAMENTE ACTIVA (PEA). La PEA comprende a las perso-
nas de 14 o más años-residentes en hogares particulares y en
hogares institucionales- que, en la semana anterior al censo,
estuvieron:
a) Ocupadas: ejerciendo una ocupación remunerada en di-
nero o en especie; o ejerciendo una ocupación remunera-
da o no, en una empresa explotada por un miembro de la
familia; o que tenían una ocupación remunerada que no
ejercieron por una circunstancia transitoria (enfermedad,
huelga, vacaciones, etc.);
b) Desocupadas: buscando trabajo remunerado habiendo
trabajado antes; buscando trabajo remunerado por prime-
ra vez.
PERSONAS NO ECONOMICAMENTE ACTIVAS
Personas de 14 años o más que no pertenecen a la PEA
(jubilados y pensionados, estudiantes, amas de casa, etc.)
Ahora bien, el sistema clasificatorio (o nomenclador) que
utilizamos para determinar la posición social de una persona
está construido en base a atributos individuales -las llamadas
"características económicas" de la población- que se investi-
gan con mayor o menor detalle en censos o encuestas de
hogares. Sin embargo, puede ser usado para clasificar sea
individuos, sea hogares.
Cuando el nomenclador es utilizado para clasificar indivi-
duos, el universo de observación esta constituido por la PEA.
10. Cuando se lo emplea para clasificar hogares, el universo al
que se aplica está formado, sea por el conjunto de jefes de hogar
activos (el número de jefes es igual al número de hogares
particulares), sea por el total de la Población en Hogares
Particulares de Jefe Activo (PHP-JA), siendo entonces la po-
blación clasificada según la posición social del jefe de hogar
respectivo (según se justificó teóricamente más arriba).
Nótese que queda fuera de-observación la Población en
Hogares de Jefe Inactivo, ya que para estos últimos no existe la
información sobre atributos ocupacionales a partir de la cual se
determina la posición de los jefes activos. Aunque por distintos
motivos, también queda fuera de observación la Población en
Hogares Institucionales.
El análisis de la estructura de clases de una sociedad
puede centrarse en el universo de la PEA o en el de la PHP-JA
(áreas sombreadas del Diagrama 1.3). Cada una de estas
opciones comporta ventajas e inconvenientes que pueden
resumirse como sigue.
Cuando el universo de observación es la PEA, el perfil de
estratificación resultante puede ser directamente relacionado
con las características del sistema de producción económica, ya
que entonces se relevan todos los puestos ocupacionales exis-
tentes en el mismo. principal inconveniente (aunque no el
único) de esta opción es que sólo abarca una porción relativa-
mente pequeña de la población total (en 1980, la PEA represen-
taba sólo el 37% de la población argentina), quedando fuera de
consideración el resto de la población (principalmente, niños,
ancianos y mujeres inactivas), la cual, evidentemente, pertenece
a alguna clase social, aunque los criterios que definan esta
pertenenciasean diferentes alos correspondientes a las personas
activas.
Por su parte, cuando el universo de observación es la PHP-
JA, se abarca una porción mayor de la población total del país
(exactamente el 75%, en la Argentina, en 1980}, pero los
puestos ocupacionales que definen el perfil de la estructura
spcial son solamente aquellos que son ocupados porlosjefes de
hogar activos. Este hecho, sin duda, plantea una limitación
44
respecto del análi.sis de la relación entre estructura social y
estructura productiva, dado que la especialización ocupacional
de los jefes de hogar activos (generalmente, varones adultos
ca~ados) es diferente del pertil correspondiente a los no jefes
activos (generalmente, jóvenes de ambos sexos solteros· mu-
jeres adultas de cualquier estado conyugal; ancianos de ar~bos
sexo.s de cualquier estado conyugal). Por lo demás, debe
precisarse que cuando el objetivo de la investigación, además
del conocimiento del perfil de la estructura social. apunta amedir
las condiciones de vida y comportamientos que son propios de
cada segmento de clase, es imprescindible tomar a la PHP-JA
~ºr-:1º univers?. de observación, ya que la mayor parte de los
indicadores utilizables en este dominio se refieren, sea al hogar
corno unidad de análisis (por ejemplo, un indicador de
hacinamiento habltacional), sea a categorías poblacionales que
no. form~n parte de la PEA (por ejemplo, un Indicador de
as1stenc1a escolar).
El mejor procedimiemnto para estudiar adecuadamente @I
perfil de la estructura de clases en un determinado rnorne~t~
consiste en realizar el estudio simultáneo y comparativo ·cj~
ambos universos de observación: la PEA y la PHP-JA De ~sta
manera se mantiene la posibilidad de vincular el análisis de la
estructura social con el de la estructura productiva, a la vez que
se hac~ posible. desen.trañar algunas de las variables que
det~:mman las. d1ferenc1as entre ambos universos (especiali-
zac1on. ocup~c1ona.1 de l~s jefes de hogar y de los no jefes;
fecundidad d1ferenc1al segun clase social; composición diferencial
de la familia; etc.), así como la medición de indicadores relativos
a la población total.
. Las fuentes de datos usadas en esta investig¡;ición deter-
minaron los universos quepµdieron observarse en cada momento
r1i~tórico. Así: para el año 1980 se pudo delimitar los oo~
u:11ve;s?s de interés analítico. Por el contrario, p<;lra el ~studlo
d1acrornco debim_os restringirnos al Q.nálisis de la PEA, Yª que
los censos anteriores a 1980 no permiten una aclecuada re"
com¡trucción de los hogares. · · · · ··
Esta importante restricción metodológica deber¡3. ser re-
11. éordada en el momento de evaluar los resultados, sobre todo
cuando se pretenda asociar los mismos a la interpr¡;ta,cic)n de
otros fenómenos socio"políticos acaecidos durante Ell período
de estudio, tales como por ejemplo, los resyltado$ El!Elc;torales,
la naturflleza de las alianzas polftiGai3. o ¡;I contE)nido ymé.tgdo de
reivindicación de d¡;terminados segmentos sociales, !;n efecto,
en nuestros univernos de análisis rio están todos los que son, y
los que están no siempre están por lo que son.
46
PARTE 11
LOS PARAMETROS DE EVOLUCION
1}15
12. ---)e; 'R ~ i~
"(!u.-~'2.~~
Para analizar las modificaciones de la estructura social es
indispensable discernir la forma en que ciertos fenómenos
demográficos inciden sobre la oferta y la composición de la
fuerza de trabajo (PEA), tanto a nivel global como a nivel local.
En primer lugar, porque el volumen de la PEA es el de nuestro
universo de observación. En segundo lugar, porque cada clase
social posee una dinámica demográfica propia que es factor
determinante de las relaciones de peso y diferenciación que
establece con las restantes clases sociales.
3.1. Tamaño y crecimiento de la población.
En los Cuadros 3.1y3.2 se presentan algunos indicadores
básicos de la evolución de la población total,
De cerca de 16 millones de habitantes enumerados en
1947 se pasa a 28 millones en 1980. El crecimiento total-lento
por comparación al pasado y a otros países de América Latin¡;¡
en la actualidad- denota una desaceleración pe.rsistente a
partir de 1930.
Para, interpretar este último hecho es preciso analizar los
llamados componentes del crecimiento. Así, la Tasa de Creci-
miento Total es la suma de la Tasa de Crecimiento Vegetativo
yde la Tasa de Crecimiento Migratorio. A su vez, el Crecimiento
Vegetativo es la diferencia entre la Tasa Bruta de Natalidad yla
Tasa Bruta de Mortalidad, mientras que el Crecimiento Migratorio
es el saldo neto de la inmigración y de la emigración interna-
cionales.
A partir de 1950, la Natalidad acelera su descenso secular
como consecuencia, principalmente, de la caída de la fecundi-
dad, o sea, de la disminución del tamaño final promedio de las
familias completas (un parámetro que, si bien no podemos
cuantificar por falta de datos, no cabe duda de que se movió en
la dirección indicada). Por otra parte, la caída de la fecundidad
prevaleció en todas las décadas que cubre nuestro período de
obseí'G.ción (el leve repunte de la Natalidad en los años 70 es
enteramente atribuible a una variación de momento de la
Nupcialidad).
71
13. Cuadro ~.1
Indicadores del volumem ycrecimiento d~ la poblaciqn.
Total clel país, 1947-1980
Pgrni~ntgi!~
Tasad~ p.c:>P!ª<;ión en la cªegoriª
Volurn~n crecimiento ·-·-·
Aii<l (miles) a.nual Total lnmigr. ln.migr,
in!~r<;ensal lnmigr. de pal!ies d~ otrgs
(%.) ExternQ~ limítrofes P.ªises
-
1947 15.$94 15 2 1$
17,7
1960 20.014 13 2 11
Hi,4
1970 23.364
17,9
9 2 7
1980 27.949 7 3 4
,.,._
%
~imitrofes
sopre total
inmigr.
¡¡xterno~
-
rn
15
22
43
Fuente: Elaboración propia en base aCensos Nacionales de Población e INDEC
(1982, 55)
Cuaclro ~.2
Tasas medias anuales de crecimiento de la población y sus
diver$Q$ c::omponentes (%0). Total del país, 1925-1980.
Tasa de Tasa de Tasa Tasa
Periodo Crecimiento Crecimiento Bruta de Bruta de
Total Vegetativo Natalidad Mortalidad
1925-1930 27,0 18,4 32,5
1930-1935 18,6 16,5 29,0
1935-1940 15,6 13,2 25,7
1940-1945 15,4 14,2 25,5
1945"1950 20,2 15,8 ~.6,3
1950·1955 19,6 16,2 Z5,4
1955-1960 17,0 15,6 24,3
1960-1965 15,6 14,4 23,2
1965-1970 14,6 13,5 2;2,6
1970"1975 16,7 14,4 23,4
1975-1980 16,1 16,1 25,Q
198Q-1985 15,8 15,8 24,5
Fuente: Para 1925-1950 Lattes (1;:¡75, 34)
Para 1950-1980 INDEC (1982, 46 y 65)
72
14,1
12,5
12,5
11,3
10,5
9,2
8,7
8,8
9, 1
9,0
f?,9
8,7
.. .
Tasa de
Crecimiento
Migratorio
8,6
2,1
2,4
1,2
4,4
3,4
1,4
1,2
1,1
2,3
0,0
o.o
·- ..
Por su parte, a partir de i 950, la Tasa Bruta de Mortalidad
se estanca, en razón, por un lado, del débil aumento de la
esperanza de vida (61,1; 66,4; 65,6y 67,7 años, respectivamente,
en las cuatro fechas censales) y, por otro, del envejecimiento de
la población {un fenómeno que se analiza más adelante).
Ambas tendencias explican la desaceleración de la Tasa
de Crecimiento Vegetativo durante todo nuestro período de
análisis (afirmación válida aun para la pasajera recuperación de
los años 70).
Por el lado del Crecimiento Migratorio, también parecería
observarse una tendencia declinante a partir de 1950, hasta
llegar a su aparente "extinción" eri el quinquenio 1975-80. Debe
recordarse, sin embargo, que los datos sobre las migraciones
internacionales son extremadamente fragmentarios y poco
confiables. Por ejemplo, no existe registro estadístico de los
saldos migratorios externos para el período 1977-1981, por lo
que la Tasa de Crecimiento Migratorio nula que figura en el
Cuadro 3.2. a partir de 1975, es más un recurso obligado de
estimación estadística que un reflejo de la realidad.
At1ora bien, en la inmigración externa pueden distinguirse
dos corrientes: la de origen europeo y la que procede de países
limítrofes. Respecto de la primera, después de 1930, tuvo un
único período significativo entre 1947 y 1952. Este hecho se
evidencia en los censos de 1947 y 1960, momentos en que los
extranjeros no limítrofes representaban 13% y 11 % de la po-
blación total, respectivamente (en 1914, esta cifra alcanzaba al
27,7%).
A partir de 1952, hay una disminución notable de la
inmigración total y otro hecho igualmente significativo: el cambio
en la composición por origen de la misma debido al incremento
continuo de los flujos provenientes de países limítrofes, por lo
menos t1asta mediados de la década de 1970. En efecto, a pesar
de las graves falencias de la información básica, está suficien-
temente establecido que el saldo neto de los movimientos
limítrofes entre 1946y1975 (aunque con algunas fluctuaciones
dentro de este lapso) fue sostenidamente positivo.
También que, a partir de 1976, el mismo disminuyó de
14. manera drástica (Marshall y Orlansky, 1983, 41-43), quizá por la
combinación de un menor número de entradas y de un mayor
número de retornos hacia los países de origen. De todas
maneras, la prevalencia de esta nueva corriente en el total de la
inmigración neta, unida a la progresiva extinción de los extranjeros
de antigua residencia, explica que el porcentaje de limítrofes
sobre el total de extranjeros presentes en cada fecha censal
pase del 13% en 1947 al 43% en 1980.
Por otra parte, a fines de los años 1950, comienza un
fenómeno inédito en el país -la emigración neta de argenti-
nos-, el que se intensifica en la década de 1960 y, sobre todo,
en la de 1970 y primeros años de los 80 (1980-1984). En efecto,
se ha estimado que, entre 1955 y 1985, emigraron hacia el
exterior unos 650.000 argentinos (Lattes, 1987,202).
Adelantándonos en la argumentación, señalemos que los
flujos de inmigrantes limítrofes están compuestos principal-
mente por trabajadores manuales calificados y no calificados
(Maguid,1990,39-52), en tanto que entre los emigrantes argen-
tinos predomina personal técnico-profesional (Schkolnik,
1987,91 ).
3.2 Composición por sexo y edad.
Las tendencias de los fenómenos que componen el cre-
cimiento --en especial, la fecundidad y las migraciones inter-
nacionales- inciden sobre la composición de la población
según el sexo y la edad. En el Cuadro 3.3 se presentan algunos
someros indicadores de la misma que ponen en evidencia dos
aspectos de interés para nuestros propósitos analíticos.
En primer lugar, la progresiva disminución de la relación de
masculinidad (número de varones por cada 100 mujeres) de la
población, alta en los períodos de gran inmigración externa por
la preponderante composición masculina de esta última.
En segundo lugar, el paulatino "envejecimiento de la po-
blación". Se designa con este término el aumento progresivo de
la proporción de habitantes de 65 años y más, considerándose
74
Cuadro 3.3
Indicadores del crecimiento de la población por sexo y
edad
Total del país, 1947-1980
Distribución de la población Relación
en las edades de mascu-
Año linidad
Total 0-14 15-64 65 y más (%)
1947 100,0 30,9 65,2 3,9 105
1960 100,0 30,7 63,5 5,8 100
1970 100,0 29,3 63,7 7,0 99
1980 100,0 30,3 61,5 8,2 97
Fuente: Elaboración propia en base a Censos Nácionales de Población.
"envejecida" una población en la que dicha medida supere el
7%. Nuestro país entró, pues, en esta categoría a principios de
la década de 1970.
Ahora bien, respecto de la influencia de este fenómeno
sobre la oferta de mano de obra, importa destacar dos hechos:
a) el peso relativo de los ancianos pasó de 3,9% en 1947 a 8,2%
en 1980, con crecimiento parejo e ininterrumpido en cada
período intercensal; b) hasta 1980, dicho incremento se hizo
casi sólo en detrimento de la proporción de población de 15 a 64
años, la que pasa de 65,2% a61 ,5% entre 1947y1980, estando
esta disminución concentrada en el primer y tercer períodos
intercensales.
Destaquemos que la franja etaria 15-64 años delimita lo
que se denomina "población potencialmente activa", es decir,
aquélla en la que se recluta la "población económicamente
activa", de suerte que, ceteris paribus, la disminución de la pri-
meratendría un efecto negativo sobre el volumen de la segunda.
En el texto, aludiremos a la población potencialmente activa
como "oferta demográfica de mano de obra".
15. 3.3 Distribución espacial.
Los hechos mencionados hasta el momento tienen que ver
con la determinación de la oferta global de fuerza de trabajo en
el conjunto del país. Empero, para nuestros propósitos analíti-
cos, es también crucial conocer cómo se forma ese parámetro
a nivel regional. Para el análisis de esta cuestión nos serviremos
de los índices consignados en los Cuadros 3.4. a 3.9.
Ahora bien, la distribución espacial de la población en el
conjunto del territorio nacional en un determinado momento es
función de tres variables: el crecimiento vegetativo de cada
localidad; el volumen y patrón de asentamiento territorial del
saldo neto de las migraciones internacionales, y el volumen y
dirección de las migraciones internas.
3.3.1 Crecimiento vegetativo
Sobre este punto sólo es necesario destacar aquí las
grandes diferencias interregionales que existían en el período
1947-1960 yque se mantienen (o incluso agrandan) en los dos
lapsos censales subsiguientes (Cuadro 3.8.). En particular,
obsérvese que el crecimiento vegetativo de las regiones Noroeste
y Nordeste duplica y hasta casi triplica el correspondiente a la
región Pampeana, en los tres períodos.
3.3.2 Migraciones internacionales
Desde 1930, debido a la pequeñez de los saldos netos
externos, esta variable no es tan importante en la configuración
espacial de los asentamientos humanos en la Argentina, como
sí lo fuera antes de esa fecha.
Sin embargo, cabe mencionarque el patrón de asentamiento
territorial de la reciente inmigración de limítrofes difiere del que
caracterizó a la inmigración de ultramar. Mientras esta última
(antes y después de 1930) se asentó principalmente en el Gran
76
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77
16. (xJ Cuadro 3.5 .
Indicadores de urbanización (a). Total del país, 1947-80
Población (miles) Tasas de crecimiento anual intercensal (%.)
]
,..)
( -....¡
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1
% de la población
Años Disminución de
Total Urbana Rural intercensal Poblac. Total 1 Total 1 Total
de la poblac. Urbana del Rural Urbana
rural País
1947 15.894 9.886 6.008 62,2
i -404 17.2 -5,6 28,4
1960 20.014 14.41 o 5.604 72.0 1
-698 15,5 -13,3 24,8
1970 23.364 18.458 4.906 79,0
-155 17,3 -2,5 22.2
1980 27.949 23.198 4.751 83,0
(a) Población urbana es la que reside en aglomeraciones de 2.000 ó más habitantes.
Fuente: Atlas (1982, 119 y 122)
Cuadro 3.6
Población urbana: número de aglomeraciones y distribución, según tamaño de la
aglomeración
Total del país, 1947-1980
Distribución de la Población
Tamaño de las Número de aglomeraciones Urbana según
aglomeraciones tamaño de la aglomeración
(habitantes}
1947 1960 1970 1980 1947 1960 1970
TOTAL 1 438 524 602 712 100,0 100,0 100,0
2.000 a 19.999
1
392 468 521 608 21,4 22,0 15,6
20.000 a 49.999 30 32 49 61 7,7 7,5 7.8
50.000 a 399.999 14 20 27 36 19,4 15.1 17,0
400.000 a 999.999 1 3 4 6 4,8 11,1 14,0
1.000.000 o más i 1 1 1 46,7 44,3 45,6
Fuente: 1947, Censo Nacional de Población
1960 a 1980 Vapnarsky y Gorojovsky (1986; 23 y 26)
Total
GBA
28.6
22.0
16,2
1980
100,0
14,6
8,4
17,0
17,2
42,8
17. Cuadro 3.7
Población que cambió de residencia entre 1975y1980, según
lugar de origen
Total de pals
Lugar de origen en 1975 Distribución
porcentual
~Total de población que cambió
de residencia 1ºº·º(2.271.000)
-~ lntraprovincial 28,2
De la capital de la provincia 5,4
De otra ciudad determinada 7,7
Del resto de la provincia 15,1
~lnterprovincial 66,1
De grandes ciudades (más de
36,3100,000 habs.)
De ciudades intermedias (35.000
a 100.00 habs.) 5,4
De localidades menores y zonas rurales 24,4
~ Internacional
Del exterior 5,7
Fuente: CEN-80 (CXLI)
80
Cuadro 3.8
Tasas medias anuales de crecimiento de la población y
sus diversos componentes (%0)
Total del país, regiones yjurisdicciones. Períodos
intercensales 1947~1980.
1947-1960
Jurisdicción Tasas de
crecimiento
Vege· Migra· Total
tativo torio
TOTAL
DEL PAIS 13,2 4,0 17,2
REGION
PAMPEANA 10,7 5,5 16,8
-Capital
Federal y
Pcia.
Bs.As. (a) 8,6 13,7 22,3
-Córdoba 13,8 -2,0 11,8
-Santa Fe 11,6 -4,0 7,6
-Entre Ríos 19,7 -18,0 1,7
-La Pampa 17,1 -22,0 -4,9
REGION
GUYANA 20,2 0,0 21,0
- Mendoza 20,1 5,0 25,1
-San Juan 21,3 1,0 22,3
-San Luis 18,9 -15,0 3,9
REGION
NOROESTE 20,9 -4,2 16,7
-Tucumán 21,8 ·2,0 19,8
-Salta 21,0 5,0 26,0
-Sgo. del
Estero 17,5 -18,0 -0,5
-Jujuy 21,5 6,0 27,5
1960·1970
Tasas de
crecimiento
Vege· Migra· Total
tativo torio
14,8 0,6 15,4
11,4 5,3 16,7
10,2 8,5 18,8
13,7 2,4 16,1
12,3 0,2 12,5
17,9 -17,1 0,8
15,1 -7,1 8,0
18,7 -5,5 13,2
18,0 -1,4 16,6
20,2 -11,5 8,7
19,3 -14,2 5,1
23,9 -16,2 7,7
19,9 -20,9 -1,0
27,7 -6,7 21,0
24,8 -20,9 3,9
26,3 -3,9 22,4
1970-1980
Tasas de
crecimiento
Vege·
tativo
14,5
12,2
1·1,5
12,7
10,7
16,8
14,0
19,8
19,1
22,8
17,5
24,4
23,0
26,6
22,0
29,5
Migra-Total
torio
3,4 17,9
4,7 17,0
4,5 16,0
2,9 15,6
3,6 14,3
-5,6 11,2
5,1 19,1
0,0 19,8
1,4 20,5
-3,6 19,2
-0,4 17,1
-1,1 23,3
0,8 23,9
-0,5 26,1
·3,7 18,3
0,7 30,2
81
(j'} /
18. Cuadro 3.8 (Continuación)
1947·1960 1960·1970 1970-1980
Jurisdicción Tasas de Tasas de Tasas de
crecimiento crecimiento crecimiento
Vege· Migra· Total Vege· Migra· Total Vege· Migra·Total
tativo torio tativo torio tativo torio
-Catamarca 24,0 ·14,0 10,0 25,1 22,7 2,4 22,5 -3,9 18,6
-La Rioja 24,2 -13,0 11,2 26,3 -20,2 6,1 23,7 -5,1 18,6
REGION
NORDESTE 21,4 -4,9 16,5 27,8 -16,8 11,1 28,4 -6,6 21,8
- Corrientes 14,1 -13,0 1,1 24,0 -18,4 5,6 23,2 -7,3 15,9
:._Chaco 26,4 -9,0 17,4 29,5 -25,4 4,1 26,9 -5,3 21,6
- Misiones 25,4 3,0 28,4 29,1 -8,8 20,3 33,1 -4,8 28,3
-Formosa 25,3 8,0 33,3 31,3 -4,4 26,9 34,6 -11,3 23,3
REGION
COMAHUE 18,4 4,1 22,5 24,3 7,5 31,7 26,2 14,2 40,4
- Río Negro 17,0 10,0 27,0 23,3 7,1 30,4 24,0 13,4 37,4
-Neuquén 20,6 -3,0 17,6 25,9 8,1 34,0 29,4 15,4 44,8
REGION
PATAGONIA s/d s/d 20,8 21,4 12,7 34,2 22,6 11,1 33,8
-Chubut 24,9 7,0 31,9 24,3 4,3 28,6 24,3 8,0 32,3
-Santa Cruz s/d s/d 15,7 16,4 29,5 45,9 19,4 16,8 36,2
- Tierra
del Fuego s/d s/d 56,9 ·O,1 33,2 33,1 (b) (b) (b)
(a) En este caso no pueden desagregarse los 19 partidos del Gran Buenos Aires
del resto de esa provincia.
(b) En este período, los datos de Santa Cruz y Tierra del Fuego se presentan
agregados.
Fuente: Lindenboin (1985).
82
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los inmigrP.ntes limítrofes se radicaron l!Jn µn prirner rnornento en
las provincié!s vecinas a sus países de origen, sumándose lu@go
a las corrientes internas cie nativos tiaci¡:i,.el Gran Suenos Aires.
3,J.3 Mi9rªciones internas
El determfnqr1te f!Jnd;;unental de la oferta de fuet'la de
trabajo a nivel local en los últimoª cuarenta ªños es el de$pla=
zarniento interno de la pe,iplación nativa. ·
l;I fenómeno de las grandes Gorrientes rnigr;:¡torias internas
-que (aunque no pueda cuantificarse) sabernos que comienza
a mediados de la década c:le 1930- es extraordinariªmente
relevante para nuestros propósitos analíticos. Por ello nos
detendremos en él con algún detalle, discriminando en el
análisis los tres períodos intercensales y tratando de detectar
por separado las transferencias rural-urb;:¡no y la$ trnm1feren=
cias interregionales.
a) Período 1947-1960
En el Cuadro 3.4 se aprecia que, ya en 1947, el 17% de la
población total del país había emigrado de su provincia de
nacimiento, un indicador que monta al 19% en 1960.
Durante este lapso, la población rural disminuye drástica-
mente en términos absolutos (menos 404.00Q personas y tasa
negativa de crecimiento igual al -5,6%0 anual) (Cuadro 3.5.), lo
que significa que tra.slada hacia las zonas urbanas todo su
crecimiento vegetativo y algo más (con anterioridad a 1947, la
población rura,1 había tenido siempre crecimiento positivo aun-
que en desaceleración). Nótese que, en 1947, el volumen total
de lél población rural es elevado, razón por la cual, en valores
absolutos, estos flujos rtJral-urbano son muy considerables.
Desde el punto de vista regional, los principales flujos
migratorios (en valores absolutos) se originan en las áreas
rurales de la Región Pampeana y, en menor medida, en las
85
20. regiones Noroeste y Nordeste (aunque para estas últim~s, en
términos relativos, la emigración tenga un peso excepcional)
(Cuadros 3.4, 3.8 y 3.9).
Esta transferencia de población se dirige hacia aglomera-
ciones urbanas de diverso tamaño, con frecuencia en corrientes
escalonadas que culminan en las aglomeraciones mayores
(Vapnarsky y Gorojovsky, 1986, 20). Sin embargo, el grueso de
los migrantes nativos de este período -algo así como el 68%
(Lattes,1975,104)-se orienta finalmente ha.cía el Gran Bue~os
Aires, un área que, en este lapso, crece a un ntmo anual (28,6%0)
ligeramente superior al de la población urbana total (28,4%0) Y
muy superior al de la población total (17,2%o)(?u~d~o 3.5). El
ritmo de urbanización de este período es el mas rap1do de los
tres analizados.
La dinámica que acaba de describirse se traduce en un
cambio en las formas de asentamiento poblacional entre 1947
y 1960, cuyos principales rasgos son los siguientes: a) pérdida
de importancia demográfica de la Región Pampeana cuyo
porcentaje poblacional pasa de 42,4% a 37,9%; b) aumento de
la población urbana total que pasa del 62,2% al?2%; c_J notable
incremento del Gran Buenos Aires, cuya poblac1on asciende del
29,4% al 33,6%; d) por último, modificación en la distribución
interna de la población urbana según tamaño de la aglomera-
ción, favorable a los centros de tamaño intermedio (50.000 a
1.000.000 de habitantes) los que pasan de 15 a 23 y absorben
24,2% y26,2%, respectivamente, de la población urbana(Cuadro
3.6) (en este período, este crecimiento se debe sobre todo a las
aglomeraciones de Córdoba y Rosario).
b) Período 1960-1970
Las corrientes migratorias internas se intensifican en este
lapso. Así, el porcentaje de personas que vivían fueran de su
provincia de nacimiento había aumentado al 24% . .
Por otra parte, se acelera el ritmo de transferencia de
población desde las áreas rurales hacia las urbanas: el número
absoluto de residentes rurales disminuye en 698.000 personas
86
entre los dos censos y la tasa anual de crecimiento es negativa
e igual a-13,6%0. Nótese que en este período, comparativamen-
te a 1947-1960, aumentó el número de desplazamientos rural-
urbano en términos absolutos a pesar de que la población rural
de origen en 1960 era inferior a 1947.
Desde el punto de vista regional, los principales flujos
migratorios continúan generándose en la Región Pampeana,
aunque ahora son más significativas las transferencias desde el
Noroeste y el Nordeste.
El destino de estos migrantes es similar al período anterior
(migraciones escalonadas hacia· aglomeraciones progresiva-
mente más grandes), y el grueso de los migrantes sigue llegando
al Gran Buenos Aires. En este momento, sin embargo, la tasa
anual de crecimiento del área metropolitana (22%0) es inferior a
la de la población urbana total (24,8%0), aunque notoriamente
más alta que la de la población total (l 5,5%o). En otros términos,
el Gran Buenos Aires desacelera un tanto su crecimiento
respecto del período anterior, al tiempo que siguen expandién-
dose en nümero y población los centros intermedios (su mímero
aumenta de 23 a 31 y su población pasa del 26,2% al 31,0%).
En consonancia con esta dinámica intercensal, los rasgos
del asentamiento poblacional se modifican como sigue: a)
continúan perdiendo peso las regiones Pampeana, Noroeste y
Nordeste; b) aumenta la población urbana del 72% al 79%; c)
continúa aumentando la absorción de población por parte del
Gran Buenos Aires, cuyo volumen relativo pasa del 33,6% al
36, 1% entre las dos fechas censales; d) sin embargo, en el
conjunto de la población urbana, pierde ligeramente importancia
el área metropolitana en favor de los asentamientos urbanos
intermedios de las zonas extrapampeanas (además de Rosario
y Córdoba, también Mendoza, La Plata y otras ciudades del
interior del país).
21. e) Período 1970-SO
Por úitimo1 ei lapso 197ó-1980 tiene una dinámica diferen-
te. Sin lugar adudas, la magnitud de lós movimientos internos
ihterprovinciales ha distninuido sensibiernente respecto dé los
péríódos precedentes. Esto se refleja eh la disminudon del
porcentaje de población qué vive tuera de su provincia de
nacimiento, que pára 1980 es de 23% .
Por fortuna1 para esta decada se cuenta con datos mucho
más validos respecto dé la medición del fenómeno que estamos
anali~ando. El número de migrantes interpróvinciales en el
quinquenio 1965-1970 fué de casi 1.70ó.óOO pérsonás, lo que
representa el 8% de lapóblación total de 1970;para elquinqueníó
1975-1980 estos guarismos hablan descendido a 1.500.óóó
persohas y6%, respectivamente (CEN-801 CXXXLX).
Sí se indaga acerca del origen de los rriigtantes, se aprecia
que1 si bien la poblaéión rural también disminuyo én términos
absolutos en el último periodo intercensal (menos 155.000
personas), el ritmo dé distninución es ahóra mucho más lentó
(·215%0 de tasa anual de crecimiento). Esto significa qué las
migraciones rural~urbano tienen mucho menos peso que antes
en el conjunto de los movimientos mi€jfátodos interMGs.
Este último hechó itmrece ser analizada eon algún
detenirniehto. En él Cuadro 3.7 se presenta ei total de personas
que se desplazaron durante el quinquétiiGi 1975-1980 (2.271.óóo
individuos) distribuido segun su lugar de odgétt
Dlthó total puede déscomponerse en migrantes intra-
provinéialés, rfligrantéS interpnwlncialés ymlgrántes internacio-
naiés, bel análisis de ésta inforrtiación se concluye lo siguiente:
a) en ei totai de rnovirniéntós migratorios son prepohderantes los
desplazamientos urbano-urbano (54;EW0); b) dado el ya éscaso
volumen de la población rural entre los rnigrantes originarios de
localidades menores de 35.óóó habitantes o de zotlás ruralés
predominan sin duda aquellos cuyos lugares dé origen Mri
asentarnientos urbanos pequeños (lo que refuerza lía tonclu§ión
aéetoa del carácter urbano-urbano de las migraciones de este
período): e) una parte considerablé dé los desplazamientos
88
.
rural-urbano yurbano-urbano es intraprovincial, lo que, corno se
verá enseguida, contribuyó al crecimiento de los centr9s de
tamaño intermedio, principalmente las capitales de provincia; d)
una parte sustancial (36,3%) de las migraciones urbano-urbano
se origina en grandes ciudades fuera de la provincia de destino,
lo que lleva a concluir que se realiza entre aglomeraciones de
tamaño grande o intermedio. Cabe destacar que 3 puntos de
ese 36,3% corresponden a migrantes de retorno desde el Gran
Buenos Aires hacia sus provincias de nacimiento (Holubica,
1988). Resumiendo, durante el período 1970-1980, el origen de
los migrantes internos es preponderantemente urbano, con alta
prevalencia de los provenientes de aglomeraciones de tamaño
intermedio.
Desde el punto de vista regional, estos flujos continúan
originándose en las zonas Noroeste yNordeste. Pero su destino
ya no tiene como foco principal el Gran Buenos Aires, ya que
esta área, por primera vez en la historia del país, tiene una tasa
de crecimiento anual (16,2%0) inferior a la de la población total
(17,3%0) y muy inferior ala de la población urbana total (22,2 %0).
En efecto, en este proceso ganaron sobre todo las aglomera·
cienes intermedias, las que, además de absorber población
-de 31,0% a 34,2%-, son 42 en 1980 contra 31 en 1970
(Cuadro 3.6).
Esta dinámica intercensal da por resultado cambios inéditos
en el asentamiento de la población argentina: a) por primera vez
aumenta (aunque ligeramente) la proporción de población que
reside en regiones extraparnpeanas; b) se desacelera el ritmo
de urbanización, de tal suerte que la población urbana pasa de
79% en 1970 atan sólo 83% en 1980; c) por primera vei el Gran
Buenos Aires disminuye su absorción de población, ya que en
1980 desciende a 35,6%; d) por último, dentro de la población
urbanatotal, pierde varios puntos de importancia relativa el Gran
Buenos Aires, que son ganados porcentros de tamaño intermedio
del interior del país, partfoularrnente las capitales de provincia.
22. 3.4 Volumen y composición de la PEA
En los Cuadros 3.1 Oy 3.11 se consignan los principales
indicadores para analizar esta evolución en el conjunto del país.
El volumen absoluto de la PEA total crece atasas inferiores
alasde la población total en los períodos 1947-1960y 1970-1980,
y superiores en 1960-1970.
Sin embargo, su volumen relativo (porciento que representa
la PEA sobre la población total y sobre la población de 14 años y
más) disminuye ininterrumpidamente en los tres lapsos. Como se
verá, estas tendencias globales son en realidad el balance neto
final de varios movimientos de sentido inverso.
En primer lugar, existe el ya mencionado efecto de disminu-
ción resultante de la contracción de la población potencialmente
activa, un hecho que es sobre todo evidente en el primer y tercer
períodos intercensales (Cuadro 3.3).
En segundo lugar, existe otro efecto de disminución (más
importante que el anterior) resultante de la notable retracción de
la participación en la actividad económica de los varones de 14 a
19 años yde 65 años ymás, como consecuenciade laprolongación
de la escolaridad entre los adolescentes yde la generalizacióndel
retiro por jubilación entre los ancianos (estos hechos son visibles
en los tres períodos intercensales).
Por último, existe un efecto de incremento resultante del
notorio aumento en la participación económica de las mujeres en
el tramo 25-50 años (visible sobre todo en los dos últimos
períodos intercensales).
El balance final de estos disímiles movimientoses el siguiente:
a) se opera una reducción significativa del porcentaje de la fuerza
detrabajo sobre la población total entre los límites del período (del
39,4% en 1947 al 35,7% en 1980), correspondiendo enteramente
esta disminución al primer y tercer lapsos intercensales; b) se
verifica un cambio en la composición interna de la PEA, evidente
sobre todo en la relación de masculinidad (4 varones por mujer en
1947, contra 2,6 en 1980), y en la edad mediana de las mujeres
(28,8 años en 1947 contra 32,2 años en 1980); estas dos
mutaciones son más fuertes en las dos últimas décadas. En otros
90
términos, a todo lo largo de nuestro período de observación (si
bien con algunas ligeras diferencias según los momentos), la
fuerza de trabajo global se ha ido haciendo comparativamente
más chica, más femenina y más adulta.
En este punto, es interesante señalar que, como resultado
de las diferencias interregionales en la dinámica demográfica
(crecimiento vegetativo; volumen y dirección de las corrientes
migratorias que son selectivas según el sexo yla edad), así como
en las pautas locales de participación en la actividad económica
segtín el sexo y la edad, el volumen relativo de la PEA muestra
también sensibles diferencias interregionales (Cuadro 3.12).
En particular, ese conjunto de factores en un sentido benefició
--en términos de una menor carga de inactivos por persona
activa- sobre todo a la región Pampeana (en realidad, a las
grandes aglomeraciones de la misma, particularmente el Gran
Buenos Aires), en detrimento sobre todo de las regiones Noroeste
yNordeste: en las cuatro fechas censales, el porcentaje de la PEA
sobre la poblacióntotal es en la primera entre 6y7puntos superior
al de las dos tíltimas.
Pero, en otro sentido, impuso a esas grandes ciudades la
ardua tarea de crear empleo para la enorme oferta demográfica
de mano de obra inducida porla masivatransferenciade población
desde las áreas rurales, cómo lo sugieren los siguientes
indicadores.
Períodos
1947-1960
1960-1970
1970-1980
Tasa Anual de Crecimiento lntercensal (%0)
de la Población Potencialmente Activa(PPA)
PPA PPA residente PPA
Total del en áreas del GBA
país urbanas
14,9 23,7 19,6
15,2 * 17,3
14,3 11,3
J_~
91
23. 'c:oJ.)
1
Cuadro 3.10
Poblacjón Económjcamente Activa (PEA}: indicadores de evotución
Total de1país,1947-1980
VO:lumen Tasa anual Porclento .Relación Edad mediana
, ·~miles') de crecírnieroto de la PEA sob.re de
.intercensal:(%.) ·la población masculinidad 1 - - - - - - - - - 1
' .. .Año 1 De 14 :años y más
0
Varones Mujeres
Total Var-0Aes Mujeres Total Varones Mujer.es . Total Total Varones Mujeres
l 11947 ; 16267 5.:033 1.234 ' .1 39.,4 ' 56,9 88.6 23.,4 402 35,8 28;8
1 13,6 11,2 22,,3
1960 ; 7.4'80 5.827 1.653 . '. 1 37,4 53,7 84,4 23,2 360 35,6 29,3
16,8 12,8 29,6
1970 8.85~ .S.'623 2.228 37,9 53,2 80,6 26,5 295 36,4 30,5
12,1 ·9,iO 20,:6 .
1980 9.991 7.250 2.741 35,7 50,3 75.,0 26,9 264 35,8 32,2
Fuente: Elaboración propia en base a Censos Nacionales de Población.
Cuadro 3.11
Tasas de actividad por sexo y edad (a). Total del País, 1947-1980
Grupo Ambos sexos Varones Mujeres
de
edad 1947 1960 1970 1980 1947 1960 1970 1980 1947 1960 1970 1980
14 a 19 52 50 43 35 73 70 57 46 30 32 ' 29 25
20a24 63 66 66 64 90 94 87 86 34 40 44 42
25a34 62 62 66 65 97 98 97 94 25 27 34 36
35 a44 61 59 63 64 98 98 98 95 21 22 28 34
45a54 60 55 58 58 96 92 94 90 19 18 24 28
55 a64 54 39 41 39 89 66 70 67 14 11 14 14
65 y más 32 21 15 ta 57 39 29 19 8 5 5 3
~a)' La Tasa de Activ¡dad de tun gm¡po de edades representa la relación porcentual entre las personas activas y la pobtación
total en: ese gmpe;,. para ambos sexosº' pam cada sexo. poir separado.
Fuente: 11947,, el'aboración propía en base a; R'ecchfmf! de Lattes (11975, 153~
11960'-1980 Censos N'acional'es de P'oblación.
·~
'vJcoi
~ '('-)
24. Cuadro 3.12
Porciento de la PEA sobre la población total
Total del país, regiones y jurisdicciones, 1947-1980
Jurisdicción 1947 1960 1970 1980
TOTAL DEL PAIS 39,4 37,6 37,9 35,8
REGION PAMPEANA 42,8 38,9 39,4 37,3
- Capital Federal y
Buenos Aires (a) 45,4 40,0 40,3 38,2
-Córdoba 37,7 37,3 38,0 36,0
- Santa Fe 41,0 37, 1 37,4 35,4
- Entre Ríos 32,6 34,6 35,6 32,4
- La Pampa 39,6 39,6 41,3 38,9
REGION GUYANA 35,5 35,3 35,8 34,1
- Mendoza 36,7 36,0 36,5 35,0
- San Juan 34, 1 33,5 34,1 31,8
-San Luis 33,1 35,4 36,1 34, 1
REGION NOROESTE 34,1 33,0 33,6 30,2
-Tucumán 34,7 32,9 34,2 31,4
- Salta 37, 1 35,1 33,3 30,9
- Sgo. del Estero 29,9 30,2 32,5 27,6
-,Jujuy 40, 1 35,8 35,8 30,5
- Catamarca 34,0 32,7 32,6 29,3
-La Rioja 32,4 32,1 31,6 30,5
REGION NORDESTE 34,3 32,8 33,2 31,3
- Corrientes 32,2 32,2 33,3 29,7
-Chaco 36,5 32,8 32,8 31,5
- Misiones 35,4 34,3 34,1 33,3
- Formosa 33,3 31,3 32,5 30,4
REGION COMAHUE 37,4 37,0 41,3 36,8
- Río Negro 38,5 37,8 39,5 37,3
- Neuquén 35,6 35,5 44,7 36,1
REGION PATAGONIA 46,3 44,8 42,4 40,7
- Chubut 42,5 40,8 39,5 38,8
- Santa Cruz 52,4 54,7 48,8 42,6
- Tierra del Fuego 60,0 50,0 43,8 51,9
(a) En este caso no pueden desagregarse los 19 partidos del Gran Buenos Aires
del resto de esa provincia.
Fuente: Elaboración propia en base a datos de los Censos Nacionales de
Población y Lindenboin (1985).
94
Como se aprecia, durante los dos períodos intercensales,
ia tasa de crecimiento de la población en edad de trabajar es
notoriamente más alta en las áreas urbanas que en el total del
país. Lamentablemente, la falta de datos idóneos para 1970
impide calcular las tasas correspondientes a 1960-1970 y a
1970-1980. Sin embargo, no cabe duda de que durante la
década del 60 dicho indicador debió ser del orden del correspon..
diente a 1947-1960 (véase Cuadro 3.5). Por otra parte, en el
Gran Buenos Aires, también creció más rápidamente la oferta
demográfica de mano de obra durante los dos primeros lapsos
intercensales, no así en cambio durante 1970-1980, cuando
dicho crecimiento es inferior al promedio nacional.
3.5 Diferenciales de comportamiento según estratos
sociales y regionales
Lastendencias descriptas en los puntos precedentes carac-
terizan la dinámica de la población argentina en su totalidad. No
obstante, si se descompusieran los indicadores nacionales, se
advertiría en seguida que, en realidad, los mismos constituyen
una combinación o suma ponderada de las dinámicas demográ-
ficas inherentes a los distintos estratos sociales y regionales que
coexisten en la sociedad. Este hecho es crucial para el análisis de
la estructura social ya que dicha dinámica es uno de los princi-
pales determinantes del volumen ycomposición de cada estrato.
Por ejemplo, si admitiéramos para simplificar que en nues-
tro país existen actualmente dos clases sociales -la clase
media yla clase obrera-puede demostrarse que el crecimiento
demográfico de la segunda es notoriamente superior al de la
primera, como se intentará argüir a continuación.
Lamentablemente, la información empírica necesaria para
establecer en forma válida yconfiable este tipo de diferenciales
es por lo general escasa yfragmentaria, de manera que tuvimos
que apelar a veces a vías indirectas.
Así, en los Cuadros 3.13 y 3.14 presentamos algunos
parámetros concernientes a la población de cinco divisiones
administrativas:
95
25. Cuadro 3.13
Crecimiento vegetativo y sus componentes (%0)
por región, 1980.
Tasa Tasa Tasa de
Región Bruta .de Bruta de Crecimiento
Natalidad Mortalidad Vegetativo
Total del país 25,0 8,6 17,0
Capital Federal 16,2 12,9 3,3
Córdoba 23,6 8,0 15,6
Chaco 35,6 8,3 27,3
Jujuy 37,5 7,8 29,7
Fuente: Dirección de Estadísticas de Salud (1987, 24)
Cuadro 3.14
Esperanza de vida y envejecimiento por región, 1980
Esperanza de vida Por ciento de
Región al nacimiento población de
(ambos sexos) 65 años y más
Total del país 67,71 8,2
Capital Federal 72,23 14,8
Córdoba 70,82 8,3
Chaco 64,44 4,7
Jujuy 63,77 3,9
Fuente: Dirección de Estadísticas de Salud (1987).
96
cuadro 3.15
Edad promedio (en años) de las mujeres a la primera
unión, según estrato social y región, 1980
Estrato Total Capital Córdoba Chaco
Social del país Federal
f - -
Población total (a) 22,7 24,2 23,0 21,6
Pequeños product.
23,2autónomos 24,5 23,4 22,4
Empleados
administrativos
y vendedores 22,2 23,4 22,0 20,4
Trabajadores
especializados
autónomos 22,4 23,5 22,6 21,8
Obreros calificados 21,2 23,0 21,5 20,5
Obreros no
calificados 20,3 23,3 21,5 19,7
(a) Población total residente en hogares particulares con jefe activo.
Fuente CFI (1988).
Cuadro 3.16
Tasa global de fecundidad (a)
Jujuy
22,4
23,8
21,7
22,8
21,6
21,2
Algunos diferenciales según estrato social y región, 1980.
Estrato Total Capital Córdoba Chaco Jujuy
Social del país Federal
Población total (b) 3,46 2,22 3,28 4,71 4,65
Pequeños product.
autónomos 2,77 2,06 2,69 3, 12 3,34
Empleados
administrativos
y vendedores
Trabajadores
2,94 2,02 3,02 3,46 3,64
especializados
autónomos 3,36 2,29 3,01 4,45 4,48
Obreros calificados 3,85 2,41 3,70 5,39 5,07
Obreros no
calificados 4,98 2,71 4,57 6,93 5,98
(a) Número promedio de hijos nacidos vivos por mujer al término de la vida
fértil (50 años)
(b) Población total residente en hogares particulares con jefe activo.
Fuente: CFI, (1988)
97
26. Cuadro 3.17
Tasa Bruta de Natalidad (%0)
Algunos diferenciales según estrato social y región, 1980
Estrato Total Capital Córdoba Chaco
Social del país Federal
Población total (a)
Pequeños productores
26,9 18,5 25,8 34,2
autónomos 21,0 16,1 20,4 23,8
Empleados
administrativos
y vendedores 25,4 18,1 27,0 30,8
Trabajadores
esp. autónomos 24,8 18,1 22,2 29,8
Obreros calificados 30,2 19,4 29,6 39,6
Obreros no
calificados 33,7 20,3 32,7 42,5
..(a) Poblac1on total residente en hogares particulares con jefe activo.
Fuente: CFI (1988).
Cuadro 3.18
Tasa de mortalidad infantil aproximada (%0). (a)
Jujuy
33,6
26,2
30, 1
31,4
36,7
36,9
Algunos diferenciales según estrato social y región, 1980
Estrato Total Capital Córdoba Chaco Jujuy
Social del país Federal
Población total (b)
Pequeños productores
34,4 15,1 31,0 46,6 63,7
autónomos 24,3 11,9
Empleados
19,9 31,3 42,2
administrativos
y vendedores 24,0 14,4 26,0 25,8 32,7
Trabajadores
esp. autónomos 35,0 10,5 26,5 46,2 54,7
Obreros calificados 35,2 21, 1
Obreros no
33,7 44,2 62,0
calificados 51,2 11,4 40,9 59,1 90,9
(a) Estimación indirecta de la probabilidad de muerte entre Oy 3 años de edad
(C~I. 19.~8, 161 ). Deb!do a la mala calidad de los datos censales de base, esta
est1mac1on no es confiable en lo que concierne al nivel de la mortalidad infantil
pero es aceptable para la evaluación de los diferenciales entre estratos '
(b) Población total residente en hogares particulares con jefe activo
fuente: CFI (1988)
98
-el total del país (índices-promedio que se desea des-
componer);
··· - la Capltal Federal y la provincia de Córdoba, tomadas como
jurisdicciones típicas de mayor peso relativo de clase media;
- las provincias de Chaco yJujuy, tomadas como jurisdic-
ciones típicas de mayor peso relativo de clase obrera.
Porsu parte, en los Cuadros 3.15 a3.18 se consignan, para
las mismas divisiones administrativas, algunos indicadores de
comportamientos demográficos, esta vez para el universo defi-
nido como la población total residente en hogares particulares
de jefe activo, ypara cinco estratos sociales: uno de clase media
autónoma ("Pequeños productores autónomos") uno de clase
media asalariada ("Empleados administrativos y vendedores");
une de clase obrera autónoma ("Trabajadores especializados
autónomos") y dos de clase obrera asalariada ("Obreros califi··
cadas" y "Obreros no calificados"). En todos los casos se trata
de estratos que representan una parte sustancial del volumen
total de la clase a la que pertenecen, lo que significa que tienen
un alto coeficiente de ponderación en la determinación de los
parámetros-promedio de la misma. Todos los índices presenta-
dos se refieren a 1980, ya que el censo de este año es el único
que brinda información idónea para su cálculo. Sin embargo,
puede aceptarse fácilmente que los diferenciales que van a
ponerse de manifiesto existieron también durante todo nuestro
período de observación.
Ahora bien, para establecer que el crecimiento demográ-
fico de la clase obrera1 es superior al de la clase media, debe
analizarse cuál es el comportamiento de ambos colectivos
respecto de cada fenómeno-componente (Torrado, 1986).
a) Nupcialidad
La nupcialidad -medida por la edad promedio de las
mujeres a la primera unión (Cuadro 3.15)- es, en general,
1 En este ejercicio asimilaremos principalmente a los obreros
asalariados, que son la mayor parte de la clase obrera total. Véase,
Capítulo 8, Cuadro 8.6.
99
27. comparativamente más precoz en la clase obrera (recuérdese
que este indicador tiene un rango de variabilidad muy limitado,
digamos, para fijar las ideas, entre 19 y 25 años).
b) Fecundidad
La fecundidad -medida por la tasa global de fecundidad
(o sea, por el número medio de hijos nacidos vivos por mujer, al
término de la vida fértil) (Cuadro 3.16)- de la clase obrera es
entre 1,5 y 2 veces superior a la de la clase media (excepto en
la Capital Federal que constituye un área muy homogénea en lo
que respecta a ciertos comportamientos demográficos).
c) Natalidad
La combinación de nupcialidad precoz, fecundidad alta y
una estructura por edades más favorable en razón de la mayor
fecundidad, determina que la Tasa Bruta de Natalidad (Cuadro
3.17) de la clase obrera sea comparativamente muy superior a
la de la clase media.
d) Mortalidad
El nivel de mortalidad -medido por indicadores de salud
tales corno la Tasa de mortalidad infantil aproximada (Cuadro
3.18) o la Esperanza de vida al nacimiento (Cuadro 3.14)- es
comparativamente mucho más alta en la clase obrera. Sin
embargo, debido a que la estructura de edades de esta última
(en razón de su superior fecundidad) es comparativamente
mucho más "joven" (Cuadro 3.14), la Tasa Bruta de Mortalidad
de la clase obrera es similar o inferior a la de la clase media
(Cuadro 3.13).
e) Crecimiento Vegetativo
La combinación de una superior Tasa Bruta de Natalidad
con una similar o inferior Tasa Bruta de Mortalidad determina
que el Crecimiento Vegetativo de la clase obrera sea superior al
de la clase media.
100
f) crecimiento Migratorio .. , .
como se viera en el Punto 3.1, la compos1c1on de los fluios
migratorios externos señala que inmigran trabajadores manua-
les calificados y no calificados en tanto emigran técnicos y
profesionales. Di~ho_ en otros términos, en_ la Argentina ~e las
últimas décadas inmigra clase obrera y errngra clase media, de
suerte que el crecimiento migratorio es claramente favorable a
la primera.
g) Crecimiento Total -
Obviamente, la combinación de un superior Crecimiento
Vegetativo yun superior Crecimiento Migratorio se traduce en
un mayor Crecimiento Total de la clase obrera respecto de la
clase media. Este hecho es incontrovertible, aunque no pueda
cuantificarse con precisión la magnitud de la diferencia.
De igual manera podría demostrarse que, tanto dentro de
la clase media como de la clase obrera, sus respectivos estratos
autónomos crecen demográficamente en forma más lenta que
los estratos asalariados.
Veremos oportunamente como todas y cada una de las
tendencias demográficas analizadas en este capítulo inciden
sobre diversos aspectos ~el cambiante volumen y composición
de las clases sociales.
101