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En una ponencia presentada ante el Cuarto Seminario Internacional Cehap –
Peval “Los Movimientos de los Pobladores en los Barrios Populares de las
Ciudades Latinoamérica”(realizado en la ciudad de Medellín-Colombia, entre el 7
y el 11 de abril de 1986); Marta Baliero (de los Movimientos de Favelados en
Brasil), presentó una ponencia (Caracterización del concepto urbano en Brasil).
Destaco el siguiente aparte:
El Estado Brasileño y su Manejo de lo Urbano.
“Es innegable que el modelo de Capitalismo Monopolista viene gestándose
desde los años 30, marco histórico de la industrialización en el Brasil. Dicho
paradigma posee una característica notable. Habría en él, un cierto papel de
Estado que lo hace invisible. Esto quiere decir que el Estado no aparece ni se
manifiesta bajo la forma de inversiones y ese no dejarse ver ocurre
exactamente en el lugar focal de la determinación de la tasa de ganancia del
conjunto oligopolista.
Esto quiere decir, según plantea el sociólogo Francisco de Oliveira (Oliveira,
Francisco de /O Estado e o Urbano no Brasil Estudos do Cebrap, a ser
publicado). Que por fenómenos inherentes a dicho modelo, los cuales se
colocan en contraposición al Capitalismo de Libre Competencia, dicho
Capitalismo Monopolista (no competitivo y salvaje de cualquier país
2
subdesarrollado) politiza las relaciones económicas al máximo en el sentido
inequívoco de que el Estado (a través de los hombres de empresa ) pasa a ser,
en cierta medida, el lugar en donde la tasa de ganancia – cuota que cada
conjunto oligopolìsrtico tiene en la masa excedente de excedente social
producido en el país- se determina por el acceso empresarial a los aparatos del
Estado”,.1
Me queda la sensación (...o la reafirmación), en el sentido de que , en nuestra
América Latina, el Estado (...o, quienes actúan y ejercen como sus portavoces
y/o beneficiarios directos)
Ha actuado, en la intención de incidir en las relaciones sociales, con un estilo y
mecanismos de intervención como híbrido teórico y político, bien sea
circunstancial o programático.
Ahora bien, desde la pretensión de este trabajo, se trata de reivindicar,
también, el asunto relacionado con la incidencia efectiva de este tipo de
participación estatal. Porque, entre otras razones, la caracterización y
seguimiento de la misma; permite cierta aproximación a una teoría general de
la intervención estatal y sus verdaderas repercusiones, en cuanto políticas de
contenido social que son asumidas por la población, como “evidencia” y como
“resultado” del mandato Constitucional. O, en otra opción de interpretación,
como expresión obligada por parte de un determinado gobierno; a partir del
1 Baliero, Marta, “Caracterización del Concepto Urbano en Brasil, Seminario Los pobladores:
protagonistas urbanos en América Latina, Memorias Editorial Lealon, marzo de 1988.
3
desarrollo de movimientos sociales, tanto urbanos como rurales (..en otras
palabras: como reivindicación alcanzada, mediante la realización de
movimientos populares que “obligan”, por la vía de la fuerza, a modificaciones
absolutas o transitorias, de programas gubernamentales originales. Un ejemplo
de este tipo de intervenciones y su efecto colateral, tienen que ver con la
agitación y movilización en contra de la propuesta original inmersa en la
modificación del régimen de transferencias, adjunto al Plan Nacional de
Desarrollo, tanto en el gobierno del Presidente Andrés Pastrana Arango, como
también el gobierno del Presidente Álvaro Uribe Vélez. Esto es significativo, en
la medida en que compromete, entre otros aspectos, la participación de las
regiones en el diseño y aplicación del gasto público, a partir de las regiones y
con énfasis en rubros tan importantes como la salud y la educación
Para el caso del Distrito Capital, se presenta un efecto de traslación, si
entiende como tal el hecho de que las regiones, simplemente extienden la
aplicación de los conceptos y postulados generales inmersos en la doctrina
estatal que orienta a la gestión social, a la manera de políticas que la
desarrollan.
Cabe, entonces, enfatizar acerca de los contenidos en cuanto a la noción de
política social en un universo de aplicación en el cual está demostrado la
vigencia de un modelo de producción capitalista; acompañado (..por simple
derivación doctrinaria) de un modelo de Estado que navega entre el
4
intervensionismo, como “árbitro imparcial” por parte del Estado que convoca al
equilibrio institucional necesario para poder desarrollar políticas de beneficio
común y el dejar hacer entendido como la libertad ortodoxa derivada de los
mecanismo del mercado que actúan como agentes abstractos y prácticos para
el equilibrio. De todas maneras, en uno u otro punto de referencia, se asume
como fundamento y como soporte económico el asunto relacionado con el
excedente económico global, como sujeto plusválico, derivado del desarrollo
propio del capitalismo. Entonces, la política social, tiene razón de ser( en
términos de su viabilidad económica) en la figura de la plusvalía presentada por
Marx, a través de mecanismos coercitivos implementados desde el Estado, por
la vía de imposiciones que permiten captar recursos (..a manera de impuestos)
. Es decir, ¡otra vez¡ la figura del equilibrio actúa como soporte para la
conversión del beneficio plusválico, en beneficio social, como aplicación de una
política de redistribución; en la cual el entendido de beneficio social adquiere
características diferenciadas, dependiendo de las estrategias y programas
inherentes a los Panes de Desarrollo gubernamentales.
5.2 La Política Social y los derechos
Las variables trabajadas ( en lo que concierne a la noción de política social),
hasta ahora, suponen la vigencia de un determinado modelo de Estado,
fundamentado en conceptos y/o teorías que implican, tanto a la economía
5
política, como también a las categorías de la filosofía y la ética; como
implicación universal; hasta cierto punto abstractas.
En la intención de precisar y concretar la vigencia de opciones, en esa
perspectiva, he citado (para nuestro caso, en Colombia); la figura del articulo
366 de la Constitución Política. Se entiende, por aplicación, la vigencia y la
pertinencia de unos derechos consignados; de tal manera que su
implementación no es otra cosa que el cumplimiento de un mandato
perentorio; como quiera que la Constitución Política norma mayor.
Sin embargo, vale la pena resaltar un hecho que, si bien es cierto, pudiera estar
relacionado o en nexo con ese mandato, adquiere connotación propia y, hasta
cierto punto, independiente. Se trata del derechos (...o derechos) que se
promueven y ejercen como consecuencia de acciones y movilizaciones que
involucran a aquellos sectores no beneficiarios directos del excedente plusválico
y/o de la tasa de ganancia derivada del ejercicio económico Capitalista. Es, en
otras palabras, la confrontación entre el poder, como posibilidad y como
práctica relacionada con el control de los medios de producción (...en el
lenguaje Marxista) y de la superestructura en el Estado Capitalista; y los
hombres y la franja(...la mayoría ) de la sociedad no beneficiaria y/o excluida
de los beneficios que se derivan del acumulado plusválico.
6
Así las cosas, entonces, cabe una expresión asumida como hipótesis lógica: las
modificaciones y las transformaciones en lo que respecta a la utilización del
acumulado plusválico(-...o del excedente originado en la porción de la tasa de
ganancia absorbida por el Estado, a través de las reglamentaciones impositivas
y sus agentes retenedores), en muchas ocasiones, ha estado (..y estarán)
condicionadas por la realización de acciones de confrontación, por parte de las
organizaciones y/o movimientos de los no beneficiario0s directos; a la manera
de acciones y movilizaciones de masas que reclaman el redireccionamiento de
estos beneficios, que se concretan por la vía de políticas de beneficio social en
ámbitos diferenciados; pero que, en fin de cuentes, remiten a opciones
relacionadas con la calidad de vida, más allá de la simple reproducción de la
fuerza de trabajo.
Se configura, a partir de esta hipótesis y para el caso que me ocupa, una
posición que involucra al concepto de derecho al beneficio social; como quiera
que se entiende en nexo con esa porción de la riqueza, construida a partir de la
intervención de los sectores sociales que actúan en el espacio geográfico
entendido como país y/o como Nación. Para no hablar de la aplicación, en este
tiempo, de la figura cercana a la internacionalización o interacción global de los
factores (humanos y materiales) que ejercen como soportes para el desarrollo.
La acumulación, entonces, se asume como inherente a la intervención de
esos(as) actores8as) y recursos materiales; en los términos que ya había
advertido Rosa Luxemburgo en su obra “La Acumulación del Capital. Es
conveniente resaltar esta expresión:
7
La segunda condición previa fundamental, tanto para la adquisición de medios
de producción, como para la realización de la plusvalía, es la ampliación de la
acción del capitalismo a las sociedades de economía natural. El capital necesita
que todas las capas y sociedades no capitalistas se conviertan en compradores
de mercancías y que le vendan sus productos. Parece como si aquí, al menos,
comenzase la paz y la igualdad, el do ut des, la reciprocidad de los intereses, la
competencia pacífica y los influjos civilizadores.”2
Está, en mi interpretación, involucrada una noción similar al entendió de
“calidad de vida”, aún el universo del Capitalismo. Luego, por deducción, se
infiere que estoy hablando de políticas sociales con una elaboración que
presupone la presencia de índices para ser medidas y cuantificadas en lo que
respecta a la calidad y a la cobertura. Es decir, entendidas como derechos
propuestos y asumidos, no como dádivas tangenciales; sino como inmersos en
la misma dinámica que propone y desarrolla la propuesta de bienestar social,
como aplicación lógica prevista en la teoría de la “reproducción” de las
condiciones necesarias para la ampliación de las fuerzas productivas. Algo así,
como condición necesaria para que el capital pueda reproducirse y ampliarse,
con la intervención de los agentes necesarios para ello.
2 LUXEMBURGO, Rosa, “La Acumulación del Capital”, página 298, editorial Grijalbo, edición 1967
8
Lo anterior traduce, en consecuencia, que el seguimiento propuesto (en lo que
compromete a la participación e intervención de las mujeres) relacionado con la
política de bienestar social implementada por el gobierno del Distrito Capital,
supone la presencia de una opción para su interpretación; desde una
perspectiva que involucra al significado de calidad de vida y, por esto mismo, al
concepto de redistribución del acumulado plusválico, entendido como aquella
porción “apropiada” por parte del Estado (..Incluidos los entes territoriales) de
la tasa general de ganancia originada en el ejercicio inherente al modo de
producción capitalista.
5.3 El concepto de bienestar y el Neoliberalismo.
Ya había expresado antes un criterio para la interpretación del concepto
relacionado con el bienestar, en el contexto de la intervención del Estado, como
institución que aglutina (en los términos del Contrato Social) los intereses de los
habitantes del territorio nacional; inclusive como garante de la concreción que
adquiere el concepto de Nación. En esa aseveración presentada, se expresa
una interpretación acerca del “equilibrio” de los sectores sociales , incluido lo
étnico y lo racial, como variables que reclaman y adquieren una presencia
efectiva, a partir de la cual se originan conflictos no resueltos; precisamente en
razón a la orientación y a la lógica que subyacen a esa misma institución
estatal.
9
Retomo, entonces, la cotejación entre la opción del Estado Benefactor anclado
en el beneficio social general a partir de su intervención con políticas precisas,
en las cuales se incluye el direccionamiento de la redistribución de la porción
recaudada de la tasa general de ganancia, al margen de las leyes del mercado
capitalista; y la opción del Estado orientado hacia la aplicación de políticas
fundamentadas en el curso general de esas leyes del mercado y las cuales se
asume la posibilidad efectiva de que estas, por sí mismas, conducen al
equilibrio social, sin que esté implicada la intervención estatal en su
direccionamiento.
En otras palabras, hice precisión respecto a la metodología propuesta por
Amartya Senn, en mi entendido, como desarrollo de la opción del Estado
interventor, profundizando una línea de interpretación del desarrollo, como
agregados en los cuales queda involucrada la teoría del bienestar general de la
población; a partir de introducir el concepto de nivel de vida digna, más allá de
la simple sobrevivencia.
Me corresponde ahora, insistir en los aspectos de contradicción entre los
postulados fundamentales de la Constitución Política, expresados en sus
artículos 1 y 2 , de un lado y las aplicaciones de sucesivos gobiernos que
contrarían esos mismos postulados, incluyendo agendas de reformas a la
Constitución, con el objeto de facilitar la implementación de esas políticas. Es
el caso, a manera de ejemplo, de los Actos Legislativos a través de los cuales
10
han modificado aspectos como el Régimen de Transferencias y de los insumos
sociales que orientan la elaboración e implementación del Plan Nacional de
Desarrollo, conforme a lo que, originalmente, había sido establecido en los
artículos 150, 200, 339 y 341.
Asumo, en extensión de los criterios que he venido reivindicado como válidos,
que el punto de comienzo para el quiebre de los postulado Constitucionales
señalados, tuvo que ver con la política desarrollada por parte del doctor César
Gaviria Trujillo, en cuyo mandato presidencial se configuró la propuesta de
“Apertura Económica”; la que a su vez, estuvo soportada en la opción de
intervención estatal, anclada en la presunción de que las condicione de libre
mercado y libre competencia derivaban, por sí mismas, en escenarios de
equilibrio para el bienestar general de la población; puesto que (..En su
interpretación) el obstáculo para el crecimiento y desarrollo , tiene que ver con
el excesivo intervensionismo que se manifestaba, fundamentalmente, en el
sobredimensionamiento del paradigma relacionado con esa intervención, al
momento de definir acerca del bienestar social colectivo y de la calidad de vida.
A partir de ahí, se explica todo el ejercicio relativo a trabajar por “un bajo perfil”
de la presencia del Estado y el consecuente desmonte acelerado de esa
incidencia. En este contexto es representativa la expedición de la Ley 100 de
1993, proyecto que fue liderado (“coincidencialmente”) por el doctor Álvaro
Uribe Vélez, actual presidente y que, antes, había liderado el proyecto que
concluyó con la expedición de la Ley 50 de 1990. en el gobierno del doctor
11
Virgilio Barco Vargas. Se trata de un hilo conductor que se mantiene y que se
ha profundizado.
La expresión Neoliberalismo, en consecuencia, no tiene una connotación
peyorativa. Define, simplemente, esa postura política y económica que le
atribuye a la intervención estatal hacia el beneficio social general y hacia las
consecuencias calamitosas del libre juego del mercado, consecuencias ajenas y
en contravìa del desarrollo económico; le atribuye, algo así como una posición
de asfixia y de obsolescencia, respecto al paradigma del crecimiento
económico. Cabe resaltar, entonces, la esencia de su perspectiva estratégica:
el énfasis hacia el crecimiento económico y la modernización, no puede ser
obstaculizado por la implementación de una intervención estatal en términos
del beneficio social, a no ser que retracemos nuestra inserción en la dinámica
de los mercados globalizados, competitivos.
.5.4 .De la participación
Como consecuencia de este tipo de orientación política, económica y social, por
parte de los teóricos y usufructuarios fundamentales del modelo neoliberal; el
Estado adquiere una connotación que desvirtúa su razón de ser como garante
del beneficio social y como propiciador de ese equilibrio dinámico entre los
sectores sociales, con énfasis en la implementación y desarrollo de políticas
sociales y económicos en las cuales la predistribución de esa franja de la tasa
12
de ganancia que le corresponde (..por la vía de la política y las normativas
tributarias), se asume como recurso efectivo para concretar procesos plenos
para el impulso y aplicación de modelos de intervención en áreas
fundamentales como la salud, la educación, los servicios públicos de
alcantarillado, acueducto, energía; en una posición que reivindique la calidad de
vida.
Asimismo, como colateral indispensable, este modelo (neoliberal) propone un
entendido de intervención de los asociados (ciudadanos (as), campesinos (as),
grupos étnicos, mujeres, etc.), en el cual, el ejercicio de derechos (por ejemplo,
la participación), se erige como insumo, bien de formalidad y/o como objeto
extraño que, hasta cierto punto, es necesario restringir. Esto explica, entre
otras razones, el hecho de la implementación de propuestas y acciones
modificatorias en lo que respecta al marco conceptual que soporta a los
derechos fundamentales y básicos. Para el caso de nuestro País, es evidente la
insistencia de objeciones al ejercicio de los derechos otorgados por la
Constitución Política. Es una dinámica que reivindica la contradicción entre la
teoría de “seguridad del Estado” y el ejercicio de esos derechos. Un elemento
trascendental, del último tiempo, ilustra esa perspectiva: El Estatuto de
Seguridad Democrática y la propuesta hacia la restricción de la Acción de Tutela
prevista en la Constitución Política; con una argumentación de doble vía: de un
lado por sus efectos económicos y, de otra parte, en alusión a la inserción de
procedimientos que lesionan la unidad de mando en la aplicación de las normas
básicas que sustenta al Estado.
13
Se configuran, en ese contexto descrito, expresiones dicotómicas, de
contradicción latente y efectiva. Porque confrontan, de manera permanente, las
visiones y opciones libertarias de participación, con las visiones y las opciones
de restricción propias del modelo neoliberal presente en diferentes gobiernos de
América Latina y, particularmente, en nuestro País. Es una confrontación en la
cual se exhiben las contradicciones, tanto en lo que respecta a los recursos
económicos y de infraestructura, al momento de proponer y aplicar acciones
que involucran reivindicaciones económicas y sociales. Adquiere significado, en
ese horizonte, esa interpretación que involucra a los sujetos (hombres y
mujeres) en expresiones un tanto kafkaianas, como quiera que es como un “no
reconocimiento”, un “extrañamiento” con respecto al entorno, a la “realidad” a
la que invita el modelo, que pretende imprimir y consolidar como “única
verdad” y como “única posibilidad” que tienen que ser asumidas, a no ser que
se “pretenda, por parte de los quejosos, desvertebrar al Estado y .sumirlo en la
impotencia.”
El reto (...o lo retos) propuesto (para quienes ejercemos como no beneficiarios
(as) fundamentales), a partir de la implementación de ese estilo, de esa
concepción, de esa visión de sociedad, de derechos y de futuro; supone la
asunción de insumos para el cuestionamiento de fondo; lo cual supone (..Por
esto mismo) una cercanía al cuestionamiento político en profundidad. Casi
como reconocer que, la “simple” reivindicación de participación libertaria, por
derechos fundamentales y básicos en salud, educación, recreación....; ya de
14
por si, es constitutivo de herejía y de “subversión”; como quiera que “ataca”,
los cimientos mismos del modelo y de todos sus efectos colaterales inherentes.
Para situarnos en ejemplos recientes, llamo la atención acerca del sentido que
ha adquirido la confrontación a la propuesta del ALCA y de su símil regional el
TLC...o, en un terreno mucho mas parroquial, el enfrentamiento a la propuesta
del “peajito social”, en el territorio Norte cercano en Antioquia (Copacabana,
Girardota, Barbosa); propuesta que se sustenta en (según el doctor Álvaro
Uribe Vélez) “l necesidad de que los pobladores colaboren, se metan la mano al
dril, para ampliar y mejorar la Troncal de Norte..”
.5.5 .De las mujeres, su participación.
Una observación de superficie, evidencia la asunción de retos importantes, en
un universo de intervención que incluye diferentes aspectos. Es importante
resaltar, por ejemplo, el desarrollo de actividades relacionadas con la
confrontación a los motivos que sustentan al desplazamiento forzado y a las
desapariciones. Es tanto como si las acciones de movimientos como los de las
Madres de la Plaza de Mayo, en Argentina, hubiera permeado a las mujeres,
como madres, como esposas, como compañera en unión libre; de tal manera
que les ha permitido alcanzar niveles de confrontación que han trascendido la
formalidad de la denuncia. Se han convertido, sus organizaciones y sus
acciones, en insumos aleccionadores. Porque, entre otros aspectos, han
permitido dilucidar esos elementos ideológicos y políticos de profundidad, que
15
recorren transversalmente a los contenidos de la política de “contención a la
subversión” que está en la base las proclamas gubernamentales. Inclusive, ha
permitido localizar el nexo “no visible” entre la denominada “autoridad pública
oficial, militar, de policía y...todos sus afines al servicio de la defensa del
Estado”, cono aquellos actores que efectúan esa “contención”, por la vía de
castigar con la muerte, la desaparición, las torturas...etc., a quienes suponen
(...! Ellos!, claro está) que tienen nexos con la subversión armada y no armada.
Porque, en mi opinión, se mantiene el soporte conceptual básico originado en la
didáctica de la “guerra de baja intensidad”, auspiciada por los militares
Norteamericanos a través de la Escuela de las Amèricas; según la cual la
“contención” debe efectuarse, actuando sobre los sujetos (hombres y mujeres),
que puedan influencia acciones hacia la desestabilización; aún en escenarios de
intervención política legal (como en el caso de la Unión Patriótica). Porque, aquí
en esa didáctica ideológica, lo que cuenta es el soporte teórico conciente que
pueda originar acciones generalizadas..”Subversivas”.
Me parece relevante, presentar un aparte de lo expresado por el profesor
Francisco Leal Buitrago, en su texto “El Oficio de la Guerra”, a propósito de las
realizaciones en la política de seguridad, por parte del gobierno del doctor
César Gaviria Trujillo, Es conveniente aclarar, eso sí, que la investigación del
profesor Leal, se efectúa en un contexto que supone (..Según los objetivos
mismos de la investigación), desagregar la información, de tal manera que
pueda se pueda acceder, de manera objetiva, a los insumos necesarios para
balancear la política general de seguridad nacional. Veamos:
16
Por otra parte, y eso es lo negativo, el Gobierno se dejó desbordar por la
intransigencia guerrillera, colocándose a su mismo nivel al dar prioridad a los
medios militares sobre los políticos e incluso violando los derechos humanos. El
ejecutivo disimuló su actitud guerrerista escudándose con el fortalecimiento de
la justicia brindado por el uso del estado de excepción constitucional y el
manejo “eficientista” por parte de la Fiscalía de la política de sometimiento a la
justicia. En tales circunstancias, al debilitarse los recursos políticos oficiales, el
Gobierno perdió la capacidad de avanzar en la formulación de la política estatal
de seguridad y, más grave aún, , dio aliento a militares y policías para continuar
con la iniciativa del manejo armado del orden público, cuyo subproducto es la
constante violación de lo derechos humanos. Los mayores recursos para la
seguridad y la ampliación de efectivos de la fuerza pública se convirtieron en la
panacea para sustituir la ausencia del Estado en las comarcas y los quehaceres
ciudadanos..3
En esa intervención de madres, hijas, esposas, compañeras en unión libre,
aparecen momentos y signos que pueden interpretarse, con limitantes apenas
obvias, como el acercamiento a posiciones concientes; en donde la condición de
sujeto autónoma, se exhibe, trascendiendo, “superando” la dominación
masculina. Porque, supone una mirada, un recorrido y una interpretación de los
3 LEAL BUITRAGO, Francisco. El Oficio de la Guerra, página 176, TM editores-Iepri, primera edición,
julio 1994.
17
hechos, con un método diferente. En el cual se descubren fortalezas, se
consolida una visión de lo sensible, como punto de comienzo para entender, en
adelante, asuntos de mayor complejidad; como quiera que el derecho a la vida,
adquiere presencia y sentido, a partir de establecer una contradicción entre
este derecho inalienable y los postulados básicos de la política de seguridad
nacional. En este sentido es aleccionadora la experiencia y el nivel de
participación adquirido por organizaciones de mujeres como las que se han
originado y desarrollado en el Magdalena Medio, particularmente, en
Barrancabermeja.
Quiero enfatizar, con esto, acerca de la significación particular que adquiere el
concepto de participación (...ya lo expresé arriba), en un escenario en el cual la
doctrina de seguridad nacional, promovido desde los gobiernos que se reclaman
como portadores de esa teoría y prácticas relacionadas con una intervención del
Estado como agente que debe garantizar el libre juego del mercado y,
colateralmente, achicar su participación en las actividades susceptibles de ser
asumidas por la empresa privado.. o, al menos, con una visión gerencial, en
donde la racionalidad y la eficiencia son entendidas como garantía plena para
avanzar en un diseño moderno del Estado que propicia la injerencia de la
metodología y los horizontes propuestos desde la perspectiva reguladora en
beneficio de esa política de expansión del capital; aún en países como el
nuestro (..y todos los dependientes) en donde el desarrollo de las denominadas
fuerzas productivas, ha sido atrofiado por el control y la división del trabajo
18
impuesto por Estados Unidos y Europa. Este énfasis supone colocar un insumo
importante para proponer una reflexión en torno a esa participación femenina
en diferentes procesos. Porque, entre otros efectos colaterales, el modelo
impuesto, supone reivindicar prácticas económicas derivadas de ese estilo de
gestión y de nexo con organismos internacionales de financiación, que ejercen
(a su vez) como orientadores del rumbo que debe mantener el manejo
económico gubernamental. Esto explica, a manera de ejemplo, la intervención
del Fondo Monetario Internacional en el diseño de las políticas fiscales, en la
perspectiva de disminuir el componente relacionado con el gasto social, en el
diseño y aplicación presupuestal; a más de la definición de horizontes
macroeconómicos que deben ser mantenidos, independientemente de su
incidencia en la pauperización generalizada de la población.
Una de las consecuencias derivadas de la política económica desarrollada para
mantener los equilibrios macro necesarios; tiene que ver con el decrecimiento
tendencial del gasto público hacia el beneficio social. Esto, a su vez, se concreta
en la profundización de las contradicciones entre esa política y los postulados
Constitucionales ya referenciados y que establecen la obligatoriedad del Estado
y de los gobiernos concretos, en el sentido de asumir la responsabilidad de
estrategias y programas de contenido social y económico que beneficien a la
población vulnerable. Recabar acerca de esa contradicción entre Derechos
Constitucionales y el realismo económico y político; permite entender ciertas
dinámicas y características que adquieren la participación de las mujeres, al
momento de concretarse acciones inherentes a la defensa de esos derechos, en
19
áreas como la atención a los niños y a las niñas; así como su intervención en
actividades comunitarias generales, en las cuales adquiere un perfil alto e
introduce elementos de diferenciación con respecto a los hombres; sin que esta
afirmación pueda entenderse como aseveración, en el sentido de la plena
conciencia de su rol, en la perspectiva de género, como se proclama desde
sectores de mujeres en la academia y/o en espacios en donde predomina la
reflexión con el soporte de insumos teóricos que no son visibles y concretos
para muchas mujeres que actúan en la cotidianidad, que las convoca a
mantener referentes inmediatos y prácticos sin ese “deslinde” entre simples
acciones puntuales y lo conciente, en su condición de mujeres que deben
aspirar a ejercicios libertarios más allá de estas. Entender esta forma de
dicotomía, va a permitir una lectura crítica de los resultados obtenido en la
investigación precisa, acerca del significado que adquiere la participación de las
mujeres adscritas a Fundac; de su visión e interpretación de las políticas
propuestas y desarrolladas por el Gobierno Distrital, hacia los niños y las niñas
y la población adulta vulnerable, en deferentes zonas de la geografía física y
política Distrital.
5.6 A manera de corolario transitorio
: Esta indagación acerca de la participación de las mujeres, en un escenario en
el cual se aplica con todo rigor las diferentes políticas derivadas del modelo
neoliberal; me permiten llamar la atención en torno al contenido de esa
20
intervención; entendido este (...el contenido) como lo conciente que ejerce en
condición de agregado no circunstancial e inmediato; sino como agregado que
trasciende a ese quehacer y lo sitúa en posición de referente, un tanto como
paradigma, en todo el proceso. Esto me permite establecer, como posibilidad
efectiva, una perspectiva política en la cual pueda hacer fusión esa
disponibilidad práctica, inmediata; con los insumos teóricos propuestos y
desarrollados en aquellas actividades en donde la condición de género, es
reivindicada en términos de propuesta libertaria; en la cual la diferenciación
trasciende a lo estrictamente biológico y, por lo tanto, insinúa aspectos como la
vida afectiva, la equidad, la convivencia, la sexualidad, etc.
6 Las mujeres, su intervención. América Latina; Colombia. De los referentes
teóricos.
He venido desarrollando una interpretación, en términos del significado que
adquiere la intervención de las mujeres en la realización de movimientos
sociales y políticos. Tal vez el aspecto exhibido con mayor énfasis, tiene que ver
con la dicotomía entre aquellos roles asumidos de manera simple y espontánea
y aquellos que trascienden esa característica; en razón a que suponen una
posición conciente en la cual hace presencia esa figura denominada (...a veces
de manera peyorativa) identidad como sujeto para sí.
21
Lo anterior implica el manejo de expresiones relacionadas con el concepto de
referentes teóricos, en el proceso de participación. Uno de los elementos
señalados arriba, tiene que ver con el horizonte propuesto a manera de
bitácora. Este es el caso, a manera de ejemplo, de la intervención en
escenarios en los cuales, si bien es cierto aparece con claridad el objetivo que
se pretende, este no puede ser entendió como la asunción de posiciones que
trasgredan la posición predominante, en lo que esta tiene de yunta que impide
la reivindicación libertaria plena; al menos en lo que hace referencia a
desinhibir a las mujeres de aquellos agregados culturales que minimizan su
expresión como género y como sujeto.
Mi interpretación conlleva a establecer diferencias fundamentales, al momento
de analizar e interpretar la participación de las mujeres en el inicio y desarrollo
de movimientos sociales y políticos. Es tanto como entender que esta puede
(...y de hecho se ha dado) , sin que la misma implique una acción conciente en
lo que respecta a la identificación de su rol como sujeto pleno en derechos, que
puede y debe reclamar el reconocimiento de su autonomía. Algo así como
entender esa intervención como interacción plural, en cuanto los objetivos
ejercen como condicionantes. Esto traduce un tipo de participación
condicionada por esos mismos objetivos y en donde no existe lugar para la
libertad, entendida como horizonte en si mismo. En otras palabras, es una
figura asimilada ese tipo de acciones en las cuales el punto de comienzo y el
resultado aparecen como simple yuxtaposición de de opciones diferentes que
22
coinciden, de manera transitoria, con respecto al objeto que origina la
necesidad del movimiento.
Este es el caso, a manera de ilustración, de la participación de las mujeres en
movimientos sociales relacionados con la vivienda, la educación, la salud, etc.
Inclusive, en procura de una tipificación con respecto a movimientos originados
en aspectos relacionados con los conflictos asociados a la guerra; aún en
aquellos en los cuales la iniciativa y los objetivos, ha estado en cabeza de
mujeres (como el caso de los movimientos en contra de las desapariciones
forzadas y el desplazamiento); su rol no implica el reconocimiento de su
condición autónoma, ni libertaria.
Sin embargo, no pretendo desconocer la participación cociente originada en
determinadas franjas de las mujeres, que proponen y desarrollan movimientos
estrictamente relacionados con su identidad de género, con repercusiones
asociadas a la misma. De lo que se trata, para el caso que me ocupa, es de
precisar términos de referencia, en cuanto a significado y alcance; en la
aplicación de un método que introduce, insisto en esto, la diferenciación de los
movimientos, introduciendo una tipificación necesaria, al momento de evaluar
perspectivas y resultados.
6.1 El caso de América Latina.
23
En algunos de los casos presentados, en desarrollo de este trabajo, he hecho
referencia a algunos movimientos sociales en América Latina. Es el caso de las
citas de texto e interpretación efectuadas, a partir de algunos de los trabajos
presentados en el Cuarto Seminario Internacional de CEHAP – PEVAL, realizado
en la ciudad de Medellín entre el 7 y el 11 de abril de 1986. Como se puede
observar, revisando las acotaciones, es notoria la preocupación en cuanto al
nexo entre los objetivos de algunos movimientos y el alcance que adquiere la
ausencia de lo conciente como insumo necesario, al momento de promover
transformaciones de fondo que trasciendan a la sola expectativa y/o realización
reivindicativa. Esto para no hablar de que los sujetos protagónicos aparecen
diluidos en esos mismos objetivos. Es relevante señalar, en aplicación estricta
del concepto de variación de las condiciones en el tiempo y en los escenarios,
que ha habido modificaciones relativas importantes, en cuanto al alcance, los
objetivos y los roles. Sin embargo, queda claro que persisten niveles (...tal vez
los fundamentales) de participación en los cuales se reafirman las condiciones
de no-identidad que permiten la permanencia de las condiciones de dominación
las que, a su vez, profundizan la segregación. Esta afirmación no es otra cosa
que reconocer las limitaciones propias de los movimientos sociales, en cuanto
no implican, necesariamente, una opción de poder hacia la desarticulación y
eliminación de las condiciones de dominio prevalecientes.
Con ese mismo horizonte como referente se ha desarrollada la participación de
las mujeres. Inclusive, en el caso de Argentina, el movimiento liderado por las
mujeres en denuncia de las desapariciones durante la Dictadura Militar, a partir
24
de 1976 (Madres de la Plaza de Mayo); a pesar de promover y desarrollar
expresiones en contra de las acciones represivas de los militares, el hecho se
circunscribe al espectro relacionado con las desapariciones forzadas,
particularmente de hijos e hijas. Es claro, eso sí, que el mismo implica la
asunción de una posición política que trasciende la simple intervención
reivindicativa simple; en razón a que deriva en el cuestionamiento del poder y,
aún hoy, se convierte en referente para la defensa conciente y consecuente de
la democracia, y de los Derechos Humanos. A partir de los postulados
originados en ese movimiento, se han inspirado y desarrollado acciones
similares. Es el caso de los movimientos de mujeres en Guatemala, El Salvador
(...en el tiempo anterior y posterior al derrocamiento de Anastasio Somoza, por
parte de Frente Sandinista de Liberación Nacional) y Chile.
El caso de Guatemala; así como en Méjico, adquiere una connotación adicional,
habida cuenta de las condiciones de profunda segregación hacia la población
nativa (indígena). Además de las características dramáticas relacionadas con la
discriminación de las mujeres y de su utilización, por parte de sectores
gubernamentales y civiles, para proveer el mercado infame de jóvenes para
surtir prostíbulos y mano de obra en oficios emparentados con el esclavismo y
el feudalismo. Basta recordar, para el caso de Guatemala, la descripción
realizada por Miguel Ángel Asturias en “El Señor Presidente” y “El Papa Verde”,
para efectuar análisis e interpolaciones con respecto a la situación actual. Para
el caso de Méjico, es ilustrativa la situación de las mujeres en Tijuana.
25
6.2 El caso Colombia.
Antes he referenciado algunos ejemplos de participación de las mujeres en
movimientos sociales. Me permito recordar, asimismo, el análisis propuesto en
términos de los derechos Constitucionales relacionados con la participación
ciudadana, particularmente con el énfasis acerca de la reivindicación de
derechos para las mujeres.
Me corresponde, ahora, enfatizar en torno a algunos aspectos que pueden
ejercer como referentes, en cuanto a la connotación teórica y política. Pretendo
un seguimiento y análisis de los diferentes movimientos organizados y dirigidos
por mujeres, para enfrentar algunas de las repercusiones más dramáticas del
conflicto armado interno: el desplazamiento y las desapariciones forzadas. En
mi opinión, la cotejación de algunos elementos exhibidos en ese proceso, con
las variables relacionadas con la identidad y lo conciente; permiten extraer
conclusiones importantes que contextualizan el objeto de este estudio.
La intervención de las mujeres en la promoción y construcción de
organizaciones, en algunas de las zonas más afectadas por el conflicto armado,
ha tenido un soporte preciso: denunciar el desplazamiento forzado de que son
objeto las comunidades de mujeres (incluidas las niñas), y hombres (incluidos
los niños), en los diferentes grupos etéreos; así como reclamar la intervención
gubernamental (nacional, departamental y municipal) en la solución de los
26
problemas derivados a partir de ahí y la restitución de las condiciones que
permitan revertir el proceso de desplazamiento. De otra parte, algunas de estas
organizaciones, asumen también la denuncia de las desapariciones forzadas y
los asesinatos de mujeres, hombres, niños y niñas, como consecuencia directa
de ese mismo conflicto.
Me convoca, sin que esto implique el desconocimiento de otras organizaciones
de mujeres, la labor realizada por la organización que agrupa a las mujeres del
Magdalena Medio, particularmente en Barranbermeja. Tal vez por su itinerario,
por los hechos que les ha correspondido enfrentar y, como efecto colateral, por
el proceso que han construido. Esto ha permitido trascender la denuncia
inmediata, para asumir posiciones de fondo, como quiera que han ejercido
como punta de lanza en el cuestionamiento de los beneficiarios directos de la
guerra y del poder. Todo esto, a partir de introducir aspectos de identificación y
de análisis en torno a su rol como víctimas directas o indirectas. Podría decirse,
entonces, que se asumen como sujeto individual y colectivo que reivindican su
visión y caracterización del conflicto y, como derivación, actúan en contra del
mismo, por la vía de reclamar derechos asociados a los Derechos Humanos, el
Derecho Internacional Humanitario. Esto supone, a la vez, exigencias en cuanto
a la eliminación de las acciones y las condiciones que originan el
desplazamiento y las desapariciones. Asimismo, conlleva a reivindicar (en la
lógica misma del sistema económico y político vigente) la concreción de
derechos como vivienda, trabajo, salud...plena y cumplida justicia.
27
En este caso, a pesar de de avances en torno a la identidad en cuanto a la
condición de género, se inhibe de manera relativa su autonomía en lo que
corresponde a su plena identidad, como sujeto, que reclama libertad y equidad.
Lo anterior, en razón a que opera en sus acciones, como dirigente de un
proceso que involucra diferentes opciones y objetivos; todos relacionados con
los efectos directos y colaterales del conflicto armado. Supone no trascender,
en estricto, a esas acciones; ni implicarse como sujeto con identidad de género,
que pueda acceder a expresiones que contraríen a la subyugación originada,
inclusive, en aspectos diferentes al conflicto mismo.
Llama mi atención, también, organizaciones como la liderada por la señora
María Eugenia Zabala (ganadora del Premio Mujer Cafam 2004). Mi inquietud,
sin dejar de lado el necesario reconocimiento a su tenaz labor, está relacionada
con el tipo de paradigma que se construye a partir de su experiencia. Esto, a
pesar de que sus acciones y la organización que lidera, se originan en hechos
similares a los que originaron las acciones y organización de las mujeres del
Magdalena Medio (veamos su relato: “... Mi hijo fue el primero en morir - sic - ,
porque esos hombres llegaron pidiendo la cédula y él estaba con otro
muchacho. Jorge les dijo que no tenía la cédula y ahí mismo lo quemaron vivo.
Al otro muchacho como que se le reflejó la muerte, estaba blanco, cadavérico.
El fue la siguiente víctima.4 Sin embargo, en mi interpretación, los efectos de
esas acciones (...las de María Eugenia Zabala), derivan en opciones diferentes,
en cuanto que es evidente el manejo de los conceptos y la caracterización del
4 Entrevista a María Eugenia Zabala. Revista Cafamilia, edición No. 99, abril-mayo 2004, página 4
28
conflicto suponen un entendido en el cual los niveles de cuestionamiento y de
identificación del soporte y componentes del mismo, son diferenciados. De un
lado, en el caso del Movimiento de Mujeres del Magdalena Medio, existe la
certeza de los factores que originan el conflicto y de los agregados posteriores
que lo profundizan. De otro lado, en el caso de la Organización liderada por
María Eugenia Zabala (El Valle Encantado), aparece una vivencia dramática, a
partir de la cual surge la necesidad de implementar acciones de reparación que
permitan acceder a soluciones en términos de vivienda y manutención.
No se trata, de mi parte, introducir el análisis y diferenciación teórica que
remitan a la minimización y/o desconocimiento de la opción propuesta por
María Eugenia Zabala; simplemente pretendo ubicar perspectivas derivadas de
esa diferenciación, a partir de entender que postulan y realizan dinámicas
disímiles.
Lo cierto, de todas maneras, es la vigencia del método que permite asumir
posición con respecto al alcance y profundidad que adquieren los movimientos
sociales. Esto, de por sí, permite identificar y valorar la presencia de lo
conciente, como agregado que introduce una u otra perspectiva. Para el caso
analizado aquí, cabe la aseveración: no todo movimiento social liderado por
mujeres tiene la connotación de género, en términos de su identidad y
autonomía. Ese perfil (en cuanto a reivindicar la identidad de género, en plena
autonomía que permita la interacción, sin perder su referente), se adquiere en
29
razón a un agregado conciente. Acceder al mismo supone, entonces, la
presencia de elementos de análisis y reflexión, por medio de los cuales es
posible establecer la separación pertinente. Algo así como entender el proceso
que compromete a las mujeres en su condición de género, como resultado de
una sumatoria compleja de agregados conceptuales, adquiridos a partir de de
una abstracción relativa con respecto a la experiencia inmediata; de tal manera
que permiten una elaboración que trasciende a la motivación originaria y se
convierten en soporte para proponer y realizar opciones de mayor profundidad,
transformadoras. Esto supone rupturas con esquemas y paradigmas.
De lo que se trata, en consecuencia, es entender y contextualizar la
participación. No toda participación, individual y colectiva, origina insumos para
modificar procesos, o escenarios, o realidades transitorias asumidas como
válidas. La transformación es una opción que requiere de calidades especiales
en el liderazgo y definición de objetivos. Requiere asumirse como sujeto
individual y/o colectivo, a partir de cierto ejercicio de abstracción que permita el
análisis y construcción de alternativas; en una lectura clara del entorno, de los
objetivos propuestos y de los condicionantes.
Plan de Global Desarrollo de la Universidad Nacional de Colombia 2004-2006 y los
Servicios de Extensión
(Caso: Museo Entomológico Facultad de Agronomía – Sede Bogotá)
Presentación: La versión preliminar del Proyecto de Plan Global de Desarrollo, supone la
expresión de una opción de universidad pública, en la cual emerge como soporte la visión
estratégica susceptible de concreción y de mediciones en cuanto a la gestión con calidad; a
partir de establecer insumos que permitan hacerlo. Además de responder a exigencias precisas
30
en cuanto al posicionamiento requerido por un entorno, cada vez más exigente y en unas
condiciones en las cuales el País y la Nación, requieren respuestas efectivas por parte de estas
instituciones; sin que esto implique la distorsión del entendido básico de su rol en términos de
sus postulados sociales, de cobertura y de referente para la Nación. Debe ser entendido,
además, como bitácora que reivindica la autonomía universitaria y el derecho a la permanencia
de la universidad pública, en condiciones que le permitan enfrentar los retos derivados a partir
de ahí. Esto supone la confrontación a las pretensiones reduccionistas, por parte de los
sucesivos gobiernos, fundamentados en la opción neoliberal.
En la anterior precisión está inmerso un elemento metodológico de diferenciación respecto al
Plan Global de Desarrollo 1999-2003. Esto es lógico, habida cuenta de que expresan dos
escuelas de pensamiento disímiles; comoquiera que construyen análisis y propuestas no
coincidentes; al menos en lo que hace referencia a los instrumentos diseñados para la gestión
universitaria y en la implementación de factores asociados a la misma, que permiten abocar
aspectos derivados de la dinámica que adquiere, en este tiempo, el desarrollo de la educación
superior en Colombia y a nivel internacional.
Ahora bien, una propuesta como esta, implica la adopción de modificaciones trascendentales en
lo que corresponde a la administración propiamente dicha; como también en los instrumentos
normativos necesarios, incluidos aquellos que hacen referencia a la fijación del horizonte
académico, con los énfasis ya insinuados en el documento presentado por el profesor Marco
Palacios en 2003, a propósito de la reflexión inherente a Claustros y Colegiaturas.
Se expresa, en consecuencia, una visión de universidad pública anclada en la necesidad de
realizar transformaciones; tanto en lo que hace referencia a su misión, como también en cuanto
al diseño e implementación de instrumentos pertinentes para efectuar el seguimiento y
medición de los programas y acciones asociados a las estrategias propuestas. Esto supone , en
otras palabras, establecer una metodología centrada en recursos conceptuales y técnicos para
desarrollar la administración de las universidades públicas como empresas; sin que implique la
vulneración de su razón de ser como instituciones que deben garantizar la consecución de
objetivos de beneficio social, fundamentalmente en lo concerniente a facilitar el acceso a la
educación superior por parte de los sectores de bajos recursos; así como el desarrollo de la
investigación y la extensión para el servicio de la Nación y el País.
Para el caso específico de la Universidad Nacional de Colombia, la propuesta de Plan Global de
Desarrollo 2004-2006, desarrolla los principios estblecidos en el Decreto Extraordinario 1210 de
1993; de tal manera que debe ser analizado y entendido en ese contexto normativo y como
agregado conceptual y práctico que extiende y profundiza las realizaciones alcanzadas en el
pasado, introduciendo elementos indispensables para enfrentar los retos que imponen el
avance de la ciencia, la tecnología, los procesos de internacionalización, la conceción del
proceso de acreditación y aseguramiento de la calidad; as como los derivados de las exigencias
gubernamentales en términos de la financiación.
En lo que corresponde a los servicios de extensión, el Plan Global de Desarrollo 2004-2006,
introduce nuevas variables que convocan a la realización de modificaciones. Tanto en lo que
respecta al soporte conceptual de los mismos; como también en lo relacionado con la definición
de prioridades en el contexto del concepto de servicio al País y a la Nación en áreas de la
investigación y de sus aplicaciones efectivas de beneficio para las comunidades. Esto involucra,
al mismo tiempo, una redefinición de los términos de intercambio e interacción entre las
universidades adscritas al Sistema Universitario Estatal (SUE).
31
INSTITUCIÓN EDUCATIVA GENERAL SANTANDER
Ensayo
Curso: 1005
Área: español
Profesora: Flor Marina Piñeros
Alumno: Adrián Javier Rivas
Tema: Análisis del texto “¿Evangelización o conquista espiritual”? escrita por: Fernando
González, S.J. y Martha Gregory.
1. Idea central del Texto.
El autor y autora del texto, nos presentan una visión acerca del contexto social, religioso y
político de España. Particularmente en lo que respecta a los reinos de Castilla y Aragón. Para
lograrlo, efectúan un recorrido preciso en torno a las condiciones en que se desenvolvía España
a finales de siglo XV. En mi opinión, la importancia básica del texto, tiene que ver con la
objetividad y el equilibrio expresado, al momento de valorar y analizar el nexo entre el poder de
los reyes y el poder de la Iglesia Católica. Es relevante, a manera de ejemplo, destacar la
didáctica utilizada para hacer una relación histórica del contexto social, político y religioso en
que se realizó la unificación de los reinos de Castilla y Aragón y el liderazgo alcanzado por el
reino de Castilla en ese proceso.
El autor y la autora, nos sitúan en posibilidad de entender el soporte conceptual-religioso de la
Iglesia Católica durante el siglo XV; como desarrollo y acumulado de los conceptos
prevalecientes en los siglos anteriores. Conviene destacar, asimismo, el paralelo presentado,
entre los l conceptos de religiosidad, creencias, derechos y deberes vigentes hoy y esos mismos
conceptos en el siglo XV. Más importante aún es la manera como explican esa evolución
conceptual: como logros alcanzados por la vía de la lucha de la humanidad por lograr la
tolerancia, la convivencia dentro de la de la diversidad y el respeto por una idea de civilización
centrada en esos valores y principios.
Producto de ese método utilizado para explicar los hechos, los conceptos y los ideales vigentes
en la España del siglo XV (además del nexo entre el poder político y religioso; los cuales
confluyen en una especie de unidad necesaria permitida y aceptada por Dios); es la manera
limpia y ética con la cual nos acercan al conocimiento del rol asumido por la Corona, durante el
proceso de colonización de América. No solo porque nos ilustran en torno a la imposición de
esos conceptos y valores, por parte de los conquistadores; sino también porque nos presentan
una visión no lineal del proceso. Es, particularmente importante y esclarecedora, la relación de
las diferentes opciones asumidas por los dominicos, los jesuitas y los franciscanos.
2. Ideas secundarias.
2.1 La noción de naturaleza y del universo
El recorrido efectuado por el autor y la autora del texto, nos permite entender algunos aspectos
relacionados con la noción vigente en el siglo XV, en torno a la naturaleza y al universo. Por
ejemplo: la manera como el imaginario de reyes, jerarcas católicos, conquistadores y súbditos
en general, adjudica al territorio descubierto y a sus habitantes, un rol limitado por ese mismo
imaginario. Esto es significativo, por cuanto expresa la incapacidad para asumir una visión
integral en la cual tenga cabida la diversidad. No como una simple derivación del supuesto
32
poder otorgado por Dios a los “civilizado”, con respeto a los “bárbaros”; sino como un
componente dinámico del concepto de cultura y del mundo físico asociado a la misma.
2.2 El concepto de antropología y lingüística.
Unido a lo anterior, el sacerdote jesuita Fernando González y Martha Gregory, nos ubican en un
contexto cultural vinculado con el desarrollo de universidad y, colateral a esto, de antropología
y lingüística. La alusión, por ejemplo, a Erasmo de Rótterdam, a Cisneros y a Tomás Moro;
adquiere un significado importante, en tanto que nos permite una oportunidad para profundizar
(como reto teórico) en estos aspectos.
2.3. La tipología en sociología e historia.
Precisamente, por cuanto el autor y la autora, presentan un escenario de integralidad en la
investigación realizada, emergen conceptos vinculados con la historia y la sociología.
Particularmente en lo que respecta a la construcción de tipologías sociales e históricas, al
momento de profundizar en el estudio de las sociedades aborígenes en América. Su
diferenciación cultural, étnica y religiosa.
3. Objetivos
Con arreglo a la idea principal y al nexo con las secundarias, considero que el sacerdote jesuita
Fernando González y Martha Gregory, pretendieron los siguientes objetivos.
3.1 Objetivo general.
Construir una opción ética, objetiva y humanista para entender el contexto social, religioso,
político y económico vigente en España en el siglo XV; al momento de hincarse el proceso de
colonización de América. Asimismo, una visión, derivada de lo anterior, acerca de las
condiciones en que se impuso la noción de cultura (incluida la religión). a los habitantes
originarios de América.
3.2 Objetivos específicos.
3.2.1 Presentar una opción, dentro del proceso de colonización, para interpretar la dinámica
propia de las contradicciones entre quienes llegaron desde España. Contradicciones centradas
en visiones y conceptos diferentes con respecto a su rol al momento de asumir la
evangelización de los habitantes originarios de América.
3.2.2. Presentar algunas bases para entender la evolución del conocimiento antropológico y
lingüístico de las etnias presente en América.
3.2.3. Otorgar insumos teóricos que ejerzan como referentes para profundizar en las
investigaciones sociales, políticas y culturales sobre América y de las implicaciones de la
conquista.
4. Conclusiones.
Desde mi interpretación personal, el cerdote jesuita Fernando González y Martha Gregory,
logran un texto que nos ilustra acerca de las vicisitudes relacio9nadas con el proceso de la
conquista. Esta ilustración está soportada en una opción cultural ética y objetiva. Constituye un
punto de partida para profundizar sobre nuestra historia.
33
Nota: transcribo apartes de entrevista constitiva del trabajo de grado ya reseñado de
la señorita Silvia Rocío Hernández, para optar al titulo de trabajadora social, en la
Universidad Nacional de Colombia, Sede Bogotá en el año 2005.
IV. CONQUISTANDO LO PÚBLICO: RELACIÓN ENTRE LA PARTICIPACIÓN Y EL
EMPODERAMIENTO FEMENINO
Los procesos de participación social y política que realizadas por las
educadoras comunitarias, vinculadas a la Fundación de
Apoyo Comunitarios y a otros espacios de participación a nivel distrítal y
nacional; ha sido el resultado de procesos de empoderamiento a nivel social y
político. Esto les ha permitido lograr rupturas con respecto a la valoración que
tenían de sí mismas; así como también de los roles en el hogar, sus familias, la
sociedad y acerca del su ejercicio de ciudadanía.
Este capitulo presenta un balance en torno a las motivaciones, los
progresos y las limitaciones en ese proceso.
4.1. En lo Personal
Para la totalidad de estas mujeres, participar en los jardines comunitarios, en
organizaciones a nivel local y distrital, ha significado un proceso de auto-
reconocimiento como sujetas de derechos y como actoras sociales. Esto, a su vez,
les ha permitido fortalecerse, reivindicando nuevos roles a sí mismas como
madres, esposas y trabajadoras. Además, especialmente, como grupo de mujeres
que, a través de su quehacer como educadoras y líderes comunales, han tenido
injerencia en la vida pública. En este contexto, es relevante transcribir la siguiente
expresión:
“Lo que hemos logrado dentro de los jardines, así como también en la
comunidad; ha sido el resultado de un proceso de cambio. Primero a nivel
personal, mediante la reflexión acerca de nuestras vidas: a través de resolver
interrogantes acerca de cómo educar a nuestros (as) hijos e hijas; aprendimos a
reconocer nuestros errores y nuestras fortalezas. A partir de ahí, hemos logrado
modificar nuestras actitudes. De otra parte, en los grupos de trabajo, aprendimos a
desarrollar nuestro liderazgo: Esto incluye el crecimiento político; lo que ha
significado la transformación de nuestra condición de pobladoras pasivas, en
ciudadanas concientes de derechos y responsabilidades...”
Un logro importante, tal vez el mayor, en este proceso, tiene que ver con la
adquisición y desarrollo de conceptos que les ha permitido desenvolver y
profundizar en opciones vinculadas al ejercicio pleno como mujeres. Ha significado
soñarse a si mismas. Realizarse como líderes comunales y como agentes para la
interlocución válida en los ámbitos social y político.
Ellas han dejado de lado el temor a expresar lo que piensan, han trasgredido la
censura familiar y social por los que hacen y lo que han llegado a ser. Han
aprendiendo a reconocerse como personas que tienen cosas que aportar en la
transformación de su realidad familiar y comunitaria; asociado a todo esto a su
34
capacidad de de-construir, paulatinamente, patrones culturales frente a los
roles que “deben” jugar mujeres y hombres en la sociedad. Veamos, al respecto,
esta declaración:
“Yo creo que el mayor aporte que nos ha otorgado el ser educadoras, es la
oportunidad de aprender, de reconocer que la verdad no está escrita por
ningún lado. Que las verdades se construyen de manera conjunta entre
todos y todas. Reconocernos desde nuestros quehacer, ha sido una gran ventaja.
Igualmente, el estar acá, es tener la posibilidad de mejorar en el trabajo en cada
uno de los grupos. Estar acá, permite trasmitir y reproducir de manera conjunta
cosas que uno aprende…. Son tantas las cosas que esta labor nos ha dejado, que
yo no soy capaz de retroceder estos....” (Carmen Palacios)
Los avances a nivel educativo, sumado a los intercambios de experiencias con
otras mujeres, y a la interacción con organizaciones e instituciones; son insumos
que han posibilitado ese proceso de empoderamiento personal y colectivo.
Cuando la mayoría de estas mujeres iniciaron este proceso, tenían un nivel
educativo que oscilaba entre la primaria o secundaria incompleta. Muchas
de ellas, incluso, no sabían leer ni escribir. Actualmente la mayoría
se encuentran realizando sus estudios en educación básica secundaria y/o
profesional.
Hoy la mayoría de estas mujeres, que en algún momento de sus
vidas pensaron dejar de lado su proceso educativo y/o de capacitación
ocupacional, por entrar a ejercer roles como la maternidad y/o el ser
proveedoras económicas en sus hogares; han hecho el ejercicio de realizarse de
manera distinta.
”.. Ser educadora comunitaria me ha permitido auto-formarme, y esa es la gran
ventaja…reflexionarme y cambiar muchas cosas que tiene uno arraigadas frente a
la vida. Es que uno en la casa no ve mas allá de sus narices, y ya en un
proceso comunitario, uno ve la necesidad de investigar, de leer, de
estudiar; la necesidad de superar muchos obstáculos frente al conocimiento.
Hace un año terminé mi carrera, después de tantos años de estar trabajando en el
jardín. Yo entré al jardín con la primaria, posteriormente terminé el bachillerato e
hice mi carrera. Entonces, el ser educadora, me abrió muchas puertas para
relacionarme, y para capacitacitarme .Por ejemplo, el trabajo que hicimos con
ENDA y el GAP; me permitió conocer y dar a conocer nuevas fortalezas a nivel
conceptual y metodológico, además de las experiencias en lo político,
administrativo y pedagógico….” (Ana Mahecha, 45 años).
La poca preparación conceptual, sin embargo, es un de los temores que la
mayoría de las mujeres manifiestan tener al momento de participar en
espacios comunitarios e institucionales diferentes a los jardines y/o en
Fundac. Este temor remite a la no preparación para asumir cargos de
responsabilidad y liderazgo en espacios distintos a los jardines y, como
derivación, la idea de no poder responder a las funciones que les exige
participar en organizaciones y frente a mesas de negociación institucionales.
Veamos, al respecto, esta expresión:
“… Mire a mi me pasa una cosa muy particular: yo participo en estos
35
espacios, pero muy temerosa. Hay espacios que me causan miedo y pánico y
me paralizan. Pero yo me digo: ¡no, usted no puede apabullarse!.. Y continúo. Es
un miedo que no me explico. Mi experiencia en la universidad me ha vuelto más
estúpida, porque yo antes era mas despierta. Era más osada en mis críticas y en
mis opiniones; era más guerrera. Pero sí, confieso que hay un temor que no está
relacionado con el desconocimiento o la falta de experiencia y de conocimiento
sobre las temas, Cuando a mí me dicen que hable en publico, no me gusta, eso. No
me gusta estar robando show. Pero eso también responde a una
cantidad de cosas con las que las mujeres venimos cargando frente a nuestro
comportamiento en lo social. Yo reconozco eso. Aparte de reconocer el liderazgo
que tenemos cada una; yo tengo un concepto de liderazgo vinculado con hacer
cosas y no de estar encabezando posiciones…además no me interesa.”(Aydee
Rodríguez)
Lo económico constituye, de igual manera, un factor que supedita la participación
de las educadoras en los procesos sociales y políticos. Con el agravante de ser una
variable que cruza transversalmente ese ejercicio participativo y condiciona los
aportes del mismo, en cada uno de los espacios en los que interactúan.
Por lo tanto, participar en espacios distintos a los jardines para la mayoría de
estas mujeres, supone asumir una serie de costos que no pueden asumir; en razón
al escaso ingreso económico que tiene su labor en los jardines. Estos Costos se
expresan en los siguientes términos:
La participación supone, para la mayoría de estas mujeres, ausentarse de su lugar
de trabajo y dejar a una persona como reemplazo en el jardín. Queda claro que
no disponen de recursos para pagar esos reemplazos.
Asimismo, al momento de efectuar acciones a nivel barrial y local para responder
a las necesidades socialmente sentidas por las c omunidades con las que trabajan,
en virtud de la reducción de los auxilios.
De otra parte, para dar continuidad al proceso de educación profesional o
técnico, la mayoría de las educadoras se enfrentan a la carencia de recursos
económicos, sino cuentan con los beneficios de un patrocinio institucional.
La poca preparación conceptual y el aspecto económico, como factores
condicionante para el ejercicio participativo, han merecido por parte de las
educadoras dos tipos de lectura; a partir de las cuales han definido, a su vez, dos
posiciones frente a sus dinámicas de participación en lo social y político.
Para un grupo de mujeres estos factores constituyen limitantes y actúan como
variables que desmotivan su participación. Considerando más pertinente
estar circunscrita solamente a los espacios que representan los jardines.
Para un segundo grupo de mujeres, la poca preparación más s que constituir una
limitante para sus participación; es asumida como motivación para establecer
vinculación con espacios organizativo e institucionales,; en la intención de
encontrar acompañamiento y asesoría para superar las debilidades.
4. 2 En las relaciones en el interior de la Familia
A nivel familiar, para la mayoría de las educadoras comunitarias, desempeñarse
36
como tal y acceder a espacios de interacción con otras mujeres; no solamente les
ha permitido reflexionar sobre su quehacer y sobre su posicionamiento político y
social; sino que les ha conducido a hacer ejercicios de retrospección en torno a
lo que han significado las relaciones con sus hijos, hijas y cónyuges. Esto ha
conllevado a que, al interior de sus hogares, se efectúen transformaciones en
torno a la redistribución de roles para cada uno de sus integrantes. del mismo.
Este ejercicio de retrospección, les ha significado confrontaciones con sus
esposos e hijos (as) y frente así mismas; a razón de las concepciones
culturales que tanto estas mujeres como sus esposos tenían del “deber ser y
hacer” de hombres y mujeres dentro y fuera del hogar. Para la totalidad de las
educadoras comunitarias el ejercer trabajos comunitarios participativos, ha
introducido rupturas paulatinas en las estructuras mentales que sustentan el
dominio masculino -el machismo- como construcción cultural dominante en la que
fueron socializados estos hombres y estas mujeres.
Las mujeres entrevistadas han manifestado tres importantes avances en
cuanto a la instauración de relaciones mas equitativas a nivel familiar:
El primero se refiere a los cambios de valoración, generados en sus esposos e
hijos (as) frente a las responsabilidades del hogar, la crianza de los
hijos e hijas y frente a considerar las funciones domésticas como única
forma de realización para las mujeres. Lo anterior ha permitido que, desde su
grupo familiar, se haga un reconocimiento al trabajo de liderazgo barrial y
político; como espacios de desarrollo personal para estas mujeres.
“…Los espacios que he ganado en mi hogar, ha sido a punta de peleas en contra
de las posiciones machistas que consideran que las mujeres debemos ser
abnegadas y sujetas al hogar para atender al esposo...Ha sido un proceso difícil
que él acepte que yo tengo derecho a ser lo que soy: distinta a la mujer sumisa y
dedicada al hogar. El solo hecho que, de alguna manera, una como mujer logre un
nivel educativo superior al del esposo, genera conflictos…. Aunque él ha aprendido
a aceptar mucho de lo que yo hago. Ya no le pido permiso, sino que simplemente le
informo lo que hago, para temerlo en cuenta y ya. El no dice ya nada…. Todo me
lo he ganado a punta de peleas e incluso de demandas…. No se sí, hoy, él lo
acepta por no pelear; o porque ha entendido lo que esto significa para mi. Lo
importante es que me deja ser…” (Patricia Solórzano, 39 años)
Un segundo avance, refiere a la introducción de cambios en los patrones de
socialización de sus hijos e hijas, logrando inculcar en ellos(as) y sus
cónyuges, una cultura de mayor equidad frente a la distribución de las
responsabilidades en torno al cuidado del hogar y frente a la crianza de sus
hijos e hijas. Y para las que son abuelas les han permitido incorporar en
sus hijas e hijos nuevos patrones de crianza para sus nietos y nietas.
Veamos dos expresiones al respecto:
“… La mayor ventaja es que nos ayudó a liberarnos de esas cargas y de las
responsabilidades de ser las únicas responsables del hogar. De ser las
“soilas”, soy la que lava, la que plancha, la que cuida, la que arregla... y
todo lo que hacíamos ni siguiera era reconocido como trabajo no reconocido
económicamente. Yo por lo menos decía: menos mal que mi marido
si trabaja porque yo no hago nada… Y después de las reflexiones que hemos
podido hacer, nos dimos cuenta en muchas experiencias, que trabajábamos
tres jornadas: como educadoras con el DABS, como mamás y como
esposas... entonces aprendí a descargar algunas responsabilidades y a
repartir funciones en el hogar, entre mis hijos y mi esposo. Pensé que iba a
37
ser difícil; pero no lo fue. Por el contrario, hoy me doy cuenta que
incluso les hice un favor, al hacerlos más s independientes y autónomos. No
puedo decir que soy la reina de la casa; pero si cada uno hace su
partecita...” (Gertrudis Pérez, 59 años)
“…Yo tengo dos hijitas y ellas han aprendido cosas de mí, que las irán
desarrollando en el futuro. Porque aun están muy jóvenes. Creo que les
he enseñado que las mujeres hacemos lo que queremos, lo que nos gusta, y
creo que ellas no se van a dejar atropellar de nadie. Estoy segura que también les
he dado herramientas para que ellas sean autónomas en sus decisiones y que se
puedan defender en la vida, siempre respetándose y respetando a los(as)demás....
yo veo que la forma en que yo educo a mis hijas no es la misma forma en que me
educaron a mi, y creo que eso esta bien. Porque las cosas son diferentes, las
mujeres debemos actuar distinto a como actuaban nuestras mamás y abuelas... el
mundo esta cambiado y las mujeres tenemos cosa que hacer y decir frente a estos
cambios.....” (Carmen Palacios)
Pese a las transformaciones que estas mujeres han instaurado paulatinamente
al interior de sus familias, en torno a la distribución de las funciones de
cuidado y sostenimiento del hogar. Los relatos de vida que soportan las
entrevistas realizadas, aún evidencian que los procesos de proyección social
que realizan hacia otros espacios externos a los jardines, continúan condicionados
por la disponibilidad de tiempo que les queda después de realizar las funciones en
el hogar, en el trabajo y en las actividades académicas (si se encuentra
estudiando); dado que las mujeres continúan desempeñándose en una triple
jornada.
Desempeñarse de manera permanente como educadoras y como únicas
responsables del cuidado y sostenimiento del hogar, para muchas de las mujeres
entrevistadas, es expresado hoy, como la mayor limitación que encuentran para
poder participar más activamente en espacios organizativos e inter-institucionales.
Muchas de ellas no cuentan el apoyo familiar y/o del cónyuge para el cuidado de
los niños(as) y el mantenimiento del hogar, mientras ellas asistan a dichos
espacios los cuales, generalmente, extralimitan los horarios de la jornada laboral.
“…Una de las mayores limitaciones ha sido las relaciones con los hijos y,
especialmente, con el esposo. Muchas mujeres por atender a la capacitación,
cuando llegan a la casa, el marido les tienen las maletas en la puerta. Muchas
mujeres no pueden asistir a la capacitación los sábados, porque no tienen con
quien dejar los (as) hijos (as).sobre todo cuando estos están pequeños; o porque
si van, eso es para pelea con el marido. Es como le decía, por más equidad entre
los géneros que uno hable, uno no se pueden quitar la responsabilidad del hogar.
Aunque esto se ha ido mejorando y, por lo menos en los últimos años, han
participado más mujeres que antes no asistían. Creo que eso es ya una gran
ganancia, ante todo familiar…” (Gertrudis Pérez,)
Un tercer avance logrado en las relaciones familiares de estas mujeres, lo
ha constituido la posibilidad de contribuir a la provisión económica. Pues,
si bien en sus inicios, el desempeño comunitario no fue remunerado, y
esto generó descontento al interior de la familia; pues parecía una pérdida de
tiempo. Hoy en día las mujeres reciben una bonificación por su trabajo en los
jardines. Ser proveedoras económicas a nivel familiar les ha significado ser agentes
de decisión dentro de la misma.
Para las mujeres, estos ingresos ha significado, de una parte, un
ejercicio de independencia económica; como fundamento para una independencia
física y emocional. A su vez, dichos ingresos alternos mejoran la
calidad de vida de los miembros de la familia y en muchos casos dan
38
estabilidad frente a condiciones de desempleo del cónyuge.
“…Una de las cosas que le agradezco al hecho de ser educadora, es tener
unos ingreso. Y es que antes, cuando yo estaba en la casa sin tener la forma como
ganarme un peso; cuando mi marido legaba borracho era grosero y hasta llegaba
a formarme pelea. Yo lo aguantaba y había aguantado mucho por la comida de mis
hijos. Pero desde el día en que me dieron mi primer sueldito, yo me di cuenta que
era capaz de conseguir un plato de comida para mis hijos y para mi, y pude dejar
de lado tantas humillaciones y maltrato que el nos daba…”( Marta, 52 años)
Mientras, para las mujeres, la obtención de ingresos ha sido un factor que
las ha permitido empoderamiento dentro de sus familias; para muchos cónyuges,
el aspecto económico se ha constituido en factor neurálgico de confrontación, si se
considera que desde la concepción machista, los varones son los hacedores
de lo público y las mujeres de los privado. Por lo tanto ellos “deben ser” los
proveedores económicos y por tanto quienes mandan en la casa.
“…Creo que las cosas se han complicado un poco en lo económico. Él por
muchos años fue el proveedor económico del hogar. Pero, desde hace un tiempo
para acá, yo soy la proveedora económica y empecé a ganar un poquito mas que
él, y ahí empezaron los conflictos. Él es trabajador independiente
y hay momentos en los que no tiene trabajo y yo cubro casi la totalidad de
los gastos del hogar. Es ahí cuando a él le da cierta cosita… No es fácil
que los hombres dependan económicamente de las esposas. Esperemos a ver
hasta donde llegamos. Porque yo digo: ya son 26 años de convivencia, pero
igualmente, siento que el tiempo dirá muchas cosas; pues hasta el momento él ha
sido muy colaborador con nuestras tres hijas y el niño menor. Inclusive él es muy
colaborador con el cuidado de nuestros dos nietos y una nieta…”.” (Aydee
Rodríguez, 54 años)
Si bien las mujeres se sienten orgullosas y satisfechas de ser las
promotoras de estos cambios a nivel personal y familiar; para muchas de
ellas estos sentimientos de satisfacción personal se encuentran
entremezclados como sensaciones de luchas interiores. Al sentir que, como
madres y esposas, han estado ausentes; que han desplazado el cuidado de sus
hijos (as) por cuidar los (as) hijos (as) de otras personas. Sensaciones que se
entrelazan con el deseo y la necesidad que, como mujeres, tienen de
proyectarse a sí mismas y socialmente más allá de su funciones como madres y
esposas.
“....Es ese dolorcito y también un poco la presión que a una le genera
confrontar las posiciones tan arraigadas que una tiene de lo que debe
ser una madre… y ese deseo de estudiar, trabajar; de hacer cosas que siempre
una ha querido hacer..... Es ese dolorcito y sentimiento de culpa que le
genera a una, saber que no puede estar todo el tiempo con ellos (as) y que
muchas de las cosas que les pasan son porque una no esta ahí con ellos y ellas,
cuando más la necesitan. Esa es la dificultad que pudo haber generado el que yo
este aquí de Lunes a Sábado como estoy.” ( Margoth, 53 años)
Así como este ejercicio de inclusión participativa les ha representad, a
estas mujeres, avances y confrontaciones en sus vidas personales y
familiares. En los escenarios de las relaciones sociales establecidas en los
jardines, barrios y localidades; ha significado, igualmente, un ejercicio en el que
confluyen motivaciones, confrontaciones, limitaciones y sobre todo cambios en sus
dinámicas.
39
4.3 En las relaciones dentro del Jardín y en el Barrio
La interacción y el intercambio de experiencias que las educadoras han
establecido desde su vinculación a los jardines, a Fundac y en otras
instancias no gubernamentales y gubernamentales; les ha permitido acceder a
elementos conceptuales y teóricos para mejorar la labor que realizan en los
jardines y en las comunidades de influencia. A partir de ahí, han logrado una visión
más integral. En la que confluyen la ética del cuidado como propuesta de inclusión
social y el ejercicio participativo en espacios locales y distritales.
Dinámica que, además de integrar el trabajo que estas mujeres
desarrollan en los jardines como educadoras a un trabajo comunitario como
lideres comunales, ha propiciado que los jardines se constituyan en
espacios desde los que se otorga atención inmediata a las necesidades de
los niños y niñas en términos de educación, nutrición y protección temporal.
Además espacios de promoción y de acciones tendientes a mejorar, de manera
integral, la calidad de vida de las comunidades. Haciendo de estas, experiencias
políticas en las que confluyen la formación pedagógica y la proyección social, como
criterios del quehacer de los jardines dentro las comunidades.
Entre los aportes logrados vale la pena destacar los siguientes:
- Promover y gestionar recursos y acciones para la satisfacción de
necesidades socialmente identificadas (abastecimiento de centrales de
acopio, construcción de mallas viales, legalización de barrios, construcción
de equipamientos urbanos, construcción y creación de los jardines
comunitarios, abastecimiento de servicios públicos básicos, implementación
de programas sociales por parte de Estado, entre otros.). Des esta manera se han
mejorado condiciones de vida para los grupos de población con los que
trabajan desde el jardín; como a nivel de sus barrios.
 Promover acciones de prevención y detección directa de factores
de riesgo: ante la violencia intra- familiar y contra la población infantil; desnutrición
y/o abandono en los niños y las niñas, adultos mayores, población femenina y
discapacitada. Cumpliendo la función de ser diagnosticadotas e intermediadoras
entre las necesidades sociales de las comunidades con las que trabajan y viven, y
los programas se atención ofrecidos desde las instituciones del Distrito y el Estado.
- Impulsar nuevos ejercicios de integración comunitaria. Incentivando
en las comunidades su capacidad para gestionar y desarrollar acciones que
contribuyan a mejorar la calidad de vida de las mismas; para lo cual desde
los jardines se han implementando actividades de capacitación, educación
formal y no formal para las poblaciones femenina, juvenil y
discapacitada. Sumado a ejercicios de información y formación política para la
comunidad en general.
- Cumplir funciones de Veeduría ciudadana y política en relación a
la toma de decisiones y la asignación presupuestal ejercida por las
instancias territoriales; respecto a las políticas programas y proyectos
que componen las políticas locales y distritales en materia social,
económica, política y cultural
Indagar por los aportes directos dados por este proceso, en materia de
políticas sociales para el distrito, no es objetivo de esta investigación. Sin
embargo, los ejercicios de participación realizados por las educadoras
comunitarias, evidencian algunos aportes generales que han contribuido, y aun
contribuyen, en lo que hoy es la política social en materia educación y
40
reconocimientos sociales, económicos y políticos del quehacer de los
jardines comunitarios y las educadoras en el Distrito. Destacando:
La labor realizada por los jardines y las organizaciones
comunitarias que estos constituyen. Esto hace que la labor de las educadoras
sea asumida en términos de ser agentes sociales que implementan y convalidan
servicios de atención poblacional con los que se coadyuva a superar las
debilidades de atención que presentan las políticas sociales, al momento su
materialización en los ámbitos locales.
Las accionas de los jardines y de las educadoras han liderados las
dinámicas que han conllevado a la visibilización paulatina por parte del
Estado, en torno a la necesidad de materializar dentro de la política de
bienestar para primera infancia en el distrito, los derechos de las
educadoras comunitarias que laboral en los programas DABS y ICBF a través de
acciones que propendan por el bienestar de este grupos de población, como
insumo para garantizar mejoras en los servicios prestados (vinculación a
la seguridad social para las educadoras y para los niños(as) adscritos a las
programas, cancelación de bonificaciones mensuales e implementación de
programas de capacitación y profesionalización para las educadoras,
dotación y mejoramiento de infraestructuras de las jardines comunitarios,
definición de minutas alimentarías balanceadas, entre otras acciones ya
materializadas).
Los ejercicios de intermediación entre organizaciones comunitarias e instituciones
estatales les ha permitido a estas mujeres, ganar espacios estatales a nivel
nacional y distrital (Congreso de la República y Consejo de Bogotá) y liderar
ejercicios de reflexión y de sensibilización en torno la necesidad de sumir una
perspectiva de género e igualdad de oportunidades; como criterio central de todas
las políticas, programas y proyectos del Estado y el Distrito. Para lo cual es
necesario que en los planes de desarrollo se tenga en cuenta los
intereses y las necesidades, tanto de las mujeres, como las de los hombres y
que estos planes se orienten a favorecer una relación de mayor equidad
entre ellas y ellos.
Edificar nuevos patrones de relación entre las organizaciones
comunitarias e instancias de la administración nacional y distrital. Posibilitando un
reconocimiento progresivo por parte del Estado, a los aportes que las
organizaciones comunitarias realizan en materia de atención a los grupos
poblaciones en condición de vulnerabilidad. Y como agentes alternativos para
formulación y ejecución de políticas sociales en las localidades y en el Distrito. .
Particularmente en lo que hace referencia a la concertación, entre estas
organizaciones comunitarias y las instancias gubernamentales, para la definición de
acciones de protección y atención para la primera infancia.
Veamos algunas expresiones que en términos de las educadoras, sintetizarían
dichos avances:
“Los aportes que hacemos en el jardín y dentro de la comunidad, es a una escala
muy pequeña. Nos ha permitido formar a unos (as) niños y niñas e impulsar a
unas mujeres, promover proyectos sociales y ambientales. Todas estas acciones
son desde lo micro. Son formas de responder a las necesidades de la comunidad,
y, tal como lo afirma De Suremain Maria Dominick sobre el trabajo comunitario de
las mujeres, han resuelto problemas de orden doméstico a través de la
participación social, lo cual ha cambiado su visión del mundo y de su rol social. En
esta medida respondemos a algunas necesidades como el cuidado de los (as) niños
(as), su alimentación, su formación, y a las necesidades de las mujeres de tener
41
un espacio y un tiempo para ser, hacer y soñar…
Esta participación nos ha permitido salir a los espacios públicos y
contribuir en el desarrollo local de esta manera. (..) Esta acción responde
a unos ideales de sociedad, y a unos valores políticos como la solidaridad, y
la voluntad de responder a unas relaciones equitativas y más democráticas
en las localidades (...). En este sentido, nuestro aporte a lo local, es un
aporte político que responde a una visión clara de lo que es el desarrollo
para nosotras.
La mayor incidencia que hemos podido ejercer, se establece desde la
fortuna de estar vinculadas y articuladas como proceso comunitario, a los
Consejos Locales y a la Comisión Distrítal de Casas Vecinales. Porque desde
allí se han podido proponer muchas cosas para que el DABS las tenga en
cuenta en la formulación de políticas de primera infancia y de mujeres
para el Distrito. La otra es desde nuestra vinculación al trabajo por los
derechos económicos, sociales y culturales- DESC. Esto nos ha permitido
enlazar todo lo que se logra en la Comisión Distrítal y ponerlo en debate
en el Consejo de Bogotá con algunos Concejales y tener ahí una palanquita
para que el DABS replantee algunos aspectos de la relación Casa Vecinales
DABS.... En materia de reconocimiento se ha logrado que el salario para las
educadoras este muy cercano al salario mínimo. Se ha logrado la seguridad
social y se ha logrado cosas para la atención a los niños y a las niñas; como es lo
de la minuta balanceada, arreglos locativos. Creemos que aun falta, pero si se
han logrado cosas....” (Paulina Triviño)
“…Nosotras, las mujeres de los sectores populares, hemos tejido la critica
y hemos impulsado muchos de los procesos de este país que ahora son
políticas del Estado. Hemos tejido redes y, a partir del trabajo voluntario
que hacemos y que hemos hecho, se han logrado respuestas de
amortiguación ante las carencias que presenta el andamiaje estatal. Y, en
esa medida, hemos construido ciudadanía. Hemos construido la misma paz.
Créame que, de no ser por nuestros jardines, cuántos niños y niñas en estos
últimos treinta años se hubieran quedado sin lugares de protección y sin un
proceso preparatorio a lo educativo y, muy seguramente, los programas de
educación inicial para los sectores populares no serian en este momento
parte integral de la politica social de Estado. Porque el Estado no hace nada por
buena gente y por equitativo; sino que cada cosa que se ha hecho en lo social es
producto de una lucha, ¿si o no? Porque el Estado siempre ha estado en
la contradicción que, en vez de proveer cosas para mejorar la calidad de
vida, es un Estado que implementa cosas absurdas que no tienen razón de ser. Y
frente a las que, la mayoría de las veces, los sectores populares, y entre
esos las mujeres, desde nuestros procesos, entramos a redefinir.” (Aydee
Rodríguez, 54 años)
Sin minimizar los logros obtenidos; es relevante señalar algunos aspectos
relacionados con las desmotivaciones y limitaciones que han actuado como
factores intrínsecos en los procesos de participación y en los niveles de
intervención que han logrando las educadoras en estos espacios. Tal y como
se expresó en el anterior capitulo; los niveles de intervención que las
mujeres desarrollan en los espacios organizativos e institucionales están
en directa proporcionalidad con las significaciones que estas asignan a su
participación; así como a la interacción con factores que actúan como
potencializadores u obstáculos al momento de valorar los alcances en la
intervención de las mujeres asociadas a Fundac.
En el caso particular de la intervención de las educadoras en espacios
42
consultivos y de representatividad de carácter estatal; Para la mayoría, este
ejercicio ha significado lecturas cargadas de factores desmotivadores y de
limitación; al momento de resumir su participación dentro de los mismos.
Las lecturas se han establecido en términos de:
 La poca claridad conceptual que, según ellas, tiene la mayoría de
organizaciones e instituciones que intervienen en los espacios de
participación ciudadana. Desconocimiento conceptual frente a los tipos
participación, los mecanismos en que se ejerce; hasta la poca
claridad frente a las temáticas en las que se ha de participar como
organizaciones de la sociedad civil y como instituciones estatales.
 La falta de compromiso que manifiestan tener algunas de las
instancias estatales y algunos actores que participan en determinados
espacios de concertación y negociación. Frente a la ejecución de los
programa. Siendo este un aspecto que permite considerar que la participación en
estos escenarios puede llegar a ser desmotivadora y de desgaste y, en ocasiones,
carente de sentido.
La tendencia a delegar, en grupos minoritarios de personas, las
funciones de representación y toma de decisiones. Pero, al momento de
respaldar las mismas, se presentan de igual manera ausencia de compromiso
por parte de la mayoría de los (as) actores (as) sociales implicados (as). Ha de
asumirse este condicionante, como efecto de la poca claridad que tienen quienes
participan en torno a los procesos ante el Estado y frente a otras organizaciones.
La evidente manipulación que establecen algunas personas e instancias en estos
espacios; impide que se de priorioridad real a las necesidades de la población a
nivel local y distrítal. Esto obstaculiza los procesos de participación e impide que
correspondan a visiones más amplias y que trasciendan las particularidades de
grupos y organizaciones y se instauren en construcciones colectivas en procura
de lo fortalecer público.
El poco reconocimiento que se da, desde algunas instituciones, a los procesos
que las educadoras han liderado desde sus organizaciones comunitarias; ha
causado que las educadoras consideren de poca importancia participar, sino ha de
tenerse en cuenta el acumulado de experiencias y de conocimientos de las
organizaciones comunitarias; momento de la formulación de las políticas sociales
para atención a la población.
Las actitudes discriminatorias que tienen algunos funcionarios institucionales u
organizaciones, en relación con las educadoras comunitarias, al momento de
establecer procesos de negociación y concertación de acciones y decisiones.
Como agregado a los factores mencionados, están las lecturas que establecen
las educadoras, en términos de su propia participación dentro de los espacios
de represtación del Estado. Expresando, a manera de ejemplo, que los
ejercicios de representatividad políticas dentro del Estado han merecido la apatía
por
parte de la mayoría de las educadoras comunitarias. Es se traduce en:
La poca motivación a nivel personal que les merece “Figurar políticamente” en
43
estos espacios.
La desmotivación que les genera la confrontación de intereses que median estas
dinámicas. Considerando estos espacios como escenarios muy
limitados para el ejercicio del trabajo social y comunitario como tal.
El considerar los ejercicios de representación política un poco al
margen de los trabajos y los intereses que ellas como educadoras comunitarias
y lideres comunales.
La desmotivación que genera delegación de funciones de representación y toma de
decisiones en un grupo minoritario de educadoras, Pero al momento de
convalidar las mismas se presenta, igualmente, ausencia de compromiso.
Los intereses y necesidades liderados por las cuotas representativas a nivel
poblacional, tienen poca relevancia en las decisiones y la materialización de
acciones que se establecen por parte de instituciones del Estado. Lo anterior, en
razón al agregado de intereses que cargan los actores sociales y las instituciones
del Estado, locales y distritales, en estos espacios.
Por lo expuesto, la mayoría de las educadoras priorizan más la
participación que pueden ejercer en los espacios comunitarios y barriales,
que la su inserción en aquellos espacios derivados de la institucionalidad
del Estado.
Veamos dos expresiones que ilustran:
“He estado en las mesas de los Encuentros Ciudadanos, y yo siento que
falta mucha capacitación para la ciudadanía en general; para comprender el
significado de estos Encuentros. Falta conocimiento sobre aspectos
como es el POT- Plan de Ordenamiento Territorial, sobre los planes de
desarrollo distrítal y los planes de locales y de las UPZ. Para entender lo
general y por lo tanto, lo particular. Igualmente falta un conocimiento
sobre la normatividad y los términos en que se define la participación de la
ciudadanía en estos espacios, como los Encuentros Ciudadanos. Para que la
gente participe con mayor conocimiento en estos espacios, sobretodo si se
tiene en cuenta que la participación en los mismos, está cargo de personas que
representan organizaciones con intereses colectivos. Entonces, falta información
y orientación sobre como se participa…. Otro aspecto importante es que , siempre ,
el resultado de estos encuentros dejan la sensación que muchos de los
consolidados, las actas y las prioridades que se establecen en
los encuentros, son poco tenidos en cuenta por las instancias que toman las
decisiones en los espacios locales y distritales,… y esto responde a los
intereses y a lo que se considera que es lo importante para los que toman
las decisiones……” (Paulina Triviño)
“…En las Juntas de Acción Comunal, he mirado un poco cómo son esos
espacios. Cómo se manejan las cosas, cómo llega la gente. Una se da
cuenta que hay gente que no sabe a que van a esos espacios. Y se da
cuenta que hay gente que llega muy preparada Una analiza y una aprende...
Pero también si una se mete a trabajar en serio allá ,es para puras
44
peleas, y si una esta es para que a uno la critiquen, para que la maltraten
y ¿yo no se para qué una se puede meter allá?. Yo no se, si es así en todas
partes. Pero es que son muy machistas. Son tan machistas que para lo único
que a una lo buscan es para ver si una quiere ser la secretaria. Es así que,
por más capaz que una sea, nunca la postulan para presidenta sino para
secretaria Yo no voy con eso, que si uno da un aporte le dicen si, si
si,.. Pero terminan haciendo lo que dice el borracho del presidente de la
Junta. Entonces yo no me meto allá yo prefiero hacer un trabajo de
fiscalización, de mirar, de analizar, de estar pendiente de lo de las
planchas. Me inscribí en una plancha, pero le ruego a Dios de que no
salga, porque ¿para qué?….” (Margoth, 53 años)
“Encuentro que aun en espacios como la Comisión Local y Distrital de Casas
Vecinales, se tienen falencias. Faltan, entre nosotras, mujeres
que tengan claridad acerca de lo que se hace se hace en estos espacios… Y eso
también genera un poco de limitaciones. Porque las mujeres no asumen la
responsabilidad de desarrollar procesos como que tengan que ver
con reivindicar nuestra labor. Y eso me deja el interrogante ¿qué hace que mis
compañeras continúen delegando su responsabilidad es estos espacios?. Y creo que
es la falta de conocimientos y falta de capacidad conceptual y operativa lo que
influye al momento de no ser tenidas en cuenta y esto, a su vez, se verá reflejado
en la calidad de la educación que impartimos en los hogares infantiles…” (Fanny, 34
años).
Grupos de discusión, al interior de Fundac, han logrado establecer que
para la mayoría de las mujeres vinculadas a esta Fundación, la falta de
tiempo, de dinero, de capacitación y el temor para enfrentarse a la confrontación de
intereses que se evidencian en estos espacios; son aspectos que de alguna manera
justifican el desinterés que manifiestan estas mujeres para participar en espacios
de injerencia social.
El que las mujeres escuden su desinterés para participar en los espacios de
injerencia social, debe considerarse como hecho completamente coherente; habida
cuenta de los cambios que éstas están experimentado en sus procesos de
inclusión y empoderamiento individual y colectivo. Sí se tiene en cuenta que
este es un procesos lento y condicionado a las dinámica de transformación
que estas mujeres han establecidos frente a si mismas y frente a los roles
sociales que han desempeñado, de manera cotidiana, al interior de sus familias,
en el barrios, en los jardines. etc.
Veamos expresiones en este sentido:
“….Creo que también otra limitación, como mujeres, la ponemos a nosotras
mismas, y que justificamos desde nuestra función como madres, esposas y por
nuestros compromisos con el jardín.
Nos apalancamos ahí, nos parapetamos en esas razones, a veces sin razón
justificada. Eso se ve desde Fundac. Por ejemplo: ahorita estamos en
recesión económica. Pero cuando no la había, abríamos convocatorias para
capacitación costeada por Fundac y muy pocas personas aprovechaban ese
incentivo para la participación. Y, generalmente, son las mismas personas. Pero
no hay que desconocer que la carga laboral que se tiene, inciden mucho en la
desmotivación para la participación. No tenemos la misma capacidad de asumir
45
las cosas de la misma manera y con la misma velocidad. Hay mujeres que no
pueden hacer dos o tres cosas a la vez. Porque no tienen la capacidad
para hacerlo, o que los intereses de las mujeres no son iguales y hay mujeres
que ciertos temas no les interesan no le gustan. Pero pocas mujeres tienen la
capacidad de reconocer dichas cosas y se parapetan en su función de madres.
Yo soy de las que digo es que no quiero ir, cuando no quiero o tengo pereza
y ya… (Carmen Palacios).
“Las educadoras nos encontramos, desde nuestro trabajo, muchísimas cosas ya
siendo adultas. Fuera de tener hijos y ser esposas, decidimos hacer un
trabajo comunitario. Decidimos estudiar; entonces muchas están validando su
bachillerato, otras están en la universidad. Aparte están desarrollados
unos procesos de capacitación informal, como son todos los talleres
seminarios y charlas a las que asisten desde Fundac. Entonces en realidad, no
les queda tiempo. Y si a eso se suma que no todas tienen la habilidad de ser
mujeres orquesta; que hagan dos tres cosas al mismo tiempo, ese es un
elemento de análisis al momento de mirar los procesos participativos. Otra
cosa que ha de tenerse en cuenta, ya que estamos en confianza, y que se
ha tenido en cuenta y de lo cual también desde la Escuela de liderezas: somos
conscientes de que, por más proceso que llevemos, aun tenemos arraigada esa
coerción que hemos tenido para participar. A las mujeres no nos educaron
para participar, donde la toma de dec isiones que tiene que ver con el poder,
esa toma de decisiones. Esto ha sido del predominio de los hombres, y donde las
mujeres como lo dice Lilia Barreiro, somos la recién llegadas a esos espac ios. Pese
a que se pudiera pensar , que los escenarios de participación están ya
dispuesto, nos encontramos que aun hay recriminaciones, exclusiones y que aun
están presente estos miedos, esos temores que históricamente nos han
inculcado a las mujeres para la participación y para la misma toma de
decisiones; desde nuestras casa hasta las de carácter político….” (Aydee
Rodríguez, 54 años)
A manera de síntesis y, de conformidad al recorrido efectuado en este
capitulo, se establece que el mayor avance logrado por las educadoras desde
su ejercicio participativo; ha sido el hacer visible, las voces la creatividad,
los cuerpos, las manos, las ideas, las apuestas, las preguntas y los
sufrimientos, de aproximadamente 300 mujeres de todas las latitudes la
ciudad. Esto, a su vez, ha actuado como insumo para incentivar nuevas
dinámicas en lo social y político. Procesos mediante los cuales
ellas revierten en sus comunidades y en otras mujeres, la necesidad de
tomar posición frente a unas condiciones sociales, económicas, culturales y
políticas que demandan ser transformadas. Reconocimiento “contextualizado”
de sus condiciones y posicionamiento histórico, en lo social, económico,
político y cultural; que han incentivado en las comunidades la toma de
control de sus propias vidas. Fijar sus propias expectativas. Ganar la
capacidad técnica y la confianza en si mismas como grupos de base. Formulando
sus propias soluciones ante las situaciones problemáticas individuales y
colectivas. Y permitiendo que se desarrollen sus individuos como personas
autosuficientes. Adquiriendo voz que les permita superar las desigualdades
en sus hogares, en sus lugares de trabajo y en la comunidad en la que residen.
Ejercicio que ha permitido introducir cambios en las creencias y actitudes
que mantienen la desigualdad y la discriminación hacia la mujer, las/os
niñas/os, los adultos mayores. A nivel familiar y social. Generando cambios
de actitud al interior del hogar, el trabajo, en la comunidad y en las
instituciones nacionales, internacionales y locales. Vinculándolas a un proceso de
confrontación, reflexión y de transformación.
El otro saber parte 2
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El otro saber parte 2

  • 1. 1 En una ponencia presentada ante el Cuarto Seminario Internacional Cehap – Peval “Los Movimientos de los Pobladores en los Barrios Populares de las Ciudades Latinoamérica”(realizado en la ciudad de Medellín-Colombia, entre el 7 y el 11 de abril de 1986); Marta Baliero (de los Movimientos de Favelados en Brasil), presentó una ponencia (Caracterización del concepto urbano en Brasil). Destaco el siguiente aparte: El Estado Brasileño y su Manejo de lo Urbano. “Es innegable que el modelo de Capitalismo Monopolista viene gestándose desde los años 30, marco histórico de la industrialización en el Brasil. Dicho paradigma posee una característica notable. Habría en él, un cierto papel de Estado que lo hace invisible. Esto quiere decir que el Estado no aparece ni se manifiesta bajo la forma de inversiones y ese no dejarse ver ocurre exactamente en el lugar focal de la determinación de la tasa de ganancia del conjunto oligopolista. Esto quiere decir, según plantea el sociólogo Francisco de Oliveira (Oliveira, Francisco de /O Estado e o Urbano no Brasil Estudos do Cebrap, a ser publicado). Que por fenómenos inherentes a dicho modelo, los cuales se colocan en contraposición al Capitalismo de Libre Competencia, dicho Capitalismo Monopolista (no competitivo y salvaje de cualquier país
  • 2. 2 subdesarrollado) politiza las relaciones económicas al máximo en el sentido inequívoco de que el Estado (a través de los hombres de empresa ) pasa a ser, en cierta medida, el lugar en donde la tasa de ganancia – cuota que cada conjunto oligopolìsrtico tiene en la masa excedente de excedente social producido en el país- se determina por el acceso empresarial a los aparatos del Estado”,.1 Me queda la sensación (...o la reafirmación), en el sentido de que , en nuestra América Latina, el Estado (...o, quienes actúan y ejercen como sus portavoces y/o beneficiarios directos) Ha actuado, en la intención de incidir en las relaciones sociales, con un estilo y mecanismos de intervención como híbrido teórico y político, bien sea circunstancial o programático. Ahora bien, desde la pretensión de este trabajo, se trata de reivindicar, también, el asunto relacionado con la incidencia efectiva de este tipo de participación estatal. Porque, entre otras razones, la caracterización y seguimiento de la misma; permite cierta aproximación a una teoría general de la intervención estatal y sus verdaderas repercusiones, en cuanto políticas de contenido social que son asumidas por la población, como “evidencia” y como “resultado” del mandato Constitucional. O, en otra opción de interpretación, como expresión obligada por parte de un determinado gobierno; a partir del 1 Baliero, Marta, “Caracterización del Concepto Urbano en Brasil, Seminario Los pobladores: protagonistas urbanos en América Latina, Memorias Editorial Lealon, marzo de 1988.
  • 3. 3 desarrollo de movimientos sociales, tanto urbanos como rurales (..en otras palabras: como reivindicación alcanzada, mediante la realización de movimientos populares que “obligan”, por la vía de la fuerza, a modificaciones absolutas o transitorias, de programas gubernamentales originales. Un ejemplo de este tipo de intervenciones y su efecto colateral, tienen que ver con la agitación y movilización en contra de la propuesta original inmersa en la modificación del régimen de transferencias, adjunto al Plan Nacional de Desarrollo, tanto en el gobierno del Presidente Andrés Pastrana Arango, como también el gobierno del Presidente Álvaro Uribe Vélez. Esto es significativo, en la medida en que compromete, entre otros aspectos, la participación de las regiones en el diseño y aplicación del gasto público, a partir de las regiones y con énfasis en rubros tan importantes como la salud y la educación Para el caso del Distrito Capital, se presenta un efecto de traslación, si entiende como tal el hecho de que las regiones, simplemente extienden la aplicación de los conceptos y postulados generales inmersos en la doctrina estatal que orienta a la gestión social, a la manera de políticas que la desarrollan. Cabe, entonces, enfatizar acerca de los contenidos en cuanto a la noción de política social en un universo de aplicación en el cual está demostrado la vigencia de un modelo de producción capitalista; acompañado (..por simple derivación doctrinaria) de un modelo de Estado que navega entre el
  • 4. 4 intervensionismo, como “árbitro imparcial” por parte del Estado que convoca al equilibrio institucional necesario para poder desarrollar políticas de beneficio común y el dejar hacer entendido como la libertad ortodoxa derivada de los mecanismo del mercado que actúan como agentes abstractos y prácticos para el equilibrio. De todas maneras, en uno u otro punto de referencia, se asume como fundamento y como soporte económico el asunto relacionado con el excedente económico global, como sujeto plusválico, derivado del desarrollo propio del capitalismo. Entonces, la política social, tiene razón de ser( en términos de su viabilidad económica) en la figura de la plusvalía presentada por Marx, a través de mecanismos coercitivos implementados desde el Estado, por la vía de imposiciones que permiten captar recursos (..a manera de impuestos) . Es decir, ¡otra vez¡ la figura del equilibrio actúa como soporte para la conversión del beneficio plusválico, en beneficio social, como aplicación de una política de redistribución; en la cual el entendido de beneficio social adquiere características diferenciadas, dependiendo de las estrategias y programas inherentes a los Panes de Desarrollo gubernamentales. 5.2 La Política Social y los derechos Las variables trabajadas ( en lo que concierne a la noción de política social), hasta ahora, suponen la vigencia de un determinado modelo de Estado, fundamentado en conceptos y/o teorías que implican, tanto a la economía
  • 5. 5 política, como también a las categorías de la filosofía y la ética; como implicación universal; hasta cierto punto abstractas. En la intención de precisar y concretar la vigencia de opciones, en esa perspectiva, he citado (para nuestro caso, en Colombia); la figura del articulo 366 de la Constitución Política. Se entiende, por aplicación, la vigencia y la pertinencia de unos derechos consignados; de tal manera que su implementación no es otra cosa que el cumplimiento de un mandato perentorio; como quiera que la Constitución Política norma mayor. Sin embargo, vale la pena resaltar un hecho que, si bien es cierto, pudiera estar relacionado o en nexo con ese mandato, adquiere connotación propia y, hasta cierto punto, independiente. Se trata del derechos (...o derechos) que se promueven y ejercen como consecuencia de acciones y movilizaciones que involucran a aquellos sectores no beneficiarios directos del excedente plusválico y/o de la tasa de ganancia derivada del ejercicio económico Capitalista. Es, en otras palabras, la confrontación entre el poder, como posibilidad y como práctica relacionada con el control de los medios de producción (...en el lenguaje Marxista) y de la superestructura en el Estado Capitalista; y los hombres y la franja(...la mayoría ) de la sociedad no beneficiaria y/o excluida de los beneficios que se derivan del acumulado plusválico.
  • 6. 6 Así las cosas, entonces, cabe una expresión asumida como hipótesis lógica: las modificaciones y las transformaciones en lo que respecta a la utilización del acumulado plusválico(-...o del excedente originado en la porción de la tasa de ganancia absorbida por el Estado, a través de las reglamentaciones impositivas y sus agentes retenedores), en muchas ocasiones, ha estado (..y estarán) condicionadas por la realización de acciones de confrontación, por parte de las organizaciones y/o movimientos de los no beneficiario0s directos; a la manera de acciones y movilizaciones de masas que reclaman el redireccionamiento de estos beneficios, que se concretan por la vía de políticas de beneficio social en ámbitos diferenciados; pero que, en fin de cuentes, remiten a opciones relacionadas con la calidad de vida, más allá de la simple reproducción de la fuerza de trabajo. Se configura, a partir de esta hipótesis y para el caso que me ocupa, una posición que involucra al concepto de derecho al beneficio social; como quiera que se entiende en nexo con esa porción de la riqueza, construida a partir de la intervención de los sectores sociales que actúan en el espacio geográfico entendido como país y/o como Nación. Para no hablar de la aplicación, en este tiempo, de la figura cercana a la internacionalización o interacción global de los factores (humanos y materiales) que ejercen como soportes para el desarrollo. La acumulación, entonces, se asume como inherente a la intervención de esos(as) actores8as) y recursos materiales; en los términos que ya había advertido Rosa Luxemburgo en su obra “La Acumulación del Capital. Es conveniente resaltar esta expresión:
  • 7. 7 La segunda condición previa fundamental, tanto para la adquisición de medios de producción, como para la realización de la plusvalía, es la ampliación de la acción del capitalismo a las sociedades de economía natural. El capital necesita que todas las capas y sociedades no capitalistas se conviertan en compradores de mercancías y que le vendan sus productos. Parece como si aquí, al menos, comenzase la paz y la igualdad, el do ut des, la reciprocidad de los intereses, la competencia pacífica y los influjos civilizadores.”2 Está, en mi interpretación, involucrada una noción similar al entendió de “calidad de vida”, aún el universo del Capitalismo. Luego, por deducción, se infiere que estoy hablando de políticas sociales con una elaboración que presupone la presencia de índices para ser medidas y cuantificadas en lo que respecta a la calidad y a la cobertura. Es decir, entendidas como derechos propuestos y asumidos, no como dádivas tangenciales; sino como inmersos en la misma dinámica que propone y desarrolla la propuesta de bienestar social, como aplicación lógica prevista en la teoría de la “reproducción” de las condiciones necesarias para la ampliación de las fuerzas productivas. Algo así, como condición necesaria para que el capital pueda reproducirse y ampliarse, con la intervención de los agentes necesarios para ello. 2 LUXEMBURGO, Rosa, “La Acumulación del Capital”, página 298, editorial Grijalbo, edición 1967
  • 8. 8 Lo anterior traduce, en consecuencia, que el seguimiento propuesto (en lo que compromete a la participación e intervención de las mujeres) relacionado con la política de bienestar social implementada por el gobierno del Distrito Capital, supone la presencia de una opción para su interpretación; desde una perspectiva que involucra al significado de calidad de vida y, por esto mismo, al concepto de redistribución del acumulado plusválico, entendido como aquella porción “apropiada” por parte del Estado (..Incluidos los entes territoriales) de la tasa general de ganancia originada en el ejercicio inherente al modo de producción capitalista. 5.3 El concepto de bienestar y el Neoliberalismo. Ya había expresado antes un criterio para la interpretación del concepto relacionado con el bienestar, en el contexto de la intervención del Estado, como institución que aglutina (en los términos del Contrato Social) los intereses de los habitantes del territorio nacional; inclusive como garante de la concreción que adquiere el concepto de Nación. En esa aseveración presentada, se expresa una interpretación acerca del “equilibrio” de los sectores sociales , incluido lo étnico y lo racial, como variables que reclaman y adquieren una presencia efectiva, a partir de la cual se originan conflictos no resueltos; precisamente en razón a la orientación y a la lógica que subyacen a esa misma institución estatal.
  • 9. 9 Retomo, entonces, la cotejación entre la opción del Estado Benefactor anclado en el beneficio social general a partir de su intervención con políticas precisas, en las cuales se incluye el direccionamiento de la redistribución de la porción recaudada de la tasa general de ganancia, al margen de las leyes del mercado capitalista; y la opción del Estado orientado hacia la aplicación de políticas fundamentadas en el curso general de esas leyes del mercado y las cuales se asume la posibilidad efectiva de que estas, por sí mismas, conducen al equilibrio social, sin que esté implicada la intervención estatal en su direccionamiento. En otras palabras, hice precisión respecto a la metodología propuesta por Amartya Senn, en mi entendido, como desarrollo de la opción del Estado interventor, profundizando una línea de interpretación del desarrollo, como agregados en los cuales queda involucrada la teoría del bienestar general de la población; a partir de introducir el concepto de nivel de vida digna, más allá de la simple sobrevivencia. Me corresponde ahora, insistir en los aspectos de contradicción entre los postulados fundamentales de la Constitución Política, expresados en sus artículos 1 y 2 , de un lado y las aplicaciones de sucesivos gobiernos que contrarían esos mismos postulados, incluyendo agendas de reformas a la Constitución, con el objeto de facilitar la implementación de esas políticas. Es el caso, a manera de ejemplo, de los Actos Legislativos a través de los cuales
  • 10. 10 han modificado aspectos como el Régimen de Transferencias y de los insumos sociales que orientan la elaboración e implementación del Plan Nacional de Desarrollo, conforme a lo que, originalmente, había sido establecido en los artículos 150, 200, 339 y 341. Asumo, en extensión de los criterios que he venido reivindicado como válidos, que el punto de comienzo para el quiebre de los postulado Constitucionales señalados, tuvo que ver con la política desarrollada por parte del doctor César Gaviria Trujillo, en cuyo mandato presidencial se configuró la propuesta de “Apertura Económica”; la que a su vez, estuvo soportada en la opción de intervención estatal, anclada en la presunción de que las condicione de libre mercado y libre competencia derivaban, por sí mismas, en escenarios de equilibrio para el bienestar general de la población; puesto que (..En su interpretación) el obstáculo para el crecimiento y desarrollo , tiene que ver con el excesivo intervensionismo que se manifestaba, fundamentalmente, en el sobredimensionamiento del paradigma relacionado con esa intervención, al momento de definir acerca del bienestar social colectivo y de la calidad de vida. A partir de ahí, se explica todo el ejercicio relativo a trabajar por “un bajo perfil” de la presencia del Estado y el consecuente desmonte acelerado de esa incidencia. En este contexto es representativa la expedición de la Ley 100 de 1993, proyecto que fue liderado (“coincidencialmente”) por el doctor Álvaro Uribe Vélez, actual presidente y que, antes, había liderado el proyecto que concluyó con la expedición de la Ley 50 de 1990. en el gobierno del doctor
  • 11. 11 Virgilio Barco Vargas. Se trata de un hilo conductor que se mantiene y que se ha profundizado. La expresión Neoliberalismo, en consecuencia, no tiene una connotación peyorativa. Define, simplemente, esa postura política y económica que le atribuye a la intervención estatal hacia el beneficio social general y hacia las consecuencias calamitosas del libre juego del mercado, consecuencias ajenas y en contravìa del desarrollo económico; le atribuye, algo así como una posición de asfixia y de obsolescencia, respecto al paradigma del crecimiento económico. Cabe resaltar, entonces, la esencia de su perspectiva estratégica: el énfasis hacia el crecimiento económico y la modernización, no puede ser obstaculizado por la implementación de una intervención estatal en términos del beneficio social, a no ser que retracemos nuestra inserción en la dinámica de los mercados globalizados, competitivos. .5.4 .De la participación Como consecuencia de este tipo de orientación política, económica y social, por parte de los teóricos y usufructuarios fundamentales del modelo neoliberal; el Estado adquiere una connotación que desvirtúa su razón de ser como garante del beneficio social y como propiciador de ese equilibrio dinámico entre los sectores sociales, con énfasis en la implementación y desarrollo de políticas sociales y económicos en las cuales la predistribución de esa franja de la tasa
  • 12. 12 de ganancia que le corresponde (..por la vía de la política y las normativas tributarias), se asume como recurso efectivo para concretar procesos plenos para el impulso y aplicación de modelos de intervención en áreas fundamentales como la salud, la educación, los servicios públicos de alcantarillado, acueducto, energía; en una posición que reivindique la calidad de vida. Asimismo, como colateral indispensable, este modelo (neoliberal) propone un entendido de intervención de los asociados (ciudadanos (as), campesinos (as), grupos étnicos, mujeres, etc.), en el cual, el ejercicio de derechos (por ejemplo, la participación), se erige como insumo, bien de formalidad y/o como objeto extraño que, hasta cierto punto, es necesario restringir. Esto explica, entre otras razones, el hecho de la implementación de propuestas y acciones modificatorias en lo que respecta al marco conceptual que soporta a los derechos fundamentales y básicos. Para el caso de nuestro País, es evidente la insistencia de objeciones al ejercicio de los derechos otorgados por la Constitución Política. Es una dinámica que reivindica la contradicción entre la teoría de “seguridad del Estado” y el ejercicio de esos derechos. Un elemento trascendental, del último tiempo, ilustra esa perspectiva: El Estatuto de Seguridad Democrática y la propuesta hacia la restricción de la Acción de Tutela prevista en la Constitución Política; con una argumentación de doble vía: de un lado por sus efectos económicos y, de otra parte, en alusión a la inserción de procedimientos que lesionan la unidad de mando en la aplicación de las normas básicas que sustenta al Estado.
  • 13. 13 Se configuran, en ese contexto descrito, expresiones dicotómicas, de contradicción latente y efectiva. Porque confrontan, de manera permanente, las visiones y opciones libertarias de participación, con las visiones y las opciones de restricción propias del modelo neoliberal presente en diferentes gobiernos de América Latina y, particularmente, en nuestro País. Es una confrontación en la cual se exhiben las contradicciones, tanto en lo que respecta a los recursos económicos y de infraestructura, al momento de proponer y aplicar acciones que involucran reivindicaciones económicas y sociales. Adquiere significado, en ese horizonte, esa interpretación que involucra a los sujetos (hombres y mujeres) en expresiones un tanto kafkaianas, como quiera que es como un “no reconocimiento”, un “extrañamiento” con respecto al entorno, a la “realidad” a la que invita el modelo, que pretende imprimir y consolidar como “única verdad” y como “única posibilidad” que tienen que ser asumidas, a no ser que se “pretenda, por parte de los quejosos, desvertebrar al Estado y .sumirlo en la impotencia.” El reto (...o lo retos) propuesto (para quienes ejercemos como no beneficiarios (as) fundamentales), a partir de la implementación de ese estilo, de esa concepción, de esa visión de sociedad, de derechos y de futuro; supone la asunción de insumos para el cuestionamiento de fondo; lo cual supone (..Por esto mismo) una cercanía al cuestionamiento político en profundidad. Casi como reconocer que, la “simple” reivindicación de participación libertaria, por derechos fundamentales y básicos en salud, educación, recreación....; ya de
  • 14. 14 por si, es constitutivo de herejía y de “subversión”; como quiera que “ataca”, los cimientos mismos del modelo y de todos sus efectos colaterales inherentes. Para situarnos en ejemplos recientes, llamo la atención acerca del sentido que ha adquirido la confrontación a la propuesta del ALCA y de su símil regional el TLC...o, en un terreno mucho mas parroquial, el enfrentamiento a la propuesta del “peajito social”, en el territorio Norte cercano en Antioquia (Copacabana, Girardota, Barbosa); propuesta que se sustenta en (según el doctor Álvaro Uribe Vélez) “l necesidad de que los pobladores colaboren, se metan la mano al dril, para ampliar y mejorar la Troncal de Norte..” .5.5 .De las mujeres, su participación. Una observación de superficie, evidencia la asunción de retos importantes, en un universo de intervención que incluye diferentes aspectos. Es importante resaltar, por ejemplo, el desarrollo de actividades relacionadas con la confrontación a los motivos que sustentan al desplazamiento forzado y a las desapariciones. Es tanto como si las acciones de movimientos como los de las Madres de la Plaza de Mayo, en Argentina, hubiera permeado a las mujeres, como madres, como esposas, como compañera en unión libre; de tal manera que les ha permitido alcanzar niveles de confrontación que han trascendido la formalidad de la denuncia. Se han convertido, sus organizaciones y sus acciones, en insumos aleccionadores. Porque, entre otros aspectos, han permitido dilucidar esos elementos ideológicos y políticos de profundidad, que
  • 15. 15 recorren transversalmente a los contenidos de la política de “contención a la subversión” que está en la base las proclamas gubernamentales. Inclusive, ha permitido localizar el nexo “no visible” entre la denominada “autoridad pública oficial, militar, de policía y...todos sus afines al servicio de la defensa del Estado”, cono aquellos actores que efectúan esa “contención”, por la vía de castigar con la muerte, la desaparición, las torturas...etc., a quienes suponen (...! Ellos!, claro está) que tienen nexos con la subversión armada y no armada. Porque, en mi opinión, se mantiene el soporte conceptual básico originado en la didáctica de la “guerra de baja intensidad”, auspiciada por los militares Norteamericanos a través de la Escuela de las Amèricas; según la cual la “contención” debe efectuarse, actuando sobre los sujetos (hombres y mujeres), que puedan influencia acciones hacia la desestabilización; aún en escenarios de intervención política legal (como en el caso de la Unión Patriótica). Porque, aquí en esa didáctica ideológica, lo que cuenta es el soporte teórico conciente que pueda originar acciones generalizadas..”Subversivas”. Me parece relevante, presentar un aparte de lo expresado por el profesor Francisco Leal Buitrago, en su texto “El Oficio de la Guerra”, a propósito de las realizaciones en la política de seguridad, por parte del gobierno del doctor César Gaviria Trujillo, Es conveniente aclarar, eso sí, que la investigación del profesor Leal, se efectúa en un contexto que supone (..Según los objetivos mismos de la investigación), desagregar la información, de tal manera que pueda se pueda acceder, de manera objetiva, a los insumos necesarios para balancear la política general de seguridad nacional. Veamos:
  • 16. 16 Por otra parte, y eso es lo negativo, el Gobierno se dejó desbordar por la intransigencia guerrillera, colocándose a su mismo nivel al dar prioridad a los medios militares sobre los políticos e incluso violando los derechos humanos. El ejecutivo disimuló su actitud guerrerista escudándose con el fortalecimiento de la justicia brindado por el uso del estado de excepción constitucional y el manejo “eficientista” por parte de la Fiscalía de la política de sometimiento a la justicia. En tales circunstancias, al debilitarse los recursos políticos oficiales, el Gobierno perdió la capacidad de avanzar en la formulación de la política estatal de seguridad y, más grave aún, , dio aliento a militares y policías para continuar con la iniciativa del manejo armado del orden público, cuyo subproducto es la constante violación de lo derechos humanos. Los mayores recursos para la seguridad y la ampliación de efectivos de la fuerza pública se convirtieron en la panacea para sustituir la ausencia del Estado en las comarcas y los quehaceres ciudadanos..3 En esa intervención de madres, hijas, esposas, compañeras en unión libre, aparecen momentos y signos que pueden interpretarse, con limitantes apenas obvias, como el acercamiento a posiciones concientes; en donde la condición de sujeto autónoma, se exhibe, trascendiendo, “superando” la dominación masculina. Porque, supone una mirada, un recorrido y una interpretación de los 3 LEAL BUITRAGO, Francisco. El Oficio de la Guerra, página 176, TM editores-Iepri, primera edición, julio 1994.
  • 17. 17 hechos, con un método diferente. En el cual se descubren fortalezas, se consolida una visión de lo sensible, como punto de comienzo para entender, en adelante, asuntos de mayor complejidad; como quiera que el derecho a la vida, adquiere presencia y sentido, a partir de establecer una contradicción entre este derecho inalienable y los postulados básicos de la política de seguridad nacional. En este sentido es aleccionadora la experiencia y el nivel de participación adquirido por organizaciones de mujeres como las que se han originado y desarrollado en el Magdalena Medio, particularmente, en Barrancabermeja. Quiero enfatizar, con esto, acerca de la significación particular que adquiere el concepto de participación (...ya lo expresé arriba), en un escenario en el cual la doctrina de seguridad nacional, promovido desde los gobiernos que se reclaman como portadores de esa teoría y prácticas relacionadas con una intervención del Estado como agente que debe garantizar el libre juego del mercado y, colateralmente, achicar su participación en las actividades susceptibles de ser asumidas por la empresa privado.. o, al menos, con una visión gerencial, en donde la racionalidad y la eficiencia son entendidas como garantía plena para avanzar en un diseño moderno del Estado que propicia la injerencia de la metodología y los horizontes propuestos desde la perspectiva reguladora en beneficio de esa política de expansión del capital; aún en países como el nuestro (..y todos los dependientes) en donde el desarrollo de las denominadas fuerzas productivas, ha sido atrofiado por el control y la división del trabajo
  • 18. 18 impuesto por Estados Unidos y Europa. Este énfasis supone colocar un insumo importante para proponer una reflexión en torno a esa participación femenina en diferentes procesos. Porque, entre otros efectos colaterales, el modelo impuesto, supone reivindicar prácticas económicas derivadas de ese estilo de gestión y de nexo con organismos internacionales de financiación, que ejercen (a su vez) como orientadores del rumbo que debe mantener el manejo económico gubernamental. Esto explica, a manera de ejemplo, la intervención del Fondo Monetario Internacional en el diseño de las políticas fiscales, en la perspectiva de disminuir el componente relacionado con el gasto social, en el diseño y aplicación presupuestal; a más de la definición de horizontes macroeconómicos que deben ser mantenidos, independientemente de su incidencia en la pauperización generalizada de la población. Una de las consecuencias derivadas de la política económica desarrollada para mantener los equilibrios macro necesarios; tiene que ver con el decrecimiento tendencial del gasto público hacia el beneficio social. Esto, a su vez, se concreta en la profundización de las contradicciones entre esa política y los postulados Constitucionales ya referenciados y que establecen la obligatoriedad del Estado y de los gobiernos concretos, en el sentido de asumir la responsabilidad de estrategias y programas de contenido social y económico que beneficien a la población vulnerable. Recabar acerca de esa contradicción entre Derechos Constitucionales y el realismo económico y político; permite entender ciertas dinámicas y características que adquieren la participación de las mujeres, al momento de concretarse acciones inherentes a la defensa de esos derechos, en
  • 19. 19 áreas como la atención a los niños y a las niñas; así como su intervención en actividades comunitarias generales, en las cuales adquiere un perfil alto e introduce elementos de diferenciación con respecto a los hombres; sin que esta afirmación pueda entenderse como aseveración, en el sentido de la plena conciencia de su rol, en la perspectiva de género, como se proclama desde sectores de mujeres en la academia y/o en espacios en donde predomina la reflexión con el soporte de insumos teóricos que no son visibles y concretos para muchas mujeres que actúan en la cotidianidad, que las convoca a mantener referentes inmediatos y prácticos sin ese “deslinde” entre simples acciones puntuales y lo conciente, en su condición de mujeres que deben aspirar a ejercicios libertarios más allá de estas. Entender esta forma de dicotomía, va a permitir una lectura crítica de los resultados obtenido en la investigación precisa, acerca del significado que adquiere la participación de las mujeres adscritas a Fundac; de su visión e interpretación de las políticas propuestas y desarrolladas por el Gobierno Distrital, hacia los niños y las niñas y la población adulta vulnerable, en deferentes zonas de la geografía física y política Distrital. 5.6 A manera de corolario transitorio : Esta indagación acerca de la participación de las mujeres, en un escenario en el cual se aplica con todo rigor las diferentes políticas derivadas del modelo neoliberal; me permiten llamar la atención en torno al contenido de esa
  • 20. 20 intervención; entendido este (...el contenido) como lo conciente que ejerce en condición de agregado no circunstancial e inmediato; sino como agregado que trasciende a ese quehacer y lo sitúa en posición de referente, un tanto como paradigma, en todo el proceso. Esto me permite establecer, como posibilidad efectiva, una perspectiva política en la cual pueda hacer fusión esa disponibilidad práctica, inmediata; con los insumos teóricos propuestos y desarrollados en aquellas actividades en donde la condición de género, es reivindicada en términos de propuesta libertaria; en la cual la diferenciación trasciende a lo estrictamente biológico y, por lo tanto, insinúa aspectos como la vida afectiva, la equidad, la convivencia, la sexualidad, etc. 6 Las mujeres, su intervención. América Latina; Colombia. De los referentes teóricos. He venido desarrollando una interpretación, en términos del significado que adquiere la intervención de las mujeres en la realización de movimientos sociales y políticos. Tal vez el aspecto exhibido con mayor énfasis, tiene que ver con la dicotomía entre aquellos roles asumidos de manera simple y espontánea y aquellos que trascienden esa característica; en razón a que suponen una posición conciente en la cual hace presencia esa figura denominada (...a veces de manera peyorativa) identidad como sujeto para sí.
  • 21. 21 Lo anterior implica el manejo de expresiones relacionadas con el concepto de referentes teóricos, en el proceso de participación. Uno de los elementos señalados arriba, tiene que ver con el horizonte propuesto a manera de bitácora. Este es el caso, a manera de ejemplo, de la intervención en escenarios en los cuales, si bien es cierto aparece con claridad el objetivo que se pretende, este no puede ser entendió como la asunción de posiciones que trasgredan la posición predominante, en lo que esta tiene de yunta que impide la reivindicación libertaria plena; al menos en lo que hace referencia a desinhibir a las mujeres de aquellos agregados culturales que minimizan su expresión como género y como sujeto. Mi interpretación conlleva a establecer diferencias fundamentales, al momento de analizar e interpretar la participación de las mujeres en el inicio y desarrollo de movimientos sociales y políticos. Es tanto como entender que esta puede (...y de hecho se ha dado) , sin que la misma implique una acción conciente en lo que respecta a la identificación de su rol como sujeto pleno en derechos, que puede y debe reclamar el reconocimiento de su autonomía. Algo así como entender esa intervención como interacción plural, en cuanto los objetivos ejercen como condicionantes. Esto traduce un tipo de participación condicionada por esos mismos objetivos y en donde no existe lugar para la libertad, entendida como horizonte en si mismo. En otras palabras, es una figura asimilada ese tipo de acciones en las cuales el punto de comienzo y el resultado aparecen como simple yuxtaposición de de opciones diferentes que
  • 22. 22 coinciden, de manera transitoria, con respecto al objeto que origina la necesidad del movimiento. Este es el caso, a manera de ilustración, de la participación de las mujeres en movimientos sociales relacionados con la vivienda, la educación, la salud, etc. Inclusive, en procura de una tipificación con respecto a movimientos originados en aspectos relacionados con los conflictos asociados a la guerra; aún en aquellos en los cuales la iniciativa y los objetivos, ha estado en cabeza de mujeres (como el caso de los movimientos en contra de las desapariciones forzadas y el desplazamiento); su rol no implica el reconocimiento de su condición autónoma, ni libertaria. Sin embargo, no pretendo desconocer la participación cociente originada en determinadas franjas de las mujeres, que proponen y desarrollan movimientos estrictamente relacionados con su identidad de género, con repercusiones asociadas a la misma. De lo que se trata, para el caso que me ocupa, es de precisar términos de referencia, en cuanto a significado y alcance; en la aplicación de un método que introduce, insisto en esto, la diferenciación de los movimientos, introduciendo una tipificación necesaria, al momento de evaluar perspectivas y resultados. 6.1 El caso de América Latina.
  • 23. 23 En algunos de los casos presentados, en desarrollo de este trabajo, he hecho referencia a algunos movimientos sociales en América Latina. Es el caso de las citas de texto e interpretación efectuadas, a partir de algunos de los trabajos presentados en el Cuarto Seminario Internacional de CEHAP – PEVAL, realizado en la ciudad de Medellín entre el 7 y el 11 de abril de 1986. Como se puede observar, revisando las acotaciones, es notoria la preocupación en cuanto al nexo entre los objetivos de algunos movimientos y el alcance que adquiere la ausencia de lo conciente como insumo necesario, al momento de promover transformaciones de fondo que trasciendan a la sola expectativa y/o realización reivindicativa. Esto para no hablar de que los sujetos protagónicos aparecen diluidos en esos mismos objetivos. Es relevante señalar, en aplicación estricta del concepto de variación de las condiciones en el tiempo y en los escenarios, que ha habido modificaciones relativas importantes, en cuanto al alcance, los objetivos y los roles. Sin embargo, queda claro que persisten niveles (...tal vez los fundamentales) de participación en los cuales se reafirman las condiciones de no-identidad que permiten la permanencia de las condiciones de dominación las que, a su vez, profundizan la segregación. Esta afirmación no es otra cosa que reconocer las limitaciones propias de los movimientos sociales, en cuanto no implican, necesariamente, una opción de poder hacia la desarticulación y eliminación de las condiciones de dominio prevalecientes. Con ese mismo horizonte como referente se ha desarrollada la participación de las mujeres. Inclusive, en el caso de Argentina, el movimiento liderado por las mujeres en denuncia de las desapariciones durante la Dictadura Militar, a partir
  • 24. 24 de 1976 (Madres de la Plaza de Mayo); a pesar de promover y desarrollar expresiones en contra de las acciones represivas de los militares, el hecho se circunscribe al espectro relacionado con las desapariciones forzadas, particularmente de hijos e hijas. Es claro, eso sí, que el mismo implica la asunción de una posición política que trasciende la simple intervención reivindicativa simple; en razón a que deriva en el cuestionamiento del poder y, aún hoy, se convierte en referente para la defensa conciente y consecuente de la democracia, y de los Derechos Humanos. A partir de los postulados originados en ese movimiento, se han inspirado y desarrollado acciones similares. Es el caso de los movimientos de mujeres en Guatemala, El Salvador (...en el tiempo anterior y posterior al derrocamiento de Anastasio Somoza, por parte de Frente Sandinista de Liberación Nacional) y Chile. El caso de Guatemala; así como en Méjico, adquiere una connotación adicional, habida cuenta de las condiciones de profunda segregación hacia la población nativa (indígena). Además de las características dramáticas relacionadas con la discriminación de las mujeres y de su utilización, por parte de sectores gubernamentales y civiles, para proveer el mercado infame de jóvenes para surtir prostíbulos y mano de obra en oficios emparentados con el esclavismo y el feudalismo. Basta recordar, para el caso de Guatemala, la descripción realizada por Miguel Ángel Asturias en “El Señor Presidente” y “El Papa Verde”, para efectuar análisis e interpolaciones con respecto a la situación actual. Para el caso de Méjico, es ilustrativa la situación de las mujeres en Tijuana.
  • 25. 25 6.2 El caso Colombia. Antes he referenciado algunos ejemplos de participación de las mujeres en movimientos sociales. Me permito recordar, asimismo, el análisis propuesto en términos de los derechos Constitucionales relacionados con la participación ciudadana, particularmente con el énfasis acerca de la reivindicación de derechos para las mujeres. Me corresponde, ahora, enfatizar en torno a algunos aspectos que pueden ejercer como referentes, en cuanto a la connotación teórica y política. Pretendo un seguimiento y análisis de los diferentes movimientos organizados y dirigidos por mujeres, para enfrentar algunas de las repercusiones más dramáticas del conflicto armado interno: el desplazamiento y las desapariciones forzadas. En mi opinión, la cotejación de algunos elementos exhibidos en ese proceso, con las variables relacionadas con la identidad y lo conciente; permiten extraer conclusiones importantes que contextualizan el objeto de este estudio. La intervención de las mujeres en la promoción y construcción de organizaciones, en algunas de las zonas más afectadas por el conflicto armado, ha tenido un soporte preciso: denunciar el desplazamiento forzado de que son objeto las comunidades de mujeres (incluidas las niñas), y hombres (incluidos los niños), en los diferentes grupos etéreos; así como reclamar la intervención gubernamental (nacional, departamental y municipal) en la solución de los
  • 26. 26 problemas derivados a partir de ahí y la restitución de las condiciones que permitan revertir el proceso de desplazamiento. De otra parte, algunas de estas organizaciones, asumen también la denuncia de las desapariciones forzadas y los asesinatos de mujeres, hombres, niños y niñas, como consecuencia directa de ese mismo conflicto. Me convoca, sin que esto implique el desconocimiento de otras organizaciones de mujeres, la labor realizada por la organización que agrupa a las mujeres del Magdalena Medio, particularmente en Barranbermeja. Tal vez por su itinerario, por los hechos que les ha correspondido enfrentar y, como efecto colateral, por el proceso que han construido. Esto ha permitido trascender la denuncia inmediata, para asumir posiciones de fondo, como quiera que han ejercido como punta de lanza en el cuestionamiento de los beneficiarios directos de la guerra y del poder. Todo esto, a partir de introducir aspectos de identificación y de análisis en torno a su rol como víctimas directas o indirectas. Podría decirse, entonces, que se asumen como sujeto individual y colectivo que reivindican su visión y caracterización del conflicto y, como derivación, actúan en contra del mismo, por la vía de reclamar derechos asociados a los Derechos Humanos, el Derecho Internacional Humanitario. Esto supone, a la vez, exigencias en cuanto a la eliminación de las acciones y las condiciones que originan el desplazamiento y las desapariciones. Asimismo, conlleva a reivindicar (en la lógica misma del sistema económico y político vigente) la concreción de derechos como vivienda, trabajo, salud...plena y cumplida justicia.
  • 27. 27 En este caso, a pesar de de avances en torno a la identidad en cuanto a la condición de género, se inhibe de manera relativa su autonomía en lo que corresponde a su plena identidad, como sujeto, que reclama libertad y equidad. Lo anterior, en razón a que opera en sus acciones, como dirigente de un proceso que involucra diferentes opciones y objetivos; todos relacionados con los efectos directos y colaterales del conflicto armado. Supone no trascender, en estricto, a esas acciones; ni implicarse como sujeto con identidad de género, que pueda acceder a expresiones que contraríen a la subyugación originada, inclusive, en aspectos diferentes al conflicto mismo. Llama mi atención, también, organizaciones como la liderada por la señora María Eugenia Zabala (ganadora del Premio Mujer Cafam 2004). Mi inquietud, sin dejar de lado el necesario reconocimiento a su tenaz labor, está relacionada con el tipo de paradigma que se construye a partir de su experiencia. Esto, a pesar de que sus acciones y la organización que lidera, se originan en hechos similares a los que originaron las acciones y organización de las mujeres del Magdalena Medio (veamos su relato: “... Mi hijo fue el primero en morir - sic - , porque esos hombres llegaron pidiendo la cédula y él estaba con otro muchacho. Jorge les dijo que no tenía la cédula y ahí mismo lo quemaron vivo. Al otro muchacho como que se le reflejó la muerte, estaba blanco, cadavérico. El fue la siguiente víctima.4 Sin embargo, en mi interpretación, los efectos de esas acciones (...las de María Eugenia Zabala), derivan en opciones diferentes, en cuanto que es evidente el manejo de los conceptos y la caracterización del 4 Entrevista a María Eugenia Zabala. Revista Cafamilia, edición No. 99, abril-mayo 2004, página 4
  • 28. 28 conflicto suponen un entendido en el cual los niveles de cuestionamiento y de identificación del soporte y componentes del mismo, son diferenciados. De un lado, en el caso del Movimiento de Mujeres del Magdalena Medio, existe la certeza de los factores que originan el conflicto y de los agregados posteriores que lo profundizan. De otro lado, en el caso de la Organización liderada por María Eugenia Zabala (El Valle Encantado), aparece una vivencia dramática, a partir de la cual surge la necesidad de implementar acciones de reparación que permitan acceder a soluciones en términos de vivienda y manutención. No se trata, de mi parte, introducir el análisis y diferenciación teórica que remitan a la minimización y/o desconocimiento de la opción propuesta por María Eugenia Zabala; simplemente pretendo ubicar perspectivas derivadas de esa diferenciación, a partir de entender que postulan y realizan dinámicas disímiles. Lo cierto, de todas maneras, es la vigencia del método que permite asumir posición con respecto al alcance y profundidad que adquieren los movimientos sociales. Esto, de por sí, permite identificar y valorar la presencia de lo conciente, como agregado que introduce una u otra perspectiva. Para el caso analizado aquí, cabe la aseveración: no todo movimiento social liderado por mujeres tiene la connotación de género, en términos de su identidad y autonomía. Ese perfil (en cuanto a reivindicar la identidad de género, en plena autonomía que permita la interacción, sin perder su referente), se adquiere en
  • 29. 29 razón a un agregado conciente. Acceder al mismo supone, entonces, la presencia de elementos de análisis y reflexión, por medio de los cuales es posible establecer la separación pertinente. Algo así como entender el proceso que compromete a las mujeres en su condición de género, como resultado de una sumatoria compleja de agregados conceptuales, adquiridos a partir de de una abstracción relativa con respecto a la experiencia inmediata; de tal manera que permiten una elaboración que trasciende a la motivación originaria y se convierten en soporte para proponer y realizar opciones de mayor profundidad, transformadoras. Esto supone rupturas con esquemas y paradigmas. De lo que se trata, en consecuencia, es entender y contextualizar la participación. No toda participación, individual y colectiva, origina insumos para modificar procesos, o escenarios, o realidades transitorias asumidas como válidas. La transformación es una opción que requiere de calidades especiales en el liderazgo y definición de objetivos. Requiere asumirse como sujeto individual y/o colectivo, a partir de cierto ejercicio de abstracción que permita el análisis y construcción de alternativas; en una lectura clara del entorno, de los objetivos propuestos y de los condicionantes. Plan de Global Desarrollo de la Universidad Nacional de Colombia 2004-2006 y los Servicios de Extensión (Caso: Museo Entomológico Facultad de Agronomía – Sede Bogotá) Presentación: La versión preliminar del Proyecto de Plan Global de Desarrollo, supone la expresión de una opción de universidad pública, en la cual emerge como soporte la visión estratégica susceptible de concreción y de mediciones en cuanto a la gestión con calidad; a partir de establecer insumos que permitan hacerlo. Además de responder a exigencias precisas
  • 30. 30 en cuanto al posicionamiento requerido por un entorno, cada vez más exigente y en unas condiciones en las cuales el País y la Nación, requieren respuestas efectivas por parte de estas instituciones; sin que esto implique la distorsión del entendido básico de su rol en términos de sus postulados sociales, de cobertura y de referente para la Nación. Debe ser entendido, además, como bitácora que reivindica la autonomía universitaria y el derecho a la permanencia de la universidad pública, en condiciones que le permitan enfrentar los retos derivados a partir de ahí. Esto supone la confrontación a las pretensiones reduccionistas, por parte de los sucesivos gobiernos, fundamentados en la opción neoliberal. En la anterior precisión está inmerso un elemento metodológico de diferenciación respecto al Plan Global de Desarrollo 1999-2003. Esto es lógico, habida cuenta de que expresan dos escuelas de pensamiento disímiles; comoquiera que construyen análisis y propuestas no coincidentes; al menos en lo que hace referencia a los instrumentos diseñados para la gestión universitaria y en la implementación de factores asociados a la misma, que permiten abocar aspectos derivados de la dinámica que adquiere, en este tiempo, el desarrollo de la educación superior en Colombia y a nivel internacional. Ahora bien, una propuesta como esta, implica la adopción de modificaciones trascendentales en lo que corresponde a la administración propiamente dicha; como también en los instrumentos normativos necesarios, incluidos aquellos que hacen referencia a la fijación del horizonte académico, con los énfasis ya insinuados en el documento presentado por el profesor Marco Palacios en 2003, a propósito de la reflexión inherente a Claustros y Colegiaturas. Se expresa, en consecuencia, una visión de universidad pública anclada en la necesidad de realizar transformaciones; tanto en lo que hace referencia a su misión, como también en cuanto al diseño e implementación de instrumentos pertinentes para efectuar el seguimiento y medición de los programas y acciones asociados a las estrategias propuestas. Esto supone , en otras palabras, establecer una metodología centrada en recursos conceptuales y técnicos para desarrollar la administración de las universidades públicas como empresas; sin que implique la vulneración de su razón de ser como instituciones que deben garantizar la consecución de objetivos de beneficio social, fundamentalmente en lo concerniente a facilitar el acceso a la educación superior por parte de los sectores de bajos recursos; así como el desarrollo de la investigación y la extensión para el servicio de la Nación y el País. Para el caso específico de la Universidad Nacional de Colombia, la propuesta de Plan Global de Desarrollo 2004-2006, desarrolla los principios estblecidos en el Decreto Extraordinario 1210 de 1993; de tal manera que debe ser analizado y entendido en ese contexto normativo y como agregado conceptual y práctico que extiende y profundiza las realizaciones alcanzadas en el pasado, introduciendo elementos indispensables para enfrentar los retos que imponen el avance de la ciencia, la tecnología, los procesos de internacionalización, la conceción del proceso de acreditación y aseguramiento de la calidad; as como los derivados de las exigencias gubernamentales en términos de la financiación. En lo que corresponde a los servicios de extensión, el Plan Global de Desarrollo 2004-2006, introduce nuevas variables que convocan a la realización de modificaciones. Tanto en lo que respecta al soporte conceptual de los mismos; como también en lo relacionado con la definición de prioridades en el contexto del concepto de servicio al País y a la Nación en áreas de la investigación y de sus aplicaciones efectivas de beneficio para las comunidades. Esto involucra, al mismo tiempo, una redefinición de los términos de intercambio e interacción entre las universidades adscritas al Sistema Universitario Estatal (SUE).
  • 31. 31 INSTITUCIÓN EDUCATIVA GENERAL SANTANDER Ensayo Curso: 1005 Área: español Profesora: Flor Marina Piñeros Alumno: Adrián Javier Rivas Tema: Análisis del texto “¿Evangelización o conquista espiritual”? escrita por: Fernando González, S.J. y Martha Gregory. 1. Idea central del Texto. El autor y autora del texto, nos presentan una visión acerca del contexto social, religioso y político de España. Particularmente en lo que respecta a los reinos de Castilla y Aragón. Para lograrlo, efectúan un recorrido preciso en torno a las condiciones en que se desenvolvía España a finales de siglo XV. En mi opinión, la importancia básica del texto, tiene que ver con la objetividad y el equilibrio expresado, al momento de valorar y analizar el nexo entre el poder de los reyes y el poder de la Iglesia Católica. Es relevante, a manera de ejemplo, destacar la didáctica utilizada para hacer una relación histórica del contexto social, político y religioso en que se realizó la unificación de los reinos de Castilla y Aragón y el liderazgo alcanzado por el reino de Castilla en ese proceso. El autor y la autora, nos sitúan en posibilidad de entender el soporte conceptual-religioso de la Iglesia Católica durante el siglo XV; como desarrollo y acumulado de los conceptos prevalecientes en los siglos anteriores. Conviene destacar, asimismo, el paralelo presentado, entre los l conceptos de religiosidad, creencias, derechos y deberes vigentes hoy y esos mismos conceptos en el siglo XV. Más importante aún es la manera como explican esa evolución conceptual: como logros alcanzados por la vía de la lucha de la humanidad por lograr la tolerancia, la convivencia dentro de la de la diversidad y el respeto por una idea de civilización centrada en esos valores y principios. Producto de ese método utilizado para explicar los hechos, los conceptos y los ideales vigentes en la España del siglo XV (además del nexo entre el poder político y religioso; los cuales confluyen en una especie de unidad necesaria permitida y aceptada por Dios); es la manera limpia y ética con la cual nos acercan al conocimiento del rol asumido por la Corona, durante el proceso de colonización de América. No solo porque nos ilustran en torno a la imposición de esos conceptos y valores, por parte de los conquistadores; sino también porque nos presentan una visión no lineal del proceso. Es, particularmente importante y esclarecedora, la relación de las diferentes opciones asumidas por los dominicos, los jesuitas y los franciscanos. 2. Ideas secundarias. 2.1 La noción de naturaleza y del universo El recorrido efectuado por el autor y la autora del texto, nos permite entender algunos aspectos relacionados con la noción vigente en el siglo XV, en torno a la naturaleza y al universo. Por ejemplo: la manera como el imaginario de reyes, jerarcas católicos, conquistadores y súbditos en general, adjudica al territorio descubierto y a sus habitantes, un rol limitado por ese mismo imaginario. Esto es significativo, por cuanto expresa la incapacidad para asumir una visión integral en la cual tenga cabida la diversidad. No como una simple derivación del supuesto
  • 32. 32 poder otorgado por Dios a los “civilizado”, con respeto a los “bárbaros”; sino como un componente dinámico del concepto de cultura y del mundo físico asociado a la misma. 2.2 El concepto de antropología y lingüística. Unido a lo anterior, el sacerdote jesuita Fernando González y Martha Gregory, nos ubican en un contexto cultural vinculado con el desarrollo de universidad y, colateral a esto, de antropología y lingüística. La alusión, por ejemplo, a Erasmo de Rótterdam, a Cisneros y a Tomás Moro; adquiere un significado importante, en tanto que nos permite una oportunidad para profundizar (como reto teórico) en estos aspectos. 2.3. La tipología en sociología e historia. Precisamente, por cuanto el autor y la autora, presentan un escenario de integralidad en la investigación realizada, emergen conceptos vinculados con la historia y la sociología. Particularmente en lo que respecta a la construcción de tipologías sociales e históricas, al momento de profundizar en el estudio de las sociedades aborígenes en América. Su diferenciación cultural, étnica y religiosa. 3. Objetivos Con arreglo a la idea principal y al nexo con las secundarias, considero que el sacerdote jesuita Fernando González y Martha Gregory, pretendieron los siguientes objetivos. 3.1 Objetivo general. Construir una opción ética, objetiva y humanista para entender el contexto social, religioso, político y económico vigente en España en el siglo XV; al momento de hincarse el proceso de colonización de América. Asimismo, una visión, derivada de lo anterior, acerca de las condiciones en que se impuso la noción de cultura (incluida la religión). a los habitantes originarios de América. 3.2 Objetivos específicos. 3.2.1 Presentar una opción, dentro del proceso de colonización, para interpretar la dinámica propia de las contradicciones entre quienes llegaron desde España. Contradicciones centradas en visiones y conceptos diferentes con respecto a su rol al momento de asumir la evangelización de los habitantes originarios de América. 3.2.2. Presentar algunas bases para entender la evolución del conocimiento antropológico y lingüístico de las etnias presente en América. 3.2.3. Otorgar insumos teóricos que ejerzan como referentes para profundizar en las investigaciones sociales, políticas y culturales sobre América y de las implicaciones de la conquista. 4. Conclusiones. Desde mi interpretación personal, el cerdote jesuita Fernando González y Martha Gregory, logran un texto que nos ilustra acerca de las vicisitudes relacio9nadas con el proceso de la conquista. Esta ilustración está soportada en una opción cultural ética y objetiva. Constituye un punto de partida para profundizar sobre nuestra historia.
  • 33. 33 Nota: transcribo apartes de entrevista constitiva del trabajo de grado ya reseñado de la señorita Silvia Rocío Hernández, para optar al titulo de trabajadora social, en la Universidad Nacional de Colombia, Sede Bogotá en el año 2005. IV. CONQUISTANDO LO PÚBLICO: RELACIÓN ENTRE LA PARTICIPACIÓN Y EL EMPODERAMIENTO FEMENINO Los procesos de participación social y política que realizadas por las educadoras comunitarias, vinculadas a la Fundación de Apoyo Comunitarios y a otros espacios de participación a nivel distrítal y nacional; ha sido el resultado de procesos de empoderamiento a nivel social y político. Esto les ha permitido lograr rupturas con respecto a la valoración que tenían de sí mismas; así como también de los roles en el hogar, sus familias, la sociedad y acerca del su ejercicio de ciudadanía. Este capitulo presenta un balance en torno a las motivaciones, los progresos y las limitaciones en ese proceso. 4.1. En lo Personal Para la totalidad de estas mujeres, participar en los jardines comunitarios, en organizaciones a nivel local y distrital, ha significado un proceso de auto- reconocimiento como sujetas de derechos y como actoras sociales. Esto, a su vez, les ha permitido fortalecerse, reivindicando nuevos roles a sí mismas como madres, esposas y trabajadoras. Además, especialmente, como grupo de mujeres que, a través de su quehacer como educadoras y líderes comunales, han tenido injerencia en la vida pública. En este contexto, es relevante transcribir la siguiente expresión: “Lo que hemos logrado dentro de los jardines, así como también en la comunidad; ha sido el resultado de un proceso de cambio. Primero a nivel personal, mediante la reflexión acerca de nuestras vidas: a través de resolver interrogantes acerca de cómo educar a nuestros (as) hijos e hijas; aprendimos a reconocer nuestros errores y nuestras fortalezas. A partir de ahí, hemos logrado modificar nuestras actitudes. De otra parte, en los grupos de trabajo, aprendimos a desarrollar nuestro liderazgo: Esto incluye el crecimiento político; lo que ha significado la transformación de nuestra condición de pobladoras pasivas, en ciudadanas concientes de derechos y responsabilidades...” Un logro importante, tal vez el mayor, en este proceso, tiene que ver con la adquisición y desarrollo de conceptos que les ha permitido desenvolver y profundizar en opciones vinculadas al ejercicio pleno como mujeres. Ha significado soñarse a si mismas. Realizarse como líderes comunales y como agentes para la interlocución válida en los ámbitos social y político. Ellas han dejado de lado el temor a expresar lo que piensan, han trasgredido la censura familiar y social por los que hacen y lo que han llegado a ser. Han aprendiendo a reconocerse como personas que tienen cosas que aportar en la transformación de su realidad familiar y comunitaria; asociado a todo esto a su
  • 34. 34 capacidad de de-construir, paulatinamente, patrones culturales frente a los roles que “deben” jugar mujeres y hombres en la sociedad. Veamos, al respecto, esta declaración: “Yo creo que el mayor aporte que nos ha otorgado el ser educadoras, es la oportunidad de aprender, de reconocer que la verdad no está escrita por ningún lado. Que las verdades se construyen de manera conjunta entre todos y todas. Reconocernos desde nuestros quehacer, ha sido una gran ventaja. Igualmente, el estar acá, es tener la posibilidad de mejorar en el trabajo en cada uno de los grupos. Estar acá, permite trasmitir y reproducir de manera conjunta cosas que uno aprende…. Son tantas las cosas que esta labor nos ha dejado, que yo no soy capaz de retroceder estos....” (Carmen Palacios) Los avances a nivel educativo, sumado a los intercambios de experiencias con otras mujeres, y a la interacción con organizaciones e instituciones; son insumos que han posibilitado ese proceso de empoderamiento personal y colectivo. Cuando la mayoría de estas mujeres iniciaron este proceso, tenían un nivel educativo que oscilaba entre la primaria o secundaria incompleta. Muchas de ellas, incluso, no sabían leer ni escribir. Actualmente la mayoría se encuentran realizando sus estudios en educación básica secundaria y/o profesional. Hoy la mayoría de estas mujeres, que en algún momento de sus vidas pensaron dejar de lado su proceso educativo y/o de capacitación ocupacional, por entrar a ejercer roles como la maternidad y/o el ser proveedoras económicas en sus hogares; han hecho el ejercicio de realizarse de manera distinta. ”.. Ser educadora comunitaria me ha permitido auto-formarme, y esa es la gran ventaja…reflexionarme y cambiar muchas cosas que tiene uno arraigadas frente a la vida. Es que uno en la casa no ve mas allá de sus narices, y ya en un proceso comunitario, uno ve la necesidad de investigar, de leer, de estudiar; la necesidad de superar muchos obstáculos frente al conocimiento. Hace un año terminé mi carrera, después de tantos años de estar trabajando en el jardín. Yo entré al jardín con la primaria, posteriormente terminé el bachillerato e hice mi carrera. Entonces, el ser educadora, me abrió muchas puertas para relacionarme, y para capacitacitarme .Por ejemplo, el trabajo que hicimos con ENDA y el GAP; me permitió conocer y dar a conocer nuevas fortalezas a nivel conceptual y metodológico, además de las experiencias en lo político, administrativo y pedagógico….” (Ana Mahecha, 45 años). La poca preparación conceptual, sin embargo, es un de los temores que la mayoría de las mujeres manifiestan tener al momento de participar en espacios comunitarios e institucionales diferentes a los jardines y/o en Fundac. Este temor remite a la no preparación para asumir cargos de responsabilidad y liderazgo en espacios distintos a los jardines y, como derivación, la idea de no poder responder a las funciones que les exige participar en organizaciones y frente a mesas de negociación institucionales. Veamos, al respecto, esta expresión: “… Mire a mi me pasa una cosa muy particular: yo participo en estos
  • 35. 35 espacios, pero muy temerosa. Hay espacios que me causan miedo y pánico y me paralizan. Pero yo me digo: ¡no, usted no puede apabullarse!.. Y continúo. Es un miedo que no me explico. Mi experiencia en la universidad me ha vuelto más estúpida, porque yo antes era mas despierta. Era más osada en mis críticas y en mis opiniones; era más guerrera. Pero sí, confieso que hay un temor que no está relacionado con el desconocimiento o la falta de experiencia y de conocimiento sobre las temas, Cuando a mí me dicen que hable en publico, no me gusta, eso. No me gusta estar robando show. Pero eso también responde a una cantidad de cosas con las que las mujeres venimos cargando frente a nuestro comportamiento en lo social. Yo reconozco eso. Aparte de reconocer el liderazgo que tenemos cada una; yo tengo un concepto de liderazgo vinculado con hacer cosas y no de estar encabezando posiciones…además no me interesa.”(Aydee Rodríguez) Lo económico constituye, de igual manera, un factor que supedita la participación de las educadoras en los procesos sociales y políticos. Con el agravante de ser una variable que cruza transversalmente ese ejercicio participativo y condiciona los aportes del mismo, en cada uno de los espacios en los que interactúan. Por lo tanto, participar en espacios distintos a los jardines para la mayoría de estas mujeres, supone asumir una serie de costos que no pueden asumir; en razón al escaso ingreso económico que tiene su labor en los jardines. Estos Costos se expresan en los siguientes términos: La participación supone, para la mayoría de estas mujeres, ausentarse de su lugar de trabajo y dejar a una persona como reemplazo en el jardín. Queda claro que no disponen de recursos para pagar esos reemplazos. Asimismo, al momento de efectuar acciones a nivel barrial y local para responder a las necesidades socialmente sentidas por las c omunidades con las que trabajan, en virtud de la reducción de los auxilios. De otra parte, para dar continuidad al proceso de educación profesional o técnico, la mayoría de las educadoras se enfrentan a la carencia de recursos económicos, sino cuentan con los beneficios de un patrocinio institucional. La poca preparación conceptual y el aspecto económico, como factores condicionante para el ejercicio participativo, han merecido por parte de las educadoras dos tipos de lectura; a partir de las cuales han definido, a su vez, dos posiciones frente a sus dinámicas de participación en lo social y político. Para un grupo de mujeres estos factores constituyen limitantes y actúan como variables que desmotivan su participación. Considerando más pertinente estar circunscrita solamente a los espacios que representan los jardines. Para un segundo grupo de mujeres, la poca preparación más s que constituir una limitante para sus participación; es asumida como motivación para establecer vinculación con espacios organizativo e institucionales,; en la intención de encontrar acompañamiento y asesoría para superar las debilidades. 4. 2 En las relaciones en el interior de la Familia A nivel familiar, para la mayoría de las educadoras comunitarias, desempeñarse
  • 36. 36 como tal y acceder a espacios de interacción con otras mujeres; no solamente les ha permitido reflexionar sobre su quehacer y sobre su posicionamiento político y social; sino que les ha conducido a hacer ejercicios de retrospección en torno a lo que han significado las relaciones con sus hijos, hijas y cónyuges. Esto ha conllevado a que, al interior de sus hogares, se efectúen transformaciones en torno a la redistribución de roles para cada uno de sus integrantes. del mismo. Este ejercicio de retrospección, les ha significado confrontaciones con sus esposos e hijos (as) y frente así mismas; a razón de las concepciones culturales que tanto estas mujeres como sus esposos tenían del “deber ser y hacer” de hombres y mujeres dentro y fuera del hogar. Para la totalidad de las educadoras comunitarias el ejercer trabajos comunitarios participativos, ha introducido rupturas paulatinas en las estructuras mentales que sustentan el dominio masculino -el machismo- como construcción cultural dominante en la que fueron socializados estos hombres y estas mujeres. Las mujeres entrevistadas han manifestado tres importantes avances en cuanto a la instauración de relaciones mas equitativas a nivel familiar: El primero se refiere a los cambios de valoración, generados en sus esposos e hijos (as) frente a las responsabilidades del hogar, la crianza de los hijos e hijas y frente a considerar las funciones domésticas como única forma de realización para las mujeres. Lo anterior ha permitido que, desde su grupo familiar, se haga un reconocimiento al trabajo de liderazgo barrial y político; como espacios de desarrollo personal para estas mujeres. “…Los espacios que he ganado en mi hogar, ha sido a punta de peleas en contra de las posiciones machistas que consideran que las mujeres debemos ser abnegadas y sujetas al hogar para atender al esposo...Ha sido un proceso difícil que él acepte que yo tengo derecho a ser lo que soy: distinta a la mujer sumisa y dedicada al hogar. El solo hecho que, de alguna manera, una como mujer logre un nivel educativo superior al del esposo, genera conflictos…. Aunque él ha aprendido a aceptar mucho de lo que yo hago. Ya no le pido permiso, sino que simplemente le informo lo que hago, para temerlo en cuenta y ya. El no dice ya nada…. Todo me lo he ganado a punta de peleas e incluso de demandas…. No se sí, hoy, él lo acepta por no pelear; o porque ha entendido lo que esto significa para mi. Lo importante es que me deja ser…” (Patricia Solórzano, 39 años) Un segundo avance, refiere a la introducción de cambios en los patrones de socialización de sus hijos e hijas, logrando inculcar en ellos(as) y sus cónyuges, una cultura de mayor equidad frente a la distribución de las responsabilidades en torno al cuidado del hogar y frente a la crianza de sus hijos e hijas. Y para las que son abuelas les han permitido incorporar en sus hijas e hijos nuevos patrones de crianza para sus nietos y nietas. Veamos dos expresiones al respecto: “… La mayor ventaja es que nos ayudó a liberarnos de esas cargas y de las responsabilidades de ser las únicas responsables del hogar. De ser las “soilas”, soy la que lava, la que plancha, la que cuida, la que arregla... y todo lo que hacíamos ni siguiera era reconocido como trabajo no reconocido económicamente. Yo por lo menos decía: menos mal que mi marido si trabaja porque yo no hago nada… Y después de las reflexiones que hemos podido hacer, nos dimos cuenta en muchas experiencias, que trabajábamos tres jornadas: como educadoras con el DABS, como mamás y como esposas... entonces aprendí a descargar algunas responsabilidades y a repartir funciones en el hogar, entre mis hijos y mi esposo. Pensé que iba a
  • 37. 37 ser difícil; pero no lo fue. Por el contrario, hoy me doy cuenta que incluso les hice un favor, al hacerlos más s independientes y autónomos. No puedo decir que soy la reina de la casa; pero si cada uno hace su partecita...” (Gertrudis Pérez, 59 años) “…Yo tengo dos hijitas y ellas han aprendido cosas de mí, que las irán desarrollando en el futuro. Porque aun están muy jóvenes. Creo que les he enseñado que las mujeres hacemos lo que queremos, lo que nos gusta, y creo que ellas no se van a dejar atropellar de nadie. Estoy segura que también les he dado herramientas para que ellas sean autónomas en sus decisiones y que se puedan defender en la vida, siempre respetándose y respetando a los(as)demás.... yo veo que la forma en que yo educo a mis hijas no es la misma forma en que me educaron a mi, y creo que eso esta bien. Porque las cosas son diferentes, las mujeres debemos actuar distinto a como actuaban nuestras mamás y abuelas... el mundo esta cambiado y las mujeres tenemos cosa que hacer y decir frente a estos cambios.....” (Carmen Palacios) Pese a las transformaciones que estas mujeres han instaurado paulatinamente al interior de sus familias, en torno a la distribución de las funciones de cuidado y sostenimiento del hogar. Los relatos de vida que soportan las entrevistas realizadas, aún evidencian que los procesos de proyección social que realizan hacia otros espacios externos a los jardines, continúan condicionados por la disponibilidad de tiempo que les queda después de realizar las funciones en el hogar, en el trabajo y en las actividades académicas (si se encuentra estudiando); dado que las mujeres continúan desempeñándose en una triple jornada. Desempeñarse de manera permanente como educadoras y como únicas responsables del cuidado y sostenimiento del hogar, para muchas de las mujeres entrevistadas, es expresado hoy, como la mayor limitación que encuentran para poder participar más activamente en espacios organizativos e inter-institucionales. Muchas de ellas no cuentan el apoyo familiar y/o del cónyuge para el cuidado de los niños(as) y el mantenimiento del hogar, mientras ellas asistan a dichos espacios los cuales, generalmente, extralimitan los horarios de la jornada laboral. “…Una de las mayores limitaciones ha sido las relaciones con los hijos y, especialmente, con el esposo. Muchas mujeres por atender a la capacitación, cuando llegan a la casa, el marido les tienen las maletas en la puerta. Muchas mujeres no pueden asistir a la capacitación los sábados, porque no tienen con quien dejar los (as) hijos (as).sobre todo cuando estos están pequeños; o porque si van, eso es para pelea con el marido. Es como le decía, por más equidad entre los géneros que uno hable, uno no se pueden quitar la responsabilidad del hogar. Aunque esto se ha ido mejorando y, por lo menos en los últimos años, han participado más mujeres que antes no asistían. Creo que eso es ya una gran ganancia, ante todo familiar…” (Gertrudis Pérez,) Un tercer avance logrado en las relaciones familiares de estas mujeres, lo ha constituido la posibilidad de contribuir a la provisión económica. Pues, si bien en sus inicios, el desempeño comunitario no fue remunerado, y esto generó descontento al interior de la familia; pues parecía una pérdida de tiempo. Hoy en día las mujeres reciben una bonificación por su trabajo en los jardines. Ser proveedoras económicas a nivel familiar les ha significado ser agentes de decisión dentro de la misma. Para las mujeres, estos ingresos ha significado, de una parte, un ejercicio de independencia económica; como fundamento para una independencia física y emocional. A su vez, dichos ingresos alternos mejoran la calidad de vida de los miembros de la familia y en muchos casos dan
  • 38. 38 estabilidad frente a condiciones de desempleo del cónyuge. “…Una de las cosas que le agradezco al hecho de ser educadora, es tener unos ingreso. Y es que antes, cuando yo estaba en la casa sin tener la forma como ganarme un peso; cuando mi marido legaba borracho era grosero y hasta llegaba a formarme pelea. Yo lo aguantaba y había aguantado mucho por la comida de mis hijos. Pero desde el día en que me dieron mi primer sueldito, yo me di cuenta que era capaz de conseguir un plato de comida para mis hijos y para mi, y pude dejar de lado tantas humillaciones y maltrato que el nos daba…”( Marta, 52 años) Mientras, para las mujeres, la obtención de ingresos ha sido un factor que las ha permitido empoderamiento dentro de sus familias; para muchos cónyuges, el aspecto económico se ha constituido en factor neurálgico de confrontación, si se considera que desde la concepción machista, los varones son los hacedores de lo público y las mujeres de los privado. Por lo tanto ellos “deben ser” los proveedores económicos y por tanto quienes mandan en la casa. “…Creo que las cosas se han complicado un poco en lo económico. Él por muchos años fue el proveedor económico del hogar. Pero, desde hace un tiempo para acá, yo soy la proveedora económica y empecé a ganar un poquito mas que él, y ahí empezaron los conflictos. Él es trabajador independiente y hay momentos en los que no tiene trabajo y yo cubro casi la totalidad de los gastos del hogar. Es ahí cuando a él le da cierta cosita… No es fácil que los hombres dependan económicamente de las esposas. Esperemos a ver hasta donde llegamos. Porque yo digo: ya son 26 años de convivencia, pero igualmente, siento que el tiempo dirá muchas cosas; pues hasta el momento él ha sido muy colaborador con nuestras tres hijas y el niño menor. Inclusive él es muy colaborador con el cuidado de nuestros dos nietos y una nieta…”.” (Aydee Rodríguez, 54 años) Si bien las mujeres se sienten orgullosas y satisfechas de ser las promotoras de estos cambios a nivel personal y familiar; para muchas de ellas estos sentimientos de satisfacción personal se encuentran entremezclados como sensaciones de luchas interiores. Al sentir que, como madres y esposas, han estado ausentes; que han desplazado el cuidado de sus hijos (as) por cuidar los (as) hijos (as) de otras personas. Sensaciones que se entrelazan con el deseo y la necesidad que, como mujeres, tienen de proyectarse a sí mismas y socialmente más allá de su funciones como madres y esposas. “....Es ese dolorcito y también un poco la presión que a una le genera confrontar las posiciones tan arraigadas que una tiene de lo que debe ser una madre… y ese deseo de estudiar, trabajar; de hacer cosas que siempre una ha querido hacer..... Es ese dolorcito y sentimiento de culpa que le genera a una, saber que no puede estar todo el tiempo con ellos (as) y que muchas de las cosas que les pasan son porque una no esta ahí con ellos y ellas, cuando más la necesitan. Esa es la dificultad que pudo haber generado el que yo este aquí de Lunes a Sábado como estoy.” ( Margoth, 53 años) Así como este ejercicio de inclusión participativa les ha representad, a estas mujeres, avances y confrontaciones en sus vidas personales y familiares. En los escenarios de las relaciones sociales establecidas en los jardines, barrios y localidades; ha significado, igualmente, un ejercicio en el que confluyen motivaciones, confrontaciones, limitaciones y sobre todo cambios en sus dinámicas.
  • 39. 39 4.3 En las relaciones dentro del Jardín y en el Barrio La interacción y el intercambio de experiencias que las educadoras han establecido desde su vinculación a los jardines, a Fundac y en otras instancias no gubernamentales y gubernamentales; les ha permitido acceder a elementos conceptuales y teóricos para mejorar la labor que realizan en los jardines y en las comunidades de influencia. A partir de ahí, han logrado una visión más integral. En la que confluyen la ética del cuidado como propuesta de inclusión social y el ejercicio participativo en espacios locales y distritales. Dinámica que, además de integrar el trabajo que estas mujeres desarrollan en los jardines como educadoras a un trabajo comunitario como lideres comunales, ha propiciado que los jardines se constituyan en espacios desde los que se otorga atención inmediata a las necesidades de los niños y niñas en términos de educación, nutrición y protección temporal. Además espacios de promoción y de acciones tendientes a mejorar, de manera integral, la calidad de vida de las comunidades. Haciendo de estas, experiencias políticas en las que confluyen la formación pedagógica y la proyección social, como criterios del quehacer de los jardines dentro las comunidades. Entre los aportes logrados vale la pena destacar los siguientes: - Promover y gestionar recursos y acciones para la satisfacción de necesidades socialmente identificadas (abastecimiento de centrales de acopio, construcción de mallas viales, legalización de barrios, construcción de equipamientos urbanos, construcción y creación de los jardines comunitarios, abastecimiento de servicios públicos básicos, implementación de programas sociales por parte de Estado, entre otros.). Des esta manera se han mejorado condiciones de vida para los grupos de población con los que trabajan desde el jardín; como a nivel de sus barrios.  Promover acciones de prevención y detección directa de factores de riesgo: ante la violencia intra- familiar y contra la población infantil; desnutrición y/o abandono en los niños y las niñas, adultos mayores, población femenina y discapacitada. Cumpliendo la función de ser diagnosticadotas e intermediadoras entre las necesidades sociales de las comunidades con las que trabajan y viven, y los programas se atención ofrecidos desde las instituciones del Distrito y el Estado. - Impulsar nuevos ejercicios de integración comunitaria. Incentivando en las comunidades su capacidad para gestionar y desarrollar acciones que contribuyan a mejorar la calidad de vida de las mismas; para lo cual desde los jardines se han implementando actividades de capacitación, educación formal y no formal para las poblaciones femenina, juvenil y discapacitada. Sumado a ejercicios de información y formación política para la comunidad en general. - Cumplir funciones de Veeduría ciudadana y política en relación a la toma de decisiones y la asignación presupuestal ejercida por las instancias territoriales; respecto a las políticas programas y proyectos que componen las políticas locales y distritales en materia social, económica, política y cultural Indagar por los aportes directos dados por este proceso, en materia de políticas sociales para el distrito, no es objetivo de esta investigación. Sin embargo, los ejercicios de participación realizados por las educadoras comunitarias, evidencian algunos aportes generales que han contribuido, y aun contribuyen, en lo que hoy es la política social en materia educación y
  • 40. 40 reconocimientos sociales, económicos y políticos del quehacer de los jardines comunitarios y las educadoras en el Distrito. Destacando: La labor realizada por los jardines y las organizaciones comunitarias que estos constituyen. Esto hace que la labor de las educadoras sea asumida en términos de ser agentes sociales que implementan y convalidan servicios de atención poblacional con los que se coadyuva a superar las debilidades de atención que presentan las políticas sociales, al momento su materialización en los ámbitos locales. Las accionas de los jardines y de las educadoras han liderados las dinámicas que han conllevado a la visibilización paulatina por parte del Estado, en torno a la necesidad de materializar dentro de la política de bienestar para primera infancia en el distrito, los derechos de las educadoras comunitarias que laboral en los programas DABS y ICBF a través de acciones que propendan por el bienestar de este grupos de población, como insumo para garantizar mejoras en los servicios prestados (vinculación a la seguridad social para las educadoras y para los niños(as) adscritos a las programas, cancelación de bonificaciones mensuales e implementación de programas de capacitación y profesionalización para las educadoras, dotación y mejoramiento de infraestructuras de las jardines comunitarios, definición de minutas alimentarías balanceadas, entre otras acciones ya materializadas). Los ejercicios de intermediación entre organizaciones comunitarias e instituciones estatales les ha permitido a estas mujeres, ganar espacios estatales a nivel nacional y distrital (Congreso de la República y Consejo de Bogotá) y liderar ejercicios de reflexión y de sensibilización en torno la necesidad de sumir una perspectiva de género e igualdad de oportunidades; como criterio central de todas las políticas, programas y proyectos del Estado y el Distrito. Para lo cual es necesario que en los planes de desarrollo se tenga en cuenta los intereses y las necesidades, tanto de las mujeres, como las de los hombres y que estos planes se orienten a favorecer una relación de mayor equidad entre ellas y ellos. Edificar nuevos patrones de relación entre las organizaciones comunitarias e instancias de la administración nacional y distrital. Posibilitando un reconocimiento progresivo por parte del Estado, a los aportes que las organizaciones comunitarias realizan en materia de atención a los grupos poblaciones en condición de vulnerabilidad. Y como agentes alternativos para formulación y ejecución de políticas sociales en las localidades y en el Distrito. . Particularmente en lo que hace referencia a la concertación, entre estas organizaciones comunitarias y las instancias gubernamentales, para la definición de acciones de protección y atención para la primera infancia. Veamos algunas expresiones que en términos de las educadoras, sintetizarían dichos avances: “Los aportes que hacemos en el jardín y dentro de la comunidad, es a una escala muy pequeña. Nos ha permitido formar a unos (as) niños y niñas e impulsar a unas mujeres, promover proyectos sociales y ambientales. Todas estas acciones son desde lo micro. Son formas de responder a las necesidades de la comunidad, y, tal como lo afirma De Suremain Maria Dominick sobre el trabajo comunitario de las mujeres, han resuelto problemas de orden doméstico a través de la participación social, lo cual ha cambiado su visión del mundo y de su rol social. En esta medida respondemos a algunas necesidades como el cuidado de los (as) niños (as), su alimentación, su formación, y a las necesidades de las mujeres de tener
  • 41. 41 un espacio y un tiempo para ser, hacer y soñar… Esta participación nos ha permitido salir a los espacios públicos y contribuir en el desarrollo local de esta manera. (..) Esta acción responde a unos ideales de sociedad, y a unos valores políticos como la solidaridad, y la voluntad de responder a unas relaciones equitativas y más democráticas en las localidades (...). En este sentido, nuestro aporte a lo local, es un aporte político que responde a una visión clara de lo que es el desarrollo para nosotras. La mayor incidencia que hemos podido ejercer, se establece desde la fortuna de estar vinculadas y articuladas como proceso comunitario, a los Consejos Locales y a la Comisión Distrítal de Casas Vecinales. Porque desde allí se han podido proponer muchas cosas para que el DABS las tenga en cuenta en la formulación de políticas de primera infancia y de mujeres para el Distrito. La otra es desde nuestra vinculación al trabajo por los derechos económicos, sociales y culturales- DESC. Esto nos ha permitido enlazar todo lo que se logra en la Comisión Distrítal y ponerlo en debate en el Consejo de Bogotá con algunos Concejales y tener ahí una palanquita para que el DABS replantee algunos aspectos de la relación Casa Vecinales DABS.... En materia de reconocimiento se ha logrado que el salario para las educadoras este muy cercano al salario mínimo. Se ha logrado la seguridad social y se ha logrado cosas para la atención a los niños y a las niñas; como es lo de la minuta balanceada, arreglos locativos. Creemos que aun falta, pero si se han logrado cosas....” (Paulina Triviño) “…Nosotras, las mujeres de los sectores populares, hemos tejido la critica y hemos impulsado muchos de los procesos de este país que ahora son políticas del Estado. Hemos tejido redes y, a partir del trabajo voluntario que hacemos y que hemos hecho, se han logrado respuestas de amortiguación ante las carencias que presenta el andamiaje estatal. Y, en esa medida, hemos construido ciudadanía. Hemos construido la misma paz. Créame que, de no ser por nuestros jardines, cuántos niños y niñas en estos últimos treinta años se hubieran quedado sin lugares de protección y sin un proceso preparatorio a lo educativo y, muy seguramente, los programas de educación inicial para los sectores populares no serian en este momento parte integral de la politica social de Estado. Porque el Estado no hace nada por buena gente y por equitativo; sino que cada cosa que se ha hecho en lo social es producto de una lucha, ¿si o no? Porque el Estado siempre ha estado en la contradicción que, en vez de proveer cosas para mejorar la calidad de vida, es un Estado que implementa cosas absurdas que no tienen razón de ser. Y frente a las que, la mayoría de las veces, los sectores populares, y entre esos las mujeres, desde nuestros procesos, entramos a redefinir.” (Aydee Rodríguez, 54 años) Sin minimizar los logros obtenidos; es relevante señalar algunos aspectos relacionados con las desmotivaciones y limitaciones que han actuado como factores intrínsecos en los procesos de participación y en los niveles de intervención que han logrando las educadoras en estos espacios. Tal y como se expresó en el anterior capitulo; los niveles de intervención que las mujeres desarrollan en los espacios organizativos e institucionales están en directa proporcionalidad con las significaciones que estas asignan a su participación; así como a la interacción con factores que actúan como potencializadores u obstáculos al momento de valorar los alcances en la intervención de las mujeres asociadas a Fundac. En el caso particular de la intervención de las educadoras en espacios
  • 42. 42 consultivos y de representatividad de carácter estatal; Para la mayoría, este ejercicio ha significado lecturas cargadas de factores desmotivadores y de limitación; al momento de resumir su participación dentro de los mismos. Las lecturas se han establecido en términos de:  La poca claridad conceptual que, según ellas, tiene la mayoría de organizaciones e instituciones que intervienen en los espacios de participación ciudadana. Desconocimiento conceptual frente a los tipos participación, los mecanismos en que se ejerce; hasta la poca claridad frente a las temáticas en las que se ha de participar como organizaciones de la sociedad civil y como instituciones estatales.  La falta de compromiso que manifiestan tener algunas de las instancias estatales y algunos actores que participan en determinados espacios de concertación y negociación. Frente a la ejecución de los programa. Siendo este un aspecto que permite considerar que la participación en estos escenarios puede llegar a ser desmotivadora y de desgaste y, en ocasiones, carente de sentido. La tendencia a delegar, en grupos minoritarios de personas, las funciones de representación y toma de decisiones. Pero, al momento de respaldar las mismas, se presentan de igual manera ausencia de compromiso por parte de la mayoría de los (as) actores (as) sociales implicados (as). Ha de asumirse este condicionante, como efecto de la poca claridad que tienen quienes participan en torno a los procesos ante el Estado y frente a otras organizaciones. La evidente manipulación que establecen algunas personas e instancias en estos espacios; impide que se de priorioridad real a las necesidades de la población a nivel local y distrítal. Esto obstaculiza los procesos de participación e impide que correspondan a visiones más amplias y que trasciendan las particularidades de grupos y organizaciones y se instauren en construcciones colectivas en procura de lo fortalecer público. El poco reconocimiento que se da, desde algunas instituciones, a los procesos que las educadoras han liderado desde sus organizaciones comunitarias; ha causado que las educadoras consideren de poca importancia participar, sino ha de tenerse en cuenta el acumulado de experiencias y de conocimientos de las organizaciones comunitarias; momento de la formulación de las políticas sociales para atención a la población. Las actitudes discriminatorias que tienen algunos funcionarios institucionales u organizaciones, en relación con las educadoras comunitarias, al momento de establecer procesos de negociación y concertación de acciones y decisiones. Como agregado a los factores mencionados, están las lecturas que establecen las educadoras, en términos de su propia participación dentro de los espacios de represtación del Estado. Expresando, a manera de ejemplo, que los ejercicios de representatividad políticas dentro del Estado han merecido la apatía por parte de la mayoría de las educadoras comunitarias. Es se traduce en: La poca motivación a nivel personal que les merece “Figurar políticamente” en
  • 43. 43 estos espacios. La desmotivación que les genera la confrontación de intereses que median estas dinámicas. Considerando estos espacios como escenarios muy limitados para el ejercicio del trabajo social y comunitario como tal. El considerar los ejercicios de representación política un poco al margen de los trabajos y los intereses que ellas como educadoras comunitarias y lideres comunales. La desmotivación que genera delegación de funciones de representación y toma de decisiones en un grupo minoritario de educadoras, Pero al momento de convalidar las mismas se presenta, igualmente, ausencia de compromiso. Los intereses y necesidades liderados por las cuotas representativas a nivel poblacional, tienen poca relevancia en las decisiones y la materialización de acciones que se establecen por parte de instituciones del Estado. Lo anterior, en razón al agregado de intereses que cargan los actores sociales y las instituciones del Estado, locales y distritales, en estos espacios. Por lo expuesto, la mayoría de las educadoras priorizan más la participación que pueden ejercer en los espacios comunitarios y barriales, que la su inserción en aquellos espacios derivados de la institucionalidad del Estado. Veamos dos expresiones que ilustran: “He estado en las mesas de los Encuentros Ciudadanos, y yo siento que falta mucha capacitación para la ciudadanía en general; para comprender el significado de estos Encuentros. Falta conocimiento sobre aspectos como es el POT- Plan de Ordenamiento Territorial, sobre los planes de desarrollo distrítal y los planes de locales y de las UPZ. Para entender lo general y por lo tanto, lo particular. Igualmente falta un conocimiento sobre la normatividad y los términos en que se define la participación de la ciudadanía en estos espacios, como los Encuentros Ciudadanos. Para que la gente participe con mayor conocimiento en estos espacios, sobretodo si se tiene en cuenta que la participación en los mismos, está cargo de personas que representan organizaciones con intereses colectivos. Entonces, falta información y orientación sobre como se participa…. Otro aspecto importante es que , siempre , el resultado de estos encuentros dejan la sensación que muchos de los consolidados, las actas y las prioridades que se establecen en los encuentros, son poco tenidos en cuenta por las instancias que toman las decisiones en los espacios locales y distritales,… y esto responde a los intereses y a lo que se considera que es lo importante para los que toman las decisiones……” (Paulina Triviño) “…En las Juntas de Acción Comunal, he mirado un poco cómo son esos espacios. Cómo se manejan las cosas, cómo llega la gente. Una se da cuenta que hay gente que no sabe a que van a esos espacios. Y se da cuenta que hay gente que llega muy preparada Una analiza y una aprende... Pero también si una se mete a trabajar en serio allá ,es para puras
  • 44. 44 peleas, y si una esta es para que a uno la critiquen, para que la maltraten y ¿yo no se para qué una se puede meter allá?. Yo no se, si es así en todas partes. Pero es que son muy machistas. Son tan machistas que para lo único que a una lo buscan es para ver si una quiere ser la secretaria. Es así que, por más capaz que una sea, nunca la postulan para presidenta sino para secretaria Yo no voy con eso, que si uno da un aporte le dicen si, si si,.. Pero terminan haciendo lo que dice el borracho del presidente de la Junta. Entonces yo no me meto allá yo prefiero hacer un trabajo de fiscalización, de mirar, de analizar, de estar pendiente de lo de las planchas. Me inscribí en una plancha, pero le ruego a Dios de que no salga, porque ¿para qué?….” (Margoth, 53 años) “Encuentro que aun en espacios como la Comisión Local y Distrital de Casas Vecinales, se tienen falencias. Faltan, entre nosotras, mujeres que tengan claridad acerca de lo que se hace se hace en estos espacios… Y eso también genera un poco de limitaciones. Porque las mujeres no asumen la responsabilidad de desarrollar procesos como que tengan que ver con reivindicar nuestra labor. Y eso me deja el interrogante ¿qué hace que mis compañeras continúen delegando su responsabilidad es estos espacios?. Y creo que es la falta de conocimientos y falta de capacidad conceptual y operativa lo que influye al momento de no ser tenidas en cuenta y esto, a su vez, se verá reflejado en la calidad de la educación que impartimos en los hogares infantiles…” (Fanny, 34 años). Grupos de discusión, al interior de Fundac, han logrado establecer que para la mayoría de las mujeres vinculadas a esta Fundación, la falta de tiempo, de dinero, de capacitación y el temor para enfrentarse a la confrontación de intereses que se evidencian en estos espacios; son aspectos que de alguna manera justifican el desinterés que manifiestan estas mujeres para participar en espacios de injerencia social. El que las mujeres escuden su desinterés para participar en los espacios de injerencia social, debe considerarse como hecho completamente coherente; habida cuenta de los cambios que éstas están experimentado en sus procesos de inclusión y empoderamiento individual y colectivo. Sí se tiene en cuenta que este es un procesos lento y condicionado a las dinámica de transformación que estas mujeres han establecidos frente a si mismas y frente a los roles sociales que han desempeñado, de manera cotidiana, al interior de sus familias, en el barrios, en los jardines. etc. Veamos expresiones en este sentido: “….Creo que también otra limitación, como mujeres, la ponemos a nosotras mismas, y que justificamos desde nuestra función como madres, esposas y por nuestros compromisos con el jardín. Nos apalancamos ahí, nos parapetamos en esas razones, a veces sin razón justificada. Eso se ve desde Fundac. Por ejemplo: ahorita estamos en recesión económica. Pero cuando no la había, abríamos convocatorias para capacitación costeada por Fundac y muy pocas personas aprovechaban ese incentivo para la participación. Y, generalmente, son las mismas personas. Pero no hay que desconocer que la carga laboral que se tiene, inciden mucho en la desmotivación para la participación. No tenemos la misma capacidad de asumir
  • 45. 45 las cosas de la misma manera y con la misma velocidad. Hay mujeres que no pueden hacer dos o tres cosas a la vez. Porque no tienen la capacidad para hacerlo, o que los intereses de las mujeres no son iguales y hay mujeres que ciertos temas no les interesan no le gustan. Pero pocas mujeres tienen la capacidad de reconocer dichas cosas y se parapetan en su función de madres. Yo soy de las que digo es que no quiero ir, cuando no quiero o tengo pereza y ya… (Carmen Palacios). “Las educadoras nos encontramos, desde nuestro trabajo, muchísimas cosas ya siendo adultas. Fuera de tener hijos y ser esposas, decidimos hacer un trabajo comunitario. Decidimos estudiar; entonces muchas están validando su bachillerato, otras están en la universidad. Aparte están desarrollados unos procesos de capacitación informal, como son todos los talleres seminarios y charlas a las que asisten desde Fundac. Entonces en realidad, no les queda tiempo. Y si a eso se suma que no todas tienen la habilidad de ser mujeres orquesta; que hagan dos tres cosas al mismo tiempo, ese es un elemento de análisis al momento de mirar los procesos participativos. Otra cosa que ha de tenerse en cuenta, ya que estamos en confianza, y que se ha tenido en cuenta y de lo cual también desde la Escuela de liderezas: somos conscientes de que, por más proceso que llevemos, aun tenemos arraigada esa coerción que hemos tenido para participar. A las mujeres no nos educaron para participar, donde la toma de dec isiones que tiene que ver con el poder, esa toma de decisiones. Esto ha sido del predominio de los hombres, y donde las mujeres como lo dice Lilia Barreiro, somos la recién llegadas a esos espac ios. Pese a que se pudiera pensar , que los escenarios de participación están ya dispuesto, nos encontramos que aun hay recriminaciones, exclusiones y que aun están presente estos miedos, esos temores que históricamente nos han inculcado a las mujeres para la participación y para la misma toma de decisiones; desde nuestras casa hasta las de carácter político….” (Aydee Rodríguez, 54 años) A manera de síntesis y, de conformidad al recorrido efectuado en este capitulo, se establece que el mayor avance logrado por las educadoras desde su ejercicio participativo; ha sido el hacer visible, las voces la creatividad, los cuerpos, las manos, las ideas, las apuestas, las preguntas y los sufrimientos, de aproximadamente 300 mujeres de todas las latitudes la ciudad. Esto, a su vez, ha actuado como insumo para incentivar nuevas dinámicas en lo social y político. Procesos mediante los cuales ellas revierten en sus comunidades y en otras mujeres, la necesidad de tomar posición frente a unas condiciones sociales, económicas, culturales y políticas que demandan ser transformadas. Reconocimiento “contextualizado” de sus condiciones y posicionamiento histórico, en lo social, económico, político y cultural; que han incentivado en las comunidades la toma de control de sus propias vidas. Fijar sus propias expectativas. Ganar la capacidad técnica y la confianza en si mismas como grupos de base. Formulando sus propias soluciones ante las situaciones problemáticas individuales y colectivas. Y permitiendo que se desarrollen sus individuos como personas autosuficientes. Adquiriendo voz que les permita superar las desigualdades en sus hogares, en sus lugares de trabajo y en la comunidad en la que residen. Ejercicio que ha permitido introducir cambios en las creencias y actitudes que mantienen la desigualdad y la discriminación hacia la mujer, las/os niñas/os, los adultos mayores. A nivel familiar y social. Generando cambios de actitud al interior del hogar, el trabajo, en la comunidad y en las instituciones nacionales, internacionales y locales. Vinculándolas a un proceso de confrontación, reflexión y de transformación.