1. Trabajo 1
Situación actual de los desordenes por deficiencia del yodo
Autor: Blanca Terry Berro 28 de diciembre del 2007 – 19 de julio del 2008
La deficiencia del yodo es uno de los problemas de salud pública actual, que se caracteriza por
padecerse principalmente en mujeres embarazadas y neonatos. Es considerado uno de los
fenómenos naturales permanentes y ampliamente extendidos en la corteza terrestre, las áreas
donde más se manifiestan son el Pacifico Occidental con un total de 27,2% y el Sudeste Asiático
con 35,9% de Riesgo de Trastornó por Deficiencia del Yodo (DTY).
Los mayores efectos de esta deficiencia son el retraso mental, el hipotiroidismo, el bocio, entre
otros. Esta enfermedad se debe al incumplimiento de lo requerido del nutriente y esto hace que la
síntesis de las glándulas tiroidea sea incompleta.
Nota:
El objetivo de este trabajo es proporcionar información a los profesionales de la salud en relación
con esta problemática, a partir de la revisión actualizada de la literatura nacional e internacional,
con énfasis en la magnitud y severidad de la deficiencia de yodo, repercusión a la salud, situación
mundial y nacional.
Trabajo 2
Problemática de la deficiencia de yodo durante la gestación
Autor:Luis DR, Aller R, Izaola O. Problemática de la deficiencia de yodo durante la gestación.
AnMed Interna (Madrid) 2005; 22: 445-448.
El yodo es un micronutriente esencial para el cuerpo, que debe administrarse regularmente a
través de la alimentación. Su función es intervenir en la síntesis de hormonas tiroideas. Las
hormonas tiroideas intervienen en los procesos de desarrollo cerebral, del crecimiento y en la
regulación del metabolismo. El déficit de yodo no solo se relaciona con el bocio, el problema es
mucho más amplio, generando lo que se denomina -trastornos causados por deficiencia de yodo-
(TYD), como son el aumento de mortalidad neonatal, defectos de audición y disminución de la
capacidad intelectual y del crecimiento, aumento del número de abortos, anomalías congénitas
con daño neuromotor permanente.
Nota:
La yodo deficiencia es un problema real en Europa y más concretamente en España. No existe un
Plan Nacional para la erradicación de los Trastornos por Deficiencia de Yodo, ni una legislación que
regule el consumo de sal yodada a nivel nacional, solo las normas para yodar la sal.
Un grupo de alto riesgo son las mujeres gestantes, el déficit en el primer trimestre se traduce en
alteraciones psicomotrices del recién nacido.
2. Trabajo 3
ImplicacionesclinicoterapéuticasdeladeficienciadeyodoenEspaña
Autor:DÍAZ-CADÓRNIGA, FJ; DELGADO-ÁLVAREZ, E2006;53:101-12. - vol.53 núm 02
El yodo es un nutriente imprescindible para el organismo humano (esencial para la formación de
las hormonas tiroideas), cuya principal fuente de abastecimiento son los pescados de mar y los
mariscos; se precisa una ingesta diaria mínima de 100 mg en la primera infancia, 120 hasta la
pubertad, 150 en la edad adulta y no menos de 250 durante el embarazo y la lactancia. Hoy día, la
Organización Mundial de la Salud estima en más de 2.200 millones de personas en riesgo por
habitar en áreas yododeficientes, entre las que se incluye una gran parte de Europa. En España, los
estudios realizados confirman también este déficit, que es leve en la población escolar de todas las
comunidades autónomas estudiadas, salvo en Asturias, donde el programa de profilaxis con sal
yodada iniciado en 1983 ha mostrado tener eficacia. Las gestantes, sin embargo, son el segmento
de población más vulnerable, y presentan una marcada deficiencia, que se manifiesta también en
los recién nacidos, demostrada por los valores de tirotropina (TSH).
Nota:
Como conclusión es importante agregar que el yodo es un elemento esencial para la formación de
las hormonas tiroideas, que son indispensables para el hombre y animales. Este nutriente
imprescindible tiene un ciclo en la naturaleza regular, cuyo principal depósito son los océanos y los
animales marinos. La ingesta diaria necesaria no está absolutamente definida, aunque se estima
en, al menos, 90 µg desde el nacimiento hasta los 6 años, 120 hasta la pubertad, 150 para los
adultos y no menos de 230-260 µg durante el embarazo y la lactancia, aunque recientemente las
ingestas dietéticas recomendadas (recomendeddietaryintakes [RDI]) han modificado al alza estas
cifras.