Dios comenzó una buena obra en nosotros y la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. Dios produce tanto el querer como el hacer en nosotros de acuerdo a su buena voluntad, no por las obras sino por la fe en Cristo Jesús. Las Escrituras citadas enseñan que Dios es quien lleva a cabo la obra buena en nosotros, no por medio de las obras sino por la fe.