Ezequías enfermó gravemente y el profeta Isaías le dijo que pondría su casa en orden porque moriría. Ezequías oró fervientemente a Dios, recordándole su lealtad. Dios escuchó la oración de Ezequías y le dijo a Isaías que sanaría a Ezequías, agregando 15 años más a su vida y protegiendo la ciudad de manos del rey de Asiria.