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UN SONETO NO ES UN CULO INQUIETO
GASTÓN MATUTE
De una musa y un poeta un buen poema.
Este libro de Sonetos próximo a salir, no tiene más impedimento que lo que
dure mi inspiración y por si esta me faltara, el trabajo que me tomara
terminar unos cientos. A cien quiero llegar, a paso firme. Dudé del título,
¿Qué dirían las madres? ¿Qué horror, mucho más indignación pondría mi
vecina al leer la palabra culo? Debo reconocerlo, al final de cuentas, solo
presto atención a lo que me horroriza, y me dio pudor y pensé que iba a ser
de mal gusto. A mí me sonaba mal, ¿Poner la palabra culo? Pero como el
verso fue tan fuerte, y sugestivo, no podía decirse de otra manera. En este
caso, lo dejé, y por su esto fuera poco, lo usé de título para mis cien
sonetos. Cien Sonetos, porque cien fueron de amor, los de Neruda, cien los
de Shakespeare, y cien los del maestro Sabina. Yo no podía hacer menos, y
tampoco escribir ciento uno, no quiero pasarme de listo. Aunque a uno lo
tilden a veces de rebelde, tiene sus límites, y oye de vez en cuando las
normas, o se acomoda a las costumbres, y si cien estuvo bien para estos
poetas, para mí también. Siéntense a leer, recuéstense a soñar, gocen los
ojos, apláudanlo de pie, no tardaran en llegar los sonetos de: Un soneto no
es un culo inquieto.
No voy a decirle más nada. Arruinaría todo el encanto. Léalas.
INTRO
1. ¡No se puede escribir de otra manera!
¡No se puede escribir de otra manera!
Me dije cuando escribí por vez primera.
Que fue ayer, y casi se me olvida,
De escribirte un verso de bienvenida.
De que ya está por llegar la primavera,
El candil de tus pasiones candeleras.
Bien mordida quedo la manzana prohibida,
Más de cien sonetos que dé, de por vida.
De que me corre un verso por mis venas,
De que en mis cielos una tormenta truena,
Con el relámpago eterno de la poesía.
De que en mis séptimos desvelos suena,
Un lobo estepario suelto sin cadena,
Que aclaro mis mil y una noches en un día.
UN SONETO NO ES UN CULO INQUIETO.
2.
Ojalá a la Real Academia Española,
No se le ocurra veranear en mi playa.
Naufragarán en tormentas y una ola,
Más que llegar, se pasa de la raya.
Mejor como el prudente que se calla,
Al no poder terminar de leer mi poema.
Y al verme venir, construye una muralla,
Y a las puertas del infierno los quema.
No me sentaré en el .G de sus aposentos,
Me espera la silla M entre almohadas.
La H que era muda, se ríe acojonada.
La Z al final, que no quería saber nada,
Todas bailan al compás de mis pavadas.
S o C, no usaré sus reglas como tormento.
3.
¿Un soneto no es un culo inquieto?
¡Vaya título! Me dijo con sorna Cervantina,
Yo le dije: ¡Eso pensará tu madre!
Ya habrá perro que los ladre.
Un soneto no es un rulo repleto,
Ni de hebillas de mujer ni gomina.
Aunque huérfanos de versos tienen Padre
Literarios, son Quevedo y un tal Sabina.
No llega a canción por falta de estribillo,
Es de pensamiento corto, como sonetillo,
Suenan a oropel y lleva falsos ribetes.
Fieles a mi pluma, este poeta le pone, verete,
Los cuernos a la literatura como diablillo,
Veras como los lleva tu hija en el bolsillo.
4. Un soneto no es un boleto.
Un soneto no es un boleto,
De viaje chapter a otro planeta.
Ni un secreto a voces en cuartetos,
Ni las penas y glorias de un poeta.
No sale con las musas a la caza,
No usa los versos de sonajero,
No cuenta las perdices de lo que le pasa,
No tiene besos, pero te besan primero.
Es tan solo dos cuartetos y dos tercetos,
No chorrea por los poros poesía,
No es un tratado absurdo de melancolía.
No es un contrato con la fantasía,
Es un rato de inspiración ni bien aclara el día,
No hace tratos con la pasma ni la cofradía.
5. Un soneto no es un amuleto.
Un soneto no es un amuleto,
Contra la enjundia de mis labios a toda hora.
Un libreto con aires de panfleto,
Que injuria los agravios de la aurora.
No es un suspiro en medio de la noche,
Escapa a toda definición de diccionario.
No alaba tus caderas ni reproches.
No intenta desojar el calendario.
No es un quejido en el desierto,
Un faro errante en los puertos,
No es un viento del sur que descabella.
No es un mensaje en una botella,
Desface entuertos y salva Doncellas,
No le cabe un verso que no sea cierto.
6. Un soneto no es ni batalla, ni reto.
Un soneto no es ni batalla, ni un reto,
Ni incita al antes ni el después.
No sé si vas a marcharte, mejor ahora,
No es una boca provocadora que te llama.
No es con las babas un dueto,
No se ve desde abajo ni del revés,
Se lee en un minuto pero dura horas,
Si lo relees otra vez te deja en llamas.
No corre aúpa de la lupa tras las huellas,
No es una tarde de verano de paseo,
Por los senderos ripios de un verso.
No es un tratado de amor que sella,
Con la tinta carmesí del deseo,
Tus labios bocaza con un beso.
7. Un soneto no es un lanzallamas.
Un soneto no es un lanzallamas,
No invita sueños de almohadas en camas.
No es una boquita de Satanás,
camuflada entre las llamas con Barrabás.
No se va sin mirar para atrás,
Por miedo a lamer una estatua de sal.
Ni viene ni va, no esconde un quinto As,
No va de langa, menos un ¿Qué tal?
No es un Rey envidando a una sota,
Ni una Reina reinando una baraja,
No son unos zapatos rojos tras tus ojos.
No baila con odaliscas, ni con mis pies una jota,
No sabe de lodos, no mezcla alfileres con paja,
Le da lo mismo el ciempiés que un gato cojo.
8. Un soneto es un poema más respirable.
Un soneto es un ozono más respirable,
Un barco en llamas por el deshiele.
Capea las tormentas menos inestables,
Amigable de los sables que salen de la tele.
Tiene 14 escalones y parece interminable,
Cuando se sube la torre de babel y entre papeles,
Hace a los versos ripiosos más transitables,
Y a los poetas escribir sobre las pieles.
Prefiere pecar de gallardía con osadía,
Es para los séptimos cielos un cable,
Susurra a tus oídos antes que el viento.
Tiene el tupe de no hacer entrar más poesía,
Y es a la puerta de los infiernos, retornable,
Es el Rey de los versos y los cuentos.
9. Un soneto es el rey de la poesía.
Un soneto es el rey de la poesía,
Dos cuartetos y dos tercetos es un castillo.
Que destrona un verso de melancolía,
Y un poeta recita por sus pasillos.
Reina con un séquito de fantasía,
Bufones, juglares y trovadores.
Chantajean con alegría a los días,
Y con mano de doncella sana tus dolores.
Sus caballeros a capa y espada,
Rápidos como consejeros tajean al viento,
Si trae noticias malas con la última estocada.
Sus dulces princesas de madrugada,
Prueban antes de que bebas todos los cuentos
De hadas para que sueñes entre almohadas.
10. Un soneto no se deja nada en los tinteros.
Un soneto no se deja nada en los tinteros,
No esconde nada entre líneas sinuosas,
Taché de un plumazo el recado del mensajero,
No es cuento de hadas ni canciones fabulosas.
No se me pasan los séptimos cielo por lo alto,
El día que fui de las musas el hijo predilecto,
Rifé por los pasillos de la academia el intelecto.
Me juré: ¡Mis versos seducirían al mundo entero!
Y volverían como aquel niño, hasta la isla de la Toja.
Y solo, como no sé nada, como dijo aquel sabio,
Escribí, sin oír retóricas, mal y como se me antoja.
Y garabateando por los márgenes de las hojas,
Rimas y versos en colaboración con tus labios,
Y de a besos dí la lección en tinta carmesí roja.
11. Un soneto no es un poema obsoleto.
Solo atenderé a razones caballerescas,
Y como soy dado a un espíritu Quijotesco,
Con vehemencia, haré que mi tinta obedezca,
A mi pluma, porque me lo merezco.
Un soneto no es un poema obsoleto,
Ni virtud que un buen poeta ha olvidado,
Ni va a decirte ¿Quiénes son estos?
Ni tendrá ese aire de verso descuidado.
Ni siquiera lo pensaré un momento,
En versos con voz cantarina de canción,
Atenderé a las historias que me invento.
Como suspiro de monja en convento,
Cuando da paso, el deseo a la pasión,
Escribiré sin más, ni tanto cuento.
12. Un soneto no es escupir bronca.
Un soneto no es escupir bronca
Sobre los monigotes del teclado,
Ni tampoco practicar esa voz ronca,
Del gato que maúlla por los tejados.
Ni se enrosca a tus pies como grosca,
Con el veneno medicinal de la poesía,
Ni cura la realidad vacunando con fantasía,
Un genio embotellado con tapa a rosca.
No es una tormenta que te trata mal,
Ni vuelo rasante sobre solapas y el lomo
De una novela que no termina fatal.
Tiene ese sonido de susurro original,
Y sin saber ni ¿Cuándo?, ni menos ¿Cómo?,
Los cuentos que invento no tienen final.
13. Un soneto no es una nota sobresaliente.
Un soneto no es una nota sobresaliente,
Y se burla de los avatares de la academia.
Mira de reojo, y saca la lengua a la gente,
Que huye de la poesía como de la epidemia.
A mitad de camino entre poema y canción,
Bien lejos de los cielos sin un lápiz y una hoja,
Es una pluma cargada con tinta del corazón,
Más amigo de los suelos con alfombra roja.
No es un rapsoda que en un verso se arremanga,
Bien entrado el día con temple y osadía,
A buscar en un lodo la cofradía que se enfanga.
No es Robin Hood, ni tu hermana en tanga,
Y aunque es la reina madre de la poesía,
A un poeta de dos pesos le salen como ganga.
14. Un soneto no es un sonetillo.
Un Soneto no es un sonetillo,
Ni el Fénix de los ingenios,
Tampoco mi sueño primigenio,
Ni ¡Ojala me llene los bolsillos!
Ni oráculo del próximo milenio.
Ni la arena de mis castillos,
No lleva coda ni estribillo,
Catorce que llegan al decenio.
No es mira que yo te enseño,
A escribir a cuatro manos un poema
Ni la almohada en la que sueño.
No tiene patria, bandera, ni dueño,
Ni enciende la hoguera que te quema,
Ni el norte por dónde van los sureños.
15. Un soneto no es un escudo.
Un soneto no es un escudo,
No acata, No hace de lanza,
Dice alguna pavada contra los boludos,
Tiene alguna que otra alabanza.
Un soneto no es una muralla,
Un príncipe destronado en un castillo de arena,
Un poeta seductor de las musas,
Que aprendió a seducir de un canto de sirena.
No pide que te quedes ni te vayas,
Hablo de lo primero que se me ocurre,
Un soneto no se pasa de la raya.
No pide que te quedes ni te vayas,
Ni un tintero que se me aburre.
Ni un barquito en otras playas.
16. Un soneto no es un trance cobarde.
Un soneto no es un trance cobarde,
Ni le hace burlas a la madrugada,
Un soneto no es un todo de la nada,
Y no es una hoguera que no arde.
Un soneto no es un perro que te ladre,
Ni te reta a una guerra de almohadas,
No es un lápiz y un papel que te encuadre,
En un buen marco Musas y Hadas.
Un soneto no es cosa de niñas,
Ni se agarra con Don Juan a las piñas,
Eso pensará tu puto padre.
Cuidado con los besos del poeta,
No te fíes de los versos entre cuartetas,
Eso va a decir tu puta madre.
17. Un soneto es mucho más barato.
Un soneto no es un boceto,
Ni el octavo arte de la vida,
Un soneto pude estar repleto,
De todo lo que me pidas.
En un soneto yo me meto,
Con mi polvo en el camino,
En un soneto yo arremeto,
Contra gigantes y molinos.
No consultes a ninguna adivina,
Sin flores, para seducir una mina,
Un soneto es mucho más barato.
Un soneto es una excusa
Para que mediante la poesía
En una fiesta pasar un buen rato.
18. En un soneto yo me desteto.
Un soneto no es un sonajero,
Ni cuento de hadas por las trincheras,
Mis inviernos perfuman primaveras,
Cuando se escurren los tinteros.
Le cambie a las nueve musas
Cada uno de sus mil besos,
Ellas a cambio algo confusas
Leen cada uno de mis 1400 versos.
Besame pronto, aun desentendido,
Si a los 5 minutos, me contradigo.
En el estribillo de una canción.
Si apuntando a tu triste corazón
No me llames ni me confundas con cupido,
Le acierto a tu inquieto ombligo.
19. Un soneto no es un pavo real.
Un soneto no es un pavo real,
Qué muestra su cola y se despluma.
No sabe de hipocresías y es leal,
A sueños en almohadas de gomaespuma.
No va bien con teoremas y sumas,
Corre todo a cien por las venas,
No es de sal y resaca de espuma,
Bien leyéndolos tumbado en la arena.
No despeja tus ojos en la bruma,
No cambia de vereda ni trashuma,
Del calor de los inviernos a un verano.
Ni escribir en cuadernos a cuatro manos.
Aunque nada coqueta se perfuma,
Con tinta de los tinteros de mi pluma.
20. Un Soneto habla hasta por los codos.
Un soneto habla hasta por los codos,
A veces sigue besando con un solo beso,
Parecen que son cien, solo catorce versos
En tan poco pero lo dicen todo.
Un soneto es jugar en el lodo,
De la niñez y de lo no establecido,
Y es también encontrar el modo,
Con el silencio, del sonido.
Lleva el sabor de todas las lenguas,
Va más lejos que mil leguas,
Sin estar más lejos que tus manos.
Se sube a la torre de babel y sin tregua,
Da golpes a moros y cristianos,
Recita a viva voz por los llanos.
21. Un soneto no se patear una piedra.
Un soneto no se patear una piedra,
Ni se mece entre la sal y la espuma
Y crece entre las ciudades como hiedra,
Y la riegan las tintas de mi pluma.
En un soneto yo me desencorseto,
Del traje gris de las oficinas,
En un soneto Yo soy un Capuleto,
Montesco que hace las paces en las esquinas.
En un soneto yo encarpeto,
En varios tomos la melancolía,
Y en 1000 noches un día.
En un soneto yo empaqueto,
Con un moñito de fantasía,
Si lo sacudes, suena a poesía.
22. Un soneto no se mete en aprietos.
Un soneto no se mete en más aprietos,
Que en catorce versos consonantes,
No le hace caso al acento y el alfabeto,
Estos que tienes por aquí delante.
No está sujeto a ningún sujeto,
No predica ningún predicado,
No tiene más de 14 versos por decreto,
Se defiende solo y sin abogado.
No mira al costado ni el contexto,
De arte mayor que vuelve a ser niño.
Es genial aún empiece como boceto.
En un soneto yo me desteto,
Del traje a rayas que me ciño.
En un soneto yo me desaprieto.
ESTE CIRCO DE UN PAYASO QUE YA SE FUE
23.
Este circo de un payaso que ya se fue,
Frente al sur, entre guerras de almohadas.
Que ya no pregunta ¿cuándo?, ni ¿Por qué?
Resuma poesía al filo de la madrugada.
El sabio con sus labios de trementina,
Puro versos, que dejo mudo al copista,
Sin probar los placeres de esa mina,
Escribe sin perder la rima de pista.
Maquillando la voz con purpurina.
No vengas a fingir con tan poquita toz,
lo que beberías repasar la letra del teatro.
El beso que te di entre bambalinas
fue tan breve, y nos partió a los dos
que con otros dos, jamás sumarán cuatro.
24.
Léelo como un soneto no hagas novelas,
Si te pierdes en un verso, hago de apuntador,
De Capitán Vulgaridad en su barco de vela,
Y si hace falta de poeta, juglar y trovador.
Sin más tentación que la diosa de la prisa,
Espía sobre mi hombro como en chivato,
Tan seria pero desliza una mueca de sonrisa,
Me aplaude con sus ojos a cada rato.
Ensaya y sé que se me desnuda el corazón,
sin más dudas se saca la blusa de la excusa,
De un tirón puedo darte una canción.
No podemos esperar al final de la función,
A encontrarnos en el camarín entre musas,
Apurate a basarme antes de que abran el telón.
25. Si no te gusta lo que escribo, ahí tenés a Borges.
Se fue cerrando con candados, puso postigos y rejas,
A todos los caminos ripios que dan en una hoja.
No me dejo ni una mueca de sonrisa, ni guiño en ceja,
Solo algún que otro soneto, manchado de tinta roja.
Confieso que me divierte el son cuando te alejas,
Con la lágrima que corre pero no nos moja.
El viento de la desolación, se lleva hasta tus quejas,
Su cara angelical de Lucifer cuando se enoja.
Ya verás quienes de un séptimo cielo se arrojen,
Y por el suelo rodando la primavera desojen,
Quienes quieren, sin tanto cuento ni moraleja.
Si no te gusta lo que escribo, ahí tenés a Borges,
Digo altivo, mientras me recrimina mi amigo Jorge,
Que no se puede ser tan pedante, pareces pendeja.
26. A un poeta no le vengas con palabras.
26.
A un poeta no le vengas con palabras,
Al Quijote no le corras los molinos,
A un mago con trucos de abracadabra,
AAlicia que deje de escoger los caminos.
A un soneto de catorce con más versos,
A Satanás no lo tientas con un par de llamas,
A todo un tratado de amor prefiero un beso.
A un caminante acostarlo en una cama.
A las almohadas con cuentos de hadas,
A los abismos con balcones a la nada,
A mí mismo venirme a hablar de fantasías.
La noche que nos interrumpió la madrugada,
Se hizo de día al resplandor de la poesía,
Y a nuestra alegría se rindió la melancolía.
27.
No encantes con cantos a las sirenas.
Que le vas a ir con flores a la primavera.
A un rey destronado con castillos de arena
A la vuelta al mundo que viaje en primera.
A un buen cuento con sarta de moralejas,
A una musa con alardes de inspiración,
A unos ojos que le guiñen a unas cejas,
A un trovador con alardes de canción.
A la academia con faltas de ortografía,
A el Dante con cantos infernales,
A los inviernos a creer en los infiernos.
A Dalí con garabatos en cuadernos,
A un asceta con la chusma de la cofradía,
A un neonato con el final de los finales.
28.
No le muestres la cara oculta de mis lunas,
Que le vas a remover al baúl sus secretos,
Todos lo que se parecen a mí menos ninguna.
Como cabe todo el amor al final de un buen terceto.
Al Principito ni de rosas ni de Planetas,
A Pinocho no le toques las narices,
A mi cuarto inundado de cuartetas.
A los felices no le caces las perdices.
A mi pluma que corrija un buen poema,
A la gomina cuando sueña con melenas,
A la tinta que no corra por mis venas.
A la bruma y la espuma que me quema,
A los postres que esperen a la cena,
Empezar un verso y escribir una centena.
29. A no ser que seas el elegido de los dioses.
A no ser que seas el elegido de los dioses,
Ni el niño mimado por las nueve musas,
Y viajes en vuelo chapter a un séptimo cielo,
Y sea un poema el remolino de los vientos.
El susurro te cuente su secreto a voces,
Y rimes desnudo sin la retórica blusa,
Y abones con versos todos los suelos,
Y en un cuento quepan todos los cuentos:
A escribir se aprende bien, escribiendo,
Con sangre cada vez que la tinta en vena arde,
Y a Sabina tengo como mi ansiado literario padre.
No podrás creer lo que Don Quijote iba diciendo:
Cabalga Sancho que se nos hace tarde,
Un Soneto no es un verso que te ladre.
30. Este soneto no viene con instrucciones.
Este soneto no viene con instrucciones,
De cómo se debe escribir poesía,
Tampoco es el paladín de las canciones,
Y un coro de ángeles de fantasía.
Intenta leerlos al amparo de la luna,
Veras como te corre por las venas,
No lo pienses mucho versea de una,
Como un fuerte vendaval enreda tu melena.
Hace reinvención de lo que habías pensado,
Te ayuda a soñar lo que habías soñado.
Te deja esperando otro cuento en la cama.
Garabatea todo lo que habías dibujado.
Desmorona todo lo que hayas planeado.
Son como unos papeles con letras en llamas.
31. Prófugo del instituto y la academia.
Prófugo del instituto y la academia,
Desarticule con arte el abecedario,
Inyecta poesía como dulce epidemia,
Y me diagnosticaron un parte temerario.
Abone el arte del encanto con blasfemia,
A la hora que se reparte los horarios,
Hice de coro en un canto de Bohemia,
Ya voy por la tercera parte del calendario.
Leo en parte lo que me dice el diccionario,
Releo aparte cuando el poema apremia,
Y se olvida de sus prisas y sus horarios.
A la hora que firma mis versos el notario.
Y tu boca todos mis poemas Premia
Y me das un beso sin tanto Corolario.
32. Volví tarde de la retórica de los consejos.
Volví tarde de la retórica de los consejos,
Siendo joven no podía hacerme ya tan viejo,
No deje que me roben mi sonrisa de pendejo,
Ni al mirar para atrás fruncir el entrecejo.
Desempolve de los baúles mi oxidado catalejo,
Para ir de pirata en los bailes de disfraces.
Fui para los espejos retrovisores tan añejo,
Prefiero a los Peter Pan sin antifaces.
Apure el licor del doble fondo de los vasos,
Para ver que me decía la borla de mí destino,
Me serví otra copa para no caer tan bajo.
Por hacerte el bien no te hice caso,
Y tome en dirección contraria a roma los caminos,
Que yendo del revés siempre se encuentra un atajo.
33. Tropiezan al venir a mí las nueve musas.
Caminan por los sinuosos caminos
Que dan a un poema y gigantes molinos,
Y ripiosos maravillosos de mis versos,
Y los laberintos sin salida de mis besos.
Tropiezan al venir a mí las nueve musas,
Y se arrima a mi hombro un poeta,
Cada vez que con poco arte y excusa,
Me siento a escribir una cuarteta.
Cuando llegan mensajes en botellas,
Aplauden por la noche las estrellas,
Sigo escribiendo como antes temóricas.
Se excitan las nueve si hablo de ellas.
Cuando no existían llanuras retóricas,
Mis desenfados figuran en figuras históricas.
EN EL SEPTIMO CIELO EL POETA CON LAS MUSAS.
34. Un soneto es todo lo que me fascina.
Un soneto es todo lo que me fascina,
Como encontrar a la vuelta de la esquina,
Tu voz, al otro lado de las puertas,
Esperando entre las calles desiertas.
Un soneto es todo lo que me lastima,
Las palabras descubiertas, atraídas por la rima,
Escribo como quien escribe por encima,
Del deber, de la ley y la rancia rutina.
Me fascinan ciertas bocas, los labios,
Como estrellas que ama el astrolabio,
Los séptimos cielos que me claman.
Me fascinan la llamas, que arden ante los poetas,
Y las musas cuando me llaman,
A que les escriba cien sonetos en cuartetas.
35. Es como los martes de poesía.
Es como los martes de poesía,
Donde se avivan las crudas fantasías,
Es como un domingo de novela,
Que se pasa a la luz de una vela.
Contando los poemas que me quedan,
Voy con mis labios de versos repletos,
Besando las bocas que se aquedan
Calladas leyendo mis cientos de sonetos.
Estoy como poeta que desembolsa,
Sus versos en el rastro del mercado,
Y besa a la que tiene más al lado.
De lunes a viernes cotizo en bolsa,
Los sábados puedo hacer rebajas,
Los Domingos prácticamente regalado.
36. Los poetas tienen cuartetas.
Los poetas tienen cientos de cuartetas,
Las musas no quieren saber nada de excusas,
Los vientos arrastran mil y un cuentos,
Escribí mi primer soneto y termine cientos.
Con mis hermanos escribí a 8 manos,
Los inviernos calientan mis cuadernos otomanos,
Los escritos en papeles, como en tus pieles,
Me quede dormido en unos ojos, no en laureles.
La primavera crece por las ripiosas aceras,
Los piyamas a llamas en mi cama en vela,
Soy ciento por ciento alegría y melancolía.
Los poemas queman como hogueras,
Las novelas de aventuras, barquitos de vela,
Las fantasías se hacen realidad con poesía.
37. Maestro de nada, aprendiz de todo.
¿Vos sos o te haces? Y dejar de serlo.
Maestro de nada, aprendiz de todo,
Dicen que dijo el poeta de malos modos.
Antes que conocerlo, mejor reconocerlo.
Dicen que hay algo que tener y sostenerlo,
Va asfaltando las carreteras con sus lodos,
Y por no decir nada, versea hasta por los codos,
Para lo que hay que ver, hay que verlo.
Digo: ¡Es a lo único que me dedico!
Ataco de mi puño y letra, literal,
Y uso mis entrañas de escudo de cetra.
Beso el verso, al pie de la letra,
Haga la prueba, soñara genial,
No tengo más que decir, ¿O te lo explico?
38. No todas las morochas son ellas.
No todos los sonetos son culo inquieto,
No todas las morochas son ellas,
No todo lo que brillan son estrellas,
No todos mis poemas son amuletos.
No todo lo que escribo son cuartetas
No todas las venteras son doncellas,
No todas las rimas son tan bellas.
Ni todo lo que digo es con aire de poeta.
No todos los martes son de poesía,
No todo lo que camina son musas,
No todos espada y escudo de cetra.
No todos los cuentos son de fantasía,
No todos mis versos son una excusa,
No todos están escritos con buena letra.
39. No la mueve ni la rosa de los vientos.
No la mueve ni la rosa de los vientos,
Cuando le susurro mis poemas matinales,
Ya no llora ni con los más tristes cuentos,
Y acaba casi siempre desoyendo los finales.
Ya no viene con la prisa del ahora,
Cuando ya se nos da por ser normales,
Ya no tiene una risa encantadora,
Al calor de los infiernos infernales.
Ya no tiene esa actitud demoledora,
Que tienen todos los cuentos de hadas,
Ni esa voz de gatita provocadora.
Ya no viene como hada voladora.
Cuando la llamo al filo de la madrugada,
Y no es en mis almohadas soñadora.
40. Solo sabe hacer guerras de almohadas.
Solo sabe hacer guerras de almohadas,
Solo construye castillos de arena,
Solo sabe contar cuentos de hadas,
Solo encanta con cantos de sirena.
Solo le corre tinta roja por las venas,
Solo es un Cross de derecha contra la nada,
Solo es un raro Rey en la verbena.
Solo le canta a la luna hasta la madrugada.
Solo tiene lápices y papeles,
Solo obedece a lo que dicta su pluma,
Solo soborna a la realidad con fantasía.
Solo sabe escribir sobre las pieles,
Solo va con musas de sal y espuma,
Solo es un poeta que escribe poesía.
41. Enarbola la poesía como bandera.
Enarbola la poesía como bandera,
Y en un verso cruza la frontera.
Trae noticias desde el frente
Como te trae la primavera.
Sin decir nada fascina a primeras,
De cerca corre su pasión por mis venas,
Escucharla hablar fue como escuchar mi mente,
Al tocarla era real lo que parecía quimera.
De los séptimos cielos afuera,
Expulso un dios sin besos
Siempre dio lo mismo lo que fuera.
Siempre le dije que se fuera
De viaje con mis versos,
Y que vuelva a la hora que volviera.
42. Y empecé a llamar a las damas, musas.
Con un verso convencí a la incrédula cofradía,
¿Te conté que mis cuentos de hadas,
Ya no parecen, como parecían, una pavada?
Y me piden un poco más de melancolía.
En mi cuarto sueña su sueño la fantasía.
Desde que dejamos las guerras de almohadas,
Me divierto escribiendo hasta la madrugada.
En el techo mis poemas como nubes de poesía.
¿Te conté qué el día que me hice poeta,
Escribí de un tirón más de mil cuartetas?
Y empecé a llamar a las damas, musas.
Un Coro de ángeles, platillos y trompetas,
Y un cielo celoso de dioses casi me reta,
Por escribir cien sonetos como excusa.
43. No tiene mucho más que cualquiera.
No tiene mucho más que cualquiera,
Guarda bien lo que las otras no tienen,
Es casi la última, como la primera,
Sus labios bien saben que me quieren.
Pero me mira cómo mira la aurora,
Cómo se ve venir la primavera,
Me saca mil versos a toda hora,
Es como el horizonte que me espera.
Lleva en la piel el son de la verbena,
En la voz un loco canto de sirena,
Es tal cual lo describo entre cuartetas.
Le corren mis poemas por las venas,
Decora con papel mis castillos de arena,
Sabe hacer de musa y yo de poeta.
44. Desengáñese Señora, la objetividad no existe.
Desengáñese Señora, la objetividad no existe,
Le dije el día que me convertí en poeta,
Como quien con la poesía se desviste,
Y se queda en paños menores entre cuartetas.
Procure saber, que todo en la vida es subjetivo,
Que lastima que no se cuelgue de la cola de un cometa,
Le dije entre dientes mientras me ponía altivo,
Y que me venga venir con poesía de otro planeta.
Ya verá como mis rimas en sus manos le quema,
Y que con un verso al corazón yo la fleche,
Soy como se dicen a la vieja usanza, un buen poema.
Escribo aunque suene a poeta mala leche,
Y soy lo que a la frutilla nata y crema.
Y me iba cantando mi canción antes que me eche.
45. Lleva esa fascinación en la mirada.
Lleva esa fascinación en la mirada,
Cada vez que le leo fábulas de hadas,
Lleva su cabello arremolinado al viento,
Con las mil noches de mis cuentos.
Lleva esa voz de encanto de sirena,
Sus almenas con castillos de arena,
Es la canción de luna de tantas madrugadas,
Es el bálsamo pedir de los poemas.
Me corre tinta carmesí por las venas,
Somos Trovador y Reina de la verbena,
Leen en las fiestas mis fantasías.
No nos quieren los dioses en el cielo,
Ya nos ven escribiendo por el suelo,
Y llevamos en los bolsillos poesía.
46. Dejá que te de la flecha errante de Cupido.
Escribe mirando al mar, de espalda a los rascacielos,
Sentado en una torre de babel, en un séptimo cielo,
En tu casa de corrido, más tranquilo en un banco de plaza,
Inspirate en lo que pasa, sal por al verso a la caza.
Dejá que te de la flecha errante de Cupido,
El día que me dio, deje en un verso mi alarido,
Dispara a los corazones aunque sean de salva,
Que de escribir tonterías nadie se salva.
Espero todo esto un poco te divierta,
Recuerda escríbelo todo, deja abierta
La tapa de los tinteros de la devoción,
A las musas nunca le cierres la puerta,
A la imaginación, que baje la diosa razón,
Intenta con el corazón, sola vendrá la oración.
47. Unos Ojos desafían a un tratado de belleza.
No podrás creerme lo que me dijo ese genio,
Que atendía una tienda de ramos generales.
A veces lo entiendes a primera, a veces a años,
Sus poemas por aquellos días sonaban extraños.
Con tanto falso profeta al final del milenio,
Yo llevo conmigo mis genios particulares.
Si invocas a la poesía no sufrirás daño,
Si vas con alegría no sufrirás desengaños.
Unos Ojos desafían a un tratado de belleza,
Mis versos rojo que con su séquito destronan
A la nobleza, cuando pierde la cabeza.
La razón se rinde ante el Rey de las rarezas,
Una rima de plata y soneto de oro coronan,
Con una sonrisa a las más tiránica tristeza.
48. Todos los caminos a tu boca.
Un soneto no es Oda de un beso,
De los que duran más de un día,
Ni mucho menos Coda de excesos,
De los labios que aman con poesía.
Un poeta susurra a tus oídos,
Todos los caminos a tu boca,
Con versos rescatados del olvido,
De los poemas que te tocan.
Uno solo es el primero prometido,
Enviar una nave en misión planetaria,
Con el mensaje del último alarido.
Más de cien yo me he perdido,
Por disparar en dirección contraria,
Las flechas robadas a Cupido.
49. No me llames amigo.
No me llames amigo,
Si vas con esa cara,
Y la mueca rara,
De último enemigo.
No soy un mendigo,
Tengo tus ojos de testigo,
Mira lo que te digo,
En sueños venís conmigo.
No me digas poeta,
Si no me sigues en cuartetas,
Hasta la vuelta de la esquina.
No te cuelgues de un cometa,
Si no vienes a mi planeta,
A hacerme de buena mina.
50. ¿Leer preceptivo? Si Yo soy todo poesía.
¿Leer preceptiva? Si Yo soy todo poesía,
A mí me viene a consultar la fantasía,
Yo ya leo ¿Para que ir a la escuela?
Si Leí y escribí más de una novela.
¿Corregir mis versos? Si Yo ya soy poeta,
¿Dar más besos? Si están todos entre cuartetas,
Le saco brillo al dedillo de la imaginación
En mis bolsillos llevo un estribillo de canción.
La gramática que de un plumazo derribo,
Y sus asuntos y de las cavernas mi acento.
Descuida, sé contar hasta catorce en soneto.
Yo sé muy bien lo que de mis tinteros escribo,
De solo una mirada puedo sacar un cuento,
Y terminar con buena letra un buen boceto.
EL PARAISO PERDIDO A LA VUELTA DE LA ESQUINA
51. Lentes de mis amados años de bohemia.
Sin despreciar los honores de la academia,
Devolví casi sin usar sus rancios catalejos,
Volví a mirar con mis ya gastados viejos
Lentes de mis amados años de bohemia.
Esparcí por la ciudad una dulce epidemia,
Con el desliz de la poesía llegué más lejos.
Pase a 100 todos los controles de blasfemia,
Escribí unos100 sonetos como acto reflejo.
Antes el lacio de la ciencia quedé perplejo,
Como un maestro de rulos frente al aprendiz.
Tome a beber de mis tinteros como cáliz.
Huí ante de que confiscaran mis papeles,
Me lleve de suvenir una institutriz,
Y manchara las paredes con mi lápiz azulejo.
52. La ciencia viene a arruinarlo todo.
La ciencia viene a arruinarlo todo,
Mi infancia fue una mentira
Asfaltaron los charcos y los lodos,
Acorta este sueño que se estira.
No salir a jugar era una guerra,
El baldío de al lado de casa otras tierras.
Solo en fábulas atacaban los villanos,
Y les sacaba la lengua a mis hermanos.
Sin escribir nada hacíamos poesía,
No se burlaba de mí la fantasía,
¿Sinécdoque? Hacíamos todo de la nada,
Sin saber siquiera que era la melancolía.
Igual, Yo sigo en guerras de almohadas,
Con las hadas, y cuentos hasta la madrugada.
53. A Cervantes y el Quijote.
53.
Quien iba a decir que sin estudiar hizo escuela,
Y que mejores tiempos eran los de antes.
Y que segundas partes nunca fueron buenas.
Y que Sanchos sorprendería en una isla barataria.
A sus pies se rinden las más magnas novelas.
El Dante cabalgaría su infierno sobre rocinante,
Que correría tinta caballeresca por sus venas,
Y que al fin y al cabo: ¡genio y figura literaria!
No había otra que Dulcinea, desfacia entuertos
Con el corazón sin que nadie se lo pida.
Y que su obra en la marea, llegó a buen puerto.
¿Tú duda? la tísica razón, ¿Y tú tormento?:
Que la gloria te persiga en larga vida,
Antes que te inmortalicen en cemento.
54.
A la vieja usanza, con escudo y lanza,
Y su oratoria atroz ganaba batallas perdidas,
Arremetía contra duelos y alabanzas,
Resucitaba a viva voz la letra herida.
No hubo más disparate, que en su Quijote
Aunque escrito en prosa, vive la poesía.
-Aunque te manteen o la liguemos de rebote-
Sancho-, una venta es un castillo de fantasía.
Delirante cada vez que se topaba un atorrante,
Se ponía su mejor traje si lo armaban Caballero.
Te extrañan todas los venteras y caminos.
Tan grande que a su lado solo veía gigantes,
Sueñan todos los vientos con Cervantes primero,
A su paso deberían reverenciarse los molinos.
55.
La Mancha fue de tus tinteros,
Y de tu pluma Don Miguel de Cervantes,
Chico te quedo el mundo entero,
Y a tu paso se rinden los gigantes.
Voz melancólica con pluma comediante,
10 años después: ¡Si no termino me muero!
Dijo. Quiso dar a luz, y le salió radiante
El segundo tan bueno como el primero.
No necesitó más que un loco caballero,
Seguido por un sensatísimo escudero,
Con afanes de gloria y tiempos de antes,
Y una isla barataria con ideas diamante.
Por una primera edición en sus estantes,
Se pelean a lanza y alabarda los libreros.
56. Digna del Sancho y el Quijote.
Tuve una actitud caballeresca,
Digna de Sancho y el Quijote,
Verla fue sin comerla ni beberla,
Ni tocarla, ni ligarla de rebote.
Subí por el ripio de la picaresca,
Ni en tierra firme ni en bote,
No hubo forma que me encarezca,
Tenerla en versos ni retenerla.
Soñé con la Julieta de Shakespeare,
Toda una noche de verano,
Con tenerla entre mis manos.
Sin un solo dios que se apiade,
Se acerca con tu porte de villano,
En vano firma mis hermanos.
57. Me mordí la lengua y sangró poesía.
Escribí con la lengua a la española,
Cien sonetos no me costó más trabajo,
Mecido como un barquito por las olas
Y me desangré en palabras al primer tajo.
Susurre mi secreto por lo bajo,
Un soneto no es alarde de poeta,
Diciendo casi nada, lo dije todo,
Revolví los lodos con mis cuartetas.
Me mordí la lengua y sangró poesía,
Revolví los tinteros con la melancolía,
Las mil y una noches en un día.
Desvestí tu blusa y fuiste fantasía,
La décima musa de las cofradías,
Vuelve a la cama que la fábula se enfría.
58. La cara de la gitana al leer mi mano.
La cara de la gitana al leer mi mano,
Y ver que por mis venas corrían versos,
Y que llevaba la quemadura de un beso,
Y que no me temblaba el pulso como villano.
Volvé al de antes, como dice tu hermano,
El que hacía reír como el arte del exceso,
Cuando todo era vivir sin tanto seso,
Volvé a escribir esos versos a cuatro manos:
Si ves alguna vez que estás sola
Yo te mezo como barquito de papel,
Entre la sal, la espuma y las olas
Si no te piropean ni te dicen hola,
Yo te escribo un verso en la piel
Todo para que te den algo de bola.
59. Antes se seque la tinta de mis tinteros.
Estos sonetos sin aires frívolos de vodevil,
Siguen todo lo que me dicta mi pluma,
Que van desde un sonetillo a un sonetil,
Llevan todos la marea, la sal y la espuma.
Paro en los cien sino escribo cien mil,
Espero que estos pocos despejen tu bruma.
Bajo la luna de un cielo añil,
Están escritos a cien si haces la suma.
Antes se seque la tinta de mis tinteros,
O se duerma mi pluma entre los laureles,
Afino la punta de mis lápices y los papeles.
Los sonetos que yo escribo vienen de a cien,
Mira si todos estos te parecen bien,
Mis poemas darán la vuelta al mundo entero.
60. Y cansado Cupido de flechar corazones.
Y cansado Cupido de flechar corazones,
Puso una empresa multicolor de jabones,
Asepsia de la desolación que cura las heridas
Sangrantes que dejan las insulsas despedidas.
Un poema no hiere ni mata, ni hace daño.
Lo lees un día y te desangra con los años.
Un verso aunque cumpla los cien no envejece,
Cada vez que lo lees un poema rejuvenece.
Una canción te cambia a su son la cara,
Aunque parezca que no entiendes nada,
Intenta dejarte llevar como fabula de hada.
Te devuelve esa mueca de sonrisa tan rara.
Las de fascinación en tu triste mirada,
Y el entusiasmo de un cuento de almohada.
61. Viajo en ascensor cinco estrellas.
Viajo en ascensor cinco estrellas,
Ya hoy a mis séptimos cielos.
En mi juicio final una querella,
Si no sigo rodando por el suelo.
¡No ves que yo canto a las cosas bellas!
Se apiado el infierno en desconsuelo,
Cuando le dije: ¡No me alejes de ellas!
Y entre dientes, mordió mi anzuelo.
Y a la hora del último recuento,
Voto a un Dios que Yo no miento,
Casi se seca la tinta de mis venas.
Me daba tanta pena, en cuartetas,
Imagínate, como rapsoda y poeta.
No llegar a contar el cuento.
62. Es tan solo otra historia Matutina.
Es tan solo otra historia Matutina,
Que atiende al deseo su llamada.
Una voz a la vuelta de la esquina,
Le cuenta sus sueños a mi almohada.
No podrás creer lo que me dijo la vecina,
Que hago mucho ruido hasta la madrugada,
Con mis musas en la pieza y la cocina,
¿Si al menos me contaras un cuento de hadas?
Un trovador parado ante la prisa,
Por convertir en tormentas las brisas,
Que golpean a mi ventana.
Estos versos que escribí para mañana.
Que esbozan una mueca de sonrisa,
Y se ríe ante la insulsa mona Lisa.
63. Con un verso alimente a mis pajarracos.
Con un verso alimente a mis pajarracos,
Y con el resto el pan de mis niñas.
Escribo a doncellas y a bellacos,
A lo que se detesta y se encariña.
Escribí un verso rojo carmesí que no destiña,
Tengo por aquí mis ángeles paradisiacos.
Catorce rimas que tu boca desaliña,
Y quede mal y tarde como me decían flaco.
La huella de mi verso sobre tus pieles,
Practique el desnudismo sin sacarte la blusa,
El surco de mi pluma en baldosas de hoteles.
No muy lejos de mis lápices y papeles,
No me saques mis nueves musas
No me destronen con coronas de laureles.
64. Como buen poeta le pedí a cupido.
Como buen poeta le pedí a cupido,
Y a León escribir una antología rota,
No me fleches con la flecha del olvido,
Algo al menos como el gato con botas.
Si la madrugada no te saca un alarido,
Y ves que no te deja alelada, yo te cuento,
Los mil y una reproches en un cuento.
Y los colores de su paleta, al alba le pido.
¿Qué saben de tus sueños las almohadas?
¿Que saben de tus llantos de zafiro,
Las mil y una noches estrelladas?
¿Qué le ven de fantasía las hadas,
Cuando leen mi poesía entre suspiros,
Y me desean más de tantas madrugadas?
65. Donde no llego llega mi imaginación.
Donde no llego, llega mi imaginación,
Sin falda de razón y un poco de dignidad,
Si me falta la voz, escribo una canción,
Que no sea falta ni mienta a la verdad.
Si veo que algo no lleva corazón,
Voy tras un poco de latido de voluntad,
Si digo más de la cuenta por falta de razón
Puedo faltar a todo menos a mi lealtad.
Si veo que no llego con un verso
Pongo a disposición todos mis besos,
Que te hagan en el alma cosquillas.
Digo todo por decir algo con excesos,
Y que no salgan tus oídos ilesos,
Y que te dejen rojas las mejillas.
66. No hay dios que me muestre el bien.
No hay dios que me muestre el bien,
Ni Satán que me tiente al mal,
Ya llevo la mitad de los cien,
Lejos del principio y del final.
Se hacer más de lo normal,
Me espera la poesía en el andén,
Ya se me el pecado original,
Me ha tomado la fantasía de rehén.
Entre cien tierras y los siete mares,
De coro de ángeles en los altares,
Supe hacer de la nada un todo.
De trovador y juglar por los bulevares,
Por los atajos de los lodos,
Siempre vuelvo a mis lugares.
67. Mucho, poquito y casi nada.
No vuelvas a tirarme una almohada,
Diciendo que no te gustan las despedidas,
No me vengas con cuentos de hadas,
Con esas musas de las alas heridas.
No me tientes con tantas madrugadas,
Con esa canción de las noches perdidas
Mejor que te sientes a charlarme pavadas,
Con esa voz de niña consentida.
Si vas a devolverme la llamada,
Que sea con esa toz encantada,
De los que buscan las pasiones prometidas,
Con un poema gano la partida,
Antes que se nos vea la papada,
Si vas a quererme poquito y nada.
68. Cuando Alicia se mete por el agujero.
Cuando Alicia se mete por el agujero,
Si sueña en trance con el sombrerero.
Más suerte que la pata de conejo,
Tuvo Lewis al jugar con las niñas y sus tinteros.
Cuando Alicia corre por no perder la cabeza
Ante la reina de las certezas,
Cuando el caballero dice es de mi propia invención
Y toca los acordes de una canción.
Cuando Cheshire te describe los caminos,
Si lo mismo da si no buscas el destino,
Y le dio bien insensato las restas y sumas.
Un gusano de seda te despeja entre la bruma,
Las palabras que le das a mi pluma,
Dicen lo que yo quiero los sonetos que termino.
69. Lo que cae por mi casa, rueda por el suelo.
Lo que cae por mi casa, rueda por el suelo
Se nos pasa, en un verso el desconsuelo.
Me fascina verlos venir como de lejos,
Con mi pluma en versos, como catalejos,
La mano que de sobra ya me mima,
Al villano que asombra y ya no lastima,
con el recuerdo y la raquítica razón,
Y el sal de aquí de mí, en el corazón.
Y más allá de los rascacielos, el horizonte,
la pradera, el eco de las cavernas
Y el lobo estepario de los montes.
La primavera, el hueco de tus piernas,
Las miradas de los ojos que encuaderna,
Y el príncipe azul que te desmonte.
70. Me fascina cuando se recogen el pelo.
Me fascina cuando se recogen el pelo
Y con la hebilla cruzándoles la boca,
Te miran con actitud provocadora.
Con sus manos se hacen un rodete,
Con ese look de Dora la exploradora,
Juega con su pelo como un juguete,
Intentar levantarte en llano vuelo,
Y balbucean algo que te trastoca.
Dueña de esa pasión desveladora,
Y juega con esa rima demoledora,
Con la que juega el poeta.
Al abrir los ojos se desvela la aurora,
Y sueña con que llegue la hora,
Que se rinda a sus pies las cuartetas.
71. Cuando la musa y el poeta
Cuando la musa y el poeta,
Escriben un verso a cuatro manos.
Cuando riman las cuartetas,
Queriéndose como hermanos.
Sería todo un detalle,
Pedirme que me calle,
Como un beso de tus labios,
Enmudece la voz de los sabios.
Con sangre dicen que la letra,
Entra y corre por las venas,
Ver teñir de carmesí tus labios rojos.
Con pasión dicen que penetra,
El llanto que derramas por tus ojos,
Y alienta al dios de la verbena.
72. Pero no le pidas a mi pluma.
Pero no le pidas a mi pluma
Que al retirarse deja espuma,
Y un poema por la orilla,
En tu mente hace cosquillas.
Cuando tropieza tu mirada,
Y sueñas entre mis almohadas.
No pueden creer tus zapatos rojos,
Hasta la madrugada, tus ojos.
Como se pierden entre tercetos,
Tus labios entre mis sonetos,
Le dan la razón a mis versos.
No le pidas a los cuartetos
De manos quedarse quietos,
Besan con pasión mis besos.
73. Y mis catorce versos a los cuatro vientos.
Cuando se acerca el espíritu crítico,
A hurgar entre líneas lo que verso,
Y pierden los nervios aún con ansiolítico,
Entre dientes murmúralos del reverso.
No supera en la academia un analítico,
Y volvaria al big bang el universo,
Fascinante lo encontrará tu inconsciente psicoanalítico,
Un arcángel vuelve a los séptimos cielos, ya converso.
Los modernos lo consideran arqueolítico,
Solo lo aplaudirían en el neolítico.
Y encima para poco has escrito cientos.
Diciendo todos: ¡Esto es anti-artístico!
Y termina gritando mis cien cuentos,
Y mis catorce versos a los cuatro vientos.
74. Me fascina construir la torre de babel.
Me fascina construir la torre de babel,
Con pisos altos en la tinta y el papel,
Revestir en un soneto de oro el oropel,
Y escribir un tratado de amor sobre tu piel.
Me fascina el Rey de corazones,
Como el tahúr a la madrugada, a doble o nada,
Y le encarga a su más fiel trovador canciones,
Con guerras de almohadas, y cuentos de hadas.
Un coro de ángeles, el estribillo de emociones,
Y la intro y coda de mis tentaciones,
Y usa tu voz de añejo sonajero.
Un genio es un mago de las ilusiones,
al frotar la lámpara de las oraciones,
Y convierte tus labios en tinteros.
75.
Para la voz de la conciencia, Pepe grillo.
Para verlos venir de lejos heredé de mi padre,
Los catalejos, Y para amar de mi madre,
tengo lleno de besos los bolsillos.
Y por si me faltara algo, de mis hermanos,
Me sobran, y escribo, a 8 manos.
La mitad es una hoja femenina
Que se deja seducir por mi pluma masculina.
Y para no perderme y volver por los caminos,
Me tiran migajas de pan mis sobrinos,
Y voy dictando versos del revés.
Se corren a mi paso los molinos,
Cada vez que vuelvo a la vos de la niñez,
Y vuelvo a mis sueños de rapsoda otra vez.
76. Me insultas al recibir y dar consejos.
Me insultas al recibir y dar consejos,
Más si venís, con tu cara de pendejo.
Pero si quieres te presto mi catalejos,
Para que veas venir a los villanos de lejos.
A escribir, se aprende a escribir, escribiendo,
¿A oír? Desoye a la academia, sigue leyendo,
A los cantantes, que son los poetas el siglo XXI,
Inténtalo verás, como llegan los versos de uno en uno.
Sigue el método que mejor te convenga,
¿Oíste el refrán: ¡No hay mal que por bien no venga!?
Escribelo todo sin dejar mucho rastro.
Escribe a cuatro manos, no impidas que te detenga.
Ni la más brava tormenta, puede que algo tenga.
Como los tienen los lodos y los astros.
77. Las memorias es divertirte con el pasado.
Las memorias es divertirte con el pasado,
La novela como solucionar el presente impuro,
La poesía hacer algunos planes a futuro,
Todos ellos intentar ver qué hay del otro lado.
Del otro lado del telón que interpreta la farsa,
Más allá de los carnavales y su comparsa.
Déjate seducir por la pluma de un poeta,
Escribe a la vieja usanza tercetos y cuartetas.
Procura hacer una danza con lobos con las musas,
Escribe lo más que puedas, mirá que no aceptan excusas,
Ni juegos de palabras, ni pases de pelota.
Escribir es un acto de exhibicionismo, se escribe sin blusa,
Desnudo a la intemperie de la multitud, con notas semifusas.
Lo que le dices a ti mismo y a aquel idiota.
78. Desde que voy por la tercera parte de mis novelas.
Desde que dije que voy a escribir mis memorias,
El desorden al que estoy acostumbrado,
Van formando fila y la turba se hace histórica,
Me tratan bien, y los hipócritas miran para otro lado.
Desde que voy por la tercera parte de mis novelas
De aventuras, el Capitán Vulgaridad leva sus velas,
Por un costado lleva a un puerto en tormenta,
Y por el otro es verdad todo lo que sus personajes cuentan.
Desde que voy a escribir un poemario de poesía,
Se arrima: ¡Canta la verdad y no te olvides de mí!
Me dice con un dejo de melancolía la fantasía.
Desde que salpico tinta negra, unos labios carmesí
Por las noches, el blanco papel que escribo de los días,
Las musas me aconsejas: ¡saca al poeta que hay en ti!
79. La ciencia viene a arruinarlo todo.
La ciencia viene a arruinarlo todo,
Mi infancia fue una mentira.
Asfaltaron los charcos y los lodos,
Acorta este sueño que se estira.
No salir a jugar era una guerra,
El baldío de al lado de casa otras tierras.
Solo en fábulas atacaban los villanos,
Y les sacaba la lengua a mis hermanos.
Sin escribir nada hacíamos poesía,
No se burlaba de mí la fantasía.
Todo era fabulas y cuentos de hadas.
Igual, Yo sigo en guerras de almohadas,
Que la noche me anochesca los días,
Hasta bien entrada la madrugada.
80. Un séquito literario viene conmigo.
Un séquito literario viene conmigo,
Alicia, Pinocho, Don Quijote y el Principito.
Aunque no lo parezca son mis amigos,
Einstein, Munch, Goya y Dalí.
Son míos los séptimos cielos y las esquinas,
Las guerras de almohadas y estos cien sonetitos,
Elvis, Dylan, Calamaro y el maestro Sabina,
Fue lo que al genio de las letras le pedí.
Tengo, aunque de idea cortos, mis lemas:
¡Por decir algo!, ¿Hay algún problema?, ¡Deberías!
¡Enciende la hoguera que te quema!
Y ¡No se puede escribir de otra manera!
Todos mis cuentos, novelas, poemas y poesía,
Van del calor de los inviernos a la primavera.
81. Tinta Cervantina corre por mis venas.
Tinta Cervantina corre por mis venas,
Los grabados de Picasso mis poemas tiñe,
Afroditas del Banquete de platón sirven la cena.
Catorce de Quevedo y Lope a mis versos se ciñe.
Como una rima añil bien entrada la mañana,
Como el perro de Goya que asoma la cabeza,
Como la hermana de Dalí que a la ventana,
Como si nada, disimulada, asoma su belleza.
Como homenaje, inspiración y excusa,
Llamamos ellos y yo a las mismas musas,
Cada vez que necesitamos una rima por cortesía,
Pinceladas, cuentos de hadas y notas semifusas.
Los desarreglos que comete la fantasía,
Los corrige mi pluma con un poco de poesía.
82. Escribí bilis negra sobre polvo blanco.
De mis viejos y queridos poetas,
De Quevedo a un tal César Vallejo.
¡Déjalo todo entre tercetos y cuartetas!,
Me dijeron a coro, como consejo:
Escribí bilis negra sobre polvo blanco,
Salpica con buena letra los murales,
En la multitud de la plaza en un banco,
A escupir versos, como en los corrales.
Garabatea el revés de los papeles,
Róbale un beso a los cálidos inviernos,
Desde en suelo, entre el cielo y el infierno.
Escribe a las musas sobre sus pieles,
Deja un verso anotado en el cuaderno,
De la recepción de los hoteles.
LA LEGION DE LOS POETAS.
83. He creado la legión de los poetas.
He creado la legión de los poetas,
Cumplen con disfraz de bucanero,
Entre ripios, versos y cuartetas,
Lo que pediste para el primero de Enero.
Vienen como de otro planeta,
Como vos, cuando eras vos extranjero,
Plantan la cara, no llevan careta,
Y un tesoro, poemas en su monedero.
Se arman andantes caballeros,
de las mal llamadas artes y las letras.
Toman el elixir de los tinteros.
La pluma, que redime al mundo entero,
De espada, y el papel escudo de cetra,
Y su voz es una voz de sonajero.
84. Escribe versos sin pies ni cabeza.
Cien sonetos en mis ratos de tristeza,
Que me lleve de vuelo a otro planeta,
Cien besos en mis ratos de pobreza,
Y bueno vuela colgado de la cola de un cometa.
A sus fantasías se rinden las certezas,
Juega a los cuatro vientos con su veleta,
La poesía apaña sus delirios de grandeza,
Usa la lengua para saborear palabras de paleta.
¿Dices que debo hablar de su belleza?
Si ya lo tengo dicho en más de cien cuartetas
Es la Reina del revés de las rarezas.
A cien porqué uno le da pereza,
A la vieja usanza, como buen poeta,
Escribe versos sin pies ni cabeza.
85. Los que construyen castillos de arena.
Los que construyen castillos de arena,
Y los naufrago que encallan en otras playas,
Los que encantan con cantos de sirena,
Los poetas que le piden a las musas no se vayan.
Los que habitan en séptimos cielos,
He invitan a pasear a las musas.
Los que escriben rodando por el suelo,
Sin tanto reproches ni dando excusas.
Los que no saben leer y hacen escuela,
Y de un plumazo escriben una novela.
Los que escriben versos y suena a melodía.
Los que a oscuras sostienen una vela,
Con el resplandor de la fantasía,
Y aclaran los días con un poco de poesía.
86. Poeta que canta en tierra la canción del pirata
Poeta que canta en tierra la canción del pirata,
Y las musas que usan su voz como profeta,
Enciende por las noches hogueras con cuartetas,
Por ahí dobla las esquinas en Mar del plata.
Inicia los Rocíos que llegan a tormenta,
Que inventa los cuentos que se cuentan,
Lleva mil y una noches en un cuento,
Los suspiros y susurros de los vientos.
Protege su voz de la intemperie,
De los polvos de los atajos a rarezas,
De la duda cuando se burla de las certezas.
Avivan la pasión como pasional en serie,
Sacan los tratados de amor de la cabeza,
A cuatro manos escriben un soneto por belleza.
87. Tienen un quinto verso bajo la manga.
Tienen un quinto verso bajo la manga,
Planta en el infierno un sol y reverdece.
Los veros que en un séptimo cielo crecen,
Valen oro, pero los subastan en ganga.
Construye Torres de babel en ciudades.
Cantar al cantar la verdad de las verdades,
Poetas que pone a la razón en penitencia,
Le sacan la lengua con sorna, he insolencia.
Satanaces que parecen buenos muchachos,
Que de un plumazo escriben un buen libracho,
Cuando le da la mano derecha a la siniestra.
Los que sangran salsa de tomate de gazpacho,
Tienen un par de versos como muestra,
Sabios que van de aprendices ante la maestra.
88. Que escriben versos y los leen de los reveces.
Que escriben versos y los leen de los reveces,
Que van desnudos en la fiesta de disfraces,
Los que tienen cara, ni careta ni antifaces,
Que lo dicen todo en versos cientos de veces.
Que miran detrás de los trajes a las personas,
Como lo que decíamos ayer en la Sorbona,
Los que en una isla desierta bien se hallan.
Los versos que te quieren cerca y no te vayas.
Los que envenenan con poesía como cura,
Los que escriben versos largos como piernas,
Que para soñar se acuestan más temprano.
Las grandezas de las abreviaturas,
Que cortan los caminos a contramano,
Que en un verso no les tiembla la mano.
89. Les late en el corazón un poema.
Les late en el corazón un poema,
Que son de 14 versos brillantes.
Los que volviendo un paso atrás,
Dan un beso y siguen adelante.
Les tienta destruir todos los lemas,
Y mirar por encima y por detrás
De los que se les ponen delante,
Y a los que vuelvan les dicen dónde vas.
Que escriben, por decir algo, un librazo,
Por versear, dan un soneto, de un plumazo,
Catorce son los tramos, pongamos por caso.
Que no entienden la rima y hacen caso,
Que no saben que decir y dan el paso,
Entre los horteras a los codazos.
90. Suben al vagón del último tranvía.
Suben al vagón del último tranvía,
y asaltan a los pasajeros con poesía,
Y al filo de una hoja de papel,
Sangran tinta roja de melancolía.
Hacen escala en el andén de la alegría.
Si ven una mona lisa que no se ría
Le hacen cosquillas en la piel,
Con una pluma cargada de rebeldía.
Huyen a la ansiedad de las noches frías,
En una nota confusa de la melodía,
Un poeta se venga en un verso cruel.
Cuando esperan las musas en un hotel,
Sobornan a la realidad de los días,
Con un billete de ida de fantasía.
91. Poetas que contra pronóstico y consejos.
Poetas que contra pronóstico y consejos,
Sin ningún interés en pagar sus intereses,
Escriben versos como un acto reflejo,
Saltándose las puntos, y sobrando eses.
Ese tango oracular de las revelaciones,
Que le sacan a las palabras su brillo.
El dos por cuatro de las canciones,
Que terminan en un agónico estribillo.
Poeta que se saltando los esquemas.
Y escriben sobre las paredes y las pieles,
Y todas sus novias saben que las quieres.
Solo escribe con la llama que le quema,
Las musas devoran sus papeles,
Y sangran de tinta china y placeres.
92.
Los que por decir poco y nada,
Escriben de un tirón cien sonetos,
Los que por no gritar a la almohada,
Dan por terminado el primer cuarteto.
Los que por no andar con pavadas,
Y por no poner cara de paleto,
No esperan a la madrugada,
Y van a encarar el primer terceto.
Los que le sacan la lengua a la razón,
Que dejan en una radio sonora canción,
Y levantan la voz con aire diferente.
Que mandan Alicias preguntonas al frente,
Llevan una pluma Sonnet entre los dientes,
con sudor, tinta de las venas y corazón.
93. Esos sabios que no les cabe una duda.
Esos que se sacan un cien pies de la cabeza,
Y veneran como se manda, a la diosa certeza.
Esos sabios que no les cabe una duda,
Y no intentan vestir al ver a la maja desnuda.
Esos que se sientan en una noche de café con terraza,
Y cuentan a viva voz lo que les pasa.
Esos que espían al poeta por sobre el hombro
Ver convertir en castillos los escombros.
Esos que hacen de las cenizas buena madera,
Y en los infiernos plantan una primavera.
Esos que son un oasis en un desierto de gente,
Y diciendo que sí, nadan contra la corriente.
Esos que dejan correr a doble o nada la suerte,
Y coquetean con el deseo de volver a verte.
94. Y le lloran por las noches a la almohada.
Esos que van de luto y prometen carnavales,
Corrigiendo el final de los finales.
Esos que lo saben todo y no dicen nada,
Y le lloran por las noches a la almohada.
Esos que le dan hojas para que juegue el viento,
Y tinta de las venas a los cuentos.
Esos que saben dar buenos consejos:
Y siendo tan jóvenes se hacen tan viejos.
Y cuando quede mi obra inacabada.
De mi último verso de knockout contra la nada,
Y se apague la llama esta que me quema.
Ojalá no vengan a criticar las musas mis poemas.
Diciendo que no hice suficientes guerras del almohadas,
Que no escribí pensando en ellas hasta la madrugada.
CUANDO SE REVUELVEN LOS TINTEROS.
95. Cuando se revuelven los tinteros.
Cuando se revuelven los tinteros,
De la prosa y la poesía,
Usando su voz de sonajero,
Un poco de melancolía y fantasía.
Supongo que se tiene esa rareza,
Todo por un buen cuento de hadas.
Cuando te llama la belleza,
Por la madrugada entre almohadas.
Cambiar un poco de duda
Por todas las certezas,
Con mi pluma de poeta.
No sé bien quien acuda
Y pierda la cabeza
Al leerme mis cuartetas.
96. Ni a la flecha errante de cupido.
Ni a la flecha errante de cupido,
Ni miedo a dar en trance el alarido,
Ni desaprender el código sabido,
Ni terminar hijo pródigo malherido.
Probé de tus labios por no ser atrevido,
Como sabio que desprohibe lo prohibido.
Luego de terminar en un verso letraherido,
Puede que a los 5 minutos me contradigo.
Si yéndome con otra me voy contigo.
Ni al mar que con su sal y espuma,
Aromatiza los tinteros de mi tinta.
Le dan a mis papeles buena pinta,
Y a tus pieles un moño con la cinta
De su hola que tal, y despejan la bruma.
97. El seductor de las nueve musas.
El poeta que sale de su trinchera,
Con rimas a enternecer la cara dura,
Va un verso cruzando la acera,
Sin más que un poema, la frontera.
También anda dicen, por ahí
El seductor de las nueve musas,
Por lo que esta noche pude oír,
Va con ellas, sueltas de blusa.
Con un par de poemas por excusa,
Y una canción con notas semifusas,
Ganan la batallas dadas por perdidas.
Como buen poeta que no abusa,
De los billetes de vuelta en las partidas,
Estrellan con tus ojos las noches prometidas.
98. Ensayaré mi atemorizante Boo, boo, boo.
Ensayaré mi atemorizante Boo, boo, boo.
Miedos eran los de Yagi y Scooby Doo.
Más escalofriantes, que los infiernos del Dante,
Si las primaveras no que me pasan por delante.
Las películas eran de un tono aterrador.
Huía por la puerta de salida el espectador,
Al ver como su dulce acompañante,
Que tan solo con su vestidito, un rato antes,
Era toda una reina de las princesas.
Se convertía en una loca vampiresa,
Desangrando un corazón entre sus dientes.
Parecía tan angelical con sus pendientes,
Decía la gente, y un poeta con tono insurgente:
¡Era una belleza, que desilusión! Confiesa.
99. Empecé a escribir y me dio miedo.
Empecé a escribir y me dio miedo,
A encontrarme conmigo mismo,
A mirar de frente a los abismos,
De perderme las fuentes de Oviedo.
De perderme en mi séptimo cielo,
Empecé a escribir y me dio miedo.
No volver a verte, y el enredo de quererte,
No ir por las alfombras de mi suelo.
Ya vez que escribir cien sonetos puedo,
Y salir con mis versos al ruedo,
Bendecido por la tinta de mis tinteros.
Y mimado por mis gordas de botero.
Hice de tanto escribir un agujero,
En un alma, con tinta como acero de Toledo.
CODA
100. Un soneto no es una matuteada.
Un soneto no es una matuteada,
Ni un cupido que te apunta,
Parece que lo dice todo y: nada,
Entre papeles, un lápiz despunta.
Ni de mañana un soneto matutino.
Es otra guerra de almohadas,
Que le hace un juego al destino,
Entre el cuento de hadas y la puteada.
No se puede escribir de otra manera,
Tome los tinteros como bufia,
Y bese todos los labios que preguntan.
Cada vez que se apunta la primavera,
Untan catorce versos si se juntan,
Son peores que toda una Matufia.

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UN SONETO NO ES UN CULO INQUIETO

  • 1. UN SONETO NO ES UN CULO INQUIETO GASTÓN MATUTE De una musa y un poeta un buen poema. Este libro de Sonetos próximo a salir, no tiene más impedimento que lo que dure mi inspiración y por si esta me faltara, el trabajo que me tomara terminar unos cientos. A cien quiero llegar, a paso firme. Dudé del título, ¿Qué dirían las madres? ¿Qué horror, mucho más indignación pondría mi vecina al leer la palabra culo? Debo reconocerlo, al final de cuentas, solo presto atención a lo que me horroriza, y me dio pudor y pensé que iba a ser de mal gusto. A mí me sonaba mal, ¿Poner la palabra culo? Pero como el verso fue tan fuerte, y sugestivo, no podía decirse de otra manera. En este caso, lo dejé, y por su esto fuera poco, lo usé de título para mis cien sonetos. Cien Sonetos, porque cien fueron de amor, los de Neruda, cien los de Shakespeare, y cien los del maestro Sabina. Yo no podía hacer menos, y tampoco escribir ciento uno, no quiero pasarme de listo. Aunque a uno lo tilden a veces de rebelde, tiene sus límites, y oye de vez en cuando las normas, o se acomoda a las costumbres, y si cien estuvo bien para estos poetas, para mí también. Siéntense a leer, recuéstense a soñar, gocen los ojos, apláudanlo de pie, no tardaran en llegar los sonetos de: Un soneto no es un culo inquieto. No voy a decirle más nada. Arruinaría todo el encanto. Léalas. INTRO 1. ¡No se puede escribir de otra manera! ¡No se puede escribir de otra manera! Me dije cuando escribí por vez primera. Que fue ayer, y casi se me olvida, De escribirte un verso de bienvenida. De que ya está por llegar la primavera, El candil de tus pasiones candeleras. Bien mordida quedo la manzana prohibida, Más de cien sonetos que dé, de por vida. De que me corre un verso por mis venas, De que en mis cielos una tormenta truena, Con el relámpago eterno de la poesía.
  • 2. De que en mis séptimos desvelos suena, Un lobo estepario suelto sin cadena, Que aclaro mis mil y una noches en un día. UN SONETO NO ES UN CULO INQUIETO. 2. Ojalá a la Real Academia Española, No se le ocurra veranear en mi playa. Naufragarán en tormentas y una ola, Más que llegar, se pasa de la raya. Mejor como el prudente que se calla, Al no poder terminar de leer mi poema. Y al verme venir, construye una muralla, Y a las puertas del infierno los quema. No me sentaré en el .G de sus aposentos, Me espera la silla M entre almohadas. La H que era muda, se ríe acojonada. La Z al final, que no quería saber nada, Todas bailan al compás de mis pavadas. S o C, no usaré sus reglas como tormento. 3. ¿Un soneto no es un culo inquieto? ¡Vaya título! Me dijo con sorna Cervantina, Yo le dije: ¡Eso pensará tu madre! Ya habrá perro que los ladre. Un soneto no es un rulo repleto, Ni de hebillas de mujer ni gomina. Aunque huérfanos de versos tienen Padre Literarios, son Quevedo y un tal Sabina. No llega a canción por falta de estribillo,
  • 3. Es de pensamiento corto, como sonetillo, Suenan a oropel y lleva falsos ribetes. Fieles a mi pluma, este poeta le pone, verete, Los cuernos a la literatura como diablillo, Veras como los lleva tu hija en el bolsillo. 4. Un soneto no es un boleto. Un soneto no es un boleto, De viaje chapter a otro planeta. Ni un secreto a voces en cuartetos, Ni las penas y glorias de un poeta. No sale con las musas a la caza, No usa los versos de sonajero, No cuenta las perdices de lo que le pasa, No tiene besos, pero te besan primero. Es tan solo dos cuartetos y dos tercetos, No chorrea por los poros poesía, No es un tratado absurdo de melancolía. No es un contrato con la fantasía, Es un rato de inspiración ni bien aclara el día, No hace tratos con la pasma ni la cofradía. 5. Un soneto no es un amuleto. Un soneto no es un amuleto, Contra la enjundia de mis labios a toda hora. Un libreto con aires de panfleto, Que injuria los agravios de la aurora. No es un suspiro en medio de la noche, Escapa a toda definición de diccionario. No alaba tus caderas ni reproches. No intenta desojar el calendario. No es un quejido en el desierto, Un faro errante en los puertos,
  • 4. No es un viento del sur que descabella. No es un mensaje en una botella, Desface entuertos y salva Doncellas, No le cabe un verso que no sea cierto. 6. Un soneto no es ni batalla, ni reto. Un soneto no es ni batalla, ni un reto, Ni incita al antes ni el después. No sé si vas a marcharte, mejor ahora, No es una boca provocadora que te llama. No es con las babas un dueto, No se ve desde abajo ni del revés, Se lee en un minuto pero dura horas, Si lo relees otra vez te deja en llamas. No corre aúpa de la lupa tras las huellas, No es una tarde de verano de paseo, Por los senderos ripios de un verso. No es un tratado de amor que sella, Con la tinta carmesí del deseo, Tus labios bocaza con un beso. 7. Un soneto no es un lanzallamas. Un soneto no es un lanzallamas, No invita sueños de almohadas en camas. No es una boquita de Satanás, camuflada entre las llamas con Barrabás. No se va sin mirar para atrás, Por miedo a lamer una estatua de sal. Ni viene ni va, no esconde un quinto As, No va de langa, menos un ¿Qué tal? No es un Rey envidando a una sota, Ni una Reina reinando una baraja, No son unos zapatos rojos tras tus ojos.
  • 5. No baila con odaliscas, ni con mis pies una jota, No sabe de lodos, no mezcla alfileres con paja, Le da lo mismo el ciempiés que un gato cojo. 8. Un soneto es un poema más respirable. Un soneto es un ozono más respirable, Un barco en llamas por el deshiele. Capea las tormentas menos inestables, Amigable de los sables que salen de la tele. Tiene 14 escalones y parece interminable, Cuando se sube la torre de babel y entre papeles, Hace a los versos ripiosos más transitables, Y a los poetas escribir sobre las pieles. Prefiere pecar de gallardía con osadía, Es para los séptimos cielos un cable, Susurra a tus oídos antes que el viento. Tiene el tupe de no hacer entrar más poesía, Y es a la puerta de los infiernos, retornable, Es el Rey de los versos y los cuentos. 9. Un soneto es el rey de la poesía. Un soneto es el rey de la poesía, Dos cuartetos y dos tercetos es un castillo. Que destrona un verso de melancolía, Y un poeta recita por sus pasillos. Reina con un séquito de fantasía, Bufones, juglares y trovadores. Chantajean con alegría a los días, Y con mano de doncella sana tus dolores. Sus caballeros a capa y espada, Rápidos como consejeros tajean al viento, Si trae noticias malas con la última estocada. Sus dulces princesas de madrugada,
  • 6. Prueban antes de que bebas todos los cuentos De hadas para que sueñes entre almohadas. 10. Un soneto no se deja nada en los tinteros. Un soneto no se deja nada en los tinteros, No esconde nada entre líneas sinuosas, Taché de un plumazo el recado del mensajero, No es cuento de hadas ni canciones fabulosas. No se me pasan los séptimos cielo por lo alto, El día que fui de las musas el hijo predilecto, Rifé por los pasillos de la academia el intelecto. Me juré: ¡Mis versos seducirían al mundo entero! Y volverían como aquel niño, hasta la isla de la Toja. Y solo, como no sé nada, como dijo aquel sabio, Escribí, sin oír retóricas, mal y como se me antoja. Y garabateando por los márgenes de las hojas, Rimas y versos en colaboración con tus labios, Y de a besos dí la lección en tinta carmesí roja. 11. Un soneto no es un poema obsoleto. Solo atenderé a razones caballerescas, Y como soy dado a un espíritu Quijotesco, Con vehemencia, haré que mi tinta obedezca, A mi pluma, porque me lo merezco. Un soneto no es un poema obsoleto, Ni virtud que un buen poeta ha olvidado, Ni va a decirte ¿Quiénes son estos? Ni tendrá ese aire de verso descuidado. Ni siquiera lo pensaré un momento, En versos con voz cantarina de canción, Atenderé a las historias que me invento. Como suspiro de monja en convento, Cuando da paso, el deseo a la pasión,
  • 7. Escribiré sin más, ni tanto cuento. 12. Un soneto no es escupir bronca. Un soneto no es escupir bronca Sobre los monigotes del teclado, Ni tampoco practicar esa voz ronca, Del gato que maúlla por los tejados. Ni se enrosca a tus pies como grosca, Con el veneno medicinal de la poesía, Ni cura la realidad vacunando con fantasía, Un genio embotellado con tapa a rosca. No es una tormenta que te trata mal, Ni vuelo rasante sobre solapas y el lomo De una novela que no termina fatal. Tiene ese sonido de susurro original, Y sin saber ni ¿Cuándo?, ni menos ¿Cómo?, Los cuentos que invento no tienen final. 13. Un soneto no es una nota sobresaliente. Un soneto no es una nota sobresaliente, Y se burla de los avatares de la academia. Mira de reojo, y saca la lengua a la gente, Que huye de la poesía como de la epidemia. A mitad de camino entre poema y canción, Bien lejos de los cielos sin un lápiz y una hoja, Es una pluma cargada con tinta del corazón, Más amigo de los suelos con alfombra roja. No es un rapsoda que en un verso se arremanga, Bien entrado el día con temple y osadía, A buscar en un lodo la cofradía que se enfanga. No es Robin Hood, ni tu hermana en tanga, Y aunque es la reina madre de la poesía, A un poeta de dos pesos le salen como ganga.
  • 8. 14. Un soneto no es un sonetillo. Un Soneto no es un sonetillo, Ni el Fénix de los ingenios, Tampoco mi sueño primigenio, Ni ¡Ojala me llene los bolsillos! Ni oráculo del próximo milenio. Ni la arena de mis castillos, No lleva coda ni estribillo, Catorce que llegan al decenio. No es mira que yo te enseño, A escribir a cuatro manos un poema Ni la almohada en la que sueño. No tiene patria, bandera, ni dueño, Ni enciende la hoguera que te quema, Ni el norte por dónde van los sureños. 15. Un soneto no es un escudo. Un soneto no es un escudo, No acata, No hace de lanza, Dice alguna pavada contra los boludos, Tiene alguna que otra alabanza. Un soneto no es una muralla, Un príncipe destronado en un castillo de arena, Un poeta seductor de las musas, Que aprendió a seducir de un canto de sirena. No pide que te quedes ni te vayas, Hablo de lo primero que se me ocurre, Un soneto no se pasa de la raya. No pide que te quedes ni te vayas, Ni un tintero que se me aburre. Ni un barquito en otras playas.
  • 9. 16. Un soneto no es un trance cobarde. Un soneto no es un trance cobarde, Ni le hace burlas a la madrugada, Un soneto no es un todo de la nada, Y no es una hoguera que no arde. Un soneto no es un perro que te ladre, Ni te reta a una guerra de almohadas, No es un lápiz y un papel que te encuadre, En un buen marco Musas y Hadas. Un soneto no es cosa de niñas, Ni se agarra con Don Juan a las piñas, Eso pensará tu puto padre. Cuidado con los besos del poeta, No te fíes de los versos entre cuartetas, Eso va a decir tu puta madre. 17. Un soneto es mucho más barato. Un soneto no es un boceto, Ni el octavo arte de la vida, Un soneto pude estar repleto, De todo lo que me pidas. En un soneto yo me meto, Con mi polvo en el camino, En un soneto yo arremeto, Contra gigantes y molinos. No consultes a ninguna adivina, Sin flores, para seducir una mina, Un soneto es mucho más barato. Un soneto es una excusa Para que mediante la poesía En una fiesta pasar un buen rato.
  • 10. 18. En un soneto yo me desteto. Un soneto no es un sonajero, Ni cuento de hadas por las trincheras, Mis inviernos perfuman primaveras, Cuando se escurren los tinteros. Le cambie a las nueve musas Cada uno de sus mil besos, Ellas a cambio algo confusas Leen cada uno de mis 1400 versos. Besame pronto, aun desentendido, Si a los 5 minutos, me contradigo. En el estribillo de una canción. Si apuntando a tu triste corazón No me llames ni me confundas con cupido, Le acierto a tu inquieto ombligo. 19. Un soneto no es un pavo real. Un soneto no es un pavo real, Qué muestra su cola y se despluma. No sabe de hipocresías y es leal, A sueños en almohadas de gomaespuma. No va bien con teoremas y sumas, Corre todo a cien por las venas, No es de sal y resaca de espuma, Bien leyéndolos tumbado en la arena. No despeja tus ojos en la bruma, No cambia de vereda ni trashuma, Del calor de los inviernos a un verano. Ni escribir en cuadernos a cuatro manos. Aunque nada coqueta se perfuma, Con tinta de los tinteros de mi pluma. 20. Un Soneto habla hasta por los codos.
  • 11. Un soneto habla hasta por los codos, A veces sigue besando con un solo beso, Parecen que son cien, solo catorce versos En tan poco pero lo dicen todo. Un soneto es jugar en el lodo, De la niñez y de lo no establecido, Y es también encontrar el modo, Con el silencio, del sonido. Lleva el sabor de todas las lenguas, Va más lejos que mil leguas, Sin estar más lejos que tus manos. Se sube a la torre de babel y sin tregua, Da golpes a moros y cristianos, Recita a viva voz por los llanos. 21. Un soneto no se patear una piedra. Un soneto no se patear una piedra, Ni se mece entre la sal y la espuma Y crece entre las ciudades como hiedra, Y la riegan las tintas de mi pluma. En un soneto yo me desencorseto, Del traje gris de las oficinas, En un soneto Yo soy un Capuleto, Montesco que hace las paces en las esquinas. En un soneto yo encarpeto, En varios tomos la melancolía, Y en 1000 noches un día. En un soneto yo empaqueto, Con un moñito de fantasía, Si lo sacudes, suena a poesía. 22. Un soneto no se mete en aprietos.
  • 12. Un soneto no se mete en más aprietos, Que en catorce versos consonantes, No le hace caso al acento y el alfabeto, Estos que tienes por aquí delante. No está sujeto a ningún sujeto, No predica ningún predicado, No tiene más de 14 versos por decreto, Se defiende solo y sin abogado. No mira al costado ni el contexto, De arte mayor que vuelve a ser niño. Es genial aún empiece como boceto. En un soneto yo me desteto, Del traje a rayas que me ciño. En un soneto yo me desaprieto. ESTE CIRCO DE UN PAYASO QUE YA SE FUE 23. Este circo de un payaso que ya se fue, Frente al sur, entre guerras de almohadas. Que ya no pregunta ¿cuándo?, ni ¿Por qué? Resuma poesía al filo de la madrugada. El sabio con sus labios de trementina, Puro versos, que dejo mudo al copista, Sin probar los placeres de esa mina, Escribe sin perder la rima de pista. Maquillando la voz con purpurina. No vengas a fingir con tan poquita toz, lo que beberías repasar la letra del teatro. El beso que te di entre bambalinas fue tan breve, y nos partió a los dos que con otros dos, jamás sumarán cuatro.
  • 13. 24. Léelo como un soneto no hagas novelas, Si te pierdes en un verso, hago de apuntador, De Capitán Vulgaridad en su barco de vela, Y si hace falta de poeta, juglar y trovador. Sin más tentación que la diosa de la prisa, Espía sobre mi hombro como en chivato, Tan seria pero desliza una mueca de sonrisa, Me aplaude con sus ojos a cada rato. Ensaya y sé que se me desnuda el corazón, sin más dudas se saca la blusa de la excusa, De un tirón puedo darte una canción. No podemos esperar al final de la función, A encontrarnos en el camarín entre musas, Apurate a basarme antes de que abran el telón. 25. Si no te gusta lo que escribo, ahí tenés a Borges. Se fue cerrando con candados, puso postigos y rejas, A todos los caminos ripios que dan en una hoja. No me dejo ni una mueca de sonrisa, ni guiño en ceja, Solo algún que otro soneto, manchado de tinta roja. Confieso que me divierte el son cuando te alejas, Con la lágrima que corre pero no nos moja. El viento de la desolación, se lleva hasta tus quejas, Su cara angelical de Lucifer cuando se enoja. Ya verás quienes de un séptimo cielo se arrojen, Y por el suelo rodando la primavera desojen, Quienes quieren, sin tanto cuento ni moraleja. Si no te gusta lo que escribo, ahí tenés a Borges, Digo altivo, mientras me recrimina mi amigo Jorge, Que no se puede ser tan pedante, pareces pendeja.
  • 14. 26. A un poeta no le vengas con palabras. 26. A un poeta no le vengas con palabras, Al Quijote no le corras los molinos, A un mago con trucos de abracadabra, AAlicia que deje de escoger los caminos. A un soneto de catorce con más versos, A Satanás no lo tientas con un par de llamas, A todo un tratado de amor prefiero un beso. A un caminante acostarlo en una cama. A las almohadas con cuentos de hadas, A los abismos con balcones a la nada, A mí mismo venirme a hablar de fantasías. La noche que nos interrumpió la madrugada, Se hizo de día al resplandor de la poesía, Y a nuestra alegría se rindió la melancolía. 27. No encantes con cantos a las sirenas. Que le vas a ir con flores a la primavera. A un rey destronado con castillos de arena A la vuelta al mundo que viaje en primera. A un buen cuento con sarta de moralejas, A una musa con alardes de inspiración, A unos ojos que le guiñen a unas cejas, A un trovador con alardes de canción. A la academia con faltas de ortografía, A el Dante con cantos infernales, A los inviernos a creer en los infiernos. A Dalí con garabatos en cuadernos, A un asceta con la chusma de la cofradía,
  • 15. A un neonato con el final de los finales. 28. No le muestres la cara oculta de mis lunas, Que le vas a remover al baúl sus secretos, Todos lo que se parecen a mí menos ninguna. Como cabe todo el amor al final de un buen terceto. Al Principito ni de rosas ni de Planetas, A Pinocho no le toques las narices, A mi cuarto inundado de cuartetas. A los felices no le caces las perdices. A mi pluma que corrija un buen poema, A la gomina cuando sueña con melenas, A la tinta que no corra por mis venas. A la bruma y la espuma que me quema, A los postres que esperen a la cena, Empezar un verso y escribir una centena. 29. A no ser que seas el elegido de los dioses. A no ser que seas el elegido de los dioses, Ni el niño mimado por las nueve musas, Y viajes en vuelo chapter a un séptimo cielo, Y sea un poema el remolino de los vientos. El susurro te cuente su secreto a voces, Y rimes desnudo sin la retórica blusa, Y abones con versos todos los suelos, Y en un cuento quepan todos los cuentos: A escribir se aprende bien, escribiendo, Con sangre cada vez que la tinta en vena arde, Y a Sabina tengo como mi ansiado literario padre. No podrás creer lo que Don Quijote iba diciendo: Cabalga Sancho que se nos hace tarde, Un Soneto no es un verso que te ladre.
  • 16. 30. Este soneto no viene con instrucciones. Este soneto no viene con instrucciones, De cómo se debe escribir poesía, Tampoco es el paladín de las canciones, Y un coro de ángeles de fantasía. Intenta leerlos al amparo de la luna, Veras como te corre por las venas, No lo pienses mucho versea de una, Como un fuerte vendaval enreda tu melena. Hace reinvención de lo que habías pensado, Te ayuda a soñar lo que habías soñado. Te deja esperando otro cuento en la cama. Garabatea todo lo que habías dibujado. Desmorona todo lo que hayas planeado. Son como unos papeles con letras en llamas. 31. Prófugo del instituto y la academia. Prófugo del instituto y la academia, Desarticule con arte el abecedario, Inyecta poesía como dulce epidemia, Y me diagnosticaron un parte temerario. Abone el arte del encanto con blasfemia, A la hora que se reparte los horarios, Hice de coro en un canto de Bohemia, Ya voy por la tercera parte del calendario. Leo en parte lo que me dice el diccionario, Releo aparte cuando el poema apremia, Y se olvida de sus prisas y sus horarios. A la hora que firma mis versos el notario. Y tu boca todos mis poemas Premia Y me das un beso sin tanto Corolario.
  • 17. 32. Volví tarde de la retórica de los consejos. Volví tarde de la retórica de los consejos, Siendo joven no podía hacerme ya tan viejo, No deje que me roben mi sonrisa de pendejo, Ni al mirar para atrás fruncir el entrecejo. Desempolve de los baúles mi oxidado catalejo, Para ir de pirata en los bailes de disfraces. Fui para los espejos retrovisores tan añejo, Prefiero a los Peter Pan sin antifaces. Apure el licor del doble fondo de los vasos, Para ver que me decía la borla de mí destino, Me serví otra copa para no caer tan bajo. Por hacerte el bien no te hice caso, Y tome en dirección contraria a roma los caminos, Que yendo del revés siempre se encuentra un atajo. 33. Tropiezan al venir a mí las nueve musas. Caminan por los sinuosos caminos Que dan a un poema y gigantes molinos, Y ripiosos maravillosos de mis versos, Y los laberintos sin salida de mis besos. Tropiezan al venir a mí las nueve musas, Y se arrima a mi hombro un poeta, Cada vez que con poco arte y excusa, Me siento a escribir una cuarteta. Cuando llegan mensajes en botellas, Aplauden por la noche las estrellas, Sigo escribiendo como antes temóricas. Se excitan las nueve si hablo de ellas. Cuando no existían llanuras retóricas, Mis desenfados figuran en figuras históricas.
  • 18. EN EL SEPTIMO CIELO EL POETA CON LAS MUSAS. 34. Un soneto es todo lo que me fascina. Un soneto es todo lo que me fascina, Como encontrar a la vuelta de la esquina, Tu voz, al otro lado de las puertas, Esperando entre las calles desiertas. Un soneto es todo lo que me lastima, Las palabras descubiertas, atraídas por la rima, Escribo como quien escribe por encima, Del deber, de la ley y la rancia rutina. Me fascinan ciertas bocas, los labios, Como estrellas que ama el astrolabio, Los séptimos cielos que me claman. Me fascinan la llamas, que arden ante los poetas, Y las musas cuando me llaman, A que les escriba cien sonetos en cuartetas. 35. Es como los martes de poesía. Es como los martes de poesía, Donde se avivan las crudas fantasías, Es como un domingo de novela, Que se pasa a la luz de una vela. Contando los poemas que me quedan, Voy con mis labios de versos repletos, Besando las bocas que se aquedan Calladas leyendo mis cientos de sonetos. Estoy como poeta que desembolsa, Sus versos en el rastro del mercado, Y besa a la que tiene más al lado. De lunes a viernes cotizo en bolsa, Los sábados puedo hacer rebajas, Los Domingos prácticamente regalado.
  • 19. 36. Los poetas tienen cuartetas. Los poetas tienen cientos de cuartetas, Las musas no quieren saber nada de excusas, Los vientos arrastran mil y un cuentos, Escribí mi primer soneto y termine cientos. Con mis hermanos escribí a 8 manos, Los inviernos calientan mis cuadernos otomanos, Los escritos en papeles, como en tus pieles, Me quede dormido en unos ojos, no en laureles. La primavera crece por las ripiosas aceras, Los piyamas a llamas en mi cama en vela, Soy ciento por ciento alegría y melancolía. Los poemas queman como hogueras, Las novelas de aventuras, barquitos de vela, Las fantasías se hacen realidad con poesía. 37. Maestro de nada, aprendiz de todo. ¿Vos sos o te haces? Y dejar de serlo. Maestro de nada, aprendiz de todo, Dicen que dijo el poeta de malos modos. Antes que conocerlo, mejor reconocerlo. Dicen que hay algo que tener y sostenerlo, Va asfaltando las carreteras con sus lodos, Y por no decir nada, versea hasta por los codos, Para lo que hay que ver, hay que verlo. Digo: ¡Es a lo único que me dedico! Ataco de mi puño y letra, literal, Y uso mis entrañas de escudo de cetra. Beso el verso, al pie de la letra, Haga la prueba, soñara genial, No tengo más que decir, ¿O te lo explico?
  • 20. 38. No todas las morochas son ellas. No todos los sonetos son culo inquieto, No todas las morochas son ellas, No todo lo que brillan son estrellas, No todos mis poemas son amuletos. No todo lo que escribo son cuartetas No todas las venteras son doncellas, No todas las rimas son tan bellas. Ni todo lo que digo es con aire de poeta. No todos los martes son de poesía, No todo lo que camina son musas, No todos espada y escudo de cetra. No todos los cuentos son de fantasía, No todos mis versos son una excusa, No todos están escritos con buena letra. 39. No la mueve ni la rosa de los vientos. No la mueve ni la rosa de los vientos, Cuando le susurro mis poemas matinales, Ya no llora ni con los más tristes cuentos, Y acaba casi siempre desoyendo los finales. Ya no viene con la prisa del ahora, Cuando ya se nos da por ser normales, Ya no tiene una risa encantadora, Al calor de los infiernos infernales. Ya no tiene esa actitud demoledora, Que tienen todos los cuentos de hadas, Ni esa voz de gatita provocadora. Ya no viene como hada voladora. Cuando la llamo al filo de la madrugada, Y no es en mis almohadas soñadora.
  • 21. 40. Solo sabe hacer guerras de almohadas. Solo sabe hacer guerras de almohadas, Solo construye castillos de arena, Solo sabe contar cuentos de hadas, Solo encanta con cantos de sirena. Solo le corre tinta roja por las venas, Solo es un Cross de derecha contra la nada, Solo es un raro Rey en la verbena. Solo le canta a la luna hasta la madrugada. Solo tiene lápices y papeles, Solo obedece a lo que dicta su pluma, Solo soborna a la realidad con fantasía. Solo sabe escribir sobre las pieles, Solo va con musas de sal y espuma, Solo es un poeta que escribe poesía. 41. Enarbola la poesía como bandera. Enarbola la poesía como bandera, Y en un verso cruza la frontera. Trae noticias desde el frente Como te trae la primavera. Sin decir nada fascina a primeras, De cerca corre su pasión por mis venas, Escucharla hablar fue como escuchar mi mente, Al tocarla era real lo que parecía quimera. De los séptimos cielos afuera, Expulso un dios sin besos Siempre dio lo mismo lo que fuera. Siempre le dije que se fuera De viaje con mis versos, Y que vuelva a la hora que volviera. 42. Y empecé a llamar a las damas, musas.
  • 22. Con un verso convencí a la incrédula cofradía, ¿Te conté que mis cuentos de hadas, Ya no parecen, como parecían, una pavada? Y me piden un poco más de melancolía. En mi cuarto sueña su sueño la fantasía. Desde que dejamos las guerras de almohadas, Me divierto escribiendo hasta la madrugada. En el techo mis poemas como nubes de poesía. ¿Te conté qué el día que me hice poeta, Escribí de un tirón más de mil cuartetas? Y empecé a llamar a las damas, musas. Un Coro de ángeles, platillos y trompetas, Y un cielo celoso de dioses casi me reta, Por escribir cien sonetos como excusa. 43. No tiene mucho más que cualquiera. No tiene mucho más que cualquiera, Guarda bien lo que las otras no tienen, Es casi la última, como la primera, Sus labios bien saben que me quieren. Pero me mira cómo mira la aurora, Cómo se ve venir la primavera, Me saca mil versos a toda hora, Es como el horizonte que me espera. Lleva en la piel el son de la verbena, En la voz un loco canto de sirena, Es tal cual lo describo entre cuartetas. Le corren mis poemas por las venas, Decora con papel mis castillos de arena, Sabe hacer de musa y yo de poeta. 44. Desengáñese Señora, la objetividad no existe.
  • 23. Desengáñese Señora, la objetividad no existe, Le dije el día que me convertí en poeta, Como quien con la poesía se desviste, Y se queda en paños menores entre cuartetas. Procure saber, que todo en la vida es subjetivo, Que lastima que no se cuelgue de la cola de un cometa, Le dije entre dientes mientras me ponía altivo, Y que me venga venir con poesía de otro planeta. Ya verá como mis rimas en sus manos le quema, Y que con un verso al corazón yo la fleche, Soy como se dicen a la vieja usanza, un buen poema. Escribo aunque suene a poeta mala leche, Y soy lo que a la frutilla nata y crema. Y me iba cantando mi canción antes que me eche. 45. Lleva esa fascinación en la mirada. Lleva esa fascinación en la mirada, Cada vez que le leo fábulas de hadas, Lleva su cabello arremolinado al viento, Con las mil noches de mis cuentos. Lleva esa voz de encanto de sirena, Sus almenas con castillos de arena, Es la canción de luna de tantas madrugadas, Es el bálsamo pedir de los poemas. Me corre tinta carmesí por las venas, Somos Trovador y Reina de la verbena, Leen en las fiestas mis fantasías. No nos quieren los dioses en el cielo, Ya nos ven escribiendo por el suelo, Y llevamos en los bolsillos poesía. 46. Dejá que te de la flecha errante de Cupido. Escribe mirando al mar, de espalda a los rascacielos,
  • 24. Sentado en una torre de babel, en un séptimo cielo, En tu casa de corrido, más tranquilo en un banco de plaza, Inspirate en lo que pasa, sal por al verso a la caza. Dejá que te de la flecha errante de Cupido, El día que me dio, deje en un verso mi alarido, Dispara a los corazones aunque sean de salva, Que de escribir tonterías nadie se salva. Espero todo esto un poco te divierta, Recuerda escríbelo todo, deja abierta La tapa de los tinteros de la devoción, A las musas nunca le cierres la puerta, A la imaginación, que baje la diosa razón, Intenta con el corazón, sola vendrá la oración. 47. Unos Ojos desafían a un tratado de belleza. No podrás creerme lo que me dijo ese genio, Que atendía una tienda de ramos generales. A veces lo entiendes a primera, a veces a años, Sus poemas por aquellos días sonaban extraños. Con tanto falso profeta al final del milenio, Yo llevo conmigo mis genios particulares. Si invocas a la poesía no sufrirás daño, Si vas con alegría no sufrirás desengaños. Unos Ojos desafían a un tratado de belleza, Mis versos rojo que con su séquito destronan A la nobleza, cuando pierde la cabeza. La razón se rinde ante el Rey de las rarezas, Una rima de plata y soneto de oro coronan, Con una sonrisa a las más tiránica tristeza. 48. Todos los caminos a tu boca. Un soneto no es Oda de un beso, De los que duran más de un día,
  • 25. Ni mucho menos Coda de excesos, De los labios que aman con poesía. Un poeta susurra a tus oídos, Todos los caminos a tu boca, Con versos rescatados del olvido, De los poemas que te tocan. Uno solo es el primero prometido, Enviar una nave en misión planetaria, Con el mensaje del último alarido. Más de cien yo me he perdido, Por disparar en dirección contraria, Las flechas robadas a Cupido. 49. No me llames amigo. No me llames amigo, Si vas con esa cara, Y la mueca rara, De último enemigo. No soy un mendigo, Tengo tus ojos de testigo, Mira lo que te digo, En sueños venís conmigo. No me digas poeta, Si no me sigues en cuartetas, Hasta la vuelta de la esquina. No te cuelgues de un cometa, Si no vienes a mi planeta, A hacerme de buena mina. 50. ¿Leer preceptivo? Si Yo soy todo poesía. ¿Leer preceptiva? Si Yo soy todo poesía, A mí me viene a consultar la fantasía, Yo ya leo ¿Para que ir a la escuela?
  • 26. Si Leí y escribí más de una novela. ¿Corregir mis versos? Si Yo ya soy poeta, ¿Dar más besos? Si están todos entre cuartetas, Le saco brillo al dedillo de la imaginación En mis bolsillos llevo un estribillo de canción. La gramática que de un plumazo derribo, Y sus asuntos y de las cavernas mi acento. Descuida, sé contar hasta catorce en soneto. Yo sé muy bien lo que de mis tinteros escribo, De solo una mirada puedo sacar un cuento, Y terminar con buena letra un buen boceto. EL PARAISO PERDIDO A LA VUELTA DE LA ESQUINA 51. Lentes de mis amados años de bohemia. Sin despreciar los honores de la academia, Devolví casi sin usar sus rancios catalejos, Volví a mirar con mis ya gastados viejos Lentes de mis amados años de bohemia. Esparcí por la ciudad una dulce epidemia, Con el desliz de la poesía llegué más lejos. Pase a 100 todos los controles de blasfemia, Escribí unos100 sonetos como acto reflejo. Antes el lacio de la ciencia quedé perplejo, Como un maestro de rulos frente al aprendiz. Tome a beber de mis tinteros como cáliz. Huí ante de que confiscaran mis papeles, Me lleve de suvenir una institutriz, Y manchara las paredes con mi lápiz azulejo. 52. La ciencia viene a arruinarlo todo.
  • 27. La ciencia viene a arruinarlo todo, Mi infancia fue una mentira Asfaltaron los charcos y los lodos, Acorta este sueño que se estira. No salir a jugar era una guerra, El baldío de al lado de casa otras tierras. Solo en fábulas atacaban los villanos, Y les sacaba la lengua a mis hermanos. Sin escribir nada hacíamos poesía, No se burlaba de mí la fantasía, ¿Sinécdoque? Hacíamos todo de la nada, Sin saber siquiera que era la melancolía. Igual, Yo sigo en guerras de almohadas, Con las hadas, y cuentos hasta la madrugada. 53. A Cervantes y el Quijote. 53. Quien iba a decir que sin estudiar hizo escuela, Y que mejores tiempos eran los de antes. Y que segundas partes nunca fueron buenas. Y que Sanchos sorprendería en una isla barataria. A sus pies se rinden las más magnas novelas. El Dante cabalgaría su infierno sobre rocinante, Que correría tinta caballeresca por sus venas, Y que al fin y al cabo: ¡genio y figura literaria! No había otra que Dulcinea, desfacia entuertos Con el corazón sin que nadie se lo pida. Y que su obra en la marea, llegó a buen puerto. ¿Tú duda? la tísica razón, ¿Y tú tormento?: Que la gloria te persiga en larga vida, Antes que te inmortalicen en cemento.
  • 28. 54. A la vieja usanza, con escudo y lanza, Y su oratoria atroz ganaba batallas perdidas, Arremetía contra duelos y alabanzas, Resucitaba a viva voz la letra herida. No hubo más disparate, que en su Quijote Aunque escrito en prosa, vive la poesía. -Aunque te manteen o la liguemos de rebote- Sancho-, una venta es un castillo de fantasía. Delirante cada vez que se topaba un atorrante, Se ponía su mejor traje si lo armaban Caballero. Te extrañan todas los venteras y caminos. Tan grande que a su lado solo veía gigantes, Sueñan todos los vientos con Cervantes primero, A su paso deberían reverenciarse los molinos. 55. La Mancha fue de tus tinteros, Y de tu pluma Don Miguel de Cervantes, Chico te quedo el mundo entero, Y a tu paso se rinden los gigantes. Voz melancólica con pluma comediante, 10 años después: ¡Si no termino me muero! Dijo. Quiso dar a luz, y le salió radiante El segundo tan bueno como el primero. No necesitó más que un loco caballero, Seguido por un sensatísimo escudero, Con afanes de gloria y tiempos de antes, Y una isla barataria con ideas diamante. Por una primera edición en sus estantes, Se pelean a lanza y alabarda los libreros. 56. Digna del Sancho y el Quijote.
  • 29. Tuve una actitud caballeresca, Digna de Sancho y el Quijote, Verla fue sin comerla ni beberla, Ni tocarla, ni ligarla de rebote. Subí por el ripio de la picaresca, Ni en tierra firme ni en bote, No hubo forma que me encarezca, Tenerla en versos ni retenerla. Soñé con la Julieta de Shakespeare, Toda una noche de verano, Con tenerla entre mis manos. Sin un solo dios que se apiade, Se acerca con tu porte de villano, En vano firma mis hermanos. 57. Me mordí la lengua y sangró poesía. Escribí con la lengua a la española, Cien sonetos no me costó más trabajo, Mecido como un barquito por las olas Y me desangré en palabras al primer tajo. Susurre mi secreto por lo bajo, Un soneto no es alarde de poeta, Diciendo casi nada, lo dije todo, Revolví los lodos con mis cuartetas. Me mordí la lengua y sangró poesía, Revolví los tinteros con la melancolía, Las mil y una noches en un día. Desvestí tu blusa y fuiste fantasía, La décima musa de las cofradías, Vuelve a la cama que la fábula se enfría. 58. La cara de la gitana al leer mi mano.
  • 30. La cara de la gitana al leer mi mano, Y ver que por mis venas corrían versos, Y que llevaba la quemadura de un beso, Y que no me temblaba el pulso como villano. Volvé al de antes, como dice tu hermano, El que hacía reír como el arte del exceso, Cuando todo era vivir sin tanto seso, Volvé a escribir esos versos a cuatro manos: Si ves alguna vez que estás sola Yo te mezo como barquito de papel, Entre la sal, la espuma y las olas Si no te piropean ni te dicen hola, Yo te escribo un verso en la piel Todo para que te den algo de bola. 59. Antes se seque la tinta de mis tinteros. Estos sonetos sin aires frívolos de vodevil, Siguen todo lo que me dicta mi pluma, Que van desde un sonetillo a un sonetil, Llevan todos la marea, la sal y la espuma. Paro en los cien sino escribo cien mil, Espero que estos pocos despejen tu bruma. Bajo la luna de un cielo añil, Están escritos a cien si haces la suma. Antes se seque la tinta de mis tinteros, O se duerma mi pluma entre los laureles, Afino la punta de mis lápices y los papeles. Los sonetos que yo escribo vienen de a cien, Mira si todos estos te parecen bien, Mis poemas darán la vuelta al mundo entero. 60. Y cansado Cupido de flechar corazones. Y cansado Cupido de flechar corazones,
  • 31. Puso una empresa multicolor de jabones, Asepsia de la desolación que cura las heridas Sangrantes que dejan las insulsas despedidas. Un poema no hiere ni mata, ni hace daño. Lo lees un día y te desangra con los años. Un verso aunque cumpla los cien no envejece, Cada vez que lo lees un poema rejuvenece. Una canción te cambia a su son la cara, Aunque parezca que no entiendes nada, Intenta dejarte llevar como fabula de hada. Te devuelve esa mueca de sonrisa tan rara. Las de fascinación en tu triste mirada, Y el entusiasmo de un cuento de almohada. 61. Viajo en ascensor cinco estrellas. Viajo en ascensor cinco estrellas, Ya hoy a mis séptimos cielos. En mi juicio final una querella, Si no sigo rodando por el suelo. ¡No ves que yo canto a las cosas bellas! Se apiado el infierno en desconsuelo, Cuando le dije: ¡No me alejes de ellas! Y entre dientes, mordió mi anzuelo. Y a la hora del último recuento, Voto a un Dios que Yo no miento, Casi se seca la tinta de mis venas. Me daba tanta pena, en cuartetas, Imagínate, como rapsoda y poeta. No llegar a contar el cuento. 62. Es tan solo otra historia Matutina. Es tan solo otra historia Matutina, Que atiende al deseo su llamada.
  • 32. Una voz a la vuelta de la esquina, Le cuenta sus sueños a mi almohada. No podrás creer lo que me dijo la vecina, Que hago mucho ruido hasta la madrugada, Con mis musas en la pieza y la cocina, ¿Si al menos me contaras un cuento de hadas? Un trovador parado ante la prisa, Por convertir en tormentas las brisas, Que golpean a mi ventana. Estos versos que escribí para mañana. Que esbozan una mueca de sonrisa, Y se ríe ante la insulsa mona Lisa. 63. Con un verso alimente a mis pajarracos. Con un verso alimente a mis pajarracos, Y con el resto el pan de mis niñas. Escribo a doncellas y a bellacos, A lo que se detesta y se encariña. Escribí un verso rojo carmesí que no destiña, Tengo por aquí mis ángeles paradisiacos. Catorce rimas que tu boca desaliña, Y quede mal y tarde como me decían flaco. La huella de mi verso sobre tus pieles, Practique el desnudismo sin sacarte la blusa, El surco de mi pluma en baldosas de hoteles. No muy lejos de mis lápices y papeles, No me saques mis nueves musas No me destronen con coronas de laureles. 64. Como buen poeta le pedí a cupido. Como buen poeta le pedí a cupido, Y a León escribir una antología rota, No me fleches con la flecha del olvido,
  • 33. Algo al menos como el gato con botas. Si la madrugada no te saca un alarido, Y ves que no te deja alelada, yo te cuento, Los mil y una reproches en un cuento. Y los colores de su paleta, al alba le pido. ¿Qué saben de tus sueños las almohadas? ¿Que saben de tus llantos de zafiro, Las mil y una noches estrelladas? ¿Qué le ven de fantasía las hadas, Cuando leen mi poesía entre suspiros, Y me desean más de tantas madrugadas? 65. Donde no llego llega mi imaginación. Donde no llego, llega mi imaginación, Sin falda de razón y un poco de dignidad, Si me falta la voz, escribo una canción, Que no sea falta ni mienta a la verdad. Si veo que algo no lleva corazón, Voy tras un poco de latido de voluntad, Si digo más de la cuenta por falta de razón Puedo faltar a todo menos a mi lealtad. Si veo que no llego con un verso Pongo a disposición todos mis besos, Que te hagan en el alma cosquillas. Digo todo por decir algo con excesos, Y que no salgan tus oídos ilesos, Y que te dejen rojas las mejillas. 66. No hay dios que me muestre el bien. No hay dios que me muestre el bien, Ni Satán que me tiente al mal, Ya llevo la mitad de los cien, Lejos del principio y del final.
  • 34. Se hacer más de lo normal, Me espera la poesía en el andén, Ya se me el pecado original, Me ha tomado la fantasía de rehén. Entre cien tierras y los siete mares, De coro de ángeles en los altares, Supe hacer de la nada un todo. De trovador y juglar por los bulevares, Por los atajos de los lodos, Siempre vuelvo a mis lugares. 67. Mucho, poquito y casi nada. No vuelvas a tirarme una almohada, Diciendo que no te gustan las despedidas, No me vengas con cuentos de hadas, Con esas musas de las alas heridas. No me tientes con tantas madrugadas, Con esa canción de las noches perdidas Mejor que te sientes a charlarme pavadas, Con esa voz de niña consentida. Si vas a devolverme la llamada, Que sea con esa toz encantada, De los que buscan las pasiones prometidas, Con un poema gano la partida, Antes que se nos vea la papada, Si vas a quererme poquito y nada. 68. Cuando Alicia se mete por el agujero. Cuando Alicia se mete por el agujero, Si sueña en trance con el sombrerero. Más suerte que la pata de conejo, Tuvo Lewis al jugar con las niñas y sus tinteros.
  • 35. Cuando Alicia corre por no perder la cabeza Ante la reina de las certezas, Cuando el caballero dice es de mi propia invención Y toca los acordes de una canción. Cuando Cheshire te describe los caminos, Si lo mismo da si no buscas el destino, Y le dio bien insensato las restas y sumas. Un gusano de seda te despeja entre la bruma, Las palabras que le das a mi pluma, Dicen lo que yo quiero los sonetos que termino. 69. Lo que cae por mi casa, rueda por el suelo. Lo que cae por mi casa, rueda por el suelo Se nos pasa, en un verso el desconsuelo. Me fascina verlos venir como de lejos, Con mi pluma en versos, como catalejos, La mano que de sobra ya me mima, Al villano que asombra y ya no lastima, con el recuerdo y la raquítica razón, Y el sal de aquí de mí, en el corazón. Y más allá de los rascacielos, el horizonte, la pradera, el eco de las cavernas Y el lobo estepario de los montes. La primavera, el hueco de tus piernas, Las miradas de los ojos que encuaderna, Y el príncipe azul que te desmonte. 70. Me fascina cuando se recogen el pelo. Me fascina cuando se recogen el pelo Y con la hebilla cruzándoles la boca, Te miran con actitud provocadora. Con sus manos se hacen un rodete, Con ese look de Dora la exploradora,
  • 36. Juega con su pelo como un juguete, Intentar levantarte en llano vuelo, Y balbucean algo que te trastoca. Dueña de esa pasión desveladora, Y juega con esa rima demoledora, Con la que juega el poeta. Al abrir los ojos se desvela la aurora, Y sueña con que llegue la hora, Que se rinda a sus pies las cuartetas. 71. Cuando la musa y el poeta Cuando la musa y el poeta, Escriben un verso a cuatro manos. Cuando riman las cuartetas, Queriéndose como hermanos. Sería todo un detalle, Pedirme que me calle, Como un beso de tus labios, Enmudece la voz de los sabios. Con sangre dicen que la letra, Entra y corre por las venas, Ver teñir de carmesí tus labios rojos. Con pasión dicen que penetra, El llanto que derramas por tus ojos, Y alienta al dios de la verbena. 72. Pero no le pidas a mi pluma. Pero no le pidas a mi pluma Que al retirarse deja espuma, Y un poema por la orilla, En tu mente hace cosquillas. Cuando tropieza tu mirada, Y sueñas entre mis almohadas.
  • 37. No pueden creer tus zapatos rojos, Hasta la madrugada, tus ojos. Como se pierden entre tercetos, Tus labios entre mis sonetos, Le dan la razón a mis versos. No le pidas a los cuartetos De manos quedarse quietos, Besan con pasión mis besos. 73. Y mis catorce versos a los cuatro vientos. Cuando se acerca el espíritu crítico, A hurgar entre líneas lo que verso, Y pierden los nervios aún con ansiolítico, Entre dientes murmúralos del reverso. No supera en la academia un analítico, Y volvaria al big bang el universo, Fascinante lo encontrará tu inconsciente psicoanalítico, Un arcángel vuelve a los séptimos cielos, ya converso. Los modernos lo consideran arqueolítico, Solo lo aplaudirían en el neolítico. Y encima para poco has escrito cientos. Diciendo todos: ¡Esto es anti-artístico! Y termina gritando mis cien cuentos, Y mis catorce versos a los cuatro vientos. 74. Me fascina construir la torre de babel. Me fascina construir la torre de babel, Con pisos altos en la tinta y el papel, Revestir en un soneto de oro el oropel, Y escribir un tratado de amor sobre tu piel. Me fascina el Rey de corazones, Como el tahúr a la madrugada, a doble o nada,
  • 38. Y le encarga a su más fiel trovador canciones, Con guerras de almohadas, y cuentos de hadas. Un coro de ángeles, el estribillo de emociones, Y la intro y coda de mis tentaciones, Y usa tu voz de añejo sonajero. Un genio es un mago de las ilusiones, al frotar la lámpara de las oraciones, Y convierte tus labios en tinteros. 75. Para la voz de la conciencia, Pepe grillo. Para verlos venir de lejos heredé de mi padre, Los catalejos, Y para amar de mi madre, tengo lleno de besos los bolsillos. Y por si me faltara algo, de mis hermanos, Me sobran, y escribo, a 8 manos. La mitad es una hoja femenina Que se deja seducir por mi pluma masculina. Y para no perderme y volver por los caminos, Me tiran migajas de pan mis sobrinos, Y voy dictando versos del revés. Se corren a mi paso los molinos, Cada vez que vuelvo a la vos de la niñez, Y vuelvo a mis sueños de rapsoda otra vez. 76. Me insultas al recibir y dar consejos. Me insultas al recibir y dar consejos, Más si venís, con tu cara de pendejo. Pero si quieres te presto mi catalejos, Para que veas venir a los villanos de lejos. A escribir, se aprende a escribir, escribiendo, ¿A oír? Desoye a la academia, sigue leyendo,
  • 39. A los cantantes, que son los poetas el siglo XXI, Inténtalo verás, como llegan los versos de uno en uno. Sigue el método que mejor te convenga, ¿Oíste el refrán: ¡No hay mal que por bien no venga!? Escribelo todo sin dejar mucho rastro. Escribe a cuatro manos, no impidas que te detenga. Ni la más brava tormenta, puede que algo tenga. Como los tienen los lodos y los astros. 77. Las memorias es divertirte con el pasado. Las memorias es divertirte con el pasado, La novela como solucionar el presente impuro, La poesía hacer algunos planes a futuro, Todos ellos intentar ver qué hay del otro lado. Del otro lado del telón que interpreta la farsa, Más allá de los carnavales y su comparsa. Déjate seducir por la pluma de un poeta, Escribe a la vieja usanza tercetos y cuartetas. Procura hacer una danza con lobos con las musas, Escribe lo más que puedas, mirá que no aceptan excusas, Ni juegos de palabras, ni pases de pelota. Escribir es un acto de exhibicionismo, se escribe sin blusa, Desnudo a la intemperie de la multitud, con notas semifusas. Lo que le dices a ti mismo y a aquel idiota. 78. Desde que voy por la tercera parte de mis novelas. Desde que dije que voy a escribir mis memorias, El desorden al que estoy acostumbrado, Van formando fila y la turba se hace histórica, Me tratan bien, y los hipócritas miran para otro lado. Desde que voy por la tercera parte de mis novelas De aventuras, el Capitán Vulgaridad leva sus velas, Por un costado lleva a un puerto en tormenta,
  • 40. Y por el otro es verdad todo lo que sus personajes cuentan. Desde que voy a escribir un poemario de poesía, Se arrima: ¡Canta la verdad y no te olvides de mí! Me dice con un dejo de melancolía la fantasía. Desde que salpico tinta negra, unos labios carmesí Por las noches, el blanco papel que escribo de los días, Las musas me aconsejas: ¡saca al poeta que hay en ti! 79. La ciencia viene a arruinarlo todo. La ciencia viene a arruinarlo todo, Mi infancia fue una mentira. Asfaltaron los charcos y los lodos, Acorta este sueño que se estira. No salir a jugar era una guerra, El baldío de al lado de casa otras tierras. Solo en fábulas atacaban los villanos, Y les sacaba la lengua a mis hermanos. Sin escribir nada hacíamos poesía, No se burlaba de mí la fantasía. Todo era fabulas y cuentos de hadas. Igual, Yo sigo en guerras de almohadas, Que la noche me anochesca los días, Hasta bien entrada la madrugada. 80. Un séquito literario viene conmigo. Un séquito literario viene conmigo, Alicia, Pinocho, Don Quijote y el Principito. Aunque no lo parezca son mis amigos, Einstein, Munch, Goya y Dalí. Son míos los séptimos cielos y las esquinas, Las guerras de almohadas y estos cien sonetitos, Elvis, Dylan, Calamaro y el maestro Sabina, Fue lo que al genio de las letras le pedí.
  • 41. Tengo, aunque de idea cortos, mis lemas: ¡Por decir algo!, ¿Hay algún problema?, ¡Deberías! ¡Enciende la hoguera que te quema! Y ¡No se puede escribir de otra manera! Todos mis cuentos, novelas, poemas y poesía, Van del calor de los inviernos a la primavera. 81. Tinta Cervantina corre por mis venas. Tinta Cervantina corre por mis venas, Los grabados de Picasso mis poemas tiñe, Afroditas del Banquete de platón sirven la cena. Catorce de Quevedo y Lope a mis versos se ciñe. Como una rima añil bien entrada la mañana, Como el perro de Goya que asoma la cabeza, Como la hermana de Dalí que a la ventana, Como si nada, disimulada, asoma su belleza. Como homenaje, inspiración y excusa, Llamamos ellos y yo a las mismas musas, Cada vez que necesitamos una rima por cortesía, Pinceladas, cuentos de hadas y notas semifusas. Los desarreglos que comete la fantasía, Los corrige mi pluma con un poco de poesía. 82. Escribí bilis negra sobre polvo blanco. De mis viejos y queridos poetas, De Quevedo a un tal César Vallejo. ¡Déjalo todo entre tercetos y cuartetas!, Me dijeron a coro, como consejo: Escribí bilis negra sobre polvo blanco, Salpica con buena letra los murales, En la multitud de la plaza en un banco, A escupir versos, como en los corrales.
  • 42. Garabatea el revés de los papeles, Róbale un beso a los cálidos inviernos, Desde en suelo, entre el cielo y el infierno. Escribe a las musas sobre sus pieles, Deja un verso anotado en el cuaderno, De la recepción de los hoteles. LA LEGION DE LOS POETAS. 83. He creado la legión de los poetas. He creado la legión de los poetas, Cumplen con disfraz de bucanero, Entre ripios, versos y cuartetas, Lo que pediste para el primero de Enero. Vienen como de otro planeta, Como vos, cuando eras vos extranjero, Plantan la cara, no llevan careta, Y un tesoro, poemas en su monedero. Se arman andantes caballeros, de las mal llamadas artes y las letras. Toman el elixir de los tinteros. La pluma, que redime al mundo entero, De espada, y el papel escudo de cetra, Y su voz es una voz de sonajero. 84. Escribe versos sin pies ni cabeza. Cien sonetos en mis ratos de tristeza, Que me lleve de vuelo a otro planeta, Cien besos en mis ratos de pobreza, Y bueno vuela colgado de la cola de un cometa. A sus fantasías se rinden las certezas, Juega a los cuatro vientos con su veleta, La poesía apaña sus delirios de grandeza,
  • 43. Usa la lengua para saborear palabras de paleta. ¿Dices que debo hablar de su belleza? Si ya lo tengo dicho en más de cien cuartetas Es la Reina del revés de las rarezas. A cien porqué uno le da pereza, A la vieja usanza, como buen poeta, Escribe versos sin pies ni cabeza. 85. Los que construyen castillos de arena. Los que construyen castillos de arena, Y los naufrago que encallan en otras playas, Los que encantan con cantos de sirena, Los poetas que le piden a las musas no se vayan. Los que habitan en séptimos cielos, He invitan a pasear a las musas. Los que escriben rodando por el suelo, Sin tanto reproches ni dando excusas. Los que no saben leer y hacen escuela, Y de un plumazo escriben una novela. Los que escriben versos y suena a melodía. Los que a oscuras sostienen una vela, Con el resplandor de la fantasía, Y aclaran los días con un poco de poesía. 86. Poeta que canta en tierra la canción del pirata Poeta que canta en tierra la canción del pirata, Y las musas que usan su voz como profeta, Enciende por las noches hogueras con cuartetas, Por ahí dobla las esquinas en Mar del plata. Inicia los Rocíos que llegan a tormenta, Que inventa los cuentos que se cuentan, Lleva mil y una noches en un cuento, Los suspiros y susurros de los vientos.
  • 44. Protege su voz de la intemperie, De los polvos de los atajos a rarezas, De la duda cuando se burla de las certezas. Avivan la pasión como pasional en serie, Sacan los tratados de amor de la cabeza, A cuatro manos escriben un soneto por belleza. 87. Tienen un quinto verso bajo la manga. Tienen un quinto verso bajo la manga, Planta en el infierno un sol y reverdece. Los veros que en un séptimo cielo crecen, Valen oro, pero los subastan en ganga. Construye Torres de babel en ciudades. Cantar al cantar la verdad de las verdades, Poetas que pone a la razón en penitencia, Le sacan la lengua con sorna, he insolencia. Satanaces que parecen buenos muchachos, Que de un plumazo escriben un buen libracho, Cuando le da la mano derecha a la siniestra. Los que sangran salsa de tomate de gazpacho, Tienen un par de versos como muestra, Sabios que van de aprendices ante la maestra. 88. Que escriben versos y los leen de los reveces. Que escriben versos y los leen de los reveces, Que van desnudos en la fiesta de disfraces, Los que tienen cara, ni careta ni antifaces, Que lo dicen todo en versos cientos de veces. Que miran detrás de los trajes a las personas, Como lo que decíamos ayer en la Sorbona, Los que en una isla desierta bien se hallan. Los versos que te quieren cerca y no te vayas.
  • 45. Los que envenenan con poesía como cura, Los que escriben versos largos como piernas, Que para soñar se acuestan más temprano. Las grandezas de las abreviaturas, Que cortan los caminos a contramano, Que en un verso no les tiembla la mano. 89. Les late en el corazón un poema. Les late en el corazón un poema, Que son de 14 versos brillantes. Los que volviendo un paso atrás, Dan un beso y siguen adelante. Les tienta destruir todos los lemas, Y mirar por encima y por detrás De los que se les ponen delante, Y a los que vuelvan les dicen dónde vas. Que escriben, por decir algo, un librazo, Por versear, dan un soneto, de un plumazo, Catorce son los tramos, pongamos por caso. Que no entienden la rima y hacen caso, Que no saben que decir y dan el paso, Entre los horteras a los codazos. 90. Suben al vagón del último tranvía. Suben al vagón del último tranvía, y asaltan a los pasajeros con poesía, Y al filo de una hoja de papel, Sangran tinta roja de melancolía. Hacen escala en el andén de la alegría. Si ven una mona lisa que no se ría Le hacen cosquillas en la piel, Con una pluma cargada de rebeldía. Huyen a la ansiedad de las noches frías,
  • 46. En una nota confusa de la melodía, Un poeta se venga en un verso cruel. Cuando esperan las musas en un hotel, Sobornan a la realidad de los días, Con un billete de ida de fantasía. 91. Poetas que contra pronóstico y consejos. Poetas que contra pronóstico y consejos, Sin ningún interés en pagar sus intereses, Escriben versos como un acto reflejo, Saltándose las puntos, y sobrando eses. Ese tango oracular de las revelaciones, Que le sacan a las palabras su brillo. El dos por cuatro de las canciones, Que terminan en un agónico estribillo. Poeta que se saltando los esquemas. Y escriben sobre las paredes y las pieles, Y todas sus novias saben que las quieres. Solo escribe con la llama que le quema, Las musas devoran sus papeles, Y sangran de tinta china y placeres. 92. Los que por decir poco y nada, Escriben de un tirón cien sonetos, Los que por no gritar a la almohada, Dan por terminado el primer cuarteto. Los que por no andar con pavadas, Y por no poner cara de paleto, No esperan a la madrugada, Y van a encarar el primer terceto. Los que le sacan la lengua a la razón, Que dejan en una radio sonora canción,
  • 47. Y levantan la voz con aire diferente. Que mandan Alicias preguntonas al frente, Llevan una pluma Sonnet entre los dientes, con sudor, tinta de las venas y corazón. 93. Esos sabios que no les cabe una duda. Esos que se sacan un cien pies de la cabeza, Y veneran como se manda, a la diosa certeza. Esos sabios que no les cabe una duda, Y no intentan vestir al ver a la maja desnuda. Esos que se sientan en una noche de café con terraza, Y cuentan a viva voz lo que les pasa. Esos que espían al poeta por sobre el hombro Ver convertir en castillos los escombros. Esos que hacen de las cenizas buena madera, Y en los infiernos plantan una primavera. Esos que son un oasis en un desierto de gente, Y diciendo que sí, nadan contra la corriente. Esos que dejan correr a doble o nada la suerte, Y coquetean con el deseo de volver a verte. 94. Y le lloran por las noches a la almohada. Esos que van de luto y prometen carnavales, Corrigiendo el final de los finales. Esos que lo saben todo y no dicen nada, Y le lloran por las noches a la almohada. Esos que le dan hojas para que juegue el viento, Y tinta de las venas a los cuentos. Esos que saben dar buenos consejos: Y siendo tan jóvenes se hacen tan viejos. Y cuando quede mi obra inacabada. De mi último verso de knockout contra la nada, Y se apague la llama esta que me quema.
  • 48. Ojalá no vengan a criticar las musas mis poemas. Diciendo que no hice suficientes guerras del almohadas, Que no escribí pensando en ellas hasta la madrugada. CUANDO SE REVUELVEN LOS TINTEROS. 95. Cuando se revuelven los tinteros. Cuando se revuelven los tinteros, De la prosa y la poesía, Usando su voz de sonajero, Un poco de melancolía y fantasía. Supongo que se tiene esa rareza, Todo por un buen cuento de hadas. Cuando te llama la belleza, Por la madrugada entre almohadas. Cambiar un poco de duda Por todas las certezas, Con mi pluma de poeta. No sé bien quien acuda Y pierda la cabeza Al leerme mis cuartetas. 96. Ni a la flecha errante de cupido. Ni a la flecha errante de cupido, Ni miedo a dar en trance el alarido, Ni desaprender el código sabido, Ni terminar hijo pródigo malherido. Probé de tus labios por no ser atrevido, Como sabio que desprohibe lo prohibido. Luego de terminar en un verso letraherido, Puede que a los 5 minutos me contradigo. Si yéndome con otra me voy contigo. Ni al mar que con su sal y espuma,
  • 49. Aromatiza los tinteros de mi tinta. Le dan a mis papeles buena pinta, Y a tus pieles un moño con la cinta De su hola que tal, y despejan la bruma. 97. El seductor de las nueve musas. El poeta que sale de su trinchera, Con rimas a enternecer la cara dura, Va un verso cruzando la acera, Sin más que un poema, la frontera. También anda dicen, por ahí El seductor de las nueve musas, Por lo que esta noche pude oír, Va con ellas, sueltas de blusa. Con un par de poemas por excusa, Y una canción con notas semifusas, Ganan la batallas dadas por perdidas. Como buen poeta que no abusa, De los billetes de vuelta en las partidas, Estrellan con tus ojos las noches prometidas. 98. Ensayaré mi atemorizante Boo, boo, boo. Ensayaré mi atemorizante Boo, boo, boo. Miedos eran los de Yagi y Scooby Doo. Más escalofriantes, que los infiernos del Dante, Si las primaveras no que me pasan por delante. Las películas eran de un tono aterrador. Huía por la puerta de salida el espectador, Al ver como su dulce acompañante, Que tan solo con su vestidito, un rato antes, Era toda una reina de las princesas. Se convertía en una loca vampiresa, Desangrando un corazón entre sus dientes.
  • 50. Parecía tan angelical con sus pendientes, Decía la gente, y un poeta con tono insurgente: ¡Era una belleza, que desilusión! Confiesa. 99. Empecé a escribir y me dio miedo. Empecé a escribir y me dio miedo, A encontrarme conmigo mismo, A mirar de frente a los abismos, De perderme las fuentes de Oviedo. De perderme en mi séptimo cielo, Empecé a escribir y me dio miedo. No volver a verte, y el enredo de quererte, No ir por las alfombras de mi suelo. Ya vez que escribir cien sonetos puedo, Y salir con mis versos al ruedo, Bendecido por la tinta de mis tinteros. Y mimado por mis gordas de botero. Hice de tanto escribir un agujero, En un alma, con tinta como acero de Toledo. CODA 100. Un soneto no es una matuteada. Un soneto no es una matuteada, Ni un cupido que te apunta, Parece que lo dice todo y: nada, Entre papeles, un lápiz despunta. Ni de mañana un soneto matutino. Es otra guerra de almohadas, Que le hace un juego al destino, Entre el cuento de hadas y la puteada. No se puede escribir de otra manera,
  • 51. Tome los tinteros como bufia, Y bese todos los labios que preguntan. Cada vez que se apunta la primavera, Untan catorce versos si se juntan, Son peores que toda una Matufia.