En julio de 1993, el Gobierno Civil de la provincia ordenó al Ayuntamiento de Pozo Alcón anular su acuerdo de declararse libre de instalaciones para residuos tóxicos radiactivos. Los ecologistas se oponían a un proyecto para instalar este tipo de residuos en una mina de sal abandonada. El alcalde afirmó que no anularía el acuerdo, manteniendo la prohibición. El Gobierno Civil argumentó que el Ayuntamiento había invadido competencias del Estado sobre la gestión de residuos radiactivos según la Constitución