Ursula Kuczynski fue una espía alemana que trabajó para la inteligencia soviética durante la Segunda Guerra Mundial. A pesar de ser madre de tres hijos, se dedicó completamente a su trabajo como espía y pasó información nuclear secreta a los soviéticos. Recibió varias condecoraciones por sus servicios de espionaje. Combinó con éxito su vida familiar con su trabajo encubierto como espía, operando redes de espionaje desde el interior de su hogar.