El documento compara los valores familiares del pasado con los de hoy. En el pasado, las familias numerosas aprendían a compartir, comunicarse y aceptar limitaciones, lo que les enseñaba tolerancia y agradecimiento. Hoy en día, los padres tienden a darles todo a sus hijos individualmente para que se sientan cómodos, pero esto les impide madurar y los hace vulnerables. Los verdaderos valores se transmiten a través de la vida diaria y las oportunidades para educar.