Este documento discute el atavío adecuado para asistir al servicio religioso y ofrece varias recomendaciones. Enseña que la vestimenta debe ser limpia y ordenada pero sin ostentación, ya que esto puede distraer del culto a Dios. También indica que la ropa no debe estar sucia o rota y que el enfoque debe estar en lo interno más que en lo externo. Finalmente, enfatiza que la Palabra de Dios debe ser la norma en estos asuntos más que seguir las modas mundanas.