En el siglo XVIII, lugareños encontraron una pequeña escultura de la Virgen del Rosario escondida entre matorrales en la pampa de Yauca cerca de Ica, Perú. Se cree que la imagen de aproximadamente 60 cm de altura fue abandonada por arrieros que se perdieron en el desierto. Testigos presenciales firmaron un acta fechada el 3 de octubre de 1701 describiendo el hallazgo de la imagen.