El documento habla sobre las palabras onomatopéicas, que son aquellas formadas por la imitación de sonidos naturales como traqueteo, tintineo y pitido. También menciona que los nombres de los sonidos emitidos por los animales son onomatopéicas, dando ejemplos como zumba para la abeja, berrea para el becerro y ladra para el perro. A continuación, pide emparejar cada animal con el nombre correcto del sonido que emite.