La autora describe su resaca después de una noche de fiesta saliendo de bar en bar con amigas. Terminó medio dormida abrazada a un contenedor sin haber ligado. Su vecina le dio unas monedas por pena y su bolsillo quedó arruinado por los gastos de la noche. Reflexiona sobre cómo el alcohol afecta su percepción de los hombres y su capacidad para ligar. Concluye que el verdadero problema del mundo es la falta de dinero para abastecerse todos de alcohol.