El documento discute el bautismo en el Espíritu Santo, afirmando que ocurre automáticamente en todos los que creen en la muerte y resurrección de Cristo. Señala que este bautismo es la promesa del Padre y une a los creyentes al cuerpo de Cristo. También explica que cuando una persona es bautizada en agua solo se lava el exterior, mientras que el bautismo en el Espíritu Santo implica recibir al Espíritu Santo dentro.