1. SmartReview
Las sociedades democráticas confían en las elecciones
como un medio de expresión y respeto a la libertad.
Desde el uso de bolas de colores hasta papeletas con
signos de seguridad, el voto manual tomó la batuta
para satisfacer esta necesidad humana. Con el paso
del tiempo, la tecnología también ha irrumpido en
primeras máquinas mecánicas de votación en
Estados Unidos,
Lockport, Nueva York.
Desde esa primera experiencia, los sistemas de voto
electrónico -aquellos en los cuales el elector utiliza
un medio electrónico para la emisión de su voto-
no han detenido su evolución. Los últimos hacen
alarde no sólo del uso de tecnología de punta sino
que logran adaptarse a los requerimientos particulares
de las autoridades electorales de cada país.
Actualmente se cubren aspectos como: el sufragio
individual de personas discapacitadas, la impresión
votos emitidos, el cambio del idioma en la interfaz
y hasta la activación de la máquina de votación tras
el reconocimiento biométrico del votante.
Hoy en día, de los 3.100 millones de electores que
existen en el mundo, unos 1.100 millones votan de
manera automatizada. Esto representa un 35,5%
del electorado. Y aunque el voto manual continúa
en la palestra, cada vez hay más países evaluando
las diferentes tecnologías que existen en el mercado,
incluso a través de pilotos de votación de carácter
vinculante.
Voto Manual vs. Voto Electrónico
2. Puntos clave
En el caso del voto manual, donde los procedimientos electorales
son 100% manejados por humanos y registrados en papel, las
previsiones de seguridad suelen estar enfocadas en el resguardo
físico del kit electoral y en la supervisión de procedimientos críticos.
Las irregularidades más frecuentes en la aplicación del voto manual
incluyen alteración del material electoral (pérdida o deterioro de
tarjetones, urnas o actas), problemas en el traslado y/o entrega
de los kits electorales, manipulación en escenarios donde la
transcripción de datos se realiza en centros intermediarios de
tabulación y exposición a errores humanos cuando se emplean
otros mecanismos de totalización de resultados, entre otros.
En cambio, un sistema de voto electrónico y auditable ofrece
alternativas tecnológicas para reconocer situaciones de fraude
(intento de alteración de resultados), elimina la posibilidad de
votos nulos accidentales (informa al elector si se vota más de una
vez o se omite algún voto), garantiza un conteo más expedito,
escrutinio, transmisión y disponibilidad inmediata de resultados
la totalización y elimina posibles errores humanos.
Exactitud
En un sistema de votación, ya sea manual o automatizado, es esencial
la exactitud durante el acto del voto, los escrutinios, la transmisión
y la difusión de resultados, de modo tal que la intención de cada elector
sea respetada y contabilizada.
Cuando el voto electrónico es implementado correctamente, por su
(que depende de las facultades y habilidades humanas en el manejo
de los escrutinios) y permite la detección -al instante y mecánicamente-
de inexactitudes del sistema o cualquier intento de intervención
durante el proceso electoral.
Auditabilidad
En el sistema manual usualmente el voto es respaldado dos veces,
en la papeleta y en el acta, aunque esta última no es un respaldo
En un sistema electrónico, bien diseñado, cada voto es almacenado
múltiples auditorías.
Un sistema auditable cuenta con diversos respaldos del voto: el
comprobante impreso, el mismo voto almacenado en la memoria
interna y en la memoria removible de cada máquina; el acta de
escrutinio de la mesa de votación; el voto transmitido a los centros
de totalización; el acta electrónica transmitida a los centros de
totalización y el acta de totalización.
Para que la implementación de un sistema de voto auditable sea capaz
electorales como para los votantes, es necesario que dicho sistema
pueda ser auditado antes y después de un evento comicial.
Ahorro presupuestario
Uno de los aspectos con mayor peso que consideran las autoridades
electorales a la hora de implementar un sistema de votación es
el tema presupuestario. Entre los principales costos que incluye un
proceso electoral y que deben ser analizados desde una perspectiva
a corto, mediano y largo plazo, se encuentran:
a) Costos asociados con la adquisición de material electoral:
Si bien el voto electrónico representa una inversión inicial
licencias de uso, futuro mantenimiento y almacenamiento),
así como en gastos de capacitación, a mediano y largo plazo
un sistema automatizado de votación representa un gran
ahorro para el erario nacional ahorro de toneladas de papel
y material físico, ahorro en traslado de kits electorales en
cada actividad comicial, ahorro en el espacio de resguardo y
almacenamiento, entre otros.
b) Costos asociados con mantenimiento de equipo electoral
y seguridad / resguardo: En el caso del voto electrónico, las
máquinas electorales requerirán mantenimiento y necesitarán
actualizarse con cierta regularidad, así como también deberán
ser almacenadas en un lugar seguro. Sin embargo, las máquinas
electrónicas representan material duradero para múltiples
eventos y representa una inversión que a largo plazo disminuirá
enormemente los gastos de cada elección.
supone una inversión inicial-, tiende siempre a estabilizarse. Por el
contrario, en elecciones manuales, los costos operativos tienden a
incrementarse con cada elección.
Velocidad
La reducción de los tiempos en el curso del operativo comicial es
un punto clave en la comparación entre voto electrónico y voto
manual, ya que el primero representa una opción de indudable mayor
rapidez que el segundo. No sólo durante el acto de votación en sí,
sino durante todos los procesos que éste involucra. A diferencia
de las votaciones manuales, un sistema de voto electrónico bien
diseñado favorece una instalación más rápida de los centros de
votación -requiere menor manejo de material físico y menos
personal; implica menor tiempo de espera para ejercer el derecho al
sufragio, mayor rapidez en el acto del voto y mayor velocidad en
los conteos, escrutinio y transmisión, así como en la entrega y
difusión de los mismos.
Luego del voto, la totalización de los resultados puede realizarse
en cuestión de minutos, dependiendo de la modalidad de envío
de datos y tabulación seleccionada por las autoridades electorales.
En un proceso manual el tiempo de totalización es considerablemente
mayor por la cantidad de votos y variables a considerar en cada proceso.
La rapidez a la hora de votar y recibir los resultados es un estímulo
para la participación ciudadana, de hecho, donde se ha implementado
tecnología
especialmente si facilita el sufragio de las personas con alguna
discapacidad, ancianos y analfabetas, estimula la participación
de electores jóvenes que atraídos por los adelantos tecnológicos
se sienten motivados a votar.
Cuando hablamos del voto manual nos referimos a la modalidad de sufragio donde el elector marca su voto en una papeleta o boleta, lo
deposita en una urna y éste es contabilizado manualmente por los encargados del proceso. Por voto automatizado concebimos la
utilización de dispositivos electrónicos durante el acto electoral, incluyendo el escrutinio, el acto de sufragio y la transmisión de resultados.
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