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Alguien debería empezar a tomarse en serio lo de montar rayos láser en la estación espacial
internacional. Así podríamos tener un bonito espectáculo desde la Tierra cuando suceda
algo parecido a lo que hoy obligará a la ISS a realizar una maniobra evasiva para apartarse
del rumbo de colisión que se le ha calculado a unos restos de basura espacial que podrían
aproximarse peligrosamente al juguete más caro de la Humanidad. Aunque sólo hay 1 entre
10.000 posibilidades de choque en estos casos se modifica la trayectoria por aquello de
quien evita la ocasión evita el peligro y porque más vale un por si acaso que mil quién
pensara, que dicen en la Huerta de Murcia.
La portavoz del centro de control de la ISS en Moscú, Nadyezhda Zavyalova, ha anunciado
que la maniobra tendría lugar esta noche con el propósito de alejarse de la trayectoria que
llevan restos de basura espacial que orbitan nuestro planeta.
Aunque muy lejanos con respecto a la estación espacial internacional toda precaución es
poca y en estos casos se corrige el rumbo de la misma para tratar de minimizar aún más las
probabilidades, remotas pero probabilidades al fin y al cabo, de un posible impacto.
Hay censadas más de 21.000 pequeñas piezas en órbita sobre nosotros, denominadas
comunmente basura espacial puesto que se corresponden con restos de ingenios
espaciales, piezas que se han desprendido o incluso herramientas que como a cualquier
operario se les han caído en algún momento a las decenas de astronautas que alguna vez
estuvieron allí arriba. A quien no se le ha caído alguna vez el destornillador.
No es tarea fácil gestionar esta basura espacial. Recuperarla es muy complicado debido a
las altas velocidades a que orbitan la Tierra, su pequeño tamaño y las grandes distancias
que hay allá arriba que convierten en un enorme gasto el mero hecho de dirigir una nave
hacia dichas piezas para recuperarlas o destruirlas.
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2. Esto último tampoco es tarea sencilla pero es que simplemente efectuar un seguimiento de
todas esas piezas tampoco lo es por las razones expuestas de tamaño y velocidad. Y luego
está el asunto que nos ocupa, que un minúsculo tornillo lanzado a cientos de kilómetros por
hora es un proyectil que puede atravesar sin problemas el casco de la ISS ocasionando
destrozos potencialmente peligrosos, despresurizando la estación y obligando a su
evacuación.