Obtenga el PowerPoint en http://teotecnologia.com/eldiscipulo/Leccion11.pptx Que el estudio de esta lección nos haga conscientes de las consecuencias nega1vas que 1ene para nuestra vida espiritual y la de los demás sostener nuestra fe en una plataforma de soberbia espiritual. Que podamos entender y aceptar nuestra fragilidad humana y, por ende, nuestra dependencia en Dios.

1. Lección 11:
Humillación
Lucas 18.9-14
«Pero el publicano, estando lejos, no
quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino
que se golpeaba el pecho, diciendo:
“Dios, sé propicio a mí, pecador».
—Lucas 18.13

2. Propósito
Que el estudio de esta lección nos haga conscientes de las
consecuencias nega1vas que 1ene para nuestra vida espiritual y la de
los demás sostener nuestra fe en una plataforma de soberbia
espiritual. Que podamos entender y aceptar nuestra fragilidad
humana y, por ende, nuestra dependencia en Dios.

3. Bosquejo de la lección
I. Confrontando a los que con?an en sí mismos (Lc 18.9-10).
II. Una oración cargada de soberbia espiritual (vv. 11-12).
III. Una oración marcada por la sinceridad (v. 13).
IV. El que se humilla será́ enaltecido (v. 14).

4. Vocabulario bíblico
«PUBLICANO»: Era el 1po de funcionario que hoy denominamos como
colector de impuestos. Trabajaban para el gobierno romano y eran
repudiados social y religiosamente por el resto del pueblo, que los
consideraba como impuros y traidores.
«JUSTIFICACIÓN»: El término significa aceptar y tratar como justo,
como libre de cas1go por haber observado la ley. En términos de la
relación con Dios, significa, a grandes rasgos, la acción de conceder a
la persona los derechos que se le debían o no tenía.

5. Lucas 18.9-10
RVR
9 A unos que confiaban en sí
mismos como justos y
menospreciaban a los otros, dijo
también esta parábola:
10 «Dos hombres subieron al
Templo a orar: uno era fariseo y
el otro publicano.
VP
9 Jesús contó esta otra parábola
para algunos que, seguros de sí
mismos por considerarse justos,
despreciaban a los demás:
10 «Dos hombres fueron al
templo a orar: el uno era fariseo,
y el otro era uno de esos que
cobran impuestos para Roma.

6. Lucas 18.11-12
RVR
11 El fariseo, puesto en pie, oraba
consigo mismo de esta manera:
“Dios, te doy gracias porque no
soy como los otros hombres:
ladrones, injustos, adúlteros, ni
aun como este publicano;
12 ayuno dos veces a la semana,
diezmo de todo lo que gano.”
VP
11 El fariseo, de pie, oraba así:
“Oh Dios, te doy gracias porque
no soy como los demás, que son
ladrones, malvados y adúlteros,
ni como ese cobrador de
impuestos.
12 Yo ayuno dos veces a la
semana y te doy la décima parte
de todo lo que gano.”

7. Lucas 18.13-14
RVR
13 Pero el publicano, estando
lejos, no quería ni aun alzar los
ojos al cielo, sino que se golpeaba
el pecho, diciendo: “Dios, sé
propicio a mí, pecador.”
14 Os digo que éste descendió́ a
su casa jus1ficado antes que el
otro, porque cualquiera que se
enaltece será́ humillado y el que
se humilla será́ enaltecido.»
VP
13 Pero el cobrador de impuestos
se quedó a cierta distancia, y ni
siquiera se atrevía a levantar los
ojos al cielo, sino que se golpeaba
el pecho y decía: “¡Oh Dios, ten
compasión de mí, que soy
pecador!”
14 Les digo que este cobrador de
impuestos volvió́ a su casa ya
justo, pero el fariseo no. Porque
el que a sí mismo se engrandece,
será́ humillado; y el que se
humilla, será́ engrandecido.»

8. Resumen
• Para muchos, la obje1vación de la fe se cons1tuye en el
fundamento de su piedad religiosa, que les da licencia para
cons1tuirse en jueces de la situación espiritual de los demás.
• La extraordinaria comparación que Jesús plantea entre la ac1tud
del fariseo y el publicano nos sigue convocando hoy a tomar nota
de las implicaciones nefastas para la salud espiritual y la
convivencia que representa anclarse en una postura de auto
jus1ficación y falsa piedad.
• El publicano –rechazado y demonizado– fue presentado por Jesús
como un modelo de piedad religiosa autén1ca, enraizada en un
reconocimiento de la natural fragilidad humana y su dependencia
en el cuidado misericordioso de Dios.

9. Oración
Señor y Dios misericordioso, ayúdanos a ganar un discernimiento
profundo de nuestra fe para no llegar a conver9rla en una ocasión
para juzgar y rechazar a otros. Permítenos tener siempre presente
nuestra realidad humana, frágil y pecaminosa para pedir tu oportuno
socorro. En el nombre de Jesús. Amén.